Capitulo veintiséis
Los días estaban siendo muy pacíficos y las pesadillas no habían vuelto aparecer mientras que al mismo tiempo estaba dedicando tiempo a perfeccionar mi magia, de la cual ya he tenido mucho más control, pero al mismo tiempo había descubierto nuevas habilidades ya que una vez que estaba practicando magia pues ya no solo salía fuego de mis manos, sino también que ahora puedo congelar todo y lo descubrí ya que Ruth se estaba quejando del calor una vez, pero no lo tenía muy perfeccionado y casi dejo a mi loba congelada.
Pero no solo desarrolle la habilidad de congelar, sino que también he podido perfeccionar mis habilidades curativas no solo con hechizos, sino que también he podido elaborar una gran variedad de pociones de las cuales se las he ofrecido a los padres de Ruth y la realidad si han tenido un buen efecto, pero al mismo tiempo había creado venenos en caso de que estuviéramos en problemas.
¿Qué haces mi dulce Luna? --. decía Ruth que entraba a la biblioteca.
Estoy haciendo los deberes que tus padres me dejaron --. le dije mientras que tenía la vista en mis apuntes.
¡Agh! ¿Por qué mis padres tienen que dejarte tantos? ¿Qué no ven que debo pasar tiempo con mi Luna? --. decía Ruth que se quejaba de manera infantil haciendo que me riera un poco.
Ruth tus padres te comentaron muchas veces, de que debo prepararme ya que en un futuro tengo que ayudarte en el reino --. le dije a Ruth.
Ya lo sé, pero también debemos de disfrutar de nuestra relación mi Luna, ¿Por qué no mejor dejas en pausa los deberes un rato y vayamos a la habitación a tener un poco de tiempo juntas? --. decía Ruth mientras que me coqueteaba un poco.
Ruth...no lo sé --. dije indecisa porque la verdad es que la oferta era bastante tentadora.
Vamos...solo descansa este día y mañanas continuas ya que llevas mucho tiempo en la sala, además aprovecho a darte un buen masaje y tal vez uno que otro beso --. dijo Ruth que acariciaba mis hombros.
La verdad, en los últimos días había estado al pendiente de los deberes y de como poder mejorar con mi magia, pero la realidad es que, si quería pasar tiempo con mi linda loba, así que decidí dejar todo un lado mientras que aceptaba la oferta de Ruth, para luego ella muy contenta me tomara de la mano y que ambos nos fuéramos a la habitación.
Cuando llegamos ella me cargo hasta la cama y de ahí ella se puso encima mío mientras que me comenzó a besar mientras que sentía como sus manos estaban paseando por mis piernas y cintura, haciendo que jadeara un poco por el tacto, enserio nunca me cansare de estas sensaciones...de verdad que esta era de las cosas que más me encantaba hacer con Ruth, disfrutar un poco de la intimidad. Me gustaba muchos cuando ambas nos encontrábamos ante tanta vulnerabilidad y así nos daba tiempo de poder conocernos más y al mismo tiempo que nos poníamos más confianza.
Ruth --. dije al momento de recuperar un poco el aire.
Samantha --. me decía ella ansiosa de volver a besarme.
No le negué que volviera hacerlo, de hecho, quería que lo hiciera porque en verdad si ansiaba sus besos y al mismo tiempo en que siguiera recorriendo mi cuerpo con sus manos.
Ah...Ruth --. solo gemía y suspiraba cuando ella besaba y chupaba mi cuello.
Cada día que pasa, te veo más hermosa que de costumbre y eso hace que me enloquezca cada vez que te miro...todo mi cuerpo pide a grito que seas mía, pero sé que es muy pronto para ti Samantha y sabes que yo siempre respeto tu decisión --. dijo Ruth que me miraba fijamente mientras que con sus manos acariciaba mi cara.
Gracias Ruth --. dije tímida.
Te amo --. dijo ella antes de besarme.
Por otro lado, en las zonas oscuras del bosque, en lo más profundo de él se encontraba a la vista un castillo que se encontraba destruido, pero era el hogar de muchos demonios y al mismo tiempo de algunos vampiros, pero en una de las habitaciones de ese lugar se encontraba un hombre que mostraba elegancia, pero al mismo tiempo en que mostraba un aura de maldad y sobre todo lo que no agradaba nada es que tuviera una penetrante mirada llena de enojo, porque su plan no había funcionado. Ese hombre era nada más que Sir Nicholas.
No puedo creer que ella se haya librado de mí, pero no se quedara así...la recuperare a toda costa sin importar en costo --. decía el molesto--. No puedo volver a perder al amor de mi vida, después de tantos siglos de búsqueda.
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