Cap. 4 Hablar sin pensar
Shelly
Entré a la clase de ciencias después de la discusión que tuve con Brock. Creo que le dejé bien en claro que no me gusta que me coqueteen y supongo que todos ya saben que no deben meterse conmigo o molestarme.
Me senté en un lugar al azar, y como esperaba, nadie se sentó a mi lado. Pero de pronto, aquel chico pelirrojo de la fiesta de anoche se sentó a mi lado con una sonrisa extraña.
- Hola, Shelly -dijo él sin perder esa sonrisa.
- Hola -contesté cortante y fijé mi vista al libro de la clase.
- ¿Qué haces?
- ¿Estás ciego? Estoy leyendo.
- ¿Quieres que leamos juntos?
- No.
- ¿Por qué no?
- Porque no -y al fin, hubo silencio.
- ¿Te gusta esta clase? -hasta que él volvió a hablar y bufé exhausta- a mí me gusta mucho, me gusta estudiar sobre las ciencias de la naturaleza. ¿Qué hay de ti?
- ¿Podrías callarte?
- Si así estás feliz, lo haré -alcé mi ceja incrédulamente, pero luego se quedó en silencio como había dicho. La clase iba bien, la maestra explicaba lo necesario y no me aburría. El tema estaba interesante, pero no me agradó que me pidieran un trabajo en parejas. Debíamos ser compañeros del que estuviera a nuestro lado.
¿Es en serio?
- ¡Vaya! Qué suerte tenemos, ¿no? -me dijo el pelirrojo llorón a lo que rodé los ojos.
- Dirás qué mala suerte... -murmuré y escuché una conversación a mis espaldas de Emz y otro chico.
- ¡Cielos, Poco! -exclamó Emz- tal parece que nos toca ser pareja en el trabajo.
- ¡Sí! Qué buena suerte que me haya tocado con una amiga -contestó el chico.
- Oh, sí... Porque somos amigos y nada más que eso, ¿verdad?
- Eh... Sí, ¿por qué lo sería?
- Por nada, por nada...
Dios, ese chico está más ciego que un topo. Se nota a mil kilómetros de distancia que esa chica tiene sentimientos por él.
Suspiré dejando de darle importancia a Emz y a su amigo, así que seguí poniendo atención a la clase, olvidando el trabajo en parejas, pero Colt no tardó en recordármelo en casi 5 minutos. Aunque no quería, porque este chico me fastidia, decidimos que nos reuniríamos en su casa para preparar lo que se necesite. Me dio su dirección y nos despedimos. Por suerte solo comparto una clase con ese raro.
En la tarde, fui adonde él me dijo, toqué el timbre y pude escuchar que corrieron hasta la puerta y cuando me abrió solo percibí un fuerte olor a perfume y desodorante muy fuerte que casi me tapa las fosas nasales de lo fuerte que era el olor.
- ¿Qué diablos? -dije y tosí para luego taparme la nariz con mis dedos índice y pulgar- ¿por qué ese olor...? ¡Agh! Hagamos el trabajo antes que le abras un agujero a la capa de ozono.
- Entra, eres bienvenida -gruñí molesta y pasé con cara de pocos amigos a su casa.
- Abre la ventana por lo menos unos cinco minutos -asintió y abrió una ventana que había cerca de la entrada- ahora hagamos el trabajo, ¿te parece si empezamos con buscando un tema?
- Haré lo que tú quieras -me senté en el sofá de su casa y saqué mi celular para buscar en google si encontraba algo.
- Buscaré algunos temas y tomaremos el mejor de todos para el trabajo.
- ¿Siempre eres así de aplicada con tus tareas? Me encanta... -dijo sentándose muy cerca y en respuesta aclaré mi garganta incómoda.
- Gracias, eso creo. Tú también deberías buscar en Google o en un libro o yo qué sé...
- Lo que digas serán órdenes que cumpliré sin replicar.
- Te agradezco que colabores y no seas perezoso como otros compañeros que he tenido.
- Tú me gustas, nunca podría utilizar a la chica que me gusta -casi me caigo del sofá por lo que me dijo y me puse de pie.
- Cuando me dices: me gustas, te refieres a que te agrado como amiga, ¿no es así?
- Por supuesto que no, yo me enamoré de ti en cuanto me hiciste esa broma ayer en la noche.
- Amigo, nos conocemos desde ayer.
- ¿No crees en el amor a primera vista?
Esto da miedo.
- No, el amor a primera vista no existe. Para el amor le debes dedicar tiempo, si ni siquiera conoces a la persona, ¿cómo puedes decir que te gusta?
- Pero...
- No, el amor a primera vista no es real, entiende eso. Además de todo te voy a dar tres frases muy distintas: te quiero, me gustas y te amo, esas tres palabras son muy distintas y si no conoces la difencia, mejor ni las digas.
- Sé que es repentino, para mí también lo fue, pero debes creerme.
- No, no te creo -dije y le di la esplada para respirar hondo- ten mucho cuidado lo que dices, porque puedes herir a otros...
- ¿A ti te lastimé?
- ¡No! ¿Y pasaría si le dijeras a cualquiera esas palabras? ¿Y si de verdad le gustas a una chica y por "broma" le dices esas palabras para luego herirla? Qué idiota... -murmuré lo último e intenté salir de su casa, sin embargo me tomó de la muñeca para detenerme.
- Nunca quise ofenderte...
- Si no querías ofenderme, no debiste hablar sin pensar -quité mi mano bruscamente de su agarre y salí de su casa no importándome la tarea.
Al parecer, haré el trabajo individual.
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