Colt
- ¡Colt, despierta! -me dijo Emz en el receso.

- ¿Qué pasa...? No hay problema si es el descanso...

- Alguien nos está viendo... -dijo ella entre dientes y muy nerviosa. Miré hacia todos lados y me di cuenta que era Poco. En cuanto lo vi, apartó la mirada.

- ¿No crees que ya es tiempo para arreglar las cosas? Al principio se me hacía bastante incómodo porque estaba en medio de la discusión. Ahora Poco me ignora como a ti, habla con él.

- Es que... Es que...

- ¿Es que...?

- Le dije que tú me gustabas, ¿de acuerdo? -abrí mis ojos con exageración.

- ¿Y es en serio...?

- ¡No, torpe! Solo lo dije porque soy cobarde, no me atreví a decirle mis sentimientos... Soy una tonta...

- ¿Por eso te evita?

- Bueno... Hubo más aún.

- Debes contarme a detalle todo lo sucedido para ver cómo lo arreglamos -ella asintió sonrojada con su mirada en el piso y aprentando sus puños- nos queda tiempo, vamos a un lugar más privado si lo deseas.

- No hay tiempo -revisó la hora en su celular- el timbre sonará en cinco minutos.

- Pues entonces nos encontramos en la cafetería en la tarde.

- De acuerdo...

- Joven Colt, -dijo el director Byron acercándose a nosotros- debemos hablar.

- ¿Se habrá dado cuenta de las veces que me he quedado dormido? -le murmuré a Emz.

- No lo creo, yo me hubiera dado cuenta y te lo habría dicho -suspiré y me puse de pie hasta llegar con el director.

- Sígame a mi oficina -obedecí y al llegar al sitio, él cerró la puerta y se sentó en su escritorio mientras yo seguía de pie- últimamente he notado que sus notas subieron considerablemente.

- Oh... Sí... Supongo que sí...

Esto debe ser por las tareas que Emz me ha hecho.

- Eso me deja entendido que usted es perfecto para la tutoría. Se encargará de una chica del grupo de porristas durante este año para que sus notas sigan subiendo y no vayan en decadencia. Claro, si es que tiene tiempo.

- Depende de quién es la chica, si es que soy sincero.

- Shelly, la señorita Shelly va muy mal en varias clases: historia, -comenzó a enumerar con sus dedos- ciencias y biología, y como casi siempre, matemáticas entra aquí. Revisé sus notas y en las tres va muy bien.

¿Voy bien en historia?

- Bueno... Para ella sí tengo tiempo.

- Ok, ella será llamada ahora mismo...

- No hace falta -interrumpí- yo mismo iré con ella.

- Y otra cosa, joven -dijo él antes de salir- si no veo mejoría en sus notas, me veré en la obligación de culparlos a ambos.

- Ella mejorará, eso se lo aseguro -salí de ahí. Me fui con Emz, que con tan solo una mirada, me di cuenta que se moría de ganas por preguntarme mil cosas a la vez. Sin embargo, sonó el timbre y nos tuvimos que separar, cada uno a su clase.

(...)

- ¿Sigues aquí, emo raro? -le dije a Edgar quien estaba detrás de las gradas.

- Ahora que se ha revelado mi escondite, tendré que buscar otro.

- Ya todas te habían visto -dije burlón y me senté en las gradas esperando a que termiran su entrenamiento con Shelly.

- ¡Quítate, idiota! ¡No veo nada! -me dijo Edgar y rodé los ojos ignorando su petición.

Mi atención estuvo puesta más en Shelly. La pobre se veía exhausta, pero no se detenía en ningún momento, hacía sus estiramientos correctamente y a mi parecer era la que mejor hacía la rutina. Merecía ser capitana, se veía desde muy lejos que Piper de vez en cuando le seguía a ella porque se quedaba atrás, pero pese a su talento, quiero que deje atrás ese grupo que solo le hará daño así como le hicieron a Emz. No soy quien para pedírselo, aunque siento que debo hacerlo.

De pronto, me miró. Sonrió y les dijo algo a las demás chicas y corrió hasta donde yo estaba. Se sentó a mi lado y aclaró su garganta.

- ¿Me buscabas? -preguntó con una voz suave.

- Sí, vine para decirte que seré tu nuevo tutor, el director Byron me lo dijo hoy...

- Oh... -noté que un rubor se asomó en su rostro, pero me pregunté si era por el ejercicio que había hecho o por algo más- me alegra que hayas sido tú al que escogieron y no a otro más raro... Aunque bueno, tú eres el chico más raro que he conocido en mi vida.

- Sí, me lo imaginé -dije soltando una risa- también me sorprendí de mí mismo con mi insistencia, no suelo ser así con las chicas... Tú fuiste la primera a la que no me he rendido todavía -se sonrojó aún más y yo hice lo mismo por las palabras que acababa de decir.

- Mi entrenamiento acaba de terminar, ¿por qué no vamos a estudiar? -dijo luego de un silencio incómodo.

- Me iba a reunir con mi amiga en una cafetería, ¿te parece ir allá?

- ¿Qué no íbamos a estar solo nosotros?

- Sí por supuesto, es solo que también debo resolver unas cosas con ella. Luego estudiaremos todo lo necesario -Shelly frunció su ceño.

- Pues si tanto deseas estar con ella, ve y resuelve esos "problemas" tan importantes que tienes. Podemos estudiar otro día -se puso de pie ofendida- claro... Si tienes tiempo para mí -dijo eso con sarcasmo y se fue cruzada de brazos.

¿Y eso?