Cap. 10 Ni loco...
Colt
- ¡Poco! -exclamé al verlo y guardaba su guitarra en su casillero, aunque aún no sé cómo cabe ahí- te estuve buscando por todos lados, acabo de hablar con Piper y...
- ¿De verdad crees que me importa? -dijo cortante.
- Hey... ¿Te pasó algo? Pareces... Molesto -cosa muy rara en él.
- No me pasa nada -cerró con fuerza su casillero y empezó a caminar para irse, eso seguía diciéndome que estaba muy enojado. Le seguí el paso y continué hablando.
- Como te iba diciendo... Me encontré con Piper y me ofreció un trabajo que a mi parecer es demasiado... Cruel...
- No me interesa. Ve a buscar otro para contarle tus problemas, que yo ya estoy harto.
- ¿Hice algo mal otra vez?
- No... Sí... Bueno no sé...
- ¿Entonces es un sí o un no?
- ¡Sí! ¿Por qué no vas y te abrazas de nuevo en público con Emz? Es lo mejor que sabes hacer, ya que de ahí en adelante no sabes nada -y me dejó con la palabra en la boca. No comprendía su enojo, y no indagaría sobre ello por mucho porque tenía que pensar en cosas más importantes. Más tarde quizá hablaría con él.
Lo que hice después fue ir a ver detrás de las gradas del gimnasio cómo entrenaban las porristas. Suspiré viendo a Shelly y bajé la mirada.
- ¿Por qué no renuncias a estar en las porristas y te ahorras de problemas...? -murmuré.
- Sí, es lo mismo que pienso yo -dijo de repente una voz masculina a mi lado asustándome. Era un chico que parecía depresivo que comía palomitas a mi lado mientras miraba a las chicas porristas.
- ¿Qué diablos...? ¿Qué haces aquí? -le pregunté confundido.
- Aquí se les ve bien el trasero a las chicas -dijo con simpleza y encogió sus hombros.
- Vaya, es cierto, no lo había notado... -quedamos en silencio y solo podía escuchar cómo masticaba sus palomitas- y bueno... -rompí el hielo- dijiste que pensabas lo mismo que yo... ¿Qué quisiste decir con eso?
- Tú estás aquí porque te gusta una de las porristas, ¿no es así? -asentí dudoso- bueno,yo estoy aquí por lo mismo. Me gusta una de las porristas y solo la veo a lo lejos porque como dicen: ella es inalcanzable para un nerd raro como yo. Aunque de verdad quisiera que abandonara a ese grupo porque es demasiado amigable para ellas.
- Oh... -dije comprendiendo- pensé que solo venías por el trasero de Piper.
- No, yo vengo por el de Colette -lo miré con cierto asco y no pareció importarle- ¿tú por cuál chica vienes?
- Am... Vine por Shelly, es decir, no vengo por ver su trasero, solo vengo para verla de lejos -me miró confundido y luego de pies a cabeza.
- ¡Ah, claro! Eres el idiota que se le ha confesado como 10 veces y cada una te ha rechazado.
- 10 es un número exagerado... -lo miré a él mejor y lo reconocí- y tú eres el chico pálido que abuchea a todos los que representan la escuela. Como el equipo de fútbol e incluso las porristas.
- Parece que soy famoso -dijo con ironía y de nuevo hubo silencio entre ambos.
- ¿Tú qué harías si tuvieras que tomar una desición muy importante y no sabes qué hacer?
- No sé, ni siquiera sé cuál es tu problema. La verdad no me interesa, pero en fin... No tengo nada que hacer. Así que... ¿Cuál es tu problema?
- Tengo que tomar una decisión muy díficil y Shelly tiene que ver en eso... Perdón, pero no puedo decir nada más -él se encogió de hombros nuevamente.
- Escoge lo que creas mejor para ella y para ti, no veas solo en la necesidad de uno de los dos. De igual manera no creo poder ayudarte más porque no me diste mucha información que digamos.
- La verdad... Eso me es bastante útil. Gracias, amigo.
- No somos amigos, y me llamo Edgar. No el chico pálido.
- Fue un placer, pero me tengo que ir. Oh, me llamo Colt y no el idiota que rechazaron 10 veces -él se limitó a asentir y continuó comiendo palomitas. Cuando de repente Colette nos vio y corrió hacia nosotros.
- ¡Hey! ¿Qué hacen ahí escondidos todos misteriosos? -exclamó viéndonos.
- Oh, no... -murmuró Edgar y dejó caer sus palomitas.
- ¿Por qué no vas y le hablas? -le pregunté.
- ¿Para que me rechace al igual que te rechazó tu chica? Ni loco -y salió corriendo.
- Otra vez ese chico... -dijo Colette de brazos cruzados- ¿qué hacía aquí escondido? -me miró a mí- ¿y tú qué haces aquí?
- Am... Bueno... Quería hablar con Shelly y...
- ¿Deseas que la llame?
- ¡Colette! -gritó desde lejos Piper asustando a la mencionada- ¡vuelve aquí!
- ¡Ya voy! -y por ese grito Colette salió corriendo también con su capitana. Salí de mi escondite y mi mirada se cruzó con la de Shelly. Me saludó bajando la mirada y pasando su mano detrás de su oreja. Me sonrojé y devolví el saludo con una sonrisa de lado. Vi a Piper y me lanzó una mirada filosa. Shelly corrió hasta donde estaba luego que Colette le hablara y me sentí algo nervioso.
- ¿Necesitas algo? -me preguntó ella.
- Yo am... En realidad... -aclaré mi garganta- solo vine porque quería verte, es todo... -miré hacia otro lado. Me estaba sintiendo como un tarado por lo que acababa de decir.
- Entiendo... -hubo silencio incómodo entre ambos.
- Ok... Ya te vi, tú me viste... -traté que el ambiente volviera a normalidad, pero lo hice torpemente- así que mejor me voy. Adiós...
- Adiós...
(...)
- ¡¿Que ella qué?! -exclamó Emz. Ahora mismo estamos en mi habitación, le conté lo sucedido con Piper y esa fue su reacción- ¡es una demente si piensa que aceptarás!
- Estuve pensando y... -Emz me miró con su ceño fruncido.
- No me digas que aceptarás, olvídate de esa idea. Ella te odiará si lo descubre.
- No me refiero a aceptar el trabajo de Piper, pero sí me acercaré más a ella para que deje a esas chicas. Además... Creo que sí le gusto tanto como ella me gusta a mí.
- ¿Olvidas algo? Me dijiste que no te alcanza con el empleo que tienes. Deja de preocuparte por tonterías como esas del amor y piensa mejor en cosas más importantes.
- ¿Desde cuándo eres anti-cupido? -me vio confundida.
- ¿Qué quisiste decir con eso?
- No sé porqué, pero he notado que ahora todo a sido en contra de ese tipo de cosas. Cuéntame de una buena vez... ¿Qué sucedió ese día que te dejé a solas con Poco? Él ha estado bastante raro al igual que tú -se sonrojó mirando hacia otro lado.
- Le dije algo de lo que me arrepiento...
- Esa no es una respuesta concreta.
- ¡No diré más! Vamos a buscarte ahora mismo otro empleo y déjame tus tareas antes que me arrepienta y le tengas que pagar a alguien más.
- Pero... Tal vez si lo hablan lo resuelvan.
- ¡No! Y es suficiente del tema.
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