Capítulo 9

La puerta se cerró, Enrique le había cerrado la puerta a la chica en la cara.
Solo un verdadero imbécil con el cerebro del tamaño de un cacahuete le haría eso a la chica que recién le había dicho que serían padres.

Termine de bajar los escalones para encontrarme con un Enrique pálido y atónito quizas por lo que acababa de escuchar.

Yo por otro lado, me sentía la persona mas estúpida sobre la faz de la tierra.
¿Como había sido posible caer de nuevo? Yo sabía que Enrique no era de fiar y la noche anterior lo habia olvidado por completo.

Eres una tonta Natalia, te merecias cada cosa que te pasaba.

—Eres un imbécil —le dije.

A él no pareció importarle mi insulto. creo que ni siquiera había prestado atención a mis palabras.

Y yo, yo era la tonta Natalia que quería ayudar a todo el mundo siempre, a pesar que mi vida estuviera hecha una mierda. Asi que hice una de esas cosas estúpidas que siempre hago, pero en mi defensa en este punto no sabía que iba a ser un error seguir a esa chica y tratar de ¿consolarla?

Pero bueno, lo que siguió después de eso, solo me serviría para darme cuenta que nada de lo que rodeaba a Enrique convenía tenerlo cerca de mí. Algo que ahora sé, incluía al propio Carlos, a Aby y todos los que tuvieran una relación directa o indirectamente con ellos.

Pero tranquis, primero les tengo que contar lo que paso con la chica.

No puedo agregar mas detalles que el decir que me veia demasiado ridícula subiendo al auto, como una pordiosera, con ropa arrugada y despeinada, para ir tras de la chica, que justamente tenía que estar siguiendo Enrique y no yo.

Me fue muy fácil encontrarla ya que la chica solo había caminado unas cuantas calles dentro de la residencial.

Paré el auto junto a ella y le dije:
—¡Sube! te llevaré a tu casa, soy Natalia la novia de Carlos.

Mirenme llamandome su novia, después de casi revolcarme con su mejor amigo.

Bueno debía decirle que era novia de Carlos, no podía solo llegar y decirle:
《Hola, soy la ex de Enrique, anoche casi me lo folle, pero me siento demasiado culpable por eso y te quiero ayudar》

La chica no me respondió, solo noté que si iba a subir al auto cuando lo rodeó por delante hasta llegar a la puerta del copiloto.

La chica era bella y alta, no dudaría que tenia la misma altura de Lucy, su cuerpo delgado y su piel clara, iban acompañados de un rostro fino con una nariz respingada, era totalmente bonita, como todas las chicas que Enrique siempre quería tener a sus pies. Solo que está, se veía engreída y conciente que su belleza era exagerada como para siempre obtener todo.

—¿Eres la novia de Carlos? —me preguntó, como si cuando me presenté no quedó lo suficientemente claro.

—Esa soy yo —le dije en tono gracioso, pero la chica no mostraba reacción alguna, o bueno tal vez si, actuaba como si mis palabras no fueran importantes.

No sé si era, porque el idiota de Enrique le habia empujado la puerta en sus narices después que le soltó tremenda bomba o solo era por que se creía superior a mí, a mí, y a toda la faz de la tierra por lo poco que había observado.

Okey, debía de dejar de juzgar a las personas sin antes conocerlas.

—¿Hace cuanto te presento a Enrique?

—En realidad, ya lo conocía.

Me sorprendió cuando volteo hacia mí, fue la primera vez en el camino que demostró que se había dado cuenta de mi existencia y pude notar como me examinaba con la mirada desde la cabeza a mi regazo, y creo que por vergüenza, no se asomo un poco hacia su izquierda para lograr ver hasta la punta de mis pies.
Y sabía que era lo que se estaba imaginando, que a lo mejor era otra chica que figuraba en la lista de conquistas de su estúpido novio.

Pero al parecer concluyó que no era competencia para ella, porque regresó su mirada al frente.

Pero ella tenía razón al creer eso, yo parecía una loca, con mi pelo despeinado, sin haberme duchado y con aliento desagradable seguramente.

—¿Y hace cuanto lo conoces?

Al parecer la chica con complejo de diosa tenía curiosidad de una simple mortal.

—Hace nueve años.

Volteó de nuevo hacia mí.

—¿Eres su prima o algo parecido? —Junto sus cejas, con curiosidad.

—No. —Le sonreí—. Fui una buena amiga de Aby.

—Entonces conoces la historia.

—¿A cuál te refieres? —pregunté como si supiera muchas, bueno que tenía de malo que yo también me hiciera la interesante.

—A la de Enrique, en la que es un mujeriego.

Ella lo sabía, bueno creo que una chica tan fría y quizás calculadora, no podría ser tan fácilmente engañada por un chico.

—Claro que debes saberla, imagino que si eras amiga de Aby, veías con cuantas chicas salía. Y también imagino que sabes que ninguna de ellas era importante para él, ni siquiera las amigas de Aby, que se llevaba a la cama y luego desechaba y por amor a su hermana seguía tratando.

¿Esa fue una maldita indirecta para mí?

—¡Vaya, sabes de lo que hablas!

—Claro que lo sé, pero no importa cuantas chicas hayan entrado en su vida, la única que nunca ha salido soy yo.

Felicidades, en eso no eres muy inteligente que digamos.

Nunca había tenido tan cerca a una chica que se enorgulleciere porque un tipo le ponía los cuernos y luego la reconquistara, si había escuchado de muchas y quizás me las había topado, pero nunca nadie me lo habia dicho como si fuera el mayor logro de su vida.

—Es mas te digo un secreto Natalia.

Creí que ni siquiera había prestado atención a mi nombre.

—Si, claro dime.

¿Qué disparate saldrá de la boca de esta chica?

—Te lo diré, porque eres amiga de mi cuñada y porque creo que seras una de las madrinas de mi boda. Que claro sera con Enrique.

Casi que puse en blanco los ojos, pero luego recordé que podía verme.

—En menos de una semana Enrique regresará a buscarme, ese tipo no puede vivir sin mí y yo sin él tampoco, y menos ahora que sabe que tendremos un bebé.

Pude notar de reojo como llevo su mano hasta el vientre y repiqueteo los dedos sobre el.

A ver, A ver, Hay algo que aquí no esta nada claro, Enrique se estaba escondiendo de esta chica y por eso estaba viviendo en casa de Carlos, pero Carlos me dijo que era un problema, ¿un bebé es un problema? O esos dos eran tan iguales e idiotas ayudándose para no hacerse cargo de un bebé o aquí había algo más. ¿Pero que?

—¿Estas peleada con Enrique?

—Nada que no podamos superar —afirmó.

Yo me preparaba para mi siguiente pregunta tratando de averiguar que era lo que realmente pasaba, pero la chica me interrumpió.

—¡Una plaza! —dijo en tono alegre—. Puedes parar, se me antojo un helado.

Yo no hubiera dejado de ser Natalia alias: "hacen contigo lo que quieren" sino lo hacía.

Giré el auto a mi derecha para entrar al aparcamiento, encontré uno frente a una cafetería que había entre tantos locales que formaban la plaza comercial. La chica se bajó.

—Ahora vuelvo —me informó.

La ví alejarse, moviendo exageradamente su trasero mientras caminaba a la heladería que estaba tres locales lejos de la cafetería, frente a la que me habia aparcado.

Segundos mas tarde, me encontré con mi queridísima amiga Aby, saliendo de la cafetería. Llevaba un maquillaje cargado tal vez para ocultar el golpe en su rostro, iba con un outfit bohemio el cual era un conjunto floreado de una falda abajo de sus rodillas y un crop top, con su cabello castaño claro suelto.

Justo detras de ella salió un tipo, como de un metro ocheta, una sonrisa resplandeciente y un bronceado perfecto, el cual luego de soltar la puerta que caballerosamente había abierto para ella la tomó por la cintura y la pego a su cuerpo para seguir caminando. Ella le dio un beso en su mejilla y paso su mano izquierda sobre el cabello del chico, para intentar ordenarlo un poco.

Si no me había quedado helada por lo que había visto hasta el momento, me quede helada por lo que paso a continuación.

El tipo la tomo por la cintura y se besaron apasionadamente, sin importarles que alguien mas los viera y a Aby sin importarle que el tipo que le metía la lengua hasta la campanilla no era su esposo, sino que mi novio, el tan dulce Carlos.

Por instinto le quite el seguro a la puerta y me preparaba para abrirla, pero me detuve al pensar que a comparación de Aby, lucía como una loca y si les reclamaba algo ahí, las demás personas que pasaban hasta me podrían grabar en video.
Se imaginan mi video en youtube, con algún encabezado que seguramente me dejaría ver como una loca, inestable y celosa, porque a lo mejor su ex tiene una nueva novia. Asi que me contuve viéndolos pasar frente a mi auto, Carlos ni siquiera notó que era mi auto el que estaba ahí, porque iba demasiado entretenido con Aby, hablando en susurros y riendo con volumen alto.

Yo estaba atónita y usar la palabra celos para describir lo que sentía no hubiera sido correcto, me sentía enojada conmigo misma. Durante seis meses ese idiota me había estado viendo la cara de tonta. Ahora entiendo por que eran los mejores amigos con Enrique, eran los dos iguales.
¡Y Aby! Me pregunto si sabía que yo era la novia de Carlos.

Los observé llegar hasta la camioneta y luego emprender su camino. De pronto un par de dedos chasqueando frente a mi me hicieron reaccionar.

—¿Estas bien? —me pregunto la chica.

—Si, si —me apresuré a decir mientras tragaba grueso.

—Parece que has visto un fantasma —me dijo, mientras me entregaba un helado de chocolate—. No sabia que sabor traerte, asi que te traje de chocolate, todos aman el chocolate.

—Gracias, Le atinaste... —le dije, tratando de llamarla por su nombre pero recorde que no me lo habia dicho.

—Liss —dijo—, mi nombre es Liss.

Luego de dejar a Liss en las afueras de un edificio de apartamentos, regresé a casa de Carlos.
Y me tope con Enrique sentado en los escalones, de la misma forma que lo había dejado.
Intente subir pero él se paro frente a mi deteniendome.

—Dejame explicarte Natalia.

—¿Explicarme que? ¿Como embarazaste a esa chica? —Lo observe a sus ojos con mirada retadora, pero él no dijo nada—. Disculpame Enrique, pero eso ya me lo sé.

—¡Natalia deja de sacar conclusiones apresuradas! Ni siquiera sabes lo que realmente ha pasado.

Estaba muy segura que lo siguiente que diría era una mentira o varias.

—No tengo ganas de seguir escuchando tus mentiras, asi que dejame pasar.

Se restrego la cara con sus manos en forma frustrada.

—¡No son mentiras! ¿Sabes por que estoy viviendo aquí?

Yo negué con la cabeza.

—Porque hace casi dos meses cuando regresé de la academia militar, la encontré con otro en mi departamento, ¡teniendo sexo! ¡en mi cama! —Él empezo a reir de una forma extraña—. Me estaba engañando, ¡a mí! ¡A Enrique Murcia! —eso último parecio decirlo para él, como si aún no se lo pudiera creer—. Ni siquiera sé si ese bebé es mío —dijo con un tono suave y distante.

¡Madres! Esto no me lo esperaba.

Ni yo podía creer que alguien era capaz de engañarlo, Enrique siempre habia sido el victimario, no la víctima, quizás por eso habia evitado ser un patán estos últimos dias y quería decirle que lo sentía pero Enrique se merecía eso, eso y más.

—Debes cumplir con lo que dijiste sobre Carlos.

Se refería a que le terminaría a Carlos, ahora era seguro que lo haría pero no por él.

—Ya deja de hablar tonterías y ocupate de tus propios asuntos.

Intente pasar pero me detuvo otra vez, me tomó por mi cintura y me empujo hacia atrás de nuevo frente a él.

—Natalia estoy enamorado de ti.

Ok, eso fue inesperado.

Esa confesión que hubiera deseado tanto hace algún tiempo atrás, hizo que algo dentro de mí se removiera.

—Te he extrañado durante todo este tiempo.

Yo no dije nada, ¿que se suponia que debía decir? Enrique era tan mentiroso, metículoso, que no dudaba que podía ser una trampa solo para llevarme a la cama.

—¿No piensas decir nada? —preguntó observandome directamente.

—¿Qué carajos quieres que te diga? ¿Qué te extrañe? —Lo rete con mi mirada—. Pues sí, te extrañe, te lloré, no quería estar sin ti, porque yo te amaba
—mi voz se corto y no pude evitar que las lágrimas que se habían acomulado en mis ojos salieran—. Pero me dejaste, tú me dejaste —le dije poniendo mi dedo indice sobre su pecho—, y como todo un desgraciado pusiste el pretexto mas estúpido para terminarme. ¡Qué yo te estaba traicionando!

Él solo agacho la cabeza.

—¡Dime Enrique! ¿Eso te hizo sentirte menos porquería al dejarme por irte con Liss?

Levanto su cabeza y sus ojos se entornaron, especulantes por lo que habia dicho.

Yo reí entre lágrimas.

—¿Crees que no la he reconocido? Es tu ex, por quien terminaste conmigo.

—Natalia yo...

—Cállate imbécil —me seque bruscamente las lágrimas que caían por mis mejillas, recordar todo lo que había pasado hace dos años me producía rabia.

Por otro lado Enrique me seguía viendo como si lo que recién acababa de decir era un secreto de estado. Imposible que la tonta de Natalia lo supiera, pero Enrique ignoraba tantas cosas de mí y eso incluía que dos años atras una persona que llegó con el pretexto de ayudarme lo había expuesto completamente. Quizás por que tenía algún malvado interés en que yo terminará odiandolo. Pero estaba casi segura que todo lo que me había dicho era verdad o al menos la mayoría.

—Natalia no tengo idea de donde sacaste eso, pero no estas ni cerca de lo que realmente paso —dijo hablando de una manera menos fuerte.

—Si no fue eso lo que paso ¿Que fue entonces? —Le hice una seña con mi mano para que prosiguiera.

Él cerro sus ojos y los apreto, como si yo habia dado justo en el clavo.

—¡Si!—solto rápido—inventé que me estabas traicionando pero...

—Lo sabía —dije de forma dolida, pero ya no me dolía, el dolor me lo había gastado tiempo atrás.

—Pero lo hice por ti, para no lastimarte, no sabia como decirte que ya no quería estar contigo, sabia que si lo decia asi, te iba a lastimar.

Oír esa mierda, me habia llevado años atrás, a estar parada frente al Enrique, que nunca tuve que confrontar, pero que yo sabia que siempre había estado ahí siendo un imbécil.
Yo solo resople riendo y baje mi mirada, por alguna razón mis ojos se llenaron de lágrimas de nuevo.

—Natalia perdoname, hice lo único que sabia hacer lastimar chicas y salir bien librado, pero en cuanto a eso, contigo no fue asi. Yo te amaba, yo también sufrí por ti.

Estaba arta, de que todos los hombres a mi lado dijeran que no querían lastimarme y paradójicamente terminaban haciéndolo.

—¡Ay pobrecito! —dije con sarcasmo.

—Y Liss no tiene nada que ver con esto, ella mas bien fue el clavo que te iba a sacar a ti.

—Sabes que te ves como todo un imbécil hablando asi.

Empecé a buscar salir de ahí, ya que no me iba a dejar subir por lo menos para cambiarme debía irme de ahí.

—Me importa un carajo si me dejaste por Liss, si fue por que te traicionaba, si fue por que no podías estar sin follar una noche con cualquiera que se te cruzará...

Me detuvo de mi caminata de un lado a otro que daba como una loca fuera de sí, gritándole.

—¿De que hablas Natalia?

Él me estaba viendo con la misma cara de tonto, por la situación en la que yo le llevaba ventaja por mucho.

—Lo sé todo Enrique, se con cuantas me engañaste, podría decirte hasta cual fue la última posición que usaste con la última chica que me pusiste el cuerno.

Okey, eso era mentira, no sabia todo eso, pero el comentario fue ingenioso ¿no creen?

—Yo...

Se preparo para hablar pero yo lo interrumpí.

—Ya, dejame salir de aquí, no quiero saber nada de ti, ni de tu mugroso amigo Carlos —dije exaltada.

—¿De Carlos?

Al parecer habia notado, que eso lo habia dicho con desprecio, de una forma en la que jamás hablaría de él.

Yo aproveche su asombro al escuchar eso, y logre llegar hasta la puerta principal.

Antes de abrirla Enrique habló:
—¿Qué paso con Carlos?

—Por que no le preguntas a él. —Le dediqué una mirada de odio y recelo—. Total son tal para cual.

Abrí la puerta y me marche de ahí, deseando que Enrique le contará todo a Carlos y que él fuera lo suficientemente inteligente para atar cabos y que se diera cuenta que yo lo sabía todo.
Y que con mucha suerte jamás me intentaría buscar.

Pero si las cosas hubieran pasado de esta forma, ahora no les estaría contando mi historia. La historia de una chica con su emblemático vestido negro.

Nota:
Cito las palabras textuales de Natalia:
《Pero bueno lo que siguió después de esto, solo me serviría para darme cuenta que nada de lo que rodea a Enrique convenía tenerlo cerca de mí. Algo que ahora sé, incluia al propio Carlos; a Aby y todos los que tuvieran una relación directa o indirectamente con Enrique》

Si creen que esto lo dijo por lo que se enteró, que pasaba entre Aby y Carlos, ¡ni se imaginan lo que se viene!
(Insertar risa diabólica de Cruella de Vil).

Gracias por leerme. 💙💙💙

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