19. Sectumsempra

Lily por la noche lo escuchaba todo. 

El viento chocando contra las ventanas, los ronquidos de alguna de sus cuatro compañeras de habitación, los pasos apurados hacía las habitaciones y las gotas del lluvero impactando contra el suelo del baño.

Todo. 

Incluso escuchaba esas cosas imperceptibles que los demás jamás notarían en la más mínima tranquilidad.

Y fue eso lo que provocó que de repente sus ojos se abrieran mientras se incorporara sobre su cama. 

Había demasiada tranquilidad.

Rápidamente sus ojos divagaron por el dormitorio. 

Jessica y Allison estaban perfectamente dormidas en sus camas, sin embargo la de Hestia estaba vacía y la de Valerie estaba sospechosamente cerrada. 

Lentamente, sin hacer el menor ruido, tomó la varita de su mesa de luz y con pasos cautelosos recorrió la habitación hasta quedara delante de la cama de la rubia. Nada se escuchaba. Demasiado silencio para venir del sitio de Valerie.

-Finite Incantatem- murmuró, pasando la punta de su varita sobre la tela del dosel. Inmediatamente una pelea en susurros llego a sus oídos e internamente agradeció que no fuera Black. Corriendo los doseles, metió la cabeza dentro, encontrándose con las cazadoras con los ojos abiertos en su dirección.

-Creí haber hechizado eso- jadeó la rubia.

-Sí, bueno... Ya sabes, no son muy sutiles conmigo y esas cosas.

-¿Nos has escuchado?- preguntó la castaña, limpiándose una fugitiva lágrima que bajaba por su mejilla.

-No- negó la pelirroja- Ese ha sido el rollo. No les he escuchado y supe enseguida que algo estaba pasando.

-A la mierda con los hechizos entonces- susurró Valerie, metiendo la varita dentro de su bota. 

En ese momento Lily comprendió que había interrumpido algo verdaderamente importante. Ambas cazadoras estaban vestidas como si fueran a salir, pero no lo bastante abrigadas como si de repente tuvieran la necesidad de salir a correr por los terrenos o a volar en el campo de quidditch. 

Estaban listas para merodear en Hogwarts.

-¿Qué está pasando?- preguntó señalando su vestimenta. Hestia miro a Valerie significativamente antes de que la rubia negara para ella misma.

-No podemos contarte.

-Somos amigas, Valerie, nosotros no nos tenemos secretos- dijo, sintiéndose verdaderamente mal- Creí que eso ya había quedado claro cuando tú y Hestia pelearon hace unas semanas.

-No es eso Lily...- la castaña depositó su mano sobre la de la pelirroja, provocando que sus ojos esmeraldas chocaran con los chocolates.

-¿Es algo sobre los merodeadores? ¿Van a ayudarles con alguna broma?

-No, ni de cerca- murmuró Valerie suspirando- Créeme que esto es por tú propio bien.

-Exijo ya mismo saber que está sucediendo o les restaré ciento cincuenta puntos a cada una, provocando que no puedan jugar en el próximo partido. 

Valerie suspiró, horrorizada por la simple idea de que eso en verdad pasara. Seguida de Hestia, quien además se atragantó con su propia saliva.

-Creo que los que me atacaron en Homesgade son estudiantes de Hogwarts aún, Lily- contestó finalmente la rubia, provocando que la pelirroja le mirase con una ceja alzada.

-¿Y qué van a hacer?

-Iremos a la sala común de slytherin y buscaremos al culpable de que haya estado postrada en la cama de la enfermería .

-¿A la sala común de slytherin?- preguntó alarmada- ¿Cómo es posible que hayan pensado en ir ahí?

-Lily, el hechizo que me lanzaron es sumamente peligroso y ni siquiera sabemos cómo se pronuncia- espetó la rubia frunciendo el ceño- Pueden volver a usarlo contra alguno de nosotros en cualquier momento. No puedo arriesgarme a que vuelvan a hacer una cosa como esa.

-Debe de haber otra solución.

-Ya las hemos analizado todas- susurró Hestia- Seguramente si revisamos la sala común y sus alrededores podamos encontrar algo- intentó hacer razonar a la pelirroja, provocando que solamente frunciera aún más el ceño.

-¿Cómo sabes que es slytherin?- preguntó, girando su cuerpo hacía el de Valerie.

-Vi sus ojos, Lily- contestó suspirando- Esos ojos fríos y lejos de estar cerca de la esperanza solo pueden ser de un slytherin. Estoy segura que si fuera capaz de volver a verlos sabría quién fue.

-¿Cómo sabes que es de este colegio?

-¿Quieres acompañarnos o no?- preguntó finalmente, frunciendo el ceño- Porque si sigues preguntando no tendremos más tiempo y me rehusó a que sea lunes y no saber qué hechizo me han lanzado. 

Lily ahogó su propia voz un segundo antes de salir fuera de la cama y correr hacía su baúl.

 Sabía que estaba mal, demasiado mal, pero Hestia y Valerie eran sus amigas y jamás las dejaría solas en algo como eso. Hurgó hasta poder dar con unos jeans negros, buzo de un mismo color y zapatillas.

-Será mejor que te pongas esto- Hestia le tendió una campera negra que enseguida reconoció por la enrome M roja grabada en su espalda.

-¿La campera de James?- preguntó entrecerrando los ojos mientras se la pasaba por los hombros y subía el cierre.

-Son las únicas lo totalmente iguales y de uno color sobrio que pude encontrar- Además están hechizadas para repeler la mayoría de los hechizos, servirán como escudo si algo malo pasa- explicó la castaña hundiéndose de hombros mientras se subía la capucha- Átate el cabello.

-¿Ah?

-Hay pocas pelirrojas en este colegio, Lily- explicó Valerie mientras le pasaba una banda para atárselo- Tú, Allison y una de cuarto son las que se parecen más o menos desde atrás, pero solo una andaría con una campera con una M enorme grabada en su espalda.

-Lily Evans- reconoció la propia pelirroja antes de atarse el cabello y meter la coleta dentro del agujero de la capucha.

-Rachel ya debe de estar esperándonos abajo- dijo Hestia mirando rápidamente sus reloj de pulsera, provocando que Lily se frenara en su lugar y le mirara sin comprender- Cuando fuimos a preguntarle la contraseña de slytherin inmediatamente sospecho y tuvimos que decirle que era lo que estaba sucediendo, ella es como tú en eso, quiso estar con nosotras.

-Claro que quiso hacerlo- asintió Lily antes de abrir la puerta y comenzar a bajar las escaleras a paso rápido pero silencioso.

Jamás en su vida habían visto la sala común tan vacía y apagada, como si la vida en ella de noche fuera totalmente opuesta a lo que experimentaba en el día.

-Llegaremos antes de las cinco- susurró Hestia mientras abría el retrato. 

El cabello cobrizo de Rachel, cayendo por una alta coleta, les aturdió un segundo antes de que la ravenclaw girara sobre sí misma para encararles.

-Tenía la leve esperanza de que se arrepintieran de esto- dijo viendo a las tres sombras detenerse delante de ella- Veo que a ti también te han traído, Lils.

-Alguien tiene que sacarles del problema después.

-Vamos- ordenó Valerie, comenzando a caminar rápidamente mientras se acomodaba la capucha en su lugar.

Lily notó que Rachel también llevaba la chaqueta merodeadora.

-¿Quiénes hacen rondas hoy?- preguntó Hestia una vez que habían llegado al patio, lo bastante lejos de su sala común para sentir el cambio de aire.

-Hufflepuff y Slytherin- contestó Rachel- Macavoy con Malfoy.

-Genial- gruñó poniendo los ojos en blanco- Sumando a los fantasmas, los cuadros, el señor Flich con la señora Norris... tenemos una posibilidad de cinco por ciento de llegar a las mazmorras antes de ser vistas.

-¿Tan poco?- preguntó Rachel abriendo los ojos como platos debido a la no tan alentadora noticia.

-Puedo ayudar con eso- Lily rebuscó entre sus bolsillos, apagando la vocecita que le gritaba desde lo más profundo de su mente que eso estaba mal, sacando finalmente la capa que James le había dado.

-La capa de invisibilidad- jadearon las tres chicas y Lily se sintió una tonta por sentirse culpable al mostrársela. Ellas andas con los merodeadores hacía años, era obvio que debían de conocer la existencia de esto.

-¿Cuándo te la ha dado?- preguntó Hestia lentamente.

-No importa eso ahora- contestó Lily rodando los ojos- Vamos- alentó, pasando la capa por sus cabezas.

Debieron de agruparse y apretar sus hombros contra los otros, provocando que casi anduvieran sobre los pies de la otra. Era un total alivio saber que ellas eran mucho más bajas que los chicos, ya que las cuatro, aunque sea apretadas, podían caber libremente bajo la magia de la capa.

-¿Por qué carajos hay tanta tranquilidad?- espetó Hestia unos minutos más tarde- Siento que se me va a salir el corazón por el culo.

-¡Hestia!- reclamó Rachel, provocando que la castaña rodara los ojos y empezara a marchar más rápido.

-Laberintos- Valerie se detuvo, provocando que la magia de la capa saliera de ella y que las tres chicas voltearan para verle, aunque la rubia nunca lo supo- Debe de ser por aquí. Tengo entendido que la entrada de slytherin es luego de unos laberintos.

-Vamos- Hestia agitó su varita hacía adelante, provocando que un halo de luz saliera de ella, mientras Lily ocultaba la capa en su bolsillo hechizado y Rachel verificaba que nadie les estaba siguiendo.

Más tarde una puerta apareció delante de ellas.

-¿Así de fácil?- preguntó Valerie alzando la ceja.

-Di Sangre Limpia, Val, tú eres una de las más puras entre nosotras. 

Haciendo una arcada demostrando lo que pensaba de ello, la rubia cazadora clavo sus ojos en la puerta y murmuró las palabras que servían como contraseña antes de que la puerta ante ellas se abriera.

-¡Oh!- jadeó Rachel, mirando todo a su alrededor- Jamás he estado en esta sala común.

-Parece de una peli de terror- murmuró Valerie haciendo una mueca- ¿Qué es ese olor a podrido?

-Solo es olor a moho, Val- dijo Lily, rodando los ojos.

-Maldigo el olor que sea, es asqueroso- poniendo los ojos en blanco, comenzó a bajar las escaleras del hall para así entrar definitivamente en terrenos de serpientes

-Vale, en verdad estos cabrones sí que necesitan buen sentido de la decoración.

-Valerie, a lo que vinimos por favor- dijo Rachel haciendo un mohín. 

La rubia asintió y atravesó la sala común directamente hasta una de las bibliotecas que reposaban libremente contra una de las paredes.

-¿Crees que algo aquí nos diga que está sucediendo?- preguntó Lily, mientras se arrodillaba para coger uno de los libros que estaban amontonados en el suelo para devolverlo a sus estantes.

-No lo sé, Lils, pero tenemos que averiguar si pudieron haber sacado la idea de alguno de estos jodidos libros.

-¿Puedes controlar un poco tú boca?

-Lo siento Rach- Valerie giró sobre sí misma para regalarle una arrepentida mirada a la cobriza- Solo que me cabrea la idea de que el maldito que me hechizo esté allí arriba, durmiendo como si nada.

-Allí hay algunas mochilas amontonadas- dijo Hestia corriendo rápidamente al lado de una de las butacas- Estás llenas de libros.

-Ahí seguramente puede que estén algunas cosas que precisemos- Valerie se mordió el labio antes de lazarse justo al lado de su mejor amiga, seguida de las dos prefectas- Revisen página por página.

-Vale- asintieron las otras antes de comenzar a sacar las cosas de su lugar.

-¿No sospecharan?- preguntó de un momento al otro Lily, viendo como habían dejado cambiada gran parte de la sala común de las serpientes.

-No creo que solamente en nuestra sala común ocurran vandalismos entre compañeros, Lils- contestó Hestia sonriendo- Además estamos hablando de las serpientes, son unos trogloditas sin cerebro, jamás se darían cuenta que estuvimos aquí a menos de que se lo dejáramos grabado en una de las paredes.

-Ni se te ocurra- se detuvo Rachel, entrecerrando los ojos.

-No sé de qué hablas- se hundió de hombros, devolviendo su vista al libro que estaba sobre sus piernas.

El tiempo y los minutos comenzaron a pasar mucho más rápido, provocando la desesperación de las chicas.

-¡He encontrado algo!- chilló de repente Rachel, ganándose una mirada de advertencia por parte de las tres Gryffindor- Lo siento.

-¿Qué has encontrado?- preguntó Valerie, acercándose a ella.

-Este libro de pociones está totalmente rayado y escrito- murmuró mientras lo ponía en manos de la rubia- Y hay un hechizo que jamás he escuchado o leído pronunciar, Val. Puede ser que ese sea tú libro y ese sea tú hechizo.

-Maldita sea- se sorprendió la rubia corriendo las páginas una a una, leyendo casi todo lo que decía- ¿Quién coño se llama Prince de slytherin?

-Es un apodo, pequeña Gryffindor- su voz congelada provocó que las cuatro chicas se atragantaran con su propia saliva. Subieron sus capuchas aún más, fijándose una a las otras de que en verdad sus rostros no se veían a simple vista- ¿Pero por qué no vienes aquí y te lo demuestro yo mismo? 

Amycius Carrow, parado entre Avery, Mulcimber, Dolovh, su hermana y Malfoy, quien seguramente al volver de sus rondas había llamado a sus amigos tras verlas allí, les miraba con asco grabado en cada una de sus asquerosas facciones.

-Cuando nos incorporemos apaga las luces- ordenó Valerie a Lily en un susurro- No podemos dejar que se den cuenta quienes somos.

-Quisiera saber la razón por la que seres tan despreciables están en nuestra hermosa sala común- dijo Alecto, frunciendo el ceño mientras aferraba con su mano la varita tan alta como podía. 

-Cuida tú boca, Carrow- espetó Hestia antes de que Rachel le apretara el brazo mientras las cuatro se levantaban.

-Pero si son la versión femenina de los merodeadores- dijo Malfoy sonriendo con malicia mientras fijaba sus ojos en la pequeña M que estaba grabada en la parte derecha del pecho de las camperas- Amaría saber cómo han hecho para conseguir esas camperas. Tengo entendido que San Potter y sus mascotas ya no se acuestan con zorras ya que ahora tienen a sus propias alimañas.

-Como Evans- comentó Alecto a Amycius, mientras una sonrisa maligna aparecía en sus labios- Recuerdo perfectamente como esa puta gritaba en el suelo cuando le estaba atacando hace tan solo unas semanas. Seguramente al idiota de Potter le fascina que le haga los mismos ruidos...

-¡Cállate!- gritó Hestia dando un paso al frente, provocando que su capucha lentamente tambaleara hacía atrás, descubriendo su rostro ante los slytherin.

-Pero si es la zorra de Robinson- dijo Avery sonriendo- Y apuesto lo que quieran que Clapton es la más alta de esas cuatro.

-¡Que te follen!- chilló la rubia dando un paso al lado de la castaña.

-Y finalmente la más menuda debe de ser Evans- comentó Malfoy mientras la propia Lily se bajaba la capucha, entendiendo perfectamente que sabían que era ella- Ahora... ¿Quién es la maldita número cuatro?

-Collingwood- contestó Rachel bajo la mirada de asombro de sus amigas y de los slytherins- Se dice Collingwood, no maldita.

-Pero si son las cuatro perras merodeadoras- dijo Alecto sonriente, mientras su hermano sonreía atentamente hacía ella- ¿Acaso no tuvieron suficiente en Homesgade?

-Oh, querida, estas malditas jamás tienen suficiente- dijo su hermano sonriendo.

-¿Qué haremos con ellas?- preguntó Dolovh relamiéndose, clavando sus ojos en las piernas de Lily, provocando que la pelirroja se tensara- Porque no les podemos dejar ir así como así.

-Está claro de eso- Malfoy se cruzó de brazos- Llama a los otros, Alecto, estarán felices de saber que los juguetes han venido está noche hacía nosotros.

-No pueden hacernos nada- espetó Rachel frunciendo el ceño- Podríamos decírselo a cualquiera.

-¡Oh! Quisiera estar ahí cuando expliques al profesor Flitwick que te has metido en nuestra sala común para revolver las cosas y seguramente robarnos ese libro de pociones- dijo Malfoy, tranquilamente. Sabía cómo jugar con la mente de las personas y lentamente lo estaba empezando a hacer con la cobriza- Siendo una prefecta, cabe destacar.

-No tengo miedo...

-Sí, si lo tienes.

-No te preocupes por ello, Lucius- Valerie se llevó una mano a la cadera mientras la otra alzaba lentamente la varita- Pateare tú culo está noche tantas veces que eso no sucederá, porque no dirás nada. Nada. Te dará tanta vergüenza ser tú que desearás que todo el mundo olvide que he estado cerca de ti esta noche.

-¿Eso no tendrías que decírselo como consuelo a Black cuando terminas con él? Que no le dirás a nadie que han estado juntos.

-Oh, querido Lucius, yo al menos tengo intimidad con alguien que no sea mi propia mano.

-¡Suficiente! Hechizadlas ya mismo mientras yo voy a buscar a los otros- Lucius giró obre sus talones, hacía las habitaciones, mientras los otros cinco alzaban la varita.

-Encárgate de la zorra, Rach- murmuró Valerie antes de dar un paso- ¡Hey, Dolovh,¿es verdad que te tocas pensando en Avery?!

Los dos chicos giraron hacía ella, alzado la varita hasta que unas luces de colores salieron en su impacto.

-¡Expelliermus!- gritó Hestia hacía Mulcimber.

-Desmaius- dijo Lily, apuntando hacía el hombre Carrow.

-¡Ven aquí, pequeña maldita!- dijo Alecto corriendo en busca de Rachel, quien rápidamente corrió a un lado, buscando un buen punto de pelea lejos de la que ya se estaba creando en sus costados.

-¡Maldita zorra!- chilló Dolovh.

-Sería bueno que aceptaran finalmente su relación- Valerie esquivó un hechizo y sonrió- Les abrirá la mente a cosas nuevas, por lo que me han dicho también mejora la tensión sexual.

-¡Que no estamos juntos, idiota!- gritó Avery, agitando su varita en dirección a Valerie, provocando que la rubia empezara a correr en una dirección opuesta.

Lentamente empezaron a aparecer más de la casa de slytherin, tal vez llamados por los gritos de Lucius, o por los gritos de los hechizos, pero solo provocaron que las cosas se complicaran ya que Lily se vio obligada a apagar las luces y subirse la capucha.

Nadie más podía reconocerles.

-A la mierda con esto- murmuró de repente la pelirroja, viendo que en cualquier momento los otros, esos que habían aparecido, podían comenzar a atacarles también.

-¿Qué vas a hacer?- preguntó Hestia mientras apoyaba su espalda contra la de ella.

-Solo cierren los ojos- jadeó, mirando a sus amigas.

En un rápido movimiento Valerie, Rachel y Hestia volaron detrás de una de las butacas, cerrando los ojos. Tras pasar unos minutos las tres se alzaron, viendo como todos los slytherin parecían metidos dentro de una nube, completamente drogados.

-¿Qué cojones...?- preguntó Rachel sin poder evitarlo.

-Ha sido Lily con esa mierda de la mirada que han estado enseñando en DCAO- sonrío Valerie mientras corría a buscar el libro de ese tal Prince y lo tomaba fuertemente.

-Solo durará un minuto después de que los suelte- jadeó Lily sintiendo como lentamente su cuerpo se convulsionaba por la fuerza que estaba ejerciéndose a sí misma.

-Ya córtale con eso- Hestia le jaló del brazo, provocando que parpadeara- Vámonos, tenemos el libro.

Las cuatro salieron corriendo de la sala común y una vez seguras de que el tiempo ya había término se echaron la capa sobre las cabezas y se detuvieron en un rincón del pasillo, pegándose contra la pared para poder ocultarse si iban detrás de ellas.

-Me siento completamente sucia- sollozó Rachel, abrazando el brazo de Valerie, provocando que esta soltara la respiración que seguramente no sabía que estaba conteniendo- Es un alivio que todo esto haya terminado.

-No ha terminado- dijo Lily- Nos han visto. Tenemos suerte de haber salido de allí. Pero saben quiénes somos y lo que tenemos. Ya no estamos más a salvo desde ahora.

-Debemos de mantenernos juntas pasé lo que pasé- determinó Valerie- Cuando no estés con nosotras, Rachel, mantente pegada a Rouxie y las chicas, ellas no dejarán que ningún slytherin se te acerque.

-Está bien- asintió suspirando- No creo poder dormir nunca más.

-Duerme con nostras un rato, si quieres- le consoló Lily sonriéndole- Yo tampoco me creo capaz de pegar el ojo...

-¡Valerie!- Hestia le pegó a la rubia, provocando que volviera a mirar enfocado- ¿Adónde mierda mandaste tú mente?

-Estaba recordando el accidente en Homesgade- suspiró poniendo los ojos en blanco- Ahora estoy segura de saber quien me atacó.

-¿Quién?

-¿Lils reconoces la letra de los apuntes?- preguntó poniendo el libro sobre las manos de la pelirroja.

Lentamente, y algo aturdida, Lily empezó a ojear las páginas. 

Mientras más leía, más punzadas sentía en su pecho.

-No puede ser...

-¿Quién es?- preguntó Hestia.

-Severus Snape- adivinó Rachel viendo como Lily refugiaba su cabeza en el hombro de Valerie para poder sollozar tranquila- ¿Eso significa que...?

-Él es un mortifago.

Las cuatro contuvieron el aliento cuando un grupo de slytherin pasaron frente a ellas con la varita en alto.

-Tenemos que hacer algo- espetó Hestia, furiosa, cuando ya estuvieron solas.

-No podemos hacer nada- negó Valerie rápidamente- No podemos ir a contarle a alguien sin explicar cómo lo hemos descubierto. 

-¿Entonces no haremos nada?

-Ello saben que nosotras tenemos el libro- susurró Valerie, jadeando- Podríamos hacer tratos para controlar los ataques o algo.

-¿Habrá ataques?- preguntó Rachel mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Muchos- contestó la castaña ocultando el rostro de la cobriza en su pecho. 

Con la compañía del sonido de los sollozos de las dos prefectas, las dos cazadoras se miraron.

-Prometo que nada les sucederá, ¿vale?- preguntó Val sonriendo- Ya he sacrificado mi vida una vez esta año, puedo hacerlo por ustedes una eternidad de veces a partir de ahora.

-¿En qué nos hemos metido?- negó Rachel aferrándose al cuerpo de Hestia.

-En algo que jamás pensé que pasaría- susurró la rubia.

-Hemos abierto una guerra contra slytherin...

-Lily...

-No, Valerie, tengo razón. Por mucho que los demás slytherin no nos hubiesen visto, los Carrow, Malfoy, Dolovh, Mulcimber, Avery y Malfoy si lo han hecho. Le he hechizado, pero en algún momento podrán revertirlo.

-Hemos pateado su trasero, Lils- comentó Hestia sonriendo- Te aseguro que preferirán guardar silencio antes de admitir eso delante de su casa.

-Pero...

-No te cogerán de nuevo, ¿vale? Te he prometido estar a salvo y lo estarás- zafiro contra esmeraldas- ¿Entiendes?

-Sí.

-Ahora... Nada de esto a los chicos.

-¿Ah?- preguntó Rachel.

-Ni James, ni Sirius, ni Remus y mucho menos Peter pueden saber lo que hemos hecho.

-¿Vamos a mentirle?- preguntó la cobriza abriendo los ojos como platos.

-No vamos a mentirle... Ellos simplemente no tienen que enterarse de esto.

-Los rumores corren rápido en Hogwarts- dijo Lily.

-Pero no tienen que decir precisamente que hemos sido nosotras.

-Vámonos a dormir- susurró Hestia- Quiero llegar al cuarto de una vez. No me siento a salvo en los pasillos del colegio.

Rápidamente las cuatro subieron hasta la sala común de Gryffindor, y esquivando las preguntas al aire de a dama gorda, entraron, encontrándose con algunas personas que bajaban a desayunar o ya estaban en la sala común.

-Mierda- dijo Valerie- Son las siete y cuarto.

-... les digo que la había dejado colgada de la punta de la cama- la voz de Sirius bajando por las escaleras les perturbó, aún más cuando vieron a los cuatro merodeadores mirándoles directamente a los ojos unos segundos después.

-¿Rachel?- preguntó Peter extrañado al ver a su mejor amiga, ravenclaw, en su propia sala común.

-¿Por qué llevan esa pinta?- preguntó entonces Remus alzando una ceja hacía ellas- Parece que algo les hubiese pasado por encima.

-Hemos salido a correr y nos hemos ensuciado en el camino a la vuelta- mintió de muy mala Hestia. Lily y Valerie se miraron por detrás de ella sin creer lo que había inventado- Ya saben, como se ha largado a llover.

-Sí, el clima es una mierda- argumentó Valerie sonriendo de manera tirante.

-¿En jeans?- preguntó James, cruzándose de brazos.

-Ya ves- comentó la castaña mientras se colocaba un mechón de cabello detrás de su oreja.

-¿Cuándo han agarrado las chaquetas?- preguntó Sirius mirándoles, analizando sus aspectos individualmente hasta que sus ojos chocaron con los de Valerie- Creí haberlas dejado a los pies de mi cama por la noche.

-Deberías de estar durmiendo- murmuró su novia sonriendo.

-Val... Que tengas mi chaqueta es entendible... - ambos sabían que ellos habían pasado la noche anterior juntos, por lo que aquello no era ninguna sorpresa- Pero, ¿por qué las chicas tienen las otras?

Lentamente algo se retorció en su interior.

-Es mi culpa- Donovan apareció en un costado de la sala común, con un libro en sus manos- Lo siento mucho chicos. Es que me las crucé en las escaleras cuando se estaban yendo esta mañana y decidí darles sus chaquetas. Cuando me dijeron que Rachel se les unía en el camino, tome la de Peter. No pensé que fuera un problema.

-No lo hay- negó Remus sonriendo. Sus ojos volvieron a analizar la situación- ¿Porqué llevas un libro de pociones, Lily?

-Me lo ha traído a mí- Donovan estiró la mano hacía la pelirroja y ella, cautelosamente, lo depositó ahí- Gracias, Lils.

-De nada- susurró suspirando.

-¿Está todo bien?- preguntó James frunciendo el ceño mientras bajaba un escalón más y sus pies chocaban contra el suelo definitivo.

-Sí- jadearon las cuatro a unísono.

-¿Por qué llevas la varita apretada en la mano, Valerie?- preguntó Sirius, mientras se acercaba hasta su novia.

Todos los ojos se posaron en la rubia.

-Es que me caí- empezó a mentir, sintiendo una rara sensación en su interior- Y como me asuste decidí tomar la varita por cualquier cosa.

-¿Por qué hay escombros en tu pelo?- preguntó también Peter, tomando la coleta de Rachel entre sus manos.

-¿Por qué vais todas vestidas iguales?- preguntó Remus avanzando hasta quedar delante de Hestia.

-¿Por qué se están comportando tan raro?- preguntó Sirius clavando sus ojos en los de Valerie.

-¿Estás segura de que todo está bien?- insistió James, tomando por los hombros a Lily. 

Las cuatro chicas jadearon, sintiéndose agobiadas por su propio secreto. Apartaron a los chicos de un empujón y subieron corriendo hacía la habitación. 

Cuando quisieron acordar ni Donovan estaba por allí.

La puerta de la habitación se cerró fuertemente. Rachel aún temblaba.

-Me voy a dar una ducha- avisó Valerie mientras comenzaba a desvestirse rápidamente.

-Voy contigo- murmuró Hestia, tirando la chaqueta de Remus lo bastante lejos como para que la tentación de gritar verdades se alejara con ella. Las dos cazadoras se metieron dentro del baño.

-Es un alivio que Jessica y Allison ya se hayan ido- dijo Lily sonriendo a Rachel, quien se sentaba desorientada sobre la cama de la prefecta- Toma- dijo pasándole una camiseta unas calzas- Será mejor que te saques esa ropa sucia antes de que te acuestes.

-La sensación se siente hasta en mi piel, Lily.

-Toma un baño.

-No creo que eso ayude.

-Pues esperemos que sí- aseguró la pelirroja- Hay cinco regaderas y una tina... ¿Qué eliges?

-¿Y las chicas?

-Seguramente hayan optado por una ducha rápida así que ten la necesidad de elegir lo que mejor te plazca.

-Una ducha rápida.

-Vale, creo que yo también tomaré una.

Diez minutos más tarde las cuatro chicas se encontraban sentadas de a dos en camas enfrentadas, mirándose sin decirse nada. 

-Donovan nos traerá el libro en cualquier momento- dijo Valerie, sintiendo el cabello mojado chocando contra sus hombros desnudos.

-Deberíamos quemarlo- pidió Rachel.

-No- negó Lily- Es nuestra única salvación de que ellos no tomen represalias. Ahí están las pruebas de que uno de ellos puede ser llevado a Azkaban.

-Jamás pensé que Snape fuera capaz de hechizarme...

-Valerie- le codeó Hestia.

-Lo siento, Lily.

-No, no lo sientas. Él ya no es mi amigo.

-Pero sabemos que aún le quieres.

-Lamentablemente así es- jadeó, apretando las piernas contra su cuerpo- Pero os quiero más a ustedes, chicas.

-Awn... James te está ablandando, Lily.

-Cállate Hestia- suspirando, levanto la cabeza- Snape vino a hablar conmigo un día antes de lo de Homesgade, ¿saben? Me dijo que no fuera. Debí hacerle caso.

-Eso demuestra que de alguna manera te quiere aún, Lily- le consoló Rachel acariciándole la rodilla.

-Que le jodan- espetó, frunciendo el ceño- Él hechizo a Valerie. Jamás voy a perdonarle eso.

-Será mejor que durmamos un rato- bostezó Hestia- Demasiada acción por hoy.

-Además luego tendremos que hablar con Donovan de esto.

-¿Ah?- los ojos de Rachel se clavaron en el rostro de Valerie- ¿De qué va eso?

-Él ahora tiene el libro, Rach. Puede estarlo leyéndolo. Cuando los rumores corran por Hogwarts él va a saber que fuimos nosotras. Lo mejor será que nosotras mismo sé lo expliquemos.

-Sí, será lo mejor- bostezo Lily antes de reclinarse sobre su almohada seguida por Rachel.

Hestia giro sobre sí misma, enfocando su mirada sobre el cuerpo reclinado de Valerie.

-¿Qué tanto vez?- preguntó la rubia sonriendo- ¿Acaso te gusto?

-Val...- Hestia puso los ojos en blanco- ¿Cómo era el hechizo?

-¿En verdad quieres saberlo?

-Claro- aceptó, mientras se recostaba a su lado.

-Sectumsempra.

-Es extraño que una simple palabra haga tanto daño.

-Ni que lo digas- suspiró cerrando los ojos- Ahora duérmete pequeña cotilla.




Buenas noches a todos! Este es uno de los capítulos que mas amo de todos y re editarlo me trajo muchos recuerdos, sobre todo de cómo había originalmente escrito la dinámica de la amistad de estas cuatro. Creo que es bastante palpable

En fin.

Ahora en breve subo la ultima parte de este quinteto de capítulos.

Alguien anda por ahí? Nos leemos.

Saludos, Agus

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