16. Escuchando propuestas
Habían pasado tan solo unas horas desde el momento que habían puesto un pie en la enfermería, pero en su mente aquel hecho había sucedido hace años.
Las chicas dormían y ellos permanecían a sus lados, observando y cuidando que nada les faltara.
Nadie había muerto y al parecer solo ellos se habían llevado la peor parte. James cojeaba de un pie, Sirius no podía mover el brazo, Remus veía borroso de un ojo y a Peter le dolían cada uno de sus músculos. Sin embargo aquello era nulo comparado con el vacío de no ver a Lily, Valerie, Hestia y Rachel a sus lados.
Tres de ellas dormían gracias a un efecto de poción repadora y solo una no era capaz de volver a la realidad por cuenta propia.
Todos sabían que si Valerie no había muerto ya era de pura coincidencia y les aterraba pensar en tener que despedirse de la pelirroja de aquella forzosa manera.
***_***_***
-Debemos hacer algo- James miraba ansioso a Hestia y de vez en cuando sus ojos iban a parar hasta el rostro de la prefecta- Esto no puede quedar así.
-¿Qué quieres que hagamos, cornamenta?- preguntó Sirius desde la cama de la rubia. Desde que le había visto no se había separado ni un milímetro de su lado.
-No lo sé- acarició uno de los castaños cabellos de su amiga y miró al resto de los merodeadores, intentando encontrar en ellos alguna solución- Pero no voy a aceptar que hoy casi las hemos perdido y no fuimos capaces de hacer algo. No puede ser que en este momento estemos rogando porque no se vayan cuando hace tan solo unas horas estábamos riéndonos como si no existiera un mañana...- al escuchar la última frase se mordió el labio y clavó sus ojos, una vez más, en el rostro de Hestia- Yo no puedo perderla. Ella ha sido mi mejor amiga... Perderla a ella sería como perder una parte de mí mismo.
-Lo entiendo- Remus colocó una mano en su espalda, dándole confort- Entiendo lo que sientes. Pero no podemos hacer mucho, James. Tenemos diecisiete años y somos estudiantes, desde aquí nada es lo mismo...
-Permítame llevarle la contra, señor Lupin- ante ellos el imponente Albus Dumblendore les sonreía. En sus ojos se veía cierta intranquilidad, pero su aura regalaba un calor extraño haciéndoles sentir en paz- Comprendo cuáles son sus términos al decir y pensar en eso, señor Lupin, pero quiero que entienda que no importa la edad que tengan y mucho menos lo que sean... ustedes tienen el poder de dominar el mundo si eso es lo que quieren.
-¿Pero cómo?- Peter había alzado la cabeza y desconectado su mirada del cuerpo de Rachel- Nosotros no...
-Usualmente no le pido esto a nadie y mucho menos a mis propios estudiantes, pero les he visto y creo conocerles demasiado como para saber que tendrían un buen papel en lo que se viene. Además estoy seguro que dentro de unos años yo mismo iré a plantearles está opción a la puerta de sus casas.
-¿Profesor Dumblendore?- James le miró, como si estuviera adivinando que era lo que venía a continuación.
-No me sorprende, joven Potter, que sea usted uno de los más interesados en escuchar mi petición siendo sus padres unos de los involucrados más activos hasta el momento.
-La orden del Fénix- Sirius abrió los ojos como platos y largó un suspiro- ¿De eso va esto?
-Tampoco me sorprende que ustedes estén enterados y que el mismo Fleamont les haya contado ciertos detalles.
-¡Es sobre la orden!- James sintió un remolino de sensaciones en su interior. Millones de veces había escuchado a sus padres hablar de aquello y aunque fingía no hacerlo, esperaba ansioso el momento de poder involucrarse, luchar, demostrar que tan valiente era hasta el último momento de su vida como habían hecho sus padres en los últimos años de vida.
-Quisiera sabes si ustedes estarían interesados en ser miembros de la Orden del Fénix- finalmente aquellas palabras entraron por sus oídos y se alojaron en sus mentes. Albus Dumblendore les estaba proponiendo algo que habían esperado desde mediados de cuarto, cuando el mismo James les había contado que era lo que aquella orden hacía. Luchar. Luchar directamente contra Voldemort sin miedo a nada.
-¡Estamos interesados!- primero James, seguido por Sirius, luego Remus y finalmente Peter gritaron aquellas palabras sonriendo.
-Creo que tienen ya en claro la responsabilidad que estamos asumiendo.
-No perdemos nada con intentarlo- Sirius asintió- Sabemos el riego que corremos, pero es lo correcto. Eso es lo que deberíamos haber hecho hace un largo tiempo.
-Joven Black, les recuerdo que aún siguen siendo estudiantes de Hogwarts y por mucho que deseen involucrarse, debo velar por su bien estar y sobre todo, seguir con vida.
-Pero usted dijo...
-Sé lo que he dicho- el director sonrió complaciente y comenzó a caminar hacia la puerta- Pero aunque pertenezcan a lo que ustedes ya saben siguen siendo mis alumnos y no esperen que los exponga al peligro de un momento al otro.
-¡Es lo correcto!- James casi había saltado de su lugar. Sus ojos se posaron el espalda del director y este volteó lentamente- No digo que nos ponga en riego... solo...
-Les daré un tiempo para considerarlo. Es una decisión muy importante la que están por tomar, muchachos. Involucrarse en algo que tal vez se sobreponga a ustedes. Sé que en sus venas corre el deseo de querer hacerse escuchar, pero por el momento no necesito que lo hagan. Créanme cuando les digo que la vida de ustedes cinco es muy importante para mí, ¿verdad señorita Evans?
Los ojos de los merodeadores soltaron al cuerpo de Dumblendore y giraron hasta toparse con los verde esmeralda de Lily, quien estaba sentada sobre su camilla con las mejillas del mismo color que su cabello.
-Que tengas buenas noches, profesor Dumblendore- se despidió la chica sonriendo con timidez y Albus asintió antes de salir de la enfermería.
-Lily- jadeó Remus caminando rápidamente hasta ella y abrazándola a la vez- Merlín, como me alegra que estés bien.
-Me duele muchísimo la cabeza y los oídos- susurró mientras se aferraba a su polvorienta camisa y alzaba la cabeza para mirarle- Siento que voy a desmayarme en cualquier momento.
-Duerme un rato más.
-¿Cómo está Valerie?- los ojos esmeraldas se apartaron de los miel y empezaron a recorrer la enfermería hasta toparse con unos chocolate y gris.
-Se le llevaran a San Mungo dentro de un rato, Lily- contestó Sirius y la chica asintió, dejándole llamar así y dándole entender que captaba lo que él le había dicho- Ha perdido mucha sangre y necesita una transfusión. Están esperando que sea seguro.
-¿No sería más seguro que se quedara aquí?- preguntó la pelirroja mientras volvía a reclinarse contra las almohadas bajo la fuerza de Remus- La estaban buscando allá afuera e iba enserio. Terminaron por arruinar Homesgade por ello.
-Nosotros no podemos hacer nada- negó Sirius suspirando- Hemos hablando con McGonagall y sin una orden directa de algún familiar se la llevaran a San Mungo.
-¡Sobre mi bello cadáver!- las puertas de la enfermería se abrieron de par en par, dejando a los merodeadores congelados mientras veían como Sally entraba hecha una fiera, siendo seguida por la enfermera y la responsable de su casa- No he jodido mi manicura para que la manden fuera del colegio. La voy a tener bajo mis narices hasta que se recupere.
-Señorita Butcher- despotricó Minerva.
-Es señorita Butcher Clapton- corrigió Sally fingiendo una sonrisa de suficiencia- Si Voldemort ya sabe mi verdadero apellido porque no debería saberlo el mundo entero.
-Está bien, señorita... Clapton- el ceño de la enfermera se frunció levemente al pronunciar el cambio de apellido de Sally, como si verdaderamente le costara imaginarse eso- ¿Qué nos decía de hacer con su hermana?
-Dejarla en Hogwarts- contestó mientras se cruzaba de brazos- Puede corroborarlo, profesora Minerva, pero como yo soy mayor de edad y en este momento ningún familiar de Valerie ha respondido el llamado, yo soy la tutora en este momento y digo que se mantiene en Hogwarts.
-A la señorita Valerie se le debe de hacer una transfusión- insitió Pomfrey.
-No soy gustosa de las agujas y mucho menos cuando dejan marcas en mi piel... pero si es realmente necesario, yo le daré la sangre a Valerie- contestó, cruzándose de brazos.
-Entonces iré a cancelar el llamado a San Mungo- se resignó la profesora Minerva antes de caminar hasta la salida de la enfermería- Poppy, encárgate tú de la transfusión.
-Vale, lo haré Minerva, no te preocupes- y la enfermera desapareció dentro de su despacho.
Sally emitió un ruido de cansancio puro y se dejó caer sobre una silla.
-Vaya, Sally, tienes corazón- dijo Sirius sonriendo con elegancia desde su camilla, ya que al ver aparecer a la enfermera se habían lanzado cada uno a la suya por miedo de que arrebataran de allí a su correspondiente mejor amiga.
-Esa cría me salvó la vida- contestó mirando de reojo al cuerpo blanquecino de Valerie- Yo no puedo hacer otra que devolverle el favor. Sé que haría lo mismo.
-¿Así que es verdad que son hermanas?- preguntó Remus alzando una ceja.
-Claro que lo somos- asintió Sally mientras se sentaba a los pies de la camilla de la rubia cazadora.
-Entonces supongo que el dichoso secreto por el que Valerie y Hestia pelearon no fue ese- murmuró Sirius frunciendo el ceño.
-Ja, sabía que Robinson tenía que conocer la verdad. Kendall y Melisa son mejores amigos después de todo- mencionó, refiriéndose a su padre biológico y a la madre de la castaña- Vaya, realmente estás dos no se andan con vueltas.
-Eso fue un "si"- se auto contestó Sirius poniendo los ojos en blanco.
-Realmente siento que Valerie te haya mentido, Sirius, pero créeme que es lo mejor-contestó Sally frunciendo levemente el ceño- Solo lo estaba haciendo para protegerte.
-¿Pero quién la protege a ella?
-Según los pronósticos... ella misma se sabe cuidar muy bien.
-Y mírala como ha quedado- contestó Remus suspirando- Está inconsciente.
-Ese hechizo no iba para ella- murmuró Sally mientras acomodaba un platinado cabello detrás de su propia oreja. Estaba algo opaco por el polvo del pueblo, pero en ella parecía no notarse- Le ha salvado la vida a Gin. Es una bocaza, ¿saben? Tuvo la brillante idea de hablarle de más a un mortifago porque le había roto un tacón. Jamás vi algo tan espantoso como ese hechizo. Fue horrible. Pero lo peor fue saber que le estaba sucediendo a Valerie, jamás pensé que llegaría el día en el que me diera cuenta que le quiero hasta hoy.
-¿Es magia negra?- preguntó Lily, incorporándose lentamente desde su cama- Ese hechizo es magia negra- confirmó tras unos segundos de silencio.
-Sí, lo es- asintió la rubia suspirando- Fue un segundo. Escuchamos como lo pronunciaban y como enseguida la piel de Valerie comenzaba a abrirse por todos lados. Las heridas se hicieron desde el interior hasta el exterior y fue imposible intentar curarle... así que tuvimos que petrificarle y ahí cesó todo. Aunque Val ya estaba inconsciente antes deque llegara a tocar el suelo.
-Jamás he escuchado hablar de eso- Lily y Remus fruncieron el ceño- No aparece en ningún libro.
-No, no lo hace- negó Sally suspirando nuevamente- Cassandra se aseguró. Dio vuelta la biblioteca con un hechizo para rastrear la palabra en algún libro, pero no apareció nada. Lia en este momento está consultando a los cuadros de profesores antiguos, pero creo que recibirá la misma negativa...
-¡Señorita But... Clapton!- llamó la enfermera y Sally pegó un gracioso brinquito.
-Asegúrense de que está perra no muera hasta que vuelva, ¿vale? No me van a pinchar por nada.
-Gracias, Sally- agradeció Sirius y Lily asintió detrás de él.
-No lo hago por ti- negó la chica rodando los ojos- Eres muy bonito, Black, pero ella después de todo es mi hermana y hoy me lo ha demostrado más que nunca.
Los ojos verdes de Sally brillaron por unos segundos y luego volvió a poner la misma expresión de siempre.
-De todas formas, gracias.
-Como quieras- y se metió dentro del despacho.
-Tenemos que ir a la sección prohibida- dijo James cuando se había asegurado de que la chica estaba totalmente lejos.
-¿A la sección prohibida?- preguntó Lily abriendo los ojos como platos- Apenas nos podemos mantener en pie, James.
-No ahora- negó sonriendo. Le había llamado James- Cuando estemos mejor. Hay que descubrir si ese hechizo está ahí.
-Pero Sally ha dicho que Cassandra ha dado vuelta toda la biblioteca- dijo Remus mientras se sentaba sobre su camilla.
-Sabes que hasta que no me asegure yo mismo de que eso es verdad no podré dormir tranquilo, Remus- murmuró suspirando- Apenas salgamos de aquí...
-James...
-... iremos bajo la capa que le di a Lily...
-James..-
-...entonces podremos averiguar tranquilamente...
-¡James!- chilló la pelirroja mirando mal al azabache- ¿Acaso nunca escuchas?
-¿Qué?
-Somos premios anuales- dijo rodando los ojos- Podemos entrar a esa sección de la biblioteca.
-Sospecharían si entramos los dos así como así- dijo alzando una ceja, aunque bastante convencido de ir hasta el fin del mundo con la pelirroja si era necesario- Será mejor que vayamos con la capa. Los slytherin no son de confianza y no quiero que te vean en esto.
Lily frunció el ceño.
-Como quieras.
-No te enojes conmigo, por favor- rogó, meditando que de ser necesario se arrodillaría.
-Yo no me enojo por esa clase de cosas, James, si no me crees pregúntale a Remus.
-No me metan en sus peleas.
-Cobarde- se burló Sirius riendo.
***_***_***
-¿Enserio crees que siga aquí?- Ainara cayó dentro de la enfermería cuando Leah y Minna le empujaron dentro.
-Claro que si- asintió Rouxie poniendo los ojos en blanco- ¿No le ves?
-¡Merlín!- chilló Madison y Leah le tapó la boca con ambas manos.
-¿Quieres que nos escuchen?- gruñó la rubia de mirada gélida.
-Lo siento- se excusó Madison hundiéndose de hombros- Es que jamás le he visto tan pálida.
-Escuche que Clapton estaba casi muerta- susurró Minna frunciendo el ceño y Rouxie le codeó.
-No seas insensible.
-¡Oh! Lo siento chica curiosa, creo que lo tuyo es peor que lo mío.
-¿Pueden dejar de pelear?- susurró Ainara frunciendo el ceño- Si me llegan a ver aquí...
-¿Le dirán a tú hermano?- preguntó Rouxie alzando una ceja.
-Ojala pudiera irme de castigo con él- susurró Leah poniendo los ojos en blanco- Jamás hemos tenido un profesor de DCAO tan bueno como tú hermano, Aini.
-¿Aini?- los ojos verdes de la chica se pusieron como dos rendijas- Para cuando vuelvas a llamarme así le diré a mi hermano que te suspenda la materia.
-¿Acaso no era que no usabas el término "hermano" para referirte a él?- preguntó Madison alzando una ceja.
-En casos especiales medidas especiales- susurró una vez que se habían colocado alrededor de la camilla de Rachel- Vaya, se ve fatal.
-Parece que hubiera vuelto del mismo infierno- jadeó Leah acariciándole la mejilla con cariño.
-¿Acaso no has escuchado los rumores?- preguntó Minna, quien usualmente era quien se movía en ese tema- Homesgade se convirtió en un infierno de un segundo al otro.
-Aún me siento culpable por haberle dejado ahí- dijo Ainara mirando con lástima el cuerpo magullado de Rachel- Pudimos haber evitado que esto le pasara.
-Ella quería irse con Pettigrew- le cortó Rouxie, usando su típica mirada fulminante- No es nuestra culpa de que las cosas hayan terminado como terminaron, ¿vale?
-No te pongas en plan de insensible, Rou- despotricó Leah de manera automatica.
-Soy realista- le espetó- Siento que ustedes no lo comprendan.
-Espero que se mejore- susurró Madison, cambiando de tema, agachándose para besarle la frente a Rachel e incorporándose rápidamente.
-Sería extraño si no lo hiciese- dijo Ainara frunciendo levemente el ceño- Sería extraño no verle más.
-¡Dejen de ser tan negativas!- protestó Leah, exasperada- Será mejor que nos vayamos o nos pillaran.
-Con tus gritos, corazón, no lo dudo- dijo Rouxie poniendo los ojos en blanco.
***_***_***
Más entrada la noche, cuando el efecto de la poción había dejado de correr por sus venas, James se incorporó de la camilla algo turbado, topándose con el reflejo rojo del cabello de Lily contra la luz que entraba desde afuera.
-Dentro de dos días es la luna llena- susurró ella cuando notó que él se había incorporado sin quitarle los ojos de encima- ¿Crees que Remus esté listo?
-Remus está siempre listo para esto- contestó lentamente. De cierto modo le era imposible no sentir algo de celos cuando Lily hablaba tan cariñosamente de su mejor amigo, pero lo toleraba. Era una de las cosas que amaba tolerar de ella porque jamás pretendería cambiarle- ¿Cómo estás?
-Mejor- contestó suspirando y volteando lentamente para verle. Dando un pequeño salto, se sentó sobre la camilla del azabache, logrando que sus caderas quedaran juntas. James le miró nervioso, notando cada curva del cuerpo de la pelirroja a su costado.
-¿Qué te pasa?- preguntó estirando su brazo para pasarlo por los hombros de ella. El movimiento había sido involuntario, pero al ver que ella no se apartaba, sino que al contrario, se amoldaba a él, se le detuvo un poco la respiración. Era increíble que aún con el paso de tiempo y las millones de cosas que habían vivido cada vez que sus pieles se rozaban una descarga eléctrica le recorría todo el cuerpo, incitándole a querer más y más de ella- Sé que no soy Remus o alguna de las chicas, pero te conozco Lily y sé cuando algo te pasa. Puedes confiar en mí...
-Debo hacerlo- susurró entonces ella apretando los puños y luego largando un lastimero suspiro, provocando que James contuviera la respiración-Te incumbe a ti.
-¿A mí?- preguntó en un jadeo lastimero.
-Leí lo que estaba escrito en el pergamino que Valerie estaba apretando en su mano cuando la encontramos- contestó alzando la mirada para verle- Decía que lo que le han hecho a ella es solo una muestra de lo que pueden hacerle a ustedes cuatro.
-¿A los merodeadores?- preguntó y ella asintió- Malditos mortifagos- dijo atrayéndole hasta él al notar que estaba temblando, encerrando su cuerpo hasta pegarlo al de él- Lo han hecho a propósito, Lily, quieren asustarnos. Esto ha sido una emboscada. Jamás pensaron llevarse a Valerie desde un comienzo, solo querían vernos desesperados por querer buscarle y morir en el intento.
-¿Acaso no tienes miedo?- preguntó ella, luego que ambos se quedaran abrazados en silencio por varios segundos.
-No, no lo tengo- negó suspirando- Temo por otras cosas en vez de temer por mí. ¿Acaso tú tienes miedo?
-Pero no por mí- susurró incorporándose y mirándole directamente a los ojos- James, hoy cuando estábamos allí y nos habíamos separado no podía dejar de pensar que en cualquier momento podría toparme con sus cadáveres. Tenía la esperanza de que corrieran tan rápido como corren para llegar a primera hora a clase.
-¿Tenías miedo por nosotros?
-Sé que Sirius y Peter pueden convertirse en animagos y eso los hace casi inmortales en un campo de lucha. Sé que Remus pensara mil veces las cosas antes de hacerlas y que nunca le sucederá nada malo... Pero tú... Temí tanto porque te pasara algo, James.
El corazón del azabache sufrió un fuerte espasmo que le hizo temblar.
-¿Por mí?
-No quiero perderte, James- dijo apretando las manos de él contra las suyas- Quiero que eso sea la última cosa que me pase. No podría soportar nunca la idea de que te fueras de mí lado.
-¿Lily...?- jadeó James sintiendo como sus pulmones lentamente se quedaban sin aire- Por Merlín, pelirroja, desde este momento hasta la eternidad nunca me perderás- la acercó hasta tenerla cerca- Dime que serás mía desde este momento, por favor.
Para su sorpresa la pelirroja le miró directamente a los ojos, mientras que una tonta sonrisa aparecía en sus labios y comenzaba a asentir.
-Seremos nuestros- contestó, dejando escapar las palabras más deseadas por años y el azabache no pudo evitar sonreír mientras pegaba su nariz contra la de ella, contemplándola con todo el afecto que tenía en el cuerpo.
Sus ojos se hicieron uno solo.
Esmeralda contra chocolate.
Paz contra tormenta.
Corrección contra incorrección.
Sus labios lentamente se buscaron mutuamente, sellando el perfecto momento.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top