14. Hogsmeade: el comienzo del día
Cuando bajo a la sala común y notó que ninguna de sus dos mejores amigas leonas estaba allí, se sintió algo triste y solitaria.
-¡Hey, pelirroja!- le llamó la conocida voz de Black mientras se acercaba corriendo hasta ella- ¿Me acompañas hasta el comedor?
-Gracias Black- asintió tomando la mano que el joven azabache le ofrecía para terminar de bajar los últimos dos escalones- ¿Estás de buen humor?
-He hablado con Valerie está mañana- contestó mientras comenzaban a caminar uno del lado del otro.
-¿Y?
-Estamos viendo en empezar una relación.
-¡Eso es genial Black! No sabes lo feliz que me pone saber que tú y Val finalmente se han decidido por empezar a salir.
-Sí... - se rascó la cabeza, mientras pensaba- Queremos ir lento, de todas formas. Es algo raro para nosotros tener un titulo.
-Piensen que no lo tienen. Hagan como siempre han hecho. Por lo que tengo entendido viven en una intermitente relación hace años.
-El punto es que no sé si podre adaptarme al cambio.
-¿Estás nervioso?
-Puede que así sea- admitió, haciendo un gesto con la mano para restarle importancia.
-Oye Black, no te preocupes. Tú y Valerie siempre se han movido a un ritmo diferente que al de los demás y siempre les ha ido bien. No es necesario que comiencen a sentirse presionados ahora cuando nunca lo han hecho.
-Pero una relación lo cambia todo.
-¿Cómo lo sabes?- le picó- Tú nunca has tenido una relación estable con una chica, Black.
-Pero Valerie no es cualquier chica. Es mi mejor amiga y no sé si podre hacerme a la idea de que por alguna tontería mía sea capaz de perderle- contestó, ignorando el tono de ella.
-Deja de buscarle los peros- le regañó mientras cruzaban el umbral de la entrada del comedor- Es mejor si solamente lo dejas fluir.
-¿Dejarlo fluir?
-Para empezar, ¿le has preguntado si quiere ser tú novia?
-¿Esa clase de cosas se preguntan?
Lily se detuvo y lo miró con los ojos bien abiertos, procesando lo que acaba de escuchar.
-Sí, Black, se preguntan- confirmó- Usualmente puede ser algo tierno... pero considerando que Valerie y tú no lo son... Una simple proposición estaría bien.
-¿Proposición para qué?- preguntó James viéndoles sobre la montura de sus lentes mientras ambos se sentaban delante suyo.
-Para nada que te interese, Cornamenta- contestó Sirius rápidamente, intercambiando una mirada cómplice con Lily.
Remus les miró con los ojos entrecerrados hasta que la pelirroja le besó la frente a modo de saludo.
-Quita esa cara, Rem.
-Si me cambias por Black voy a suicidarme, Lils.
-¿Ahora soy Black?- preguntó Sirius estirándose para verlo por delante de la pelirroja.
-Oh, Remi, sabes que eres único para mí.
-Oh, más te vale- murmuró haciendo un cómico puchero- Ya se me hace demasiado con compartirte con Wood.
-¿Con Wood?- preguntó James, atorándose con su jugo.
-Le doy clases particulares de pociones, Potter- contestó ella de manera automática.
-Así que te pasas la vida enseñando cosas a los alumnos, pelirroja.
-Sí, Black, lo hago. Pero ya te he dicho que no te voy a ayudar a ti.
-¡Uh, pelirroja! Serás la culpable de que repita curso si no me ayudas.
-Estudia, Black. Con cosas como esas es imposible desaprobar- puntualizó, dedicándole una mirada soberbia.
-Buenos días, chicos- les saludó Donovan antes de sentarse al lado de James- ¿Han visto a Valerie está mañana?
-Se ha ido temprano a Homesgade, Wood- contestó Sirius receloso, para luego largar un suspiro y seguir comiendo. Donovan debía de saber el secreto que compartían Sally y Valerie sobre su fraternidad, así que si tenía dudas él podría ser una fácil escapatoria- Pero hemos quedado de vernos a las doce para almorzar en las tres escobas, ¿te apuntas?
-No, gracias, Black- negó mientras tomaba un muffin de la bandeja- Tengo planes para el almuerzo.
-¿Con quién vas a salir?- preguntó Lily sonriente, ganándose una celosa mirada por parte de James- ¿Será con esa chica que me has contado?
-Ya sabes que no te diré el nombre hasta que sea oficial, Lily. Aquí los rumores corren como el viento.
-¡Hey! Que yo no soy una cotilla.
-Lo siento si te he molestado, Lils, es que estoy acostumbrado, ya sabes, por todo lo de las amigas de Sally.
-Últimamente están más movidas que nunca- murmuró Peter ladeando la cabeza- A cada vuelta del pasillo parece que hay alguna de ellas. No sé como lo hacen para siempre estar en todas partes.
-Bueno, tú no eres el mejor para decir una clase de cosa como esa, Pettigrew. Ustedes siempre andan por todos lados.
-Somos los Merodeadores- argumentó James, como si solo decir eso diera la suficiente razón- Ellas son las Skinny Queens. Hay muchas diferencias y nos movemos en diferentes lados. Para empezar, nosotros no cotilleamos todo lo que pasa por nuestros oídos.
-Hay que admitir que se han estado pasando este mes- dijo Lily, defendiendo la teoría de James y Peter.
-Noviembre ha sido un mes complicado para el colegio- finalizó Remus, dejando escapar un suspiro- Ha habido muchos cambios, peleas y reconciliaciones en menos de una semana.
-Ni hablar cuando lleguemos a diciembre- graznó Lily derrumbándose sobre el hombro de su mejor amigo- Con lo de navidad, la semana de vacaciones y los exámenes que seguramente nos pongan estaremos todos fritos antes de que queramos recordar.
-Lo importante es saber qué cosas son ciertas y que cosas no lo son- dijo Donovan, plenamente convencido- Desde que Sally y yo tomamos la decisión de terminar lo nuestro nos han caído encima a ambos una lluvia de rumores. La mitad diciendo que ella es una maldita y la otra diciendo que yo soy un despechado y que ahora me acuesto con otra líder de grupo popular.
-Valerie- dijo Sirius poniendo los ojos en blanco- He escuchado ese rumor.
-Espero que no pienses que Valerie y yo estamos enrollados, Black- dijo entonces el joven Wood, mirando al chico con interés- Val es como una hermana para mí. Nuestras familias son amigas y nos vimos algunas veces antes de entrar a Hogwarts. Practicamos siempre para superarnos en quidditch y sé que tal vez es raro verme con ella y no confundirse por el parecido que tiene con Sally, pero yo...
-Alto- le detuvo Lily frunciendo el ceño- ¿Parecido con Sally? ¿Desde cuándo Valerie ySally tienen algo de parecido?
-Ambas son rubias, sus familias se mueven en los mismos círculos y ambas son conocidas dentro del colegio, Evans, tienen algo de parecido si te fijas- contestó James e inmediatamente Sirius clavó la mirada en él.
James lo sabía.
Sabía que Valerie y Sally eran hermanas.
Esa era la única razón para que contestara sin esperar a que alguien más lo hiciese, lo conocía muy bien para saber cómo actuaba bajo presión.
Y era claro que Donovan también lo sabía, porque ni siquiera se había molestado en dar una nerviosa respuesta para decir que no.
Ambos lo sabían por pertenecer al rango de familias puras y conocidas, esas que no estaban involucradas en escándalos con El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado y que todo el mundo debería de haber escuchado llamar alguna vez.
Y si los rumores corrían tan rápido, ¿por qué James jamás lo había mencionado? ¿Porqué el tenia que enterarse de cosas como esas en último momento? Y lo más importante... Hestia tenía que saberlo, ¿pero por qué Valerie y ella habían peleado?
Eran demasiadas preguntas y pocas respuestas.
-¡Black!- Lily lo golpeó en la cabeza, devolviéndole a la realidad- Te estaba preguntando si sabes algo de que tal vez se hará una baile para navidad aquí en Hogwarts. Tú siempre te enteras de esa clase de cosas antes que nosotros.
-Podríamos preguntarle a Ainara MacMillan- se aventuró Remus- Ella es hermana del profesor y seguramente sepa algo.
-Sería muy emocionante que hubiera otro baile.
-¿Por qué tanta emoción, Evans?- preguntó entonces Peter, alzando una ceja.
-Los bailes siempre ponen de buen humor a Valerie y animan a Hestia, jamás han asistido a uno sin al menos tener que cambiarse entre ellas- contestó mientras apoyaba la cabeza contra su mano- Esa sería la excusa perfecta para volverlas a reunir.
-Pero para eso falta mucho tiempo, Lily- se exasperó Donovan- No podemos dejar que anden tanto tiempo una de un lado y la otra del otro. Valerie se mueve sola y Hestia se ha conseguido dos nuevas amigas, estoy seguro que si su reconciliación se sigue postergando pronto ya no va a haber una relación que reconciliar.
-Además antes de eso hay dos partidos y este año tenemos que ganar- dijo James y la sonrisa en el rostro de Lily desapareció- Oh, no pongas esa cara, pelirroja, sabes que tengo razón. Este año es el último que tenemos...
-Tú y tu ego para ganar.
-Ya, no empiecen- les detuvo Remus mirándoles severamente- Tenemos que irnos ahora o perderemos la ultima carroza de las diez, ¿nos acompañan a Homesgade?
-Claro- asintió Donovan- ¿Vienen con nosotros, Lily?
Y la pelirroja se detuvo, provocando que los chicos le mirasen.
Sus ojos se fijaron momentáneamente en la mesa de las serpientes y lentamente se levantó, sintiendo como las palabras de Severus rebotaban contra un impermeable transparente que le cubría de pies a cabeza. No importaba lo que Snape hubiese dicho, ella iría a Homesgade.
Lily miró hacia el cielo apenas puso un pie en los terrenos. El día se presentaba gris y frío, aunque sin una gota de lluvia. Triste, así estaba.
Siguió avanzando hacía las carrozas con los merodeadores rozándole los talones.
Hestia se había marchado hacía ya bastante rato con Jessica y Allison mientras que Valerie ni siquiera había aparecido en el desayuno, mientras que Rachel no se había movido de la mesa de las águilas, metida entre el grupo elite.
Aquella esa era su triste verdad, se había quedado sin amigas.
-Pettigrew- le llamó, atrasando algo el paso para quedarse pegada al chico- ¿Has tenido alguna clase de problemas con Rachel?
-¿Problemas?- preguntó Peter hundiéndose de hombros- No sé a qué te refieres.
-Es que ya no les he visto juntos desde hace un tiempo y ahora ella anda metida en el grupo de Rouxie todo el tiempo.
-Está más interesada en estudiar y sacarse buenas calificaciones que en pasar el rato conmigo- contestó, apretando los puños a ambos lado del cuerpo mientras seguía marchando a su lado- Así que si, hemos discutido.
-¿Tú estás bien?
-El único que está bien de nosotros es Remus, Evans, y es porque te tiene a ti- contestó abruptamente, suspirando- James y Hestia prácticamente no se hablar, Valerie y Sirius se han estado evitando de a ratos por lo que han estado viviendo estás semanas y bueno yo... yo estoy mal porque siento que cada vez me estoy quedando sin mi mejor amiga.
-Oh, Pettigrew- ella enganchó su brazos con el de él y ambos se miraron- Lamento mucho que estés pasando por eso con Rach. Ella te quiere. Seguramente está demasiado concentrada en el estudio porque sus padres le han de estar presionando, ya sabes como son.
-Pero ella siempre ha estudiando conmigo y ahora mis notas son las que está bajando.
-Puedo ayudarte a estudiar cuando lo precises, Pettigrew, no debes de temer en pedírmelo. O incluso a Remus... O a Black y Potter, tengo entendido que ellos saben mucho y que les va bien.
-Ellos tienen memoria fotográfica y suelen recordar muchas cosas con escucharlas una vez. Cualquiera de los tres es mejor que yo con esto del estudio. Desaprobaré el año.
-Para empezar... No te desanimes, Pettigrew. Si te lo propones verás que pronto tendrás las mejores notas del curso. Yo misma me encargare de eso.
-Vaya, gracias Evans. Es muy lindo de tú parte.
-Llámame Lily.
-Y tú a mí, Peter.
-Uhm...
-Cierto. Remus me lo ha explicado- asintió, formando en su rostro una tímida sonrisa- No sueles llamar a los chicos por sus nombres hasta que te sientes totalmente cómoda con él.
-En verdad lo siento, Pettigrew. Es así como me criaron, pero ten la confianza necesaria de llamarme Lily cuando quieras.
-Vale, gracias.
-¡Subamos a la carroza azul!- gritó Sirius de repente, devolviéndolos al grupo.
-Todas son azules, Canuto- contestó entonces James, sacando su atención de lo que hablaban Lily y Peter. Tenía muy en claro las intenciones de su amigo, pero no podía evitarlo.
-Que no, Cornamenta. Mira, aquella es azul.
-Estoy viendo... Y son todas azules.
-Pero aquella es más azul.
-Que todas son iguales, Sirius.
-Córtenla con eso- les detuvo Remus, negando- Sois un par de críos. Me toca elegir a mí y nos iremos en la carroza que yo elija.
-¡No vale!- chillaron los dos azabaches.
-Rem, me gustaba aquella carroza- dijo Lily mientras se colgaba del brazo de su mejor amigo.
-¿Cuál?
-La más azul, la que Black estaba señalando hace unos segundos.
-¿¡Ven!? Yo tenía razón.
-No tienes que consentirle, Lils- murmuró Remus en el oído de la pelirroja.
-Me gusta hacerlo, en verdad son unos niños y tú también lo eres cuando ellos están cerca...- y sintió como la mano de Sirius se aferraba a la suya antes de jalarle dentro de la carroza mientras los otros merodeadores y Donovan se sentaban del otro lado- Es más azul.
-¡Te quiero Evans!
***_***_***
Las Skinny Queens avanzaban por la calle seguidas por Valerie bajo la indiscreta mirada de todos los estudiantes con los que se cruzaban.
-Se siente como una mierda otra vez- murmuró la cazadora mientras se aferraba a su abrigo y seguía avanzando detrás de las cuatro chicas- Merlín, juré nunca más volver a hacer esto.
-Puedes irte cuando quieras, Valerie- le espetó Gin mientras su ceño se fruncía, harta de escucharle despotricar contra ellas.
-La carta decía que teníamos que ir las Clapton- contestó Sally mientras apretaba el pergamino más fuerte contra su mano- Si ustedes también quieren ir, deben guardar silencio.
-Guardaremos silencio, Sally- dijo Cassandra mientras enroscaba su brazo con el de Gin.
Las cinco siguieron avanzando hasta la entrada del salón de té de Madame Pudipié.
-Le odio- se asqueó Valerie en vos baja. Habían sido incontables las veces que había tenido que ir a ese lugar bajo la dulce convicción de algún extraño chico que imaginara que a ella le gustaba ese estilo de cosas. Era demasiado rosa y flores en un solo lugar, agrupados, para que alguien como ella se sintiera cómoda- ¿Estás segura que es aquí?
-Lo dice- contestó Sally mientras suspiraba- Debemos entrar.
Lia y Gin encaminaron la marcha, seguidas por Cassandra y Sally.
Valerie titubeó en su lugar antes de dar una zancada para entrar en ese espantoso lugar, sintiéndose totalmente extraña. No era como cada vez que entraba y le daban arcadas por tanto color rosa... era diferente, como si algo le indicara que verdaderamente no debía de estar ahí.
Sus ojos azules recorrieron cada rincón del salón, viendo como parejas hablaban a susurros lejos de donde ellas estaban, ajenas a todo.
-¿Tienen reservación?- preguntó un hombre de capa oscura. Valerie le miró un segundo, intentando recordar donde le había visto antes.
-Clapton- contestó Sally frunciendo la nariz- La mesa está reservada en ese nombre.
-Oh, ya veo- el hombre examinó con la mirada a las tres castañas y la cazadora se preguntó interiormente como era posible que supiera quienes de todas ellas no llevaban ese apellido, porque eso era lo que decía su gesto: estaba descartando a Gin, Cass y Lia- La reservación está hecha para dos.
-Pues que sean para cinco- la amenazante voz de Sally titubeó un segundo antes de que su expresión fría volviera a aparecer.
-Con gusto, señorita Clapton- asintió el hombre fingiendo una sonrisa antes de empezar a caminar a un sitio alejado de todos los demás. Tres butacas aparecieron de la nada y las tres castañas las ocuparon en un segundo- ¿Esperan a alguien más?
-Negativo- contestó Lia- Seremos solamente nosotras, al parecer.
-Enseguida les traigo la carta- y el hombre desapareció tras un pasillo, bajo la atenta mirada de Valerie.
-Quiero que escondan sus varitas en la manga de sus abrigos- susurró la cazadora- Ese hombre me parece conocido y es muy extraño que nos hayan solicitado presencia aquí y que no haya nadie esperando, sobre todo cuando ha sido una reservación para dos.
Las Skinny Queen obedecieron rápidamente.
-Hay demasiado silencio- susurró Gin luego de que pasaran unos minutos- Y el servicio aquí es demasiado lento, jamás ha pasado más de diez segundos antes de que aparezcan nuevamente.
-Gin tiene razón- apuntó Lia en voz baja- Aquí está pasando algo raro.
Valerie y Sally se miraron.
-Somos unas idiotas- jadeó la cazadora- Hemos caído en una trampa.
-¿Una trampa?- preguntó Cassandra llevándose las manos a la boca, conteniendo el susto.
-Salgan de aquí rápidamente por la puerta principal y vayan corriendo hacía Hogwarts- ordenó Valerie seriamente- No se detengan por nada. Yo armaré un escándalo y saldré por la puerta trasera.
-¿Te esperamos en Hogwarts?- pregunto Sally, volteando para tomarle de la mano con fuerza.
-No me esperen, no quiero que tengan esperanzas de volver a verme- ordenó, tajante.
-Valerie- sollozó Cassandra antes de que Lia jalara de ella y las cuatro desaparecieran corriendo seguida de las miradas de algunas de las parejas.
La rubia se incorporó lentamente mientras sentía una opresión en su pecho. Había sido una tonta en caer en algo tan superficial como eso. Como si su padre o abuela verdaderamente fueran a aparecerse por ahí en secreto.
Alzó la varita para hacer un llamado en el preciso momento que algo explotaba en la entrada del lugar, haciéndole tambalear.
***_***_***
Hestia no solía caminar libremente por las calles de Homesgade sin fijarse antes sobre qué pasaba a su alrededor. Su madre siempre le había enseñado a estar en constante alarma, sobre todo con las cosas malignas que estaban pasando.
Pero era Homesgade, cerca de los terrenos de Hogwarts, por lo que se había plateando una vez ser feliz y disfrutar ese momento con Jessica y Allison, sus más viejas amigas. La castaña y la pelirroja siempre habían estado ahí pero jamás lo había notado por esta metida hasta el cuello con Valerie, Lily y Rachel, las personas que de cierto modo le habían abandonado.
-Deja de pensar en tonterías- le espetó Jessica, como si le hubiese leído la mente mientras enredaba su brazo con el de ella- Y si, puedo saber qué es lo que piensas.
-Vamos, inténtalo de nuevo- se alegró Allison del otro lado, dando saltitos graciosos.
Hestia sonrío.
Cuando era pequeña podía escuchar los pensamientos de las personas que estaban a su alrededor y le asustaba demasiado, por lo que siempre había intentado aplacarlo. En ese tiempo, con dieciocho años, era algo que recordaba con cariño de su pasado.
Sin embargo aún existía cierto vestigio de aquel don olvidado.
Era mínimo, casi imperceptible, pero cuando sabía que alguien la estaba pasando verdaderamente mal lo sentía. Sentía el sentimiento que ese momento estuviera experimentando la persona.
Y por eso, cuando sintió que el suelo se le iba de los pies y que el mundo empezaba a girarle a una velocidad de vértigo se alejó de Jessica y Allison y quedo parada, sintiendo como el pánico empezaba a subirle lentamente por cada musculo del cuerpo.
Enseguida lo supo.
El pánico no era de ella, era de alguien que era lo bastante cercano como para mandarle esa energía. Debía de ser alguien que en último momento sintiera tal pánico y pensara en su persona para que ella pudiese sentirlo.
Y lo comprendió enseguida, mientras las lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas.
Era Valerie.
-¿Hestia?- la ausente voz de James le llegó lentamente hasta sus oídos mientras una nube de sentimientos la embargaba- ¡Hestia, respira!
Y abrió los ojos, sintiendo como el pánico se disipaba.
Delante de ella estaban los merodeadores, Lily, Donovan, Rachel, Jessica y Allison, mirándole sin entender.
-¡Valerie!- chilló cuando pudo abrir su garganta, sentándose sobre sus piernas para poder respirar.
-¿Valerie?- preguntó Sirius titubeante.
Y pasó.
Se escuchó un estallido desde los últimos rincones de Homesgade y los diez voltearon a ver la nube negra, dejándose ver un símbolo en el cielo.
-No- Rachel se llevó las manos a la boca, ahogando un sollozo, viendo con terror como la marca de Voldemort se extendía por donde debería estar el salón de té de Madame Pudipié.
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