12. Peleas
-Robinson- la voz de Lia sonó con asco, Cassandra la codeó para que no empezará con su típico juego de peleas con las personas. Porque además del usual odio que las Skinny sentían por la mitad de las chicas de Hogwarts, el que Lia profesaba por Hestia era mucho más grande que cualquier otro. Ella sabía, de alguna forma, que lo único que le prohibía acercarse a Remus Lupin es la cazadora castaña- ¿Qué estás haciendo aquí?
-Pregunte yo primero- contestó sin moverse mientras sus ojos chocolate se clavaban en los azules zafiro de su mejor amiga- Y si es posible, espero que me contesten rápido.
-Hestia no es lo que piensas- Valerie se movió rápido, alejándose por completo de las Skinny Queens y quedando frente a su mejor amiga.
-Oh, claro que es lo que pienso- espetó frunciendo aún más el ceño.
-¿Podemos hablar afuera?- la castaña volteó, saliendo del salón a paso rápido.
-Val apúrate, ¿sí?- dijo Cassandra mirándole suplicante, señalando el cofre a medio abrir. Si no estaban las cuatro dueñas de los collares al mismo tiempo, el cofre no se mantenía abierto.
-Esto se termina aquí- Valerie agarró su colgante de arriba del cofre de los secretos de Sally y este inmediatamente se terminó de cerrar, llevándose para adentro todas las cosas que estaban fuera- Yo no quiero involucrarme más con ustedes. Ya me separé, ya no soy más una Skinny Queen.
-¡NO VALERIE!- chilló Gin saltando de su asiento, rompiendo el cálido ambiente- No puedes hacernos esto. Estábamos a punto de resolver qué demonios está pasando con Sally.
-No me importa- contestó negando- Está no es mí vida. Yo ya no soy una Skinny, entiéndanlo de una vez. Yo no pertenezco a ustedes.
-Pero... ¿Acaso no leíste lo que el pergamino decía, Val?- preguntó Cassandra, insistente- Esto puede cambiar también para ti.
-No me interesa.
-¡Valerie no seas egoísta!- chilló Gin furiosa- Merecemos saber.
-Pues hablen con Sally.
-Hazlo por mí- dijo Lia acercándose a ella lentamente- Somos mejores amigas.
-Hestia es mi mejor amiga- le corrigió, apartándose- Lily, Rachel, ellas son mis amigas, no ustedes.
-Valerie por favor.
-Te he dicho que no y punto- protestó antes de voltear y salir del salón, buscando rápidamente a Hestia, quien le miraba atenta unos metros más allá- Antes de que me digas algo... por favor, escúchame.
-¿Qué quieres que escuche, Valerie? Te he visto yo misma- protestó, conteniendo el aliento- Me prometiste que nunca más te juntarías con ellas.
-¡Sé lo que te he prometido! Pero no me he juntado con ellas.
-Al menos que yo no te he visto.
-¡Hestia no tergiverses las cosas! Entiéndelo, mi vida con las Skinny Queens ya terminó.
-Eso lo pensaba yo también, Valerie, pero tú no te viste entre ellas. Estabas radiante mientras revisabas esa cosa.
-No tiene nada que ver.
-¿Qué era eso?
-Algo.
-¿Qué?
-Algo que no te interesa saber, Hestia.
-¿Desde cuándo me ocultas algo? Estás volviendo a juntarte con ellas. Espero que note empieces a comportar como una perra en cualquier momento.
-¡Deja de faltarme el respeto! No sé qué te pasa. No es como si te fuera a cambiar.
-¡Es que ya lo has hecho, Valerie!- chilló, largándose a llorar- No puedo verte con ellas porque me da pánico que vuelvas a cmportarte como antes. Ya me abandonaste, me dejaste de lado y me cambiaste. No soy capaz de volver a perderte a manos de ellas. Es que tú no te das cuenta pero de alma eres una SQ, no eres una de nosotras.
-No puedes pensar eso, Hestia- murmuró sintiendo como una presión comenzaba a aparecer en su pecho- Somos mejores amigas desde que somos unas crías.
-Entonces dime que es lo que estaba en ese pergamino.
-No puedo.
-¿Vas a volver a ocultarme cosas? ¿Vas a volver a meterte en sus jugarretas? ¡Valerie, date cuenta, esto es todo una trampa!
-¿Acaso piensas que soy una idiota?
-Al parecer sí, lo eres.
Ambas se miraron durante unos segundos en silencio.
-¡Valerie!- chilló Cassandra mientras se acercaba a paso rápido hacía ellas- Muchas gracias por la ayuda, es una suerte poder contar contigo.
-De nada, Cass- contestó por inercia, viéndole por su hombro- Después hablamos, ¿vale? Ahora estoy ocupada, creí habértelo dejado en claro.
-Oh, lo siento- fingió una sonrisa y cuando sus ojos chocaron con los de Hestia sonrío aún más. Cassandra podía ser la más racional, o hasta la más buena, de las Skinny Queens, pero era una de ellas de todos modos- Hasta luego chicas- se volteó, yendo a paso rápido hasta donde estaban sus amigas esperándole.
-¿Ahora volvió a ser "Cass"?
-¡Me tienes hasta la coronilla con tus celos irracionales, Hestia!
-¡Yo no estoy celosa! Quiero saber ya mismo que era lo que estaba pasando. Si dices que no eres más su amiga entonces tengo derecho a saber que ha sucedido.-
No te lo puedo decir, ¿vale? Es un secreto de nosotras.
-¿Nosotras?
-¡SI, HESTIA, NOSOTRAS! ¿Acaso tienes algún problema que no escuchas bien?-espetó mientras comenzaba a ponerse roja de la rabia- Y si no puedes entenderlo, si tú cerebro no es capaz de procesar ciertas cosas, creo que es momento de que nos separemos por un tiempo.
-¿De qué me estás hablando, Valerie?- preguntó ahogando un jadeo, sintiendo como las lágrimas comenzaban a escurrir por sus mejillas.
-Que creo que es momento de que andemos por separado.
-¿Eso es lo que quieres?
-Eso es lo que creo que es mejor.
Hestia le miró dolida un segundo y luego se mordió el labio, para finalmente asentir, dejando en claro que no iba a protestar más.
Valerie tenía ganas de golpearla por llevarlas hasta ese punto, pero se mantuvo estoica en su posición.
-¿Chicas?- Lily y Remus se acercaron a ellas a paso lento, como si estuvieran verificando la situación. Pero para la castaña verles caminar juntos, unidos, le demostró lo que acaba de perder y salió corriendo. Valerie di un paso hacía ella, pero se volvió a poner como antes- ¡Hestia! - chilló el prefecto, corriendo detrás de ella.
Valerie quedó absorta, mirando como los dos castaños desaparecían al doblar un pasillo, mientras sentía como la mano de Lily se apoyaba sobre su hombro.
-Creo que voy a morirme- susurró la rubia mientras volteaba y se aferraba a los brazos de la pelirroja- Lo siento tanto.
-¿Qué ha pasado?- preguntó Lily sin comprender. Ver llorar a Hestia era una cosa, pero que Valerie también llorara era demasiado para imaginar.
-¿Puedes llevarme a la sala común?
-Puedo llevarte hasta el fin del mundo con tal de que estés bien, Bunny.
Val sonrío un poquito, agradecida de poder tener aún una amiga como Lily.
***_***_***
Remus cerró la mano sobre la muñeca de Hestia, provocando que la castaña frenara la marcha y volteara a mirarle.
-Déjame sola.
-Sabes que no podría hacerlo. Dime qué te pasa.
-Remus déjame sola.
-No.
Hestia suspiró y avanzó hasta él para poder abrazarlo fuertemente.
-Oh, Rem, no sabes la salvación que eres para mí en este momento.
-Sabes que siempre estaré para ti cuando me precises- le besó la frente, provocando que la castaña le mirara interrogante. No precisaba hablar para que entendiera lo que estaba pasando por su mente en ese momento- No, no de esa forma. Hestia ya lo hemos hablado.
-Apiádate de mí.
-Me dijiste que la otra noche sería la última.
-Espero que enserio no te lo hayas creído. Eh, Remus, vamos, si verdaderamente lo disfrutas.
-Hestia...
-Te lo puedo hacer acordar- le dijo, apoyando toda la extensión de su cuerpo sobre él.
-¿Acaso tú no estabas mal?- preguntó, mientras las manos bajaban de sus hombros al resto de su cuerpo de manera automática.
-Estoy mal- contestó suspirando- Pero tú me pones, Rem.
-Merlín, ¿qué puedo hacer contigo?
-Varias cosas- contestó antes de tomar impulso para saltar sobre él y enredar las piernas en su cintura- Podemos empezar con besarnos.
Lily se recostó contra la pared que hacía la montaña de libros y suspiro. Era imposible que volviera a pasar. Las Skinny Queens estaban volviendo a romperlas y le atemorizaba saber que ya habían empezado con separar al par más sólido de Valerie con Hestia.
Se sintió extraña al considerar esa clase de cosas cuando hacía tan solo unos meses estaba sola, sin amigos más que Snape y Alice con Frank. Dos de ellos graduados del colegio y otro considerado como un traidor por haberle llamado de aquella forma.
-¿Evans?- aquella voz logró sobresaltarle de tal manera que se pegó la parte baja de la cabeza contra la montaña de libros- ¡Lo siento! No pretendía asustarte.
James enseguida corrió a ayudarla.
-Estaba distraída, fue mi culpa- contestó mientras se enderezaba para verle mejor-¿Qué haces en la biblioteca, Potter? No eres habitué de pasar por aquí.
-En verdad te estaba buscando.
-¿Enserio?- preguntó entrecerrando los ojos- ¿O acaso estás siguiendo a una nueva conquista?
Para cuando terminó de decirlo ambos se percataron de algo. Lily le estaba coqueteando.
-No- negó el azabache sonriendo mientras veía como la pelirroja se retorcía sobre sí misma- He dejado eso hace bastante tiempo.
-¿Seguir a las chicas?- preguntó de manera automática, volviendo a arrepentirse por parecer tan interesada.
-Sep.
-Suena tan increíble viniendo de ti.
-Me hieres, Evans- le sonrió de la mejor manera posible y ella se sintió un poco ruborizada.
-Con la verdad, Potter.
-Dejémoslo así, ¿vale? Usualmente cuando tiendo a discutir contigo siempre termino perdiendo.
-Acostúmbrate.
James sonrío.
-Estaba pensando...
-Ah, no, espera- Lily se volteó y tomó un libro entre sus manos- Ahora sí.
-¿Para qué es el libro?
-Cada vez que empiezas una oración con "estaba pensando" siempre término hechizándote, al menos ahora te golpearé con un libro- explicó, como si fuese algo sencillo.
-Preferiría que no me hicieras nada.
-Es casi imposible que eso suceda. Pero vamos, habla.
-Como te decía, Evans, estaba pensando que podríamos a empezar a tener nuestras clases particulares en nuestra sala de premios anuales.
-¿Por qué?- preguntó entrecerrando los ojos de manera amenazadora.
-Porque he escuchado que varios alumnos quieren pedirte clases particulares y sé que eso no está en tus planes.
Lily dejó el libro, no muy convencida de que estaba haciendo bien.
-Suena razonable. Y por primera vez en el año le podríamos dar uso a nuestra sala común ya que nunca le hemos usado.
-Tienes razón- James se mordió la lengua para no explicarle todos los otros usos a los que podrían darle a una sala exclusiva para ellos. Detrás de Lily aún había una montaña alta de libros que perfectamente podían terminar en su cabeza- Así que... ¿Aceptas?
-No puedo creerlo, pero sí.
-Y...
-¿Qué? No me tientes.
-¿Puedes llamarme James?
-No presiones.
Ambos se sonrieron.
***_***_***
-Remus me ha contado que te has peleado con Hestia- dijo Sirius mientras se acercaba a Valerie, quien alzó la cabeza para mirarle y luego bajo la mirada,intentando escapar de la futura escena- ¿Qué ha pasado?
-No quiero hablar de ello- contestó mientras juntaba las piernas contra su pecho.
-Oh, pues yo si quiero saberlo- le espetó, frunciendo el ceño.
-Ya, no seas pesado, Black.
-¿Black? Veo que estás de mal humor. ¿Quieres que hablemos en la cama?- le susurró, mientras tomaba asiento junto a ella y colocaba la mano en su muslo, muy cerca de la parte interna.
-¡Sirius!
-Al menos ya me llamas por mi nombre- dijo sonriendo, provocando que ella también lo hiciese- Vamos Val, dime que es lo que ha sucedido.
-Discutí con Hestia porque me vio con Cassandra, Lia y Gin.
-¿Eh?- los ojos se Sirius se abrieron como platos- ¿Con ellas? Pensé que no querías volver a saber de ellas.
-No me lo repitas, ya tuve esta discusión.
-¿Pero de qué han hablado?- cuestionó, paseando sus dedos por arriba de la rodilla de ella en un gesto tan natural que ninguno pareció notarlo. Aunque sí lo estaban haciendo.
-No vas a sobornarme con sexo para que te lo cuente- negó luego de unos segundos, quitando la mano de él de su pierna.
-¡Oh, Valerie, por favor! Soy Sirius, sabes que entre nosotros no hay secretos. ¿Te perjudica a ti?
-Sí- asintió cerrando los ojos con pesar.
-Entonces no puedes prohibirme saber, Valerie, si es algo que tenga que ver contigo debo saberlo. Es mi obligación como tú mejor amigo.
-No quiero que nadie lo sepa, Sirius, no es algo bonito de saber.
-Todo sobre ti es bonito- susurró esta vez, cerca de su oído.
-Que dejes de sobornarme.
-Lo digo enserio- protestó como niño pequeño antes de estirarse para unir sus labios en un cálido beso. Colocó la manos a ambos lados de la cabeza de ella y la atrajo hacia sí mismo para besarla con más efusividad. Ella se sentó sobre sus piernas de manera instintiva- Val, enserio, dime, no quiero quedarme preocupado de más por ti.
-Está bien, te lo diré- murmuró poniendo los ojos en blanco- Sally ha descubierto que posiblemente somos hermanas.
-¿Qué?
-Mi padre tuvo un amorío con la madre de Sally hace dieciocho años- explicó, largando un suspiro- Iban a escaparse juntos y crear una familia, todo ese rollo asqueroso, pero mí madre ya estaba embarazada de mí y mi padre quería hacer una familia con mamá. Pero la madre de Sally, Susan, dio a luz a un bebé pocos días antes de que yo naciera. Todo quedo muy inconcluso, pero mi padre y Susan se han estado carteando hace mucho tiempo y corre la gran posibilidad deque Sally y yo seamos hermanas. En la familia de Butcher nadie es rubio y justo da la casualidad que mi blonda cabellera es herencia de los Clapton.
-Pero Valerie, tendrías que hablar de eso con Sally. Si verdaderamente es tú hermana...
-Esa es la razón por la que puso al colegio en mi contra, Sirius. Ella está orgullosa de ser una Butcher y la idea de que en verdad sea una Clapton le ha aterrorizado desde el primero momento que lo supo.
-¿Eso era lo que estaba dentro del cofre de Sally?
-¿Cómo sabes de eso?
-Me he acostado con dos SQ y ambas tienen el colgante que justo una de ellas, que está sentada sobre de mí, está usando. He investigado, Val, y sé muchas cosas de su grupito.
-Sexy y con cerebro, excitante.
Ambos se besaron y tras detenerse para tomar aire, Sirius le acomodó un cabello detrás de la oreja.
-¿Tú estás bien?- preguntó mientras colocaba un mechón de cabello detrás de su oreja- No soportaría verte mal, Valerie, tú usualmente eres mi soporte y la chica que siempre está ahí para mí.
-Estoy bien, Sirius, no debes de preocuparte por mí. Nosotras sabíamos de esto, al menos lo sospechábamos, no es totalmente una sorpresa.
-Pero de todas formas lo hago, Val- volvió a unir sus labios en un profundo beso, esta vez un poco más apasionado- Te amo, Valerie.
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