C62: El fan.
—¿Qué?—exclamó Zabdiel totalmente ofendido.—¿Por qué no me lo habías dicho?—exigió mirando a su novia con una ceja enarcada.
Camila negó un poco y se acomodó un mechón de su negro cabello detrás de su oreja. Luego soltó un suspiró de frustración y metió sus manos en los bolsillos de su abrigo.
—No quería que te molestaras—anunció simplemente—Además, no es el fin del mundo Zabdi—explicó mirándolo.—ustedes aun no tienen viajes programados—él la miró de mala gana y luego también suspiró.
—¡Es que no quiero que estemos separados!—masculló el muchacho acercándose un poco a ella.
—¡Y no vamos a estarlo, mi amor! Por lo menos no por ahora—anunció la chica encogiéndose de hombros. Él no pudo soportarlo más y la envolvió en un gran abrazo. Besó su frente y Camila se escondió en el pecho de su novio.
—Si es por el dinero Cam, yo puedo dártelo—Camila se apartó de golpe y lo miró mal.
—¡No quiero tu dinero!—anunció cruzándose de brazos realmente ofendida—es como sí quisieras pagarme por estar contigo—chilló.
—No quería ofenderte, Cami—murmuró avergonzado.
—Jamás en tu vida vuelvas a decirme una cosa así—exigió de mala gana. Zabdiel sonrió y volvió a abrazarla.
—No quiero que dejes el tour, por Dios. ¿Qué voy a hacer sin ti?—ella se relajó entre los brazos del boricua y lo abrazó con fuerza.
—Los dos sabíamos que en algún momento iba a pasar—habló ella con la voz amortiguada—Era cuestión de que mi madre se recuperara, yo solamente estaba supliéndola—él asintió muy a su pesar porque sabía que ella tenía razón. Él lo sabía desde un principio, pero era tanto el amor que él sentía por ella que no le había importado.
—¿Por qué no puedes venir con ella?—preguntó con media sonrisa. ¡Era una excelente idea!
—¿Y que se supone que va a pasar con la escuela de Madison?—señaló la chica y él frunció el ceño. ¡No era tan excelente la idea!
—Maddie puede venir, tomar clases en línea como lo hace Erick—Camila negó de inmediato.
—¿Ves en Madison una versión joven de Danna, no?—se burló.—Madison tiene diez años, ¿Erick toma clases de un chico de diez años? ¡Claro que no!—explicó con diversión.—De verdad, mi amor. Estaremos bien.
—¿Jamás has escuchado lo que dicen de las relaciones a larga distancia?—preguntó de nuevo el boricua.
—¿Qué es lo que pasa contigo, Zabdiel? Siempre eres muy positivo y el día de hoy estás...extraño—él negó de inmediato.
—Estoy tratando de encontrar una manera de traerte conmigo—Camila rio.
—No pierdas el tiempo, eso no va a pasar y es mi última palabra...
(...)
—En otras noticias, la noche de ayer, los chicos de la famosa boyband CNCO, ofrecieron una épica fiesta en la cual estuvieron invitados una infinidad de personas, pertenecientes y no pertenecientes al mundo de la farándula. ¡Si, como lo escucharon! Los chicos, denominaron dicha celebración como "La fiesta del año" en donde hubo mucha buena música, alcohol y mucha diversión. Christopher, Richard, Zabdiel, Joel y el pequeño Erick, se divirtieron, bailaron, corearon sus canciones, provocaron suspiros y robaron corazones...—Danna miró la pantalla de su teléfono en su mano mientras la conductora de un noticiero matutino seguía parloteando—...según fuentes cercanas y personas que asistieron a dicho evento, los chicos lo hicieron sin el consentimiento de su manager, aún no sabemos cómo es que Renato Francis vaya a tomarlo. Lo que sí sabemos es que estos muchachos sí que disfrutaron de las pequeñas vacaciones que tuvieron en medio de su tour.
—Yo estuve viendo un sinfín de historias en redes sociales de muchas personas que asistieron a este épico evento, de verdad que se divirtieron....—agregó el otro hombre a su lado.
Quitó el video y bloqueó su teléfono pensando en el extraño mensaje. CNCO. La fiesta del año. Donde organizas la fiesta del año o donde terminas con un integrante más en la familia. Era el mensaje más extraño que había recibido en toda su vida. ¿Y sí la persona que lo enviaba se había equivocado de destinatario?
Se puso de pie y dejó el teléfono en su mesa de noche. Abrió el enorme ventanal de cristal y se sentó en el suelo de la terraza. Podía escuchar a los chicos con sus familias en el piso inferior, la celebración seguía en su máximo esplendor pero ella estaba cansada. Miró al cielo oscuro y sonrió apreciando los enormes fuegos artificiales de colores.
Volvió a pensar en el video y parpadeó varias veces. ¿Esa sería la fiesta de la que Renato habló aquella vez de la que los locutores de radio aún estaban hablando? Sí bien recordaba, ella llegó a la vida de esos chicos mientras ellos tenían un pequeño descanso de su tour. ¡Azul también la había mencionado la primera vez que la vio!
¿Dónde organizas la fiesta del año o donde terminas con un integrante más en la familia? ¡Eso no tenía sentido! Una loca idea se le cruzó por la cabeza... ¿Y si alguno de los chicos iba a ser padre? ¿Y si hacía referencia a eso el mensaje? Se puso de pie en un salto y caminó hasta la mesa de noche para tomar su teléfono de nueva cuenta.
—¡Danna!—gritó la voz de Joel del otro lado de la puerta. Miró el teléfono con frustración y luego fue a abrir encontrándose con el mexicano sosteniendo un pequeño plato desechable con una rebanada de pastel.
—¿Sabes que son casi las dos de la mañana, no?—preguntó totalmente divertida.
—Sí, pero cuándo salí al jardín con mis hermanos vi la luz de tu habitación encendida y como dijiste que no tenías hambre hace un rato, pensé en traerte una pequeña merienda—explicó dedicándole una encantadora sonrisa.
—Pasa entonces—cedió la chica abriendo más la puerta para que él pudiera pasar.—Joey, ¿puedo hacerte una pregunta?—él la miró mientras se acomodaba en el suelo con las piernas cruzadas y luego asintió.
Danna cerró la puerta, caminó hasta él y se sentó a su lado—Todas las que tú quieras, Dan—le sonrió entregándole el pastel y sacando de su campera una pequeña botella con leche.
—¿Qué es la fiesta del año?—soltó de golpe hundiendo la cuchara de plástico en la masa de chocolate sobre el plato.
—¿Qué?
—¿Qué es la fiesta del año?—repitió mirándolo fijamente.—No te hagas el desentendido y más vale que me lo digas, dijiste que podía hacer las preguntas que yo quisiera—acusó mirándolo.
—Sí, pero no esa—reprochó él.
Danna lo miró con curiosidad y se puso de pie en un salto. Joel la miró casi con la boca abierta y reaccionó cuándo se dio cuenta que ella estaba caminando a la puerta. Se levantó rápidamente y corrió hasta ella para impedirle el paso.—¿Qué te pasa?—cuestionó la muchacha con el ceño fruncido.
—¿A dónde crees que vas?—preguntó mirándola.
—Le preguntaré a Renato que es la fiesta del año. O a alguno de los chicos—respondió encogiéndose de hombros.
—¿Estás loca? ¡Nuestras madres no saben de eso!—Danna rio.
—¡No seas inocente, Pimentel! ¡Todo internet sabe! Es obvio que lo saben, así que déjame ir ya que tú no quieres decírmelo—Danna se cruzó de brazos y el corazón de Joel se aceleró.
—Está bien, te diré—anunció y Danna sonrió.—Fue una fiesta que organizamos una vez que Renato nos dejó solos. Fue una imprudencia de nuestra parte, pero aun así lo hicimos—Danna parpadeó un par de veces.
—¿Embarazaron a alguna chica?—soltó de golpe.
—¿Qué? ¡No! ¿De dónde sacaste esa locura?—preguntó ofendido.
—Es una simple pregunta—espetó la chica cruzándose de brazos.
—De mal gusto, Danna—añadió cruzándose de brazos también.
—¿Y terminaron con un integrante más en la familia, no?—las mejillas de Joel se sonrojaron y la miró fijamente.
—¿Qué?
—¿Por qué terminaron con un integrante más en la familia?—lo presionó.
—No sé de qué me estás hablando, Danna Silvetti—respondió el muchacho.
—¿Estás seguro, Joel?—él asintió firmemente.
—¡¿De dónde sacaste eso?!—cuestionó el mexicano.
—De internet.
(...)
—Empieza a andar—indicó Axel mirando a Danna.—Después comienza a tomar un poco más de impulso y salta. Cuándo estés en el aire empieza a girar Dan, pero no olvides cruzar los brazos encima de tu pecho como sí estuvieras abrazándote a ti misma—Danna lo miró un segundo y luego miró al resto de sus compañeras de equipo hacer trucos diferentes.
—¿Por qué no puedo hacer lo que hace Lucy? ¡Está más fácil!—se quejó.
Axel se rio.
—Cindy dijo que eres más ligera que el resto, además ella sabe cómo trabajas—le comunicó el chico—si le pones todas las ganas Dan, vamos a ganar—Danna rio.
—Estaría increíble—coincidió.
—El trabajo está literalmente hecho, Dan. Pasamos todas las competencias previas hasta que Melissa quiso brillar y decidió irse. Así que el lugar que antes de ella, ahora es tuyo.—Danna lo miró un breve segundo.—Tienes una responsabilidad muy grande, a decir verdad.
—Nunca había escuchado sobre ella—Axel rio.
—Algunas veces viene, pero creo que ya te diste cuenta que cuándo entrenamos la pista cierra para el público y es toda nuestra.
—Es increíble—decidió Danna.
—¿Sabes qué otra cosa estaría increíble?—preguntó el muchacho llevando su mirada brevemente a las gradas alrededor de la pista—Si tu novio dejara de querer asesinarme con la mirada—Danna miró a su novio y rio de nuevo.
—Ignóralo—pidió encogiéndose de hombros.
—¿Sabes que con la mano en la cintura puede hacer que un puñado de chicas me odien, cierto?—Danna negó con diversión y lo miró un breve segundo.
—Sólo ignóralo, en serio—repitió.—dime como lo hago—agregó.
Christopher miró en la distancia a su enana, no podía dejar de pensar que esa chica cuándo estaba encima de los patines era completamente feliz. Dejó el teléfono de lado y la miró. Primero comenzó a andar bajo la supervisión del vecino, la observó tomar impulso y saltar, su cuerpo giró dos veces y ella automáticamente cruzó sus brazos encima de su pecho y sus piernas ligeramente, tomó el teléfono y le hizo una fotografía. No podía negar que era realmente increíble, Danna parecía como si estuviese volando dentro de la pista. Escuchó el sonido de las ruedas chocando cuándo aterrizó de nueva cuenta en el suelo y sonrió.
—¡Excelente, Danna!—la halagó Axel.
—Dame un segundo—pidió la muchacha con media sonrisa. El castaño asintió y ella se echó a andar para acercarse a su novio.
—Dios mío, eres la mejor patinadora que he visto en mi vida—anunció Christopher con una increíble sonrisa en los labios. Danna se inclinó sobre la valla de seguridad que los separaba y lo besó brevemente.
—¡Y tú demasiado exagerado!—se burló ella. —¿Ha sonado mi teléfono?—preguntó la muchacha mirándolo.
—Eh, puede que haya hecho de una fotografía con tu teléfono y posteado en Instagram—Danna rio.—Así que si, muchísimas notificaciones—agregó encogiéndose de hombros.
—Pues muchas gracias, supongo.—Christopher le sonrió y el corazón de la chica se aceleró en respuesta—¿Estás listo para mi presentación?—él asintió automáticamente.
—Estaré en primera fila gritándote que eres la mejor patinadora sobre la tierra, que te amo y que quiero que me hagas muchos hijos—explicó el ecuatoriano con media sonrisa.
Danna soltó una carcajada.—¿Qué?
—Eso es lo que nos gritan las fans en los conciertos—se excusó—Y déjame decirte, cariño. Que me declaro tu fan número uno, no existe otro fan que te amé tanto como yo—sonrió—Así que como buena ídolo que eres, cumple el sueño de este fan que es tuyo y bésame—Danna lo miró con diversión, se inclinó de nuevo sobre la valla y lo besó brevemente.
—¡Eres un loco!—se burló la muchacha.
—¡Pero soy tu loco!
(...)
—¿Qué se supone que estás haciendo?—preguntó el hombre mirando a la pelirroja con las manos pegadas al mouse táctil de la computadora portátil.
—Estoy preparando nuestra arma final—sonrió la chica despegando la mirada de la pantalla para mirarlo un segundo.—hoy es un día especial para la tonta de Danna porque es el cumpleaños de Erick...¿Qué mejor día para destruirla, no?—cuestionó sonriente.
—Jamás pensé que existiera alguien con la mente tan retorcida—comentó el hombre dejándose caer en el sofá con una lata de cerveza en la mano.
—¡Tú eres un borracho con mente retorcida!—se burló ella.
—¿Cómo va a ayudarnos una maldita computadora a terminar con esa chica?—Azul miró a Marcus y le sonrió. Luego llevó la mirada hasta la computadora y desconectó el cable USB que la unía a su teléfono.
—Pobre Danna...—murmuró mirando al hombre y luego sonrió—Va a desear jamás haberse cruzado en mi camino. Y...mi venganza...comienza...ahora.
Anunció antes de oprimir la tecla de enviar.
Sonrió ampliamente y se maravilló cuándo en la pantalla de su teléfono comprobó que el mensaje había sido entregado correctamente.
—Adiós para siempre, Danna Allye Silvetti...
_ _ __
¡PELIRROJA INMUNDA!
Tengo que confesar que me divierto mucho jodiendole la vida a Danna, JAJAJAJA mente retorcida la mía. Pero en serio, me gusta mucho escribir sobre las locas ideas de Azul.
¡Espero que les guste mucho chicaaaaaas!
Les envío un beso enormeeeee y nos leemos en la próxima actualización J
All the love G xx.
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