C53: ¡Feliz Navidad!

ESPECIAL NAVIDEÑO🎄🎉 2/3

—Buenos días, Dan—Danna apartó la mirada del bien cuidado jardín de su abuela y suspiró.

—Buenos días—respondió mirando a Manuel, le ofreció una pequeña sonrisa y luego volvió su atención a las flores en los arbustos.

—¿Te pasa algo?—preguntó sentándose a su lado—Te miras como sí algo te perturbara, ¿es por la altura de la ciudad? Porque vives sobre el nivel del mar y entonces...—Danna rio.

—Estoy bien, Manuel—decidió la chica—solamente un poco cansada—se encogió de hombros.

—Manu, llámame Manu. Sí voy a ser tu tío favorito, tienes que llamarme Manu—Danna rio nuevamente y lo miró.

—De acuerdo, Manu entonces.—el hombre sonrió.

—Es increíble cómo me convertí en padre y tío a la vez, no soy tan viejo—dramatizó.—encima una sobrina con novio, por Dios—La chica sonrió.

—¿De verdad eres bueno con los patines?—preguntó mirándolo un momento.

—Me ofendes, Danna—se indignó.—No, la verdad es que jamás he estado encima de unos patines.—se rio—pero tenía la esperanza de verte patinar aunque fuera un poco.—Se encogió de hombros.

—Supongo que será para la próxima...

(...)

—Me haces recordar a mi mejor amiga—le dijo Danna a Mariana mientras esta terminaba de aplicarle algo de rubor en las mejillas.

—¿Por qué?—cuestionó la mujer demasiado concentrada en su labor. Danna rio.

—Porque siempre está haciendo lo que quiere conmigo—se encogió de hombros y Mariana rio.

—¿Tengo que halagarme u ofenderme?—preguntó la mujer con diversión.

—No lo sé—respondió la castaña.—¿Por qué tengo que maquillarme? No vamos a salir de casa, ¿o sí?—añadió mirando a Mariana a través del espejo.

—No.—suspiró la mujer.

—Pero no quieres estar en las fotografías familiares desarreglada, ¿cierto?—Danna rio—Sobre todo sí en tus redes sociales tienes a un montón de chicas al pendiente de lo que haces—Dan rio otra vez—Por cierto, me encantó la fotografía que posteaste con Leah—Las mejillas de la muchacha ardieron automáticamente.

—Sí te molesta puedo eliminarla—ofreció la chica.

—¿No me escuchaste, Danna? Te acabo de decir que me encantó...—sonrió—es demasiado tierna...—la muchacha sonrió también.

—Manu la hizo—anunció la chica con media sonrisa.

—¿Manu?—cuestionó Mariana con una ceja enarcada.

—Me dijo que lo llamará así, que no era tan viejo como para tener una sobrina de diecisiete años—Mariana rio.

—¡Dios mío! Él no va a cambiar jamás—ambas rieron.

Y Danna lo comprobó un rato después, se sentó junto a Renato quién sostenía ente sus brazos a la pequeña Leah, mientras su abuela les contaba una anécdota divertida y Manuel no dejaba de hacerle muecas para que se riera. Le gustaba molestar a su madre y Danna era su nuevo objeto para llevar a cabo sus bromas. La chica se esforzaba demasiado para no echarse a reír, apartó su mirada del rostro divertido de su tío y apoyó su cabeza en el hombro de su padre mientras miraba detenidamente los pequeños ojitos del bebé.

Soltó un suspiro y Renato la miró un breve momento antes de depositar un pequeño beso en su coronilla.

Habían pasado el día entero juntos paseando. Primero fueron a desayunar a un restaurante de comida rápida, después recorrieron las calles y terminaron comprando recuerdos para los chicos en los puestos de artesanías. Danna estaba totalmente encantada y aunque extrañaba a sus amigos, tenía que admitir que no era lo mismo estar con ellos.

Sola podía salir a pasear sin tener problema alguno. En cambio con ellos, no podía salir ni a la esquina sin que una montón de chicas se aglomeraran a su alrededor y ella podía entenderlas a la perfección.

—¿Por qué no puedo hacerme un tatuaje?—había preguntado Danna mirándolo fijamente.

—Porque no—respondió él.

—Renato, por favor—suplicó—es un tatuaje de henna, se va a ir en unos días—explicó en voz baja.

—No insistas, Danna—la retó el hombre.

—¿Puedo entonces hacerme trencitas de playa con cuentas?—cuestionó mirándolo suplicante.

—¿Qué? ¡Claro que no!—se rio él.

—¿Y ahora porque no?—preguntó ofendida.

—Te van a salir piojos—respondió Renato pasando su brazo derecho sobre los hombros de la chica. Danna soltó una carcajada.

—¿Qué?

Y así habían pasado el día entero bromeando entre ellos. Pasando tiempo de padre e hija tal y como Renato había deseado desde hacía un tiempo.

El teléfono de Danna comenzó a vibrar encima de su pierna. Apartó su cabeza del brazo de su padre y frunció el ceño.

De: Azul.

Feliz Navidad, Danny. Esta tarde estuve en tu casa, pero Noah me dijo que te fuiste de viaje con Renato. Quería saludarte y aprovechar para dejarte un regalo de navidad. Espero que lo estés pasando increíble. Muchos besos, Azul.

Soltó un suspiro y sonrió un poco. Se puso de pie para salir a tomar un poco de aire fresco, les dedicó una mirada de disculpa a su nueva familia y luego se marchó a paso lento.

Para: Azul.

Feliz Navidad para ti también, Azul. Gracias por el regalo, pero no era necesario que te molestaras.

Luego el teléfono comenzó a vibrar descontroladamente en sus manos. Sonrió dándose cuenta que todos los mensajes provenían de los chicos.

De: Richard.

Dan, feliz navidad, niñita. Aaliyah y yo esperamos que estés muy bien. Disfruta mucho y ya tenemos listos tus regalos. Te enviamos muchos besos y abrazos.

Para: Richard.

Feliz Navidad para ustedes también, Rich y Aaliyah bebé. Dale muchos besos por mí, por favor. Yo también ya tengo sus regalos, espero que les gusten.

Y no mentía, tenía un regalo para la preciosa niña.

De: Joel.

¡Feliz Navidad, Danna preciosa! Por favor nunca dejes que Christopher vea este mensaje. Un beso enorme y un beso para ti.

Para: Joel.

JAJAJAJA, TONTO. ¡Feliz Navidad, Pimentel! Te quiero mucho y no te preocupes por el mensaje, él no los verá jamás.

Dejó que el viento fresco de México acariciara su rostro y soltó un suspiro. No podía negar que se la estaba pasando increíble, el hecho de tener una bebé en la familia le encantaba incluso aunque de antemano supiera que no iba a poder estar con Leah todo el tiempo.

Su teléfono volvió a vibrar y su corazón latió rápidamente en anticipación. No había hablado con Christopher desde la noche anterior y estaba comenzando a pensar que algo malo le había pasado, él jamás dejaba de enviarle mensajes o llamarla. Se decepcionó un poco de ver el nombre de Erick y luego se sintió una mala amiga.

De: Erick.

¡Feliz noche buena, Dan! Thiago y yo te enviamos muchos besos y muchos abrazos. Ya queremos verte, te extrañamos.

Y junto al mensaje del cubano también había una fotografía de ellos dos mirando a la cámara demasiado sonrientes.

Para: Erick.

¡Feliz noche buena, preciosos! Yo también ya quiero verlos. Un beso para los dos.

Volvió a mirar la tierna fotografía y su corazón volvió a latir dentro de su pecho.

De: Cam.

¡FELIZ NOCHE BUENA, DANNA! TE DESEO LAS MEJORES COSAS DEL MUNDO.

Para: Cam.

¡Lo mejor para ti, Cami! Te quiero mucho, casi hermana. ¡Gracias por todo!

Se sentó en una de las sillas de playa y llevó su mirada al cielo deleitándose con los fuegos pirotécnicos de colores explotando en la negrura de la noche.

Abrió otro mensaje apenas su teléfono vibró en sus piernas y sonrió.

De: Zabdiel.

¡FELIZ NOCHE BUENA, DANNA! Te quiero mucho, pequeña Dan. Te envío un fuerte abrazo y muchas bendiciones!

Para: Zabdiel.

¡Más abrazos y muchas bendiciones para ti, Zabdi!

—Danna...—apartó su mirada de la pantalla del teléfono y la llevó hasta Renato que sostenía una pequeña caja entre sus manos.—...llegó esta para ti—anunció con media sonrisa.

—¿Qué? ¿A esta hora? ¿Para mí?—preguntó confundida.

—En realidad llegó ayer por la mañana, pero se supone que era una sorpresa—sonrió.

—¿Sorpresa?—murmuró poniéndose de pie y comenzando a caminar hasta Renato.

—Si.—le entregó la cajita envuelta en papel navideño y Danna la miró con curiosidad. No tenía firma, y ella realmente no tenía ni idea de quién rayos podría enviarle un paquete a una casa que no era la suya.

—¿Quién lo envía?—interrogó mirándolo con una ceja enarcada.

—Eso tienes que averiguarlo por ti misma—respondió él.—ahora, te dejo para que lo abras.

Se marchó incluso antes de que Danna pudiera decir cualquier cosa, caminó de nueva cuenta hasta la silla y se volvió a sentar con la pequeña caja entre sus manos. Retiró el papel con cuidado y destapó la caja de cartón con precaución.

Soltó un jadeo cuándo encontró una cámara de video color negra y una pequeña nota amarilla con una sola palabra.

Play.

La encendió y luego lo hizo. Esperó a que terminara de encender y su corazón literalmente explotó dentro de su pecho cuándo pudo ver a su novio en la mini pantalla de la cámara. Sonrió totalmente feliz y oprimió el botón de goma negro para reproducir el video.—rio—Todavía puedo recordar la primera vez que te vi, estabas ahí...tan tímida y creo que ya no queda nada de aquella Danna tímida. ¡Hemos creado a un monstruo! Lo importante es que quiero que sepas que te amo con toda mi alma, que eres la segunda persona más importante de mi vida, y si, la segunda, porque la primera es mi mamá. Estoy contando los días para verte y te tenemos preparada una sorpresa que estamos seguros que va a encantarte. Eh...creo que se me está acabando el tiempo.—suspiró—De verdad que estoy empezando a creer que no puedo dejar de decirte que te amo, porque te amo. Con todo mi corazón.

Danna sonrió con algunas lágrimas acumulándose en sus ojos. Reprodujo el video una y otra vez, sin dejar de pensar que ese era el mejor regalo que había recibido en su vida.

Su teléfono comenzó a sonar, ella dejó la cámara de video de lado y las lágrimas escaparon cuándo vio el nombre de Christopher en la pantalla.

—¡Feliz noche buena, enana preciosa! Te amo con todas mis fuerzas, mi vida...¡dime por favor que te gustó mi regalo!

—¡Me encantó! ¡Te amo!

_ _ _ _

¡QUE REGALO TAN MÁS GENIAL!

Espero que les haya gustado chicas, y para ver la otra parte del regalo navideño tienen que ir al álbum de los ONE SHOT, ahí encontraran las cinco mini historias  y la entrevista a los personajes -estoy muy seguras que se van a divertir un rato-.

NOS LEEMOS MAS TARDE.

All the love, G. xx

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