C52: Pasteles y promesas.
ESPECIAL NAVIDEÑO🎄🎉 1/3
—¡Creo que moriré de cansancio!—anunció Danna dejándose caer junto a la madre de Renato en uno de los sofás de la sala.
—¿Por qué no vas por tus patines y salimos un rato, Dan?—preguntó el tío Manuel con media sonrisa.
Danna rio.—Lo siento, pero no traje mis patines—se encogió de hombros.
—¿Qué? ¿Cómo pudiste haber viajado sin los patines? ¡Me decepcionas!—se quejó el hombre llevando una de sus manos a su pecho, justo encima de su corazón
—¿Están todos listos para mañana?—cuestionó la madre de los dos hombres que la acompañaban—Oye Danna, ¿Te gustaría ayudarme a hornear un pastel de almendras?—Los ojos de la chica se iluminaron.
—Por supuesto que si—respondió de inmediato.
—No puedo creer que mi propia madre nos haga a un lado por Danna—dramatizó el hombre. Renato rio mientras negaba un poco.—Ni siquiera nos da oportunidad de responder—agregó ofendido.
—Dan, antes de que te vayas a hacer lo que sea que vayas a hacer con mi madre, llama a Chris por favor. Me ha estado llamando desde hace un rato. ¿En dónde está tu teléfono?
—Uhm, durante el vuelo se quedó sin batería. Está en mi habitación, cargándose—se encogió de hombros nuevamente.
—Perdonen mi indiscreción, pero ¿Quién es Chris?—preguntó Manuel.
—El novio de Danna—respondió Renato encogiéndose de hombros.
—¿Novio de Danna?—la miró—¿Cuántos años tienes? ¿No crees que eres algo pequeña para tener un novio?—Danna rio.
—Tengo diecisiete—sonrió.
—¿Qué?
—Iré a llamarle antes de que amenace con llamar al novecientos once—se rio de sí misma poniéndose de pie—¿En dónde está Leah, por cierto?—preguntó al hombre.
—En la habitación de huéspedes con su madre—respondió aun indignado.
Danna le ofreció una última sonrisa antes de subir las escaleras en dirección a su habitación. Quería ver a Leah nuevamente, pero primero tenía que llamar al exagerado y dramático de su novio.
Tomó el teléfono rápidamente y soltó una carcajada apenas se dio cuenta que tenía nueve mensajes de Christopher..
De: Chris.
¡DAN! ¡Por favor!
Mi amor, respóndeme. ¿En dónde estás? Te extraño.
¿Ya no me amas?
Danna...
Hey tú...
ENANA DANNA...
¡Sí no me respondes en cinco minutos, terminamos!
Me perdiste...
Nah, mentira...te amo
Presionó la pantalla táctil encima de la fotografía de su novio y llevó el aparato a su oído.
—Te amo igual que siempre, no seas payaso. Estaba de compras con Renato, les dije en los mensajes de Whatsapp, Christopher.—hizo una pausa—¿En serio vas a terminarme por esto?—preguntó apenas el chico atendió.
—Ay claro que no, yo no escribí eso.—Danna rio.
—Lo escribió el Christopher celoso, y ahora estoy hablando con el Chris dulce—el ecuatoriano rio del otro lado de la línea.
—¿Cómo estuvo el vuelo?—cuestionó en medio de un suspiro.
—Algo cansado, pero bien.—sonrió a pesar que sabía que su novio no podía verla.
—Me alegro muchísimo, mi amor. Espera... ¿cansado? Sí solamente son tres horas de vuelo—Danna suspiró y se sentó en el alféizar de la ventana, observó a un par de niños jugar en la casa frente a la de su abuela y sonrió.
—Sí, lo sé. Pero la noche de ayer casi no dormí por los nervios.—le informó sin apartar la mirada de los chicos.
—¿Nervios?
—No sabía cómo me iba a recibir la familia de Renato—se rio—Pero creo que me equivoqué, su madre es totalmente encantadora, tiene un hermano, se llama Manuel su esposa es Mariana y los dos son totalmente increíbles. De hecho se podría decir que tengo una prima recién nacida—sonrió—su nombre es Leah y es preciosa—él rio.
—No sabía que te gustaban mucho los bebés—ella sonrió. Luego recordó su corta platica con Renato y sus mejillas enrojecieron automáticamente.—Además, Dan. ¿Quién podría no quererte a ti? Eres una chica dulce, divertida, increíble, hermosa...ay, te amo—Danna rio.
—Yo también te amo.—suspiró—¿Cómo van las vacaciones en Loja?—cuestionó para cambiar de tema. Christopher soltó un pequeño suspiro.
—Van bien, pero me hubiese gustado muchísimo que estuvieras aquí conmigo, mi vida.—Danna sonrió.—Por cierto, Erick me contó que cuándo te despediste de nosotros estabas al borde del llanto, sí me lo hubieras dicho Dan, me hubiese quedado contigo.
—¡Es un cubano chismoso!—protestó ofendida la castaña—Eso era demasiado egoísta de mi parte, y tú tenías que ir a visitar a tu familia, Chris. Tu mamá no iba a perdonármelo jamás.—él rio.
—Pero sí mi mamá te ama—hizo una pausa—aunque no tanto como yo.
Danna soltó una carcajada y negó con algo de diversión.—Escucha, tengo que irme ahora, ayudaré a la madre de Renato a preparar un pastel de almendras. Te llamaré más tarde, ¿sí?
—Me encanta la idea.—anunció el muchacho—Y Dan, trata de no incendiar la cocina, por favor.—la chica rio.
—No sé si reírme u ofenderme.—protestó ofendida.
—¿Qué tal decirme que me amas?—cuestionó el chico del otro lado de la línea telefónica.
—Te amo—anunció la chica.
—Yo te amo más, mi cielo—respondió Christopher sin saber que provocaba que el corazón de la muchacha latiera descontrolado dentro de su pecho.—Espero tu llamada, y ve y hazme un novio orgulloso.—se rio.
—Hablamos más tarde—agregó antes de dar por finalizada la llamada. Contempló la pantalla de su teléfono y sonrió cuándo encontró varios mensajes multimedia de Renato.
Abrió los mensajes y su sonrisa creció cuándo encontró las fotografías de ella con Leah. Seleccionó la mejor y la publicó en Instagram.
Tocó suavemente la puerta que sabía que ocupaba el tío Manuel y su esposa, escuchó un suave 《pase》 y haciendo el menor ruido posible entró en la habitación. La mujer pelinegra de ojos verdes -la madre de Leah- le ofreció una sonrisa amable.
—Danna, pensé que seguías de compras con Renato—le informó Mariana.
—Llegamos hace un rato—suspiró—es que yo...quería ver a Leah—susurró. Mariana le sonrió un poco y se apartó para que ella pudiera acercarse a la pequeña que dormía plácidamente en la cama.—Es totalmente preciosa—aseguró.
—Cuándo Renato nos dijo que tenía una hija no lo podíamos creer—comentó la mujer sentándose frente a ella en la cama. Danna apartó la mirada de la pequeña y la miró un momento—Renato no es el tipo de hombre al que te puedas imaginar adoptando a una niña, mucho menos a una adolescente.—sonrió.
—Pero es el manager y prácticamente guardaespaldas de cinco chicos—anunció Danna.
—Sí, lo sé. Pero no son sus hijos, Dan. Aunque lo parezcan. Los adora aunque diga lo contrario, pero...no lo sé, es un poco raro verlo en esta nueva faceta—Danna rio.
—Para mí también es un poco raro—agregó y volvió su mirada a Leah.
—Pero déjame decirte que sí Renato te adoptó y el día de hoy está aquí contigo, es porque realmente te quiere y eres alguien importante para él—Danna se sonrojó.
—Yo...sólo quería ver a Leah, ayudaré a Of...a la abuela, a preparar un pastel de almendras—Mariana sonrió.
—De acuerdo, apenas Leah despierte, me uno a ustedes—Danna rio y se puso de pie para marcharse.
Nunca en su vida había cocinado, pero estaba dando su mejor intento. Era tan torpe que ni siquiera podía distinguir la azúcar de la sal sin probarla. Razón por la cuál su abuela había tenido que desechar el primer intento de pastel. Danna se sonrojó notablemente y su nueva abuela se carcajeó. Era totalmente adorable ver a esa chica sonrojarse por algo que no tenía demasiada importancia. Cuándo Mariana se unió, Danna se dio por vencido, definitivamente ella no estaba hecha para la cocina, así que argumentando que era un total desastre en la cocina y ofreciéndose a hacerse cargo de Leah salió de la habitación para ir hasta donde Manuel quién sostenía a Leah entre sus brazos.
Había sido un día algo ajetreado y agotador, no podía negarlo. Se sentó en la cama y observó los regalos de los chicos que descansaban en el suelo alfombrado de la habitación, luego llevó su mirada al techo y levantó su celular para observar la pantalla.
Fiel a su promesa, llamó a su novio y para su sorpresa, no hubo respuesta. Insistió un par de veces y luego se dio por vencido. Soltó un suspiro prologando y sin mucho ánimo caminó hasta la ducha.
Estaba literalmente muerta, lo único que quería era dormir. Envuelta en el pijama se dejó caer en su cama y cerró sus ojos entregándose a los brazos de Morfeo inmediatamente
—¡Feliz Navidad, Danna!—ella se sentó en la cama y contempló a Sebastián observándola con media sonrisa.
Le sonrió de vuelta y se puso de pie en un salto.—¿Podemos ir ya por los regalos?—cuestionó la pequeña con un deje de súplica en su voz.
—Claro—se rio el niño.—¿Qué le pediste a Santa Claus?—Danna lo miró un momento.
—Una muñeca—respondió regalándole esa sonrisa carente de dientes. Sebastián rio, pasó su brazo derecho por encima de sus hombros y luego juntos se dirigieron al piso inferior donde debajo del enorme árbol navideño descansaban los regalos de los niños.
Danna contempló a su madre dedicarle una amplia sonrisa, mientras su padre les entregaba a cada uno su regalo. Se dejó caer en el suelo con las piernas cruzadas y su corazón latió con demasiada emoción por sus nuevos regalos.
—¡Gracias, papá!—le gritó emocionada a su padre cuándo este le pasó una caja enorme.
—Espero que te guste, mi amor—respondió el hombre. Danna se inclinó sobre él para envolverlo con sus pequeños brazos. Él la abrazó y luego todo cambió.
Danna lo supo cuándo se apartó de él y se percató que su madre y Sebastián ya no estaban, él la miraba con sus ojos inyectados en sangre y la mirada siniestra le provocaron un escalofrió intenso que le caló hasta los huesos. La sonrisa maliciosa y su mano bañada en sangre la hicieron sobresaltarse.
Danna se sentó en la cama totalmente abrumada. Encendió la lámpara encima de la mesa de noche y trató de regular su respiración. ¿Por qué de nuevo estaba teniendo sueños?
¿Es que acaso nunca la iban a dejar de atormentar?
_ _ _
¡HOOOOLA! ¿Cómo está todo el mundo? Espero que estén bien chicas, les envió muchos, muchos, muchos besos.
El día de hoy les traigo una pregunta capciosa, JAJA
¿Cuál ha sido el regalo más cool de navidad que les han hecho?
Yo tenía alrededor de doce o trece años, era un niñita en toda la extensión de la palabra porque no tenía celular ni nada por el estilo, JAJAJA en navidad mis papás me regalaron como una máquina de chicles, era una esfera enorme llena de cuentas para hacer pulseras, yo estaba totalmente enamorada de mi regalo y me la pasaba haciendo pulseras, tenía una pulsera para cada atuendo, JAJAJA, ese ha sido el mejor regalo de navidad que me han hecho en mi vida *se larga a llorar de la emoción*
En fin, disfruten mucho todo lo que les he preparado y pasen un bonito dio.
Nos leemos más tarde. UN BESO ENORME.
All the love, G. xx
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