C5: Chris Evans, Chris Vélez.

—Todavía no puedo creer que Danna jamás haya escuchado de nosotros—murmuró Richard dejándose caer a un lado de Joel en uno de los sillones de la sala de juegos.

—Y no tenía un celular—agregó Erick.

—Bueno, chicos. ¿Y que esperaban? Danna vivía en una casa hogar, no creo que la directora les diera como regalo de cumpleaños un teléfono a los niños, por lo tanto no redes sociales, no CNCO—inquirió Joel metiendo una papa frita a su boca.

—En fin, eso ya no tiene mucha importancia. Danna ya está con nosotros y eso es lo importante.—pronunció Zabdiel y luego hizo una pausa para contemplar a Christopher que se mantenía en un sepulcral y casi siniestro silencio, lo cuál, no era normal en él—¿te pasa algo, Chris?

—Hace dos días que conocemos a Danna—empezó atrayendo la atención de los otros cuatro—le hicimos muchas preguntas, pero ninguno preguntó cómo es que llegó a la casa hogar. ¿A alguno ya se le había pasado eso por la cabeza?—preguntó observando a sus compañeros.

—No creo que esa sea una buena pregunta, Christopher.—dedujo Zabdiel.—Debe ser un tema del que a Danna no le gusta hablar.

—Probablemente, pero... ¿no les da curiosidad saberlo?—insistió.

—¿Qué vas a hacer, Christopher?—cuestionó Joel sentándose derecho.

—No estarás pensando en indagar en su pasado, ¿o sí?—cuestionó Richard sin apartar sus ojos del ecuatoriano.

—Todo lo que podríamos conseguir es hacerla sentir mal, y creo yo que ya tuvo suficiente de eso en un orfanato, como para que ahora nosotros también lo hagamos.

—Erick tiene razón, no deberíamos meternos en asuntos privados de Danna—lo secundó el mexicano.

—No pienso hacer nada, chicos. Era simplemente una pregunta—se apresuró a responder Christopher.—Por cierto, mi celular está lleno de mensajes de las fans preguntando quién es la chica de la foto. Según sus propias conclusiones, estamos de novios.

—¿Alguna vez pensaron que iban a enamorar a un montón de niñas de un montón de lugares diferentes?—cuestionó con gracia Erick.

—Podría haber enamorado a alguna a través de internet, pero jamás así. En ocasiones me dan un poco de pánico, porque son tan dedicadas que a veces siento que saben más de mí, que yo mismo—se rio Richard.—Pero son las mejores—decidió finalmente.

—¿Creen que nuestra chica quiera ver una película con nosotros?—se atrevió a preguntar Zabdiel para cambiar de tema.

—Podríamos ir a preguntarle—señaló Joel encogiéndose de hombros.

—¡Me ofrezco como voluntario!—exclamaron al mismo tiempo Erick y Christopher. El resto de los chicos se rieron y ellos dos se miraron fijamente con la mandíbula apretada.

—¡Aquí vamos de nuevo!—masculló Richard observándolos a ambos con diversión.

—¡Ustedes siempre dicen que el menor es el que hace los mandados!—se defendió Erick con una sonrisa victoriosa en los labios.

Joel rodó los ojos, Zabdiel soltó una carcajada y Richard sonrió mientras negaba con su cabeza.

—¡Y tú siempre estás protestando por eso!—respondió Joel.

—Yo soy el mayor, así que yo ordeno.—inquirió Christopher cruzándose de brazos.

—Ya que los dos quisieron seguir el ejemplo de Katniss Everdeen, porque no simplemente van los dos y nos ahorramos toda la pelea que está por venir. Zabdiel y yo preparamos comida chatarra y Joel busca una buena película—se mofó el dominicano.

—Eso definitivamente suena mejor.

(...)

—Hola, Danna bonita—saludó Christopher en cuanto la chica abrió la puerta.

—Hola, muñeca—lo secundó Erick.

Las mejillas de la chica ardieron y soltó una risita nerviosa que esperaba que ellos no hubiesen notado.

—¿Pasa algo chicos?—cuestionó sin apartar sus ojos de ninguno de los dos.

—¿Quieres ver una película con nosotros?—una mueca de incredulidad se hizo presente en las delicadas facciones de la chica.

¡Nunca nadie la había invitado a ver una película!

Bueno, no es como que en el orfanato hubiese muchas oportunidades de ver películas, la mayoría de las personas estaban ocupadas en sus propios asuntos y los niños pasaban el rato jugando en el patio. ¿Y cuándo fue la última vez que ella vio una película? Ni siquiera podía recordarlo. Una de las películas que vio había sido aquella en la que Landon Carter se enamoraba de Jamie Sullivan, y desde entonces esa fue su favorita.

—Prometemos mucha comida chatarra, un par de peleas entre hermanos, y por lo menos dos horas y media de buena compañía—anunció Chris regalándole una bonita sonrisa.

—Por supuesto que el horario de buena compañía puede extenderse todo el tiempo que tú quieras—Danna se rio ante el comentario de Erick.

—Bueno, muchas gracias. Me encantaría.—respondió.

—¿Qué de todo es lo que te encantaría?—Erick frunció su entrecejo en dirección a Christopher, Danna parpadeó varias veces y las mejillas del ecuatoriano se tiñeron de rojo.

—Ver películas con ustedes...

—Ah sí, dale Dan, que Joel va a enfadarse—la apresuró Christopher.

En calcetines bajó las escaleras en compañía de los dos chicos, cuando entraron nuevamente en la sala de juegos, encontraron a Joel, Richard y Zabdiel acomodados en los tres sillones. Erick los fulminó con la mirada y se dejó caer en el suelo alfombrado, Christopher imitó su acto y luego los cinco miraron a Danna.

Cuando ella comprendió que debía imitarlos, se sentó a un lado de Erick frente al sillón que ocupaba Joel. Se mantuvo con la vista clavada en la enorme pantalla plana delante de ellos, de reojo contempló a Richard que yacía recostado en el sillón a la derecha, luego observó a Zabdiel que se encontraba con la mirada puesta en la pantalla mientras los protagonistas peleaban por un Milky Way.

¿Cómo es que ella había terminado sentada en una sala de televisión a lado de cinco chicos que eran famosos? ¿Por qué ella? ¡Todavía no podía creérselo! Se estremeció cuando Joel comenzó a jugar con un mechón de su cabello.

—¡Oh por Dios, es Emma Watson!—se emocionó Zabdiel. Los ojos del resto de los chicos se posaron en él y sus mejillas automáticamente ardieron.

—Como ya te pudiste dar cuenta, Zabdi tiene un fuerte crush con Emma Watson—explicó Erick a su lado.

—¿Tú tienes un crush, Danna?—cuestionó Joel detrás de ella.

—Chris Evans—respondió automáticamente.

—¿Qué? Espera, ¿sabes quién es Chris Evans, pero no sabes quién es Chris Vélez? Me decepcionas, Danna.—protestó Christopher de inmediato.

—La cocinera de la casa hogar era una chica de aproximadamente veintiséis años, pasaba el día entero hablando sobre Chris Evans y mostrándome fotografías suyas, no podemos negar que el hombre es guapísimo, y bueno, de ahí como que lo empecé a amar—explicó tomando un puñado de papas fritas del plato más cercano.

—¡Pero yo soy mucho más guapo!—se quejó el castaño.—Chris Evans, Chris Vélez, es prácticamente lo mismo—se indignó Christopher.

—Claro que si—ironizó la muchacha con un deje de diversión.

—¿Es porque es rubio?—cuestionó Richard, los ojos de Dan se posaron en él y soltó una carcajada. El muchacho la observó con una ceja enarcada sin comprender porque estaba riéndose.

—No, no es por eso—respondió volviendo a llevar su vista hasta la pantalla plasma frente a ellos.

—Déjame decirte que no es rubio natural. En la película un don excepcional, es castaño.—volvió a decir el ecuatoriano.—En cambio yo, soy castaño natural, y me tienes aquí, a un Erick de distancia.

—¿Ya terminaste?—cuestionó Joel sin dejar de juguetear con el cabello de la chica.

—¡Y soy cantante! ¡Puedo cantarte canciones el día entero!—añadió.

—Por cierto, sus canciones son impresionantes chicos.—comenzó a decir y cinco miradas se posaron en ella.

—¿Ya escuchaste nuestro álbum?—cuestionó Richard poniéndose de pie para ir a sentarse frente a ella. En cuestión de segundos la película quedó en el olvido.

—Sí. Es increíble.

—¿Cuál es tu canción favorita?—preguntó Zabdiel.

—¡Me gustan todas!—exclamó emocionada.

—¡Pero debes tener una que te haya gustado más!—insistió Erick a su lado.

—No, de verdad me gustan todas.—les sonrió.

—Danna...

—De acuerdo, me encanta mucho Para enamorarte y No entiendo.—decidió finalmente luego de un par de segundos.

—¡Dale loco, me deben diez dólares!—exclamó emocionado Erick.

—¿Qué? ¿Apostaron?—preguntó confundida.

—Claro, cada uno eligió dos canciones. Yo dije que tus canciones favoritas serían Tan fácil y Quisiera.—comentó Christopher.—Me fallaste, por sí no lo has notado.

La muchacha se rio.

—Yo aposté a que serían Primera cita y Más allá—murmuró Richard.

—Yo pensé que dirías Cometa y Tu luz—añadió Zabdiel encogiéndose de hombros.

Danna se rio de nuevo y luego giró un poco su cabeza para ver a Joel, quién era el único que no había mencionado ninguna de sus canciones.

—Yo pensé en Cien y Devuélveme mi corazón—el chico le sonrió.

—Apostaron por diez canciones, que pasa sí hubiese dicho el nombre de las que no apostaron—se burló la muchacha.

—En realidad, Renato también apostó.—Los ojos de la chica se abrieron con sorpresa ante la nueva confesión de Richard.

—¿Qué?

—Él dijo que te ibas a enamorar de Reggaetón Lento y Volverte a ver, claramente no ganó.—le informó Zabdiel.

—¡Porque gané yo!—festejó Erick. Danna se rio.

—Vaya, me encanta saber que soy el objeto de sus apuestas, es todo un honor, en serio.—los ojos de Richard se posaron en los de ella.

—Creo que ya estás volviéndote igual de dramática que Christopher—decidió el dominicano con el ceño fruncido.

—¡Creces tan rápido!—se burló Christopher.

(...)

—¿Alguna vez has ido a un concierto?—cuestionó Joel sentándose en el taburete contiguo al de ella.

—¿Es enserio, Joel?—se indignó Erick sentándose frente a ellos.—¡Por supuesto que no! ¿O me equivoco, Danna?—Las mejillas de la chica se sonrojaron un poco.

—No. Nunca he ido a un concierto.—se encogió de hombros.

—¡Que suerte la tuya, princesa!—se rio Erick y las mejillas de la muchacha se sonrojaron por el nuevo apodo del cubano—Porque vas a ser la chica afortunada en presenciar un concierto privado de CNCO.

—¡Que suerte, Danna! Sí yo fuera tú, estaría muy nerviosa a punto de desmayarme—comentó Joel antes de llevar una de las galletas de chocolate del plato frente a él a su boca.

—¿Debo desmayarme?—cuestionó con diversión.

—Si tú quieres—respondió Erick con una linda sonrisa.

—¿Puedo saber por qué se respira demasiada paz en este momento?—cuestionó Renato en cuanto entró a la cocina.

—Richard está haciendo videollamada con su hermano y está en su habitación. Zabdiel está dormido y Chris tomando una ducha—explicó Joel encogiéndose de hombros.

—Estábamos diciéndole a Danna que mañana nos acompañará a los ensayos—añadió Erick.

—Ah, esto es para ti, Danna—informó extendiéndole una tarjeta plástica con una correa de cuello negra en un extremo.

Sus ojos se abrieron cuando se percató que no era una tarjeta cualquiera, en ella estaba impreso el logo del grupo, una foto de los chicos -todos con vestimenta blanca-, en el centro de la misma la leyenda MÁS ALLÁ TOUR, y justo debajo de eso, EQUIPO CNCO.

—¿Qué es esto?—cuestionó todavía sin entender del todo para que le serviría eso.

—Es un pase VIP, Dan.—le informó Renato con media sonrisa—Con esto tienes acceso a absolutamente todas las actividades que realicen los chicos, ensayos, conciertos, meet & greets, firmas de autógrafos y todo lo que te puedas imaginar.

Sus ojos vagaron por toda la habitación hasta encontrarse con los de Joel.

—En serio; sí yo tuviera una de esas Dan, ya estuviera desmayada.

___

¡Hola! ¿Quién no quisiera una de esas tarjetas de las que me acabo de inventar? 😂😂 

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