C43: ¡Idiota, te amo!

Él no podía apartar la mirada del rostro de la chica que dormía entre sus brazos. Tampoco podía dejar de pensar que en ese momento la chica divertida y decidida a la que estaba acostumbrado a ver y de la que se había enamorado parecía haberse marchado dándole la bienvenida a una chica frágil y herida que se sobresaltaba con frecuencia entre sus brazos, como sí sus sueños estuviesen torturándola.

Tal vez en verdad si lo estaban haciendo, pensó amargamente y besó la frente de la muchacha, con la yema de sus dedos delineó las cejas de la chica, el puente de su nariz, sus labios y finalmente acarició su mejilla. Los ojos de Danna se abrieron de inmediato y Christopher quiso golpearse por haberla despertado.

—Lo lamento, no quería despertarte—se disculpó de inmediato.

—Buenos días—saludó la muchacha ofreciéndole un intento de sonrisa. Él besó su frente e hizo más fuerte su agarre.

—Buenos días, mi muñeca. ¿Dormiste bien?—cuestionó aun sabiendo la respuesta. Había pasado la mayor parte de la noche contemplándola, ella despertó varias veces intentando no sobresaltarse pero su cerebro no la obedecía e incluso dormida comenzó a temblar entre los brazos del ecuatoriano.

—Si—mintió. Ella lo sabía y Christopher también lo sabía.—¿Qué hora es?—cuestionó tratando de cambiar de tema. Entre menos hablaran de ella, era mucho mejor.

—Casi las nueve—murmuró él cerrando sus ojos y suspirando. Danna lo miró un par de segundos y luego una auténtica sonrisa se instaló en sus labios.

—¿No piensas levantarte, Chris?—preguntó y él la miró un momento. Le sonrió y luego negó antes de atraerla de nuevo a sus brazos.

—Sí sabes que esta es la única oportunidad que tuvimos de dormir juntos, ¿no?—preguntó contra la mejilla de su chica—deberíamos aprovecharla al máximo y quedarnos en la cama hasta el medio día—ella rio.

—Por supuesto, sólo que por sí ya lo olvidaste, Renato programó el vuelo al medio día—él suspiró exageradamente, Danna besó su mejilla y se acurrucó de nueva cuenta contra su cuerpo.

Eres luz en mi ventana...a cualquier hora del año...quiero besos pa' desayunar, con tu carita es más bonito despertar...eres tú la brisa fresca, tu sonrisa me alimenta....—La piel de la chica se erizó cuándo el aliento de Christopher acarició su mejilla.

—¿Vas a cantarme canciones siempre?—preguntó con el corazón acelerado. Él rio.

—¿Recuerdas cuándo te dije que podía cantarte todo el día?—cuestionó él.

—Sí.

—Pues no estaba mintiendo, yo podría cantarte los trecientos sesenta y cinco días del año—Danna rio.

—Te amo—susurró y luego se apartó.—Déjame ir, Christopher. ¡Tengo que ir al baño!—se quejó cuándo la mano de su novio le impidió levantarse.

—¿Sabías que te miras increíblemente hermosa con el cabello revuelto y con esa pijama?—las mejillas de la chica se sonrojaron.

—Camila piensa que mi pijama parece el de una vagabunda—Él rio.

—Algo así, pero a ti te queda mejor—ella lo fulminó con la mirada y aprovechó para huir de sus brazos.

Caminó hasta el guardarropa y tomó lo primero que encontró. De todas maneras, Camila con su manía había acomodado todos los conjuntos de ropa completos, así que ni siquiera tenía porque preocuparse por mirar detenidamente o pensar cómo combinar los colores.

Se lavó los dientes, cepilló su cabello y cuándo terminó de vestirse salió del baño. Christopher seguía recostado en la cama, le ofreció una perfecta sonrisa y ella lo contempló un segundo.

—¿Soy irresistible, verdad?—bromeó él.

Pensó en una buena respuesta, y comenzó a prepararse para decirle lo ególatra que era cuándo un par de golpes en la puerta la distrajeron. Lo miró una última vez y se acercó para abrir.

—¡Danny!—chilló Azul del otro lado de la puerta de caoba. Luego sus ojos azules se posaron en el cuerpo del chico que yacía sobre la cama y las mejillas de Danna se sonrojaron en cuestión de segundos.

—Azul—saludó ella.

—Eh, venía a invitarte a desayunar conmigo...—respondió posando sus ojos en la castaña—pero veo que es un mal momento...—añadió con un deje de molestia en la voz que Danna ni siquiera notó.

—No es mal momento—se apresuró a decir—Y claro, desayunemos juntas—añadió ofreciéndole una encantadora sonrisa.—Te veré en media hora en el restaurante del hotel—anunció.

—Por supuesto que si—respondió la pelirroja, le ofreció una enorme y fingida sonrisa y luego se marchó. Danna cerró la puerta y volvió la vista a su novio que ahora estaba sentado en la cama atando las agujetas de sus zapatos.

—Quería desayunar contigo, pero creo que ya tienes planes—Danna parpadeó varias veces y luego le sonrió.

—¿Qué es lo que le pasa al mundo que el día de hoy todos quieren desayunar con Danna?—Christopher rio.

—¿Y luego dices que el ególatra soy yo?—se burló el muchacho.—Eres una ególatra—decidió mirándola fijamente.—Pero eres mi ególatra favorita y te amo...

—¿Me sigues amando?—preguntó mirándolo fijamente.

Christopher frunció el ceño y asintió firmemente—¿Por qué tendría que dejar de hacerlo?—exigió cruzándose de brazos.

—Pensé que tal vez...no lo sé, capaz que algo iba a cambiar cuándo supieran la verdad—se encogió de hombros.

—¿Estás loca?—se indignó—Yo te amo Danna, me enamoré de la chica dulce que se sonrojaba cada dos minutos, de la chica divertida que siempre estaba rechazándome, de la chica que se rehusaba a subir a un avión porque le tiene miedo a las alturas, de la chica que le encanta compartir ropa y comida con Erick, me enamoré de esa chica que no sabía quiénes eran CNCO, de la chica que le apasiona el patinaje, de la chica de los patines. Te amé antes de saber sobre tu pasado y te sigo amando ahora que lo sé. Te amo con o sin marcas, porque eres Danna. Porque eres la chica que me robó el corazón y no piensa devolvérmelo...

—Christopher yo....

—Antes de que digas cualquier otra cosa, déjame decirte que sí estás pensando en terminarme porque te sientes insegura de ti misma, eso no va a pasar—sentenció—no voy a dejarte ir y sí para eso necesito comprarte uno de esos arneses para perro y atarlo a mi cinturón, voy a hacerlo—Danna rio y luego lo golpeó.

—¿Acabas de llamarme perro?—cuestionó ofendida.

—No, acabo de decirte que te amo y que no pienso dejar que me abandones—explicó con media sonrisa.

—¡Idiota, te amo!

(...)

—¿Te volviste loca?—cuestionó Camila sentada en la cama de Erick.

—No, no me volví loca—respondió Danna.

—Pues parece que si,  Danna. Puedes ir a desayunar con Azul tú sí quieres, pero... ¿Por qué tengo que ir yo?—preguntó con horror.

—¡No seas mala onda, Camila!—se quejó la muchacha.—¿Recuerdas que intentamos ser sus amigas?—Camila negó de inmediato.

—No querida, tú intentas ser su amiga, no yo—Danna rio.

—¿Vas a dejarme sola?—la miró fijamente y Camila suspiró rendida.

—¡Eres una manipuladora!—protestó con fingida indignación—Voy a sentirme como que estoy comiendo con el enemigo—añadió frustrada.

—Cami....

—Está bien, de acuerdo. Tú ganas—levantó sus manos en señal de rendición y Danna rio.

—Creo que te afectó un poco dormir en la cama de Erick, amaneciste igual de dramática que él—Camila rio.

—Vámonos de una vez antes de que me arrepienta, Danna—exigió poniéndose de pie—si alguna vez encuentras otra amiga que haga estas cosas por ti, ese día aceptaré que me reemplaces como tu mejor amiga—agregó ofendida.

Danna soltó una carcajada y luego se puso de pie para seguir a su mejor amiga. La verdad es que dudaba poder encontrar otra persona igual a Camila que cumpliera con cada una de los requisitos para ser su mejor amiga.

Cami era divertida, alegre, leal, solidaria, generosa y bondadosa. Era la amiga perfecta y no quería otra mejor amiga.

Divisaron a la pelirroja en una de las mesas más alejadas de la entrada, Azul en cuánto las vio entrar en el lugar alzó su brazo para llamar la atención de ambas chicas, Danna caminó hacia ella llevando casi a rastras a su amiga, saludaron y luego se sentaron.

—Espero no tuvieras mucho tiempo esperando—comentó Danna ofreciéndole una pequeña sonrisa.

—No, de hecho se me hizo un poco tarde. Por un segundo llegué a pensar que tu estarías aquí antes—suspiró—pero en fin. Que gusto que hayas decidido unirte, Camila—la pelinegra apartó la mirada del menú de plástico que estaba leyendo y le ofreció una sonrisa forzada.

—No podía dejar a Danna sola—espetó mirando a la castaña. Porque en realidad no quería dejar a Danna sola.

Pudiera ser que Dan confiara en ella, pero Camila no lo hacía. ¿Qué persona cambiaba de la noche a la mañana? Todavía no conocía a nadie que hubiese hecho eso y que realmente fuera sincero, claro que estaba ese tipo de personas que decían cambiar para poder llamar la atención del resto de las personas, pudiera ser que eso fuera lo que la pelirroja quisiera hacer.

No lo sabía a ciencia cierta, pero no confiaba en ella.

—Dan, me siento totalmente apenada por haber interrumpido esta mañana—comenzó a decir, pero Danna la cortó.

—No interrumpiste nada, Azul—le ofreció una incómoda sonrisa y luego volvió su atención al menú.

—Pero es que...Christopher estaba ahí, en tu cama...pensé que...bueno, ya sabes que ustedes....—las mejillas de la muchacha se sonrojaron y luego negó.—Dios, que vergüenza.

—Te digo que no interrumpiste nada, en serio—respondió ella algo incómoda.

—¿Qué hiciste ayer en tu día libre, Azul?—inquirió Camila mirándola fijamente.

La sonrisa de la pelirroja se esfumó y luego miró a Danna un breve momento—En realidad nada interesante, Renato me dijo que podía salir y como estuve buscándolas pero no las encontré me quedé en mi habitación—se encogió de hombros.

Camila observó la fingida mueca de tristeza que tenía la pelirroja. Danna la estaba contemplando tan fijamente que por un momento pensó que ella también se había dado cuenta que estaba fingiendo, sin embargo, Dan colocó su mano encima del hombro de la chica. Camila casi se cayó de la silla de la sorpresa, mientras su mejor amiga trataba de consolar a la pelirroja que ahora estaba comenzando a dejar caer falsas lágrimas.

No entendía cuál era el plan, pero ella no iba a dejar que ella se aprovechara del corazón noble de Danna.

—¿Por qué no pedimos de una vez? Se está haciendo tarde y en un rato tenemos que reunirnos con Renato—espetó sin conmoverse por las falsas lágrimas de la chica.

Danna la miró un momento, negó brevemente y apartó su mano de Azul.

—Esa es una buena idea—respondió la castaña ofreciéndole una mala mirada a su mejor amiga.

(...)

—¡Me siento muy culpable!—espetó Joel dejándose caer en la cama de Richard.

—¿Por qué?—preguntó Erick antes de darle un mordisco a una galleta de avena.

—¿Es en serio? Danna nos confesó el infierno que fue su vida con apenas cinco años y todavía preguntas ¿Por qué?—se mofó cruzándose de brazos.—No sé si ya lo olvidaron, pero la llegada de Danna a nuestras vidas tenía un propósito específico—Richard suspiró.

—Lo que Joel está tratando de decir es que se siente culpable porque Danna sufrió demasiado antes, y porque sí se entera que literalmente Renato la adoptó para darnos una lección....

—¡Suena horrible!—protestó Zabdiel—Dios, somos unas malas personas—decidió negando con su cabeza.

—¿Qué pasa sí le decimos?—sugirió Erick—¿Por qué no?—cuestionó cuándo sus amigos comenzaron a negar.

—Creo que debemos dejar que Renato se lo diga—respondió Christopher.

—Sí sabes que cuándo Danna se entere va a odiarnos por el resto de su vida, ¿no?—inquirió Zabdiel mirando al ecuatoriano.

—¿Y cuál va a ser la diferencia de decírselo ahora o decírselo después?—preguntó Richard.—Ella de todos modos va a odiarnos. Pasó once años en un orfanato para que cuándo al final alguien la rescató de ese lugar, fuera porque quiso darles una lección a cinco idiotas que organizaron una fiesta.—suspiró.

—¡Me siento la peor persona del mundo!—masculló Erick bajando la mirada al suelo.

—No creo que deberíamos estar hablando de este tema—murmuró Christopher—Danna podría aparecer en cualquier momento y entonces sí va a odiarnos—agregó.

La verdad era que se sentía el peor novio del mundo. Los chicos tenían razón, Danna tenía todo el derecho del mundo a saber la verdadera razón por la cual estaba con ellos, pero lo cierto es que le aterraba la idea de pensarlo. No podía si quiera imaginarse la reacción que ella tendría. Y tampoco podía culparla, su vida ya había sido totalmente horrible y dura como para añadir también a cinco idiotas jugando con ella a ser responsables.

—Literalmente estamos jugando con los sentimientos y la estabilidad de la vida de Danna, chicos. ¿Si entienden lo grave que es eso, no?—cuestionó Joel—Nos odiará.

—¿Quién va a odiarlos?—el corazón de los cinco dejó de latir tan pronto como Danna quedó a su vista—¡Ay por Dios! Parece que vieron a un fantasma—se rio de ellos.—¿Quién podría odiarlos a ustedes?—cuestionó la chica con media sonrisa.

—Las fans—respondió Erick de inmediato.

—¿Las fans? ¿Por qué las fans los odiarían? ¡Eso no tiene sentido!—Camila rio detrás de la chica y ellos suspiraron.

—Por el nuevo video—respondió Christopher mirándola fijamente.

Danna rio y se acercó a su novio—Bueno, entonces pueden estar seguros que yo seré la primera en odiarlos...

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Creo que alguien va a tener serios problemas, JAJAJAJA. Espero que les guste chicas, lots of love para ustedes😘😘😘😘.

PD. AMO A CAMILA, JAJAJA.  (Acá en secreto, está inspirada –en realidad es idéntica- en mi mejor amiga).

POR CIERTO, ESTABA PENSANDO...si quieren podemos hacer una sección especial para que conozcan los secretos de esta historia :) Si gustan, pueden dejar preguntas en los comentarios y yo con todo el gusto del mundo, prepararé una sección especial para resolver sus dudas. 

Ayer les daba las gracias por las 7000 lecturas, hoy les doy las gracias porque ya son 8000, son las mejores en serio. MILLONES DE BESOS Y ABRAZOS PARA USTEDES😘😘.

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