C39: ¡Feliz día, bebés!

MARATÓN "FELIZ CUMPLEAÑOS ZABDI & CNCO" 2/5

Capítulo dedicado para: daliissk. ¡QUE LO DISFRUTES, MUÑECA! BESOS😘😘.

-.-.-.-.-.-.-.

¿Qué se supone que tenía que hacer primero? Se preguntó Danna apenas abrió los ojos a la mañana siguiente. ¿Felicitar a Zabdiel por su cumpleaños? ¿O felicitar a Zabdiel y al resto de los chicos por su segundo aniversario como banda? Se sentó de golpe en la cama y se encontró con la cama vacía de Camila. Una nota en papel color rosa llamó su atención encima de su mesa de noche y estiró su brazo para tomarla.

Salí a comprar un regalo para Zabdiel, tenía pensado salir ayer por la noche mientras tú no estabas, pero no sabía que regalarle y no me dio tiempo. Con los chicos quedamos de ir a su habitación hasta que vuelva.

Ponte ropa decente porque para serte sincera, tu pijama parece el de una vagabunda. Besos, Cam.

Una nueva duda la asaltó, ¿tenía que reírse u ofenderse por el comentario de su amiga? Se puso de pie y metió sus pies en las pantuflas que Richard le había regalado en Londres, esas cosas peludas que parecían las garras de un dinosaurio para dirigirse al baño.

Luego caminó hasta el armario y sacó lo primero que encontró de la parte donde su ropa estaba pulcramente ordenada en perchas gracias a Camila. Se hizo una trenza hacia un lado y se aplicó un poco de labial. Dejándose caer en su cama tomó su teléfono y lo encendió, inmediatamente muchas notificaciones aparecieron en la pantalla del pequeño aparato. Se sorprendió cuándo encontró la fotografía que Christopher había tomado la noche anterior, esa donde ella y su madre besaban las mejillas del ecuatoriano, se sonrojó cuándo se dio cuenta de la descripción y su corazón se aceleró un segundo después.

"Mis chicas"

Oficialmente Danpher era real ante todo el mundo. Dos palabras habían bastado para crear una revolución total en Instagram.

La puerta se abrió de golpe y Camila entró sosteniendo un par de bolsas blancas en las manos. Danna la miró un momento y la pelinegra le ofreció una amplia sonrisa.

—Buenos días, Dan—saludó amablemente.

—Buenos días—susurró volviendo su atención a la pantalla del teléfono.

—Con que Danpher ya es oficial, ¿no?—le sonrió la pelinegra.

—Y no sé sí sentirme feliz o aterrada—anunció dejando el teléfono de lado—¿Ya podemos ir con los chicos?—se puso de pie y fue al armario donde descansaba la caja de regalo con envoltura roja que contenía el regalo de Zabdiel. Camila asintió, tomó su propio regalo y luego juntas se reunieron con los chicos.

—Yo ya los felicité—le dijo Camila con media sonrisa cuándo los encontraron a los cuatro muchachos y a Renato afuera de la habitación que Joel y Zabdiel compartían.

—¡Mis chicos!—espetó Danna atrayendo la atención de los muchachos—Dios, ya sé que llegué hace poco a sus vidas, pero he sido testigo de cómo se esfuerzan día a día por dar lo mejor de sí mismos, estoy muy orgullosa de ustedes por todas las cosas que han logrado, capaz que yo no he estado con ustedes desde el principio, pero sus CNCOwners sí y estoy muy, muy, muy segura que ellas también están muy orgullosas de ustedes. Se merecen todas y cada una de las cosas buenas que les han pasado desde que comenzaron a ser una banda y estoy completamente segura que vienen muchísimas cosas más. ¡Son realmente talentosos y buenos en lo que hacen! Personalmente me robaron el corazón y los admiro y quiero muchísimo. ¡Feliz día, bebés!—explicó a toda prisa y luego se lanzó a los brazos de los cuatro.

—Gracias, Dan—le sonrió Joel abrazándola con fuerza.

—¡El mensaje más conmovedor hasta ahora!—se rio Erick antes de envolverla en un abrazo y besar la mejilla de la chica.

—Muchas gracias, Dan. Nos encanta que estés con nosotros, en serio—anunció Richard.

—¡A mí me encanta mucho más!—le dijo Christopher separándola del moreno y tomándola por la cintura—Gracias por esas palabras, mi amor. Eres la mejor—Danna rio y besó la mejilla de su novio.

—Y también felicidades para ti, Renato—se apartó de Christopher y fue hasta el hombre para abrazarlo fuertemente—Gracias por cuidar de ellos y por guíarlos por el buen camino, porque déjame decirte que sí tú no estuvieras aquí, estos ya serían cuarteto—bromeó ella y él le sonrió dulcemente.

—Muchas gracias, Danna.—él besó la mejilla de la chica y luego le volvió a sonreír.—Bien, ahora que todos estamos aquí, vayamos a intentar hacer que Zabdiel salga de ese coma en el que cae cada vez que se va a la cama—se burló el hombre y Joel introdujo la llave en la cerradura de la puerta.

La habitación estaba en penumbra, apenas y podían entrar unos cuántos rayos de sol por las gruesas cortinas grises en las ventanas. Sabían que así pudieran entrar con el circo completo dentro de la habitación, él no iba a despertar.

—¡Danna! Tapate los ojos—exigió Christopher caminando hasta su novia y cubriendo sus ojos con la palma de su mano cuándo se dio cuenta que Zabdiel estaba durmiendo en bóxer y no había sabanas a la vista que lo cubrieran. Danna rio y se giró para luego hundir su rostro en el cuello de su novio.

Erick se acercó a Camila con media sonrisa y la miró un momento—¿Yo también debería taparte los ojos, Cami?—se burló el cubano.

La chica se sonrojó y Erick soltó una carcajada. Richard quitó la sabana de la cama de Joel y cubrió al boricua. Luego comenzaron a cantar el feliz cumpleaños, pero Zabdiel ni siquiera se movía ni un solo centímetro.

—Zab—lo llamó Richard—¡Zabdiel!—le dijo un poco más fuerte.—¡Zabdi, dale papi despierta!—exigió el dominicano moviéndolo un poco—¡ZABDIEL, LOCO!—lo zarandeó tan fuerte pero él ni se inmutó.—¡ZABDIEL!—lo agitó de nuevo y el chico abrió los ojos lentamente.

—Maravilloso, cantemos de nuevo ahora que ha reaccionado—pidió Joel y luego volvieron a cantarle.

—Creo que tienes el sueño algo pesado, Zabdi—comentó Danna con media sonrisa.

—¿Algo pesado?—se burló Christopher—Podría pasarle un tren a un lado y él no se daría cuenta—agregó soltando una risita divertida.

—Espero que te gusten nuestros regalos, Zabdi—anunció Camila con media sonrisa y eso bastó para que el boricua semidesnudo que descansaba encima de la cama y que no podía terminar de creer que lo hubiesen sacado de su estado de hibernación le ofreciera aquella poderosa sonrisa derrite icebergs.

La chica le entregó la caja azul y él la tomó con un leve sonrojo en las mejillas. La abrió cuidadosamente y soltó una pequeña risita cuándo encontró una campera dentro.

—Muchas gracias, Cam. Está increíble—le dijo y las mejillas de la muchacha se volvieron a sonrojar. Danna sonrió.

¡Era tan evidente que esos dos se querían el uno al otro! Aún atrapada entre los brazos de su novio le ofreció una sonrisa cómplice que Christopher correspondió. Sí Zabdiel y Camila ya los había ayudado a ellos primero, ¿por qué ellos no les podían dar una pequeñísima ayuda? El ecuatoriano besó la coronilla de su novia y ella sonrió para volver a posar sus ojos en la pareja que se contemplaban en silencio frente a ellos.

Zabdiel quería abrazarla. De la misma manera en la que Chris había abrazado a Dan cuándo ella le había entregado su regalo, pero él no era Christopher y sentía mucha pena darle una muestra de cariño así a Camila. ¿Alguna vez iba a atreverse a confesarle cuánto le gustaba?

Por otro lado, Camila Horvat quería envolverlo en un gran abrazo y no soltarlo jamás. Le encantaba y no podía negarlo, pero la parte razonable de su cerebro le decía que aquello no podía ser. Su trabajo era temporal, sí había terminado en esa habitación de hotel contemplando al boricua que le había robado el corazón unos meses atrás, era porque su madre había enfermado y ella la cubrió. El tour iba a terminar pronto y con él, las oportunidades de confesarle todo el amor que sentía por Zabdiel.

¿Entonces que caso tenía, no?

—No tienes nada que agradecerme, me alegra mucho que te haya gustado—respondió finalmente.

—Nosotros te tenemos preparada una sorpresa para más tarde—anunció Richard con media sonrisa para explicar su falta de regalos.

—¡Esperemos que no sea otra piñata con condones!—sentenció Danna—Aquí está el mío—anunció la castaña apartándose de Christopher para entregarle la pequeña caja roja que contenía su regalo.

—No tenías que traerme nada, Dan—la retó el muchacho.

—¡Por supuesto que sí!—reprochó ella.—Espero que te guste—añadió en voz baja. Lo abrió con cuidado y le ofreció una bella sonrisa.

Un reloj. Después de horas de exhaustiva búsqueda en el centro comercial, Danna se había decidido por regalarle un reloj.

—Me encanta, Dan. Muchas gracias—respondió el chico ofreciéndole una pequeña sonrisa.

Le entregaron un pastel con algunas velitas encendidas y luego de pedir un deseo y ordenarle que se vistiera, se marcharon.

(...)

—Camila—la llamó Danna entrando en la habitación. Escuchó el agua de la regadera chocando contra las baldosas del suelo y sonrió. Se sentó en su cama y se concentró en la pantalla de su teléfono mientras comenzaba a leer los mensajes que le iban dejando las chicas. Iban desde los mensajes más dulces, deseándole que su relación con Christopher durara mucho tiempo hasta los mensajes más atrevidos, diciéndole que la lanzarían a un vacío sí lo hacía sufrir.

Respondió algunos mensajes y cuándo la puerta del baño se abrió liberando todo el vapor provocado por el agua caliente de la ducha, Camila salió de él, dándole una entrada dramática y como de película, y Danna soltó una carcajada.

—¿Qué es lo gracioso?—cuestionó mirándola con una ceja enarcada.

—¿Quieres ir a comer conmigo al restaurante al que fui la noche de ayer con Christopher y su madre?—ofreció la castaña con media sonrisa.

¡Esperaba que ella dijera que sí!

—Pensé que ibas a comer con Christopher—Danna se encogió de hombros y soltó un suspiro exagerado.

—Preferí que él fuera a comer con los chicos, ya sabes para empezar a festejar el segundo aniversario—sonrió.

—¿Y por qué no fuiste con ellos?—cuestionó la pelinegra empezando a secar su cabello.

—Porque pensé que estaría mucho mejor que fueran como banda, ya sabes. Solos—se encogió de hombros nuevamente y la miró un momento—¿vienes conmigo, Cam? ¡Me muero de hambre!—dramatizó y Camila rio.

—Está bien. Sólo dame unos minutos para terminar de arreglarme—Danna sonrió ampliamente.

—Sí, claro—respondió y volvió su atención al teléfono que no paraba de vibrar en sus manos.

(...)

—¡Muero de hambre!—se quejó Erick apartando la mirada de su teléfono. Richard lo miró desde la cama y sonrió. Erick le devolvió la sonrisa y luego observó un segundo a Zabdiel.

—¿Por qué no vamos a comer y ya?—preguntó Joel.

—¡Sugerencias!—exigió Richard sin mover un solo musculo de su estado de reposo.

—Podemos ir a comer al restaurante al que fui anoche con mi mamá y con Danna, está increíble y la comida es riquísima—sugirió Christopher con media sonrisa. Erick y Joel lo miraron un momento y luego los tres miraron a Zabdiel que seguía en silencio contemplando detenidamente el regalo de Camila.

—¿Zabdiel? ¿Quieres ir a comer con nosotros?—preguntó Richard a su lado.—¡Zabdiel!

—¿Eh?

El dominicano puso sus ojos en blanco y luego negó con algo de diversión—¿Qué si quieres ir a comer con nosotros, loco?

—¿Te pasa algo, Zabdiel? Has estado muy callado desde hace un rato?—preguntó Erick mirándolo fijamente.

—Eh, sí. Estoy bien—respondió el boricua ofreciéndoles una sonrisa forzada.

¡No! No estaba bien. Estaba debatiéndose entre ir o no a decirle a Camila todo lo que sentía y que ya no podía ocultar, su cerebro estaba comenzando a pensar en todos los posibles escenarios en los que podría confesarle cuánto le gustaba y por más que intentaba e intentaba pensar positivamente no podía.

Esa parte llamada incertidumbre, estaba dominándolo y consumiéndolo lentamente.

—¿Entonces, vienes?—lo presionó Christopher.

—¿Las chicas van?—preguntó de inmediato y sus mejillas se sonrojaron en un momento.

—No, Dan dijo que tienen cosas que hacer sí es que quieren ir con nosotros a celebrar esta noche—contestó Joel encogiéndose de hombros—Sería más bien como una salida de chicos—sonrió.

—Ah, sí. Vamos, entonces—Zabdiel se encogió de hombros tratando de parecer lo más despreocupado posible.

Lo que Zabdiel De Jesús Colón no sabía, era que sus amigos podían llegar a ser unos muy buenos actores cuándo se lo proponían.

_ _ _ 

¡Ahora sí, ya puedo hacer todo mi drama porque estoy emocionada! ¡DOS AÑOS! ¿Pueden creérselo? No me jodas, que emoción.

¡ZABDI BEBITO MÁS GRANDE! *se muere de la felicidad* JAJAJA ¿Ya felicitaron a Zabdiel por su cumpleaños? ¿Y por su aniversario como banda también?

APROVECHO DE UNA VEZ ANTES DE QUE SE ME OLVIDE, JAJA.

GRACIAS CHICAS, SON LAS MEJORES. ¡FELICES 7000 LECTURAS!

El día de hoy estamos de manteles largos por aquí, que emoción. LAS LOVEO BARBARO.

Ahora sí, SWIPE UP BABIES X2. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top