C24: Bromas y venganzas.

—Deberían de decirles a esas chicas que alejen sus cuidadas, lindas y británicas manos de ellos—comentó Danna metiendo otro puñado de palomitas en su boca mientras sus amigos ensayaban.

—Pasar tanto tiempo con los chicos ya está empezando a afectarte, Danna—comentó la madre de Erick.

—¡Que no los toquen!—protestó con el ceño fruncido.

—¡Estás volviéndote una amiga celosa!—observó la mujer. Danna le ofreció la caja de palomitas de maíz para poder bajar de las tarimas en la que gracias a Zabdiel ahora estaba sentada.

—¡No puedo bajar de aquí!—se quejó volviendo a sentarse cuidadosamente.—¡Te odio Zabdiel!—le gritó atrayendo la atención del muchacho.

La mamá de Erick se rio un poco y luego le devolvió las palomitas. Soltó un suspiro y tomó otro puñado de palomitas, de Chris había aprendido que en casos desesperados la mejor opción era comer. Ella estaba en uno de esos momentos, estaba encima de un montón de tarimas y no podía bajar hasta que ellas terminaran de manosear a sus amigos. O de ensayar la coreografía que presentarían en unos días, que para el caso era lo mismo.

Bien, no es que ellas los estuviesen manoseando, realmente pero su lado exagerado, celoso y sobreprotector estaba activado y no podía evitar sentir una leve molestia por la cercanía que esas chicas estaban teniendo con ellos.

Se dedicó a observarlos y a vagar en internet tratando de alejar aquellos pensamientos tan locos que estaba teniendo. Apartó la vista del teléfono cuándo la música dejó de sonar, los chicos estaban acercándose a ellas con increíbles sonrisas en los labios y miradas cómplices.

Sí Danna Silvetti siempre los molestaba con su fingido amor por Sebastián Yatra, ellos podían molestarla también. Ella estaba celosa, ellos lo sabían por las miradas fulminantes que les lanzaba mientras ensayaban con las chicas.

—Todavía no puedo decidir sí me gusta más Perrie o Jade, son hermosas—anunció Christopher con una gran sonrisa en los labios.

Danna lo contempló un momento y volvió su mirada al teléfono.

—¡A mí me encanta Jesy!—comentó Erick, Danna puso los ojos en blanco.

—¡Hey, Jade es mía!—protestó Joel.

—¡Ilusos!—se burló Richard—Deberían de saber que ella no dejaba de mirarme y sonreírme a mí—suspiró como sí estuviese realmente enamorado.

—¡Y Leigh!¡Las amo!—agregó Zabdiel—Ah, hola Danna.

—¿Podrías hacerme el favor de bajarme de aquí?—exigió tratando de sonar lo más amablemente posible.—¡Necesito ir al baño!

Zabdiel la tomó de la cintura fuertemente y la bajó cuidadosamente, ella le ofreció una falsa sonrisa y caminó lo más rápido que pudo lejos de ellos. Los chicos soltaron una sonora carcajada cuándo estuvieron seguros que Danna ya no podía escucharlos.

—Venganza, que dulce es la venganza—canturreó Christopher chocando palmas con sus compañeros de banda.

—¿Sabes que Dan va a enfadarse con nosotros, cierto?—cuestionó Joel con media sonrisa.

—Tal vez, pero nada que no podamos arreglar—se encogió de hombros el ecuatoriano.

—Danna va a matarte cuándo se entere que fue tu idea—comentó Erick con el ceño fruncido.—Fue un gusto conocerte, Chris. Yo me quedaré con Danna—Christopher lo fulminó con la mirada.

(...)

—Hola Dan—saludó Erick sentándose a un lado de la chica.

—Hey.

—¿Te encuentras bien?—cuestionó mirándole con el ceño fruncido.

—Si.

—De acuerdo—alargó—¿Quieres ir a comer con nosotros? Renato dijo que podemos elegir el lugar—ofreció con media sonrisa.

—No tengo hambre, gracias.

—¿Estás enojada?—cuestionó el cubano sin apartar sus ojos verdes de ella.

—No.—Erick se acercó un poco a ella y eso bastó para Dan soltara un bufido.—¿Sabías que Jesy tiene veintiséis años, Brian? ¡Es diez años más grande tú!—le gritó frustrada.

Erick soltó una carcajada. De modo que Danna estaba celosa, por eso el cambio de humor repentino. Se acomodó el gorro de frío negro que llevaba puesto y se sentó junto a la chica en la cama.

—Es muy linda, pero no me gusta—anunció sin apartar sus ojos verdes de ella.—Estás celosa...—agregó con media sonrisa.

—¡No estoy celosa!—protestó de inmediato.

—¿Ah, no? Pues déjame decirte que cuándo una chica no te agrada por el simple hecho de acercarse a tus amigos, aquí, en Miami, en China, en Júpiter, Saturno y Marte, se le llama; celos—explicó el muchacho con una sonrisa en los labios.

—¡Déjame en paz, Colón!—exigió con las mejillas sonrojadas.

Erick la envolvió en un cálido abrazo que ella rechazó de inmediato, se removió entre los brazos del chico hasta que se rindió. Pudiera ser que Erick a simple vista se mirara como un chico debilucho pero realmente tenía demasiada fuerza.

—Era una broma—confesó en su oído. La piel de Danna se erizó cuándo el aliento cálido del cubano chocó contra su piel, sus piernas temblaron un poco y su corazón se aceleró.

—¿Qué?—preguntó tan pronto su cerebro terminó de procesar la nueva confesión del cubano—¿Puedo saber de quién fue la idea?—añadió ofendida.

—¿Prometes no enojarte con Chris sí te digo?—hizo una pausa—¡Que bruto!—se regañó a sí mismo.

—Prometo hacer algo mejor que enojarme con Chris—sentenció la castaña.

—¿Qué?—preguntó confundido el muchacho.

—Vamos a cenar, Erick. ¡Tengo hambre!

(...)

—¡Hola!—saludó Danna llegando al restaurante del hotel de la mano de Erick. El cubano les dedicó una mirada de suficiencia y una sonrisa victoriosa a sus amigos, sostuvo con un poco más de fuerza la mano de la chica y ella le sonrió.

—¿Puedo saber porque esa unión de manos?—preguntó Christopher mirándolos de mala gana.

—¡Porque Danerick es real!—informó la muchacha y Erick aprovechó para besar su mejilla.

—¿Disculpa? ¿Desde cuándo? ¿Y porque no nos habíamos enterado?—interrogó Joel con una ceja enarcada cruzándose de brazos.

—Desde hace como media hora—respondió Erick con media sonrisa.

—¿Es...en serio?—cuestionó Zabdiel sin poder creérselo.

—¿Te parece falso?—protestó Danna. Erick rodeó la cintura de la chica con su brazo y ella suspiró ofreciéndole una mirada de chica enamorada que estaba segura que en ese momento ella podría ser la descripción grafica del amor andante.

Un Oscar. Ellos se merecían un Oscar por su excelente actuación.

—No—respondió Zabdiel sin apartar la mirada de la mano del cubano.

Camila observó a sus amigos con una ceja enarcada, pudiera ser que los chicos fueran muy ingenuos como para no saber que esos dos mocosos estaban mintiendo, pero ella lo sabía. Aunque Danna dijera que no, era más que obvio que le gustaba Christopher y no podía entender que era lo que estaba pasando.

Por otro lado, Richard también sabía que aquello era falso. Absolutamente todos sabían que Christopher moría por Danna –incluido Erick-, pero a diferencia de Camila, él si sabía porque lo estaban haciendo, era una broma para tomar venganza por la broma que ellos le habían hecho primero cuándo se dieron cuenta que ella estaba celosa de las chicas.

Sonrió ampliamente cruzándose de brazos y llevó su vista al pobre ecuatoriano que estaba al borde del colapso, sus ojos brillaban intensamente como sí en cualquier momento se pudiera echar a llorar, sabía que en parte se lo merecía por jugar con las emociones de Danna pero de todos, él era el notablemente más afectado.

Danna se separó de Erick, caminó hasta Christopher y se inclinó un poco para quedar a su altura.—La venganza es dulce, Chris—le susurró al oído provocando que la piel del chico se erizara cuándo el aliento de la chica lo acarició. La miró un momento y con el alma volviéndole al cuerpo le ofreció una pequeña sonrisa de alivio.

—¡Estúpido! ¡Pensé que era cierto, mi Danpher!—protestó Christopher llevándose una de sus manos al pecho en cuánto Erick soltó una carcajada y le dijo que era una broma.

—La próxima vez que quieras decirme que las chicas de Little Mix te parecen hermosas, piénsatelo bien—aconsejó Danna sentándose a su lado.

—¡Eres una rencorosa!—se quejó el muchacho—¡Pero no me importa, así de vengativa te quiero!—la envolvió en un pequeño abrazo y Danna se rio.

—¿No era obvio que no era real?—preguntó Richard mirándoles. Un segundo después se arrepintió de aquello.

—¿Y eso porque?—cuestionó Danna mirando al dominicano. Christopher le lanzó una mirada fulminante y Richard suspiró.

—¡Porque Erick es menor que tú!—Ella lo miró con los ojos muy abiertos, luego miró a Erick y volvió su mirada al muchacho—además, tú dijiste que sí no era con Sebastián Yatra no sería con ninguno—se encogió de hombros y Christopher lo volvió a fulminar con la mirada.

—¿Por qué mejor no pedimos? ¡Me muero de hambre!—propuso el boricua tratando de salvar la situación. Camila lo miró con curiosidad y luego miró a Danna que se mantenía en silencio

Llamaron al mesero para poder ordenar, un chico rubio de ojos azules se acercó a ellos, ofreciéndoles una sonrisa amable –y demasiado coqueta según Christopher- a las chicas. Las mejillas de Camila se sonrojaron en un instante cuándo se dio cuenta que el rubio les estaba coqueteando mientras la atención de Danna era reclamada por el ecuatoriano.

—Disfruten sus platillos—les dijo un rato después con su perfecto acento británico cuándo volvió con los platillos de cada uno.

—¡Disfrutaremos mejor cuándo te marches!—inquirió Erick con su español perfecto, el rubio lo miró con curiosidad en cuánto el resto de los muchachos se rieron de lo que él cubano había dicho en otro idioma.

—¡Eso fue grosero!—sentenció Danna hundiendo su tenedor de metal en el puré de patatas.

—Es mucho más grosero que ese tipo les coquetee cuándo están sentadas en una mesa con cinco hombres—se quejó Joel.

—¿Desde cuándo incluyeron a Camila al club de las protegidas por los brabucones de CNCO?—bromeó la castaña.

—¡Nos ofendes!—respondió Zabdiel indignado.

—Más vale que te prepares Cam, porque estos cinco son y serán una verdadera pesadilla para los pobres chicos a los que se les ocurra acercarse a ti—Camila se rio.

—¡No creo que sea tan malo!—comentó encogiéndose de hombros.

—¡No sabes lo que dices!—lloriqueó la chica.

—No seas exagerada, ¿Cuántas veces te hemos espantando a los chicos que se acercan a ti?—preguntó el dominicano mirándola fijamente.

—¿Qué tal aquella vez en la piscina? ¿En el restaurante del hotel? ¿En Las Vegas? ¿El extraño del fraccionamiento? ¿Qué hay de la vez que se reunieron con Sebastián Yatra, se hicieron una foto y nadie me dijo nada? ¿Y de ese rubio? Que no creas que no me di cuenta que comenzaste a charlar conmigo para que no lo viera, Vélez—enumeró indignada.

—Bien, capaz que si te hemos espantando a los chicos una que otra vez, tampoco hay que recordarlas todas—murmuró el dominicano.

—La parte buena es que ellos no saben aún que conseguimos varios números telefónicos de chicos en el centro comercial cuándo fuimos a Las Vegas, Dan.—Danna se rio mientras los rostros de sus amigos se desfiguraban por la confusión, la sorpresa y el enfado.

—¿Es en serio?—cuestionó Chris con una ceja enarcada.

Las chicas se miraron un poco y chocaron palmas mientras reían.—¡Es otra broma!—se quejó Erick unos segundos después.

—¡Son tan inocentes!—se burló Danna.

—Quédate conmigo, muñeca y te mostraré que no soy tan inocente como parezco—le dijo Christopher a Danna acercándose un poco a ella para que los chicos no lo escucharan. La chica dejó de reír y lo miró un momento. Ahí estaba de nuevo la sonrisa seductora de Christopher Vélez. Las mejillas de la muchacha ardieron y su respiración se volvió superficial. —¿Te encuentras bien, Dan?—agregó con un deje de diversión atrayendo la atención de los demás.

—Eh...yo...si—murmuró para aparar la atención de los chicos de ellos.

—¡La venganza es dulce, muñeca!

__ _

¡Lo prometido es deuda!

Pd. Yo solo quiero decir que la presentación de los chicos fue totalmente increíble. Incluso aunque hayan dejado solo a Erick al final. Ellas tocaban a Erick y amanecerían mañana con una demanda encima, jajaja😂😜.

En fin, nos leemos mañana, besos. xx

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