C11: ¡La chica de la fotografía!
—¿No estaban nadando?—cuestionó el muchacho sin dejar de contemplar a la pelirroja flanqueada por sus amigos.
—¿No podemos venir a saludar?—preguntó en respuesta con una ceja enarcada.
—Ellos pueden...—señaló a los chicos detrás de ella—¡Tú no!—agregó ofreciéndole una falsa sonrisa.
Los ojos de Danna y Cami vagaban de uno al otro sin comprender que hacer.
—¿Por qué no nadamos todos juntos y boom, se terminó el problema?—sugirió Joel tratando de calmar el ambiente, la tensión era palpable y pronto comprendieron que el invitar a Azul había sido un error. Un grave error.
—¿Por qué no nadas con nosotros, Danna?—preguntó en dirección a la chica colocando su mano derecha en su cintura.
—¡Porque a Danna no le gusta nadar!—respondió Camila sin dejar de observarla.
—¿Sabes nadar?—cuestionó la pelirroja ignorando por completo la respuesta de la chica.
¡Pero claro que sabía nadar! La natación, además del patinaje, eran los únicos dos deportes en los que era buena. Le encantaba nadar, pero no pensaba hacerlo en un lugar abierto y con esos chicos de público. No podía simplemente echarse a nadar y permitir que ellos la vieran, sabía que comenzarían a preguntar inmediatamente y todavía no estaba preparada para responder a todas esas preguntas que sabía, tarde o temprano llegarían.
—No—murmuró como respuesta.
—Creciste en un lugar con playa, ¿y no sabes nadar?—preguntó de nueva cuenta.
—¡Azul, basta!—exigió Christopher sin despegar sus ojos del rostro desencajado de Danna.
—¿Fuiste a la escuela?—preguntó Richard a Azul cuándo se dio cuenta que Danna realmente estaba muy incómoda.
—¡Por supuesto!
—Pues no parece, debieron haberte enseñado a cerrar la boca en el momento apropiado.—se quejó y la chica lo fulminó con la mirada.
—Creo que venir a la piscina en primer lugar fue una muy mala idea por mi parte. Buenas noches, chicos—anunció poniéndose de pie para marcharse en dirección a su habitación. Se sintió culpable por dejar a Cami abandonada ahí, pero más tarde le enviaría un mensaje.
(...)
—¿No te bastó con escuchar que no quería nadar y punto?—Estalló Camila totalmente furiosa. Los muchachos se sorprendieron de verla así.
Ella siempre estaba de muy buen humor, bromeando y riendo de todo. Pero ahora no había ni un rastro de felicidad en su rostro, sus puños estaban apretados fuertemente al punto que sus nudillos estaban comenzando a tornarse blancos.
—¡Solamente era una pregunta! No veo cual es el problema—murmuró la pelirroja encogiéndose de hombros.
—El problema es que no cierras la boca cuándo debes...—masculló Richard de mal humor.
—¡Richard basta!—protestó Christopher.
—¿En serio vas a defenderla, Chris?—murmuró indignado.—Tú mejor que nadie sabes que todo lo que tenga que ver con Danna es tema delicado, es un tema que no tocamos, no lo cuestionamos. Y sí nosotros no lo hacemos, ¿Por qué tendría que hacerlo ella?—cuestionó furioso.
—¡Chicos! No se peleen—pidió Erick con preocupación.
—No estamos peleando.—hizo una pausa para contemplar a Camila—Se me quitaron las ganas de nadar—sentenció—Buenas noches—agregó y comenzó a caminar con Camila siguiéndolo , dejando a sus amigos y a la chica atrás.
(...)
—¡Dense las manos!—inquirió Renato a la mañana siguiente apenas se reunió con los chicos en el living del hotel.
—¿Qué?—preguntó Erick un tanto confundido.
—Aquellos que estén peleados, dense las manos...—exigió—No sé ustedes, pero se siente una increíble tensión aquí, que casi podría jurar que podría cortarse con un cuchillo. Así que, espero que se den las manos, porque no vamos a salir de aquí hasta que los problemas estén solucionados—explicó cruzándose de brazos.
Se miraron unos a otros, hasta que finalmente Christopher y Richard dieron un paso al frente casi al mismo tiempo.
—¡Lo lamento!—dijeron al unísono.
—No, la culpa es mía Richard, no debí defender a Azul cuándo sabía que tenías razón. Danna es un tema importante para nosotros y Azul no tenía ningún derecho a meterse con ella—los ojos del hombre se abrieron con sorpresa pero se mantuvo en silencio.
Danna se mordió el interior de la mejilla para no soltar un lastimoso jadeo de frustración. Bajó la mirada y deseó que el sofá se abriera para poder hundirse en él y no volver a salir hasta que tuviesen que irse.
—Yo tampoco debí hablarte así—inquirió el dominicano en voz baja.—Pero me molesta que cada vez que Azul aparece siempre incomoda a Danna con sus preguntas tontas o sus acciones ridículas y por consecuencia, terminamos discutiendo—Christopher soltó un suspiro.
—¿Todo arreglado?—preguntó el ecuatoriano extendiendo su mano para que Richard pudiese tomarla.
—Todo arreglado—afirmó el moreno tomándola y luego atrayéndolo hacia él para terminar en un pequeño abrazo.
—Bien, ahora que el problema está solucionado, cuéntenme que fue lo que pasó, porque hasta donde sé, todos volvieron en tiempo récord a las habitaciones y se supone que estarían en la piscina.—seis pares de ojos de posaron en él. Ninguno quería hablar del tema.—Erick... ¿quieres contarme que pasó?
—No—respondió con las mejillas sonrojadas.
—¿Joel?—el mexicano negó automáticamente y evitó mirarlo a los ojos—¿Zabdiel?—Zabdiel soltó un suspiró, todos sabían que no podían ocultarle por mucho tiempo las cosas a Renato, llámese intuición o contactos, pero él siempre se terminaba enterando de lo que ellos hacían, entonces ¿Cuál era el caso en tratar de ocultárselo? Miró a sus amigos y luego le contó todo. Absolutamente todo.
—Creo que fue mi culpa, no debí haber ido en primer lugar, cuándo sabía de ante mano que no iba a poner un pie dentro de la piscina—murmuró Danna atrayendo la atención de todos sus acompañantes.
—¡No fue tu culpa, Danna!—exclamó Joel—fue culpa nuestra por invitar a Azul—agregó en voz baja.
—Que no quisieras nadar no fue el problema realmente—agregó Zabdiel en medio de un suspiro.
—El problema es que ustedes se vuelven un poco idiotas cuando están cerca de Azul, tienden a dejarse llevar por ella. Ese es el problema.—corrigió Renato cruzándose de brazos.
—Creo que ya no vale la pena seguir discutiendo sobre el tema cuándo ya está arreglado—inquirió Richard encogiéndose de hombros.—Nosotros ya lo entendimos, ¿verdad?
—Si—respondieron todos en coro. Renato sonrió un poco.
—¡Lo siento! Se me hizo un poco tarde—se disculpó la pelirroja entrando en la visión periférica de las siete personas agrupadas en el living del hotel.
Azul envuelta en unos ajustados jeans y un top blanco demasiado ceñido a su cuerpo, les ofreció una gran sonrisa que ninguno correspondió, sujetó con más fuerza la pequeña maleta metálica donde guardaba el maquillaje y todo lo necesario para arreglar el cabello de los chicos para las entrevistas de ese día.
—¿Pasa algo?—preguntó apenas se percató de la seriedad que reinaba a sus acompañantes. Posó sus ojos azules en Christopher, y trató de disimular una mueca de fastidio cuando lo encontró pasando su brazo derecho por la cintura de Danna para envolverla en un cariñoso abrazo.—De verdad lo lamento, el despertador no sonó—agregó.
—¡Ya nos dimos cuenta! ¡Llevamos esperándote casi una hora!—Mintió Renato. Pero ver el rostro desencajado de la chica y sus mejillas haciendola pasar por una mala versión de un vil tomate, era la cosa más graciosa del mundo. Luchó por no dejar salir una carcajada y la contempló fijamente. Los chicos la miraron también y por un segundo la pelirroja tembló.
—¡Lo siento muchísimo!—inquirió avergonzada.
—¡Espero no se vuelva a repetir!—le dijo Renato antes de darse media vuelta y sonreírles ampliamente a los seis muchachos.—Danna, ¿tienes el pase que te di hace unos días?—cuestionó.
—Sí.
—Necesito que te lo pongas, y necesito también que empecemos a caminar al auto, ya vamos tardísimo a la primera entrevista del día—murmuró y automáticamente todo el mundo se puso en acción.
Sentada entre Christopher y Erick, Danna contemplaba los enormes edificios que los rodeaban a través de los cristales del auto, parecía como sí fuesen una película que pasaba a rápida velocidad frente a sus ojos. Zabdiel, Richard y Joel se encontraban con la vista clavada en sus teléfonos, de vez en cuándo comentaban algo o leían algunos de los piropos que las chicas les dejaban en sus redes sociales. Renato puso sus ojos en blanco cuándo la pelirroja –que en ese momento hacía de copiloto- se quejaba una vez más por el –según ella- reducido espacio que tenía.
Sin embargo, Renato prefería aguantarla un rato, a dejar que se sentara en los asientos de atrás con los muchachos. Se había propuesto mantenerla alejada todo lo posible de los chicos, por eso le había prácticamente ordenado tomara asiento a su lado, aunque con eso tuviese que sacrificar su propia paz mental.
Unos minutos después, luego de inhalar y exhalar varias veces cuándo se dio cuenta que en el lugar había algunas fans reunidas, la muchacha bajó del auto con el pase colgado al cuello, desfiló lentamente por entre las chicas que exigían tomarse una foto con sus ídolos y que les entregaban pequeños detalles que ellos recibían con preciosas sonrisas, le dio gracias a dios porque ninguna pareció reconocerla, y entró al lugar donde sería la entrevista.
Los chicos entraron unos minutos después acomodándose la ropa y con sonrisas nerviosas pintadas en los labios.
—Algo que me gusta de sus fans, es que son chicas sumamente expresivas—les dijo luego de contemplar a aquellas chicas que cantaban sus canciones a todo pulmón.
—¡Y eso que todavía no has ido a los meet & great!—le informó Richard con media sonrisa.
—Ni has escuchado cuándo nos llenan de piropos—las mejillas de Erick se tonaron rojizas y la chica se rio.
—Debería preguntar sí ya están acostumbrados a esto, pero después de ver sus caras, la respuesta se dice sola—se burló.
—¡Eres tan cruel!—bufó Christopher.
Danna se sentó junto a Renato a un lado de algunas fans afortunadas detrás de las cámaras, mientras sus amigos se dedicaban a responder las preguntas que la pareja de entrevistadores les hacían y de vez en cuando le lanzaban miradas cómplices provocando que ella se sonrojara. Lo que más le encantaba era que ellos jamás dejaban de ser ellos mismo en las entrevistas, siempre estaban bromeando y riéndose de cualquier cosa, eran unos chicos auténticos y eso se notaba a kilómetros de distancia.
—¡Tú eres Danna!—le dijo una chica en voz baja. Sus ojos se posaron en la muchacha que sostenía su teléfono entre sus manos.
—¿Yo?—cuestionó y luego se sintió una tonta. ¡Por supuesto que ella!—Si—agregó tratando se sentirse menos boba. La chica rio un poco.
—¡La chica de la fotografía! No puedo creerlo. ¡Eres Danna!—comentó algo emocionada—Eres mucho más bonita en persona—su pulso se aceleró ante la mención de la fotografía. ¡No podía creer su suerte! Una fan de sus amigos la había reconocido y no podía echarse a huir.
—¿Fotografía?—preguntó apenas en un hilo de voz.
—Sí, la fotografía que posteó Chris en su Instagram—se prometió mentalmente golpear a Christopher tan pronto como estuviesen lejos de las fans.—Dios, ¿puedo tomarme una foto contigo?—la cuestionó observándola con una amplia sonrisa.
—¿Conmigo? En realidad no creo que yo deba...
—Por favor—suplicó la chica.—Mis amigas no van a creérmelo, a una de ellas le encanta mucho Chris y se puso un poco histérica cuando se enteró que ustedes son novios—sonrió—también se enfadó un poco conmigo porque yo si apoyo su relación—se encogió de hombros y Danna parpadeó por toda aquella información.
Renato la observó con una ceja enarcada y una sonrisa divertida en sus labios.
—Danna estaría encantada de tomarse una fotografía contigo, ¿Verdad?—la cuestionó Renato y ella lo fulminó con la mirada. ¡Quería que la tierra se abriera en ese momento y se la tragara!—sólo debes esperar hasta que los chicos terminen la entrevista y se tomen fotografías con todas las demás—señaló al resto de las chicas detrás de ellos y las mejillas de Dan se pusieron coloradas.
Sí una de las chicas ya la había reconocido, ¿Cuántas más no podrían hacerlo? Había corrido con demasiada buena suerte por el hecho de haber tenido un encuentro de frente con las fans y que hubiesen estado demasiado ocupadas reclamando la atención de los muchachos como para notarla a ella. ¿Pero que iba a hacer cuándo finalmente las chicas la reconocieran?
—¡Muchas gracias!—le dijo la chica con la sonrisa más grande que hubiese visto jamás.
En términos de probabilidad y estadística, ¿Cuál era la posibilidad de que su padre la dejase volver al hotel? ¡Ninguna! Pensó amargamente. Podía volver al hotel, pero eso implicaba la compañía de Azul y sus interminables quejas en todo el trayecto. O podía quedarse y correr el riesgo de que cualquier otra niña la reconociera. ¡Ella no quería llamar la atención! ¡Le daba pánico que la gente supiera quién era ella!
Se concentró tanto en ello que no se dio cuenta que los chicos habían terminado con la entrevista, hasta que Renato le indicó que la sala se había vaciado y solamente quedaba la muchacha que había pedido una foto. La niña le entregó el celular a Renato para que pudieses tomarles la fotografía. Los chicos la observaron con curiosidad y se quiso morir en ese mismo instante.
—¡Tu novia es la mejor, Christopher!—le dijo emocionada al ecuatoriano. Erick se rio y las mejillas de Danna se pusieron coloradas.
—¿Verdad que si?—preguntó Christopher acercándose a Dan y abrazándola cariñosamente antes de depositar un pequeño beso en su mejilla. La muchacha chilló de emoción y Danna le ofreció una sonrisa forzada.
—¿Por qué hiciste eso, Chris?—le preguntó avergonzada en cuanto la muchacha se fue.
—Ella de todas maneras ya creía que éramos novios—se encogió de hombros.
—¡Y tú terminaste de confirmárselo!—se indignó.
—¿No te gustaría ser la novia de este bombón?—preguntó observándola fijamente con una increíble sonrisa que estaba segura que podría derretir a cualquiera, incluyéndose, pero él no tenía por qué saberlo.
—¡No!—respondió rápidamente luchando con el sonrojo de sus mejillas. Christopher la miró con el ceño fruncido y los chicos se rieron. ¡Ella era la única chica que lo rechazaba!
—¡Me pierdes, Danna!
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Tengo una duda que me ha estado perforando el cerebro desde la noche de ayer... ¿Desde qué lugar del mundo leen este fic?
¡Comenten que la duda me corroe! Jajaja :B
Amor, paz, besos y abrazos😘✌.
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