Capítulo 32.
Sara lo miró, olvidando por completo la situación con Angelina.
Corrió hasta él para empujarlo fuera de la sala, pero William fue más rápido y entró antes de que ella lo intentara.
-¿Sara? -le preguntó el muchacho cuando ella llegó con él -Por qué... ¿Por qué?
-William debes irte, esa cosa que ves es peligrosa -le advirtió mientras movía la cabeza y lo empujaba de nuevo hacia afuera.
El joven desvío su vista hacia el proyecto y observó con miedo como consumía todo lo que tocaba. Un pensamiento aterrado cruzó su mente al imaginarse lo que podría pasar si Sara estaba cerca.
-No me iré -sacudió la cabeza -No importa si me dejaste atrás, debo asegurarme de que saldrás de aquí con vida -le respondió -Ya que como dijiste, eso no se ve bien.
Sara miró la luz de energía y vio cómo Angelina se acercaba a una computadora, presionaba algunas teclas y seguido, los vidrios se bajaron.
-¡¿Que rayos hace?! -le gritó ella y fue inmediato a quitarla de la computadora, miró el teclado tratando se saber que pulsar -¡Dígame cómo subirlos! ¡Dígame!
Angelina no le respondió.
El viento que se había contenido tras los vidrios, se había expandido por toda la sala, movía su cabello se manera salvaje lastimando su cara. Empezó a sentir las vibraciones que emitía el proyecto, las imágenes se veían cómo cuando miras el pavimento caliente por el sol, se movían de manera extraña.
Miró la energía, se llevó una mano a la boca para suprimir la exclamación que de seguro saldría con una palabrota.
La luz de energía parecía abrirse, dividirse por una parte, dejando ver el centro. Mitad blanca, mitad oscura y el centro había una persona. Tenía el aspecto de estar cayendo, sin caerse. Se mantenía firme. Ella había visto ese lugar antes, con Alba.
¿Allí había estado ella? ¿Podría ser?
-Aquí están... Los resultados de tus pruebas, Sara -dijo la mujer -Tuyos y de Alba.
-¿De Alba? ¿De qué está hablando? ¡Apague eso ahora! -le exclamó aterrada.
-No puedo... Tienes que ayudarme a sacarlo. Es mi hijo -habló la morena.
-Si me acercó ahí, me consumirá a mí y no pienso correr ese riesgo.
Will caminó hacia el Proyecto, el aire revolvía le cabello con fuerza.
-William...
-Lo haré, para que tú no tengas que hacerlo -fue lo que dijo.
-¡Estás loco! ¡No te dejaré hacer algo cómo eso! -y dicho esto fue hacia el joven, lo volteó para que le diera la espalda a la energía pura -Mírame. No quiero quedarme sola ¿Recuerdas? Te tengo a ti.
-Y siempre será así -colocó su mano en la mejilla de la muchacha.
En ese instante un haz de energía pasó de manera veloz, ambos alcanzaron a agacharse porque ella empujó a William hacia abajo.
Pero Angelina tomó a Sara, levantandola del suelo con fuerza casi de inmediato como ella cayó.
-¡Eh, no! ¡¿Qué hace?! -el joven estiró su mano para alcanzarla, pero Angelina usó su elemento, congelando por un breve momento las piernas de él. Gritó de dolor, el frío le quemaba.*
-Tú no te metas -le gritó la mujer, Sara forcejaba para que pudiera soltarla, pero no podía.
El vidrio que protegía al proyecto ya no estaba, por lo que ambas estaban expuestas sobre la energía.
-Tu hermana fue una cobarde -le dijo la mujer, mientras colocaba los brazos de Sara detrás de su espalda, de esa froma, ella no podía hacerle daño -Apenas se enteró de ésta parte quiso irse, no tuvo el valor de salvar una vida.
Sara se removió, quiso safar sus brazos, pero la mujer aplicó fuerza sobre ellos, haciéndola gritar por el dolor.
William no dejaría las cosas así, colocó su mano sobre el hielo ya aplicó fuerza para crear un rayo y cuando lo hizo, volaron trozos se hielo, liberando sus piernas.
-Tú harás lo que ella no pudo.
Un haz de energía cruzó la sala, chocando con los aparatos, haciéndolos explotar, los cables, los focos de luz, todo estallaba en una infinidad de chispas.
Él se levantó y empujó el hombro de Angelina para liberar a Sara, pero fue tarde.
La mujer había empujado a Sara hacia el proyecto.
Fueron unos eternos segundos en los que ella caía y observaba con horror el rostro de William al verla.
No... No me veas, William... No...
Sara le dijo algo a William, pero el sonido de sus oídos zumbando por la reciente explosión, le impidieron escuchar las palabras. Pero la miró a ella y pudo ver cómo unas lágrimas cruzaban sus mejillas.
Utilizando el Elemento Aire, Sara empujó a William hasta fuera de la puerta principal y en el lugar de ella creó un muro de tierra. Irrompible.
Alcanzó a escucharlo golpeando con fuerza la pared de tierea antes de caer dentro del proyecto.
🌱🔥💧🌪️
Era como nadar, pero sin agua. Abrió los ojos, no había nadie allí.
¿Y el... Hijo de Angelina?, miró asombrada alrededor, sin ver a nadie, ¿Que pasó? ¿Acaso... nunca fue real lo que vi?
Sin importar si era real o no, estaba dentro ahora.
Esa no era la forma en que se suponía debía de terminar las cosas. No tenía que haber sido así.
-De todos modos... Tengo que acabar con esto.
Al hablar, salían burbujas de su boca. Reventó una con el dedo, pero aún así ella podía respirar. El espacio era infinito de color azul agua. No había blanco, negro o gris.
Miró sus manos, sabía que era una ilusión, pero no pudo evitar asustarse cuando las vio manchadas de sangre.
Es verdad... No estoy del todo limpia, pensó con amargura, maté a un hombre, le robé la vida a mi hermana. No soy una buena persona.
Por unos minutos se dejó llevar por la fuerza del lugar. No sabía si se estaba elevando o se estaba hundiendo. No había una superficie a la cual subir.
Observó su mano izquierda, tenía el Quinto Elemento. Miró abajo, había un punto dónde irradiaba más luz blanca. El centro.
Pero aún así... Puedo hacer algo bien. Si termino con esto, no seré una mala persona.
Avanzó hacia ese lugar cómo si nadara, era sencillo, el mismo material se moldeaba a lo que ella quisiera.
Con forme continuaba, comenzó a sentirse débil, cansada. Avanzaba cada vez más despacio.
Tengo... que llegar, tengo que...
Imágenes pasaron por su mente, sus padres, Carlos y Regina, a quienes les mintió por última vez antes de irse, sin poder disculparse adecuadamente por haberlos preocupado y sin agradecerles el amor que le dieron aún cuando no era de su sangre.
Y también Edric y Siena, quienes parecían despedirse con una sonrisa.
¿Por qué los veo?
Su hermana diciéndole adiós en el pasillo, Damián con su remolino de viento en la mano, sólo queriéndola ayudar.
¡No quiero verlos!
Mike sonriendo aquel día que la invitó a salir, vio a Monserrat feliz de encontrarse con su hermano. Y luego a William.
No se había dado cuenta que desde que comenzó a recordar, empezó a llorar. Las lágrimas se iban hacia arriba conforme ella descendía más y más.
William...
Él estaba del otro lado de la puerta, intentando romper la pared que ella había creado. Pero al parecer no entendía que era por su bien, le salvó la vida en ese instante, si no lo hubiera empujado, habría terminado igual que ella.
Vio a William mostrandole su elemento aquel día en el lago, lo recordó cuando fue a salvarla de los agentes en el bosque, el día que vio a la científica por primera vez, lo vio sentado en la pequeña cama, desesperado, cuando Renata la llevó en él. Recordó cuando él la besó.
¿Por qué? ¡¿Por qué?!
Una vez leyó en un documento en Internet, que cuando una persona está a punto de morir, empieza a recordar. Recuerda lo que hizo, las personas que conoció a lo largo de su vida, todo en minutos.
¿Eso era morir? ¿Recordarlo todo, justo antes de?
¡No! No... No quiero morir...
Toda su vida pasando frente a ella, rápido. Y lo único que Sara podía hacer, era observar. No podía detener las lágrimas que corrían por sus mejillas.
No puedo morir ahora, no puedo. No debo.
Logró llegar hasta ese punto de luz, preparó el cuarzo. Era pequeño, si cerraba su puño, desaparecía, era más pequeño que su meñique.
Ya estaba ahí dentro, no podía salir y su objetivo se redujo a terminar con el falso quinto elemento sin importar si vivía o no.
Espero, que no se enojen conmigo por no poder ir a los lugares que quería ir. Espero que no se molesten por dejarlos cuando ya ha terminado todo.
Espero, que me perdonen por esto.
Y enterró el Quinto Elemento en el centro de la energía.
🌱🔥💧🌪️
A ngelina observó fascinada como el cuerpo de Sara caía sobre el proyecto sin hacerse daño.
Tranquilo, hijo mío... Estarás conmigo en un momento más...
Pensó en ella, en Sara, en cómo había protegido a ese chico y en un sólo instante.
Quizás... ¿Ése fue el momento en que logró distorsionar el tiempo y espacio? Lo que mencionaban los antepasados en las hojas. No, era muy pronto para sacar conclusiones.
Luego, el falso quinto elemento, emitió una luz, demasiado brillante y se dio cuenta de que no salió como esperaba. Quiso irse al darse cuenta de lo que pasaría, sin embargo, al estar más cerca del proyecto, recibió de lleno la ola de energía que produjo cuando estalló.
Sintió con ardor como su piel se deshacía y miraba aterrada como pasaba lo mismo con sus músculos. Pronto, toda ella se convirtió en polvo.
Lo que ella misma había creado, fue causa de su muerte.
🔥💧🌪️🌱
El fuerte impacto hizo que William se golpeara la espalda contra la pared.
Se levantó enseguida, pero cuando quiso mirar a Sara, lo único que pudo ver fue Tierra. Dónde antes estaban las puertas -que ahora yacían tiradas, dobladas en el suelo- había un muro grueso de Tierra.
-¡Sara! -gritó y comenzó a golpear el muro -¡Sara!
Golpeó una y otra y otra y otra vez. Sin resultado alguno.
-¡No! ¡Sara, quita esto! ¡Déjame pasar!
Recargó su frente contra el muro, apretó los dientes. Lo golpeó una vez más. Y ahí, enojado, las lágrimas comenzaron a salir.
-¡SARA! -gritó, pero no escuchó nada del otro lado -¡Sara! Sara...
Escuchó pasos que venían del pasillo. Pasos apresurados.
¿Monserrat? ¿Alba?
No, ninguna de ellas. Eran los agentes. Iban hacia ahí. Era un grupo de cinco, todos con armas. Y él estaba solo, nada mas con un arma con quién sabe cuantas balas tenía, que se había encontrado mientras buscaba lo que le pidió Sara, ¿Que pasó con las personas que defendían la entrada? ¿Por qué los dejaron pasar?
Vio tirada en el suelo el arma en la que pensaba, debió soltarla cuando ella lo empujó. Se acercó y la tomó.
Sara, yo te daré el tiempo que necesites.
Cada vez se escuchaban más cerca. Físicamente William estaba preparado. Tomó el arma con ambas manos, apuntó a los agentes que llegarían.
Conforme fueron aparecieron, él les disparaba. Para su suerte la pistola recargaba sola, así que no perdió el tiempo haciéndolo él. A uno de dio en el brazo, a otro en la pierna, cayeron al suelo, tomándose las partes heridas. Alguien logró dispararle en el brazo que recién se curaba de una herida pasada. Pero ignoró el dolor que lo recorría, siguió firme.
El sonido de las balas le lastimaba los oídos y hacía sus manos temblar, no por miedo, si no de tristeza.
Otro. Otro. Otro. Otro. Hasta que sólo había un agente, éste no traía el casco puesto, lo reconoció al instante. Alejandro.
-Déjame pasar y no morirás, Alterado -le dijo a William.
-No... No lo haré -William sacudió la cabeza, con la vista nublada.
William jaló del gatillo para disparar, pero se había quedado sin balas.
El otro hombre sonrió con suficiencia mientras le apuntaba, pero William fue más rápido
Hizo uso de su elemento, para crear un rayo sobre el hombre, quién al levantar la vista, palideció al ver lo que tenía encima suyo.
William dejó caer el rayo, quizá con demasiada fuerza. El arma del agente cayó al suelo y luego él, muerto.
El muchacho vio los cuerpos, unos inertes, algunos todavía con vida, pero no con la fuerza suficiente para tomar sus armas y disparar.
William dirigió su vista hacia la pared de tierra, fustrado comenzó a golpear la Tierra con sus puños. Se hizo cortes y rasguños en las manos, pero eso no le impidió detenerse. Cada vez con más fuerza, cada vez con más enojo y tristeza.
Vio los primeros indicios de que la Tierra se partía, se secaba. Aprovechó esa oportunidad y con el hombro bueno golpeó el muro. Varias veces hasta que apareció un hueco.
Luego el muro entero se hizo polvo frente a sus ojos. Supo inmediatamente lo que eso significaba, había visto pasar lo mismo varias veces.
Pero antes de que entrara, una onda de energía lo tumbó de nuevo al suelo. Esta vez no le hizo nada, no lo hirió o lo convirtió el cenizas, sólo aumentó el dolor de su herida. Los oídos le zumbaron, la vista se le volvió borrosa, por más que parpadeara no lograba enfocar su vista, no podía orientarse.
Intentó ponerse de pie, tenía que ir con Sara, tenía que verla. Pero se sentía demasiado débil para caminar, inútilmente se quedó en el suelo, medio inconsciente, durante unos minutos.
Luego, escuchó voces.
-¡William! William ¿Estás bien? -pero por el pitido en sus oídos, no supo quién era, podría haber sido Alba o Monserrat, cualquiera.
-¿Que pasa? -preguntó alguien, ambas eran voces de mujeres.
-... Ella lo logró -le respondieron, pero tenían un toque de tristeza en la voz.
La otra persona suprimió un grito de sorpresa.
Lo ayudó a ponerse de pie, pero él se alejó, se levantó como pudo y comenzó a caminar hacia el centro de la Sala.
Ella lo logró.
¡No! ¡No! ¡Sara! ¡Sara!
La habitación estaba hecha pedazos. El techo se había caído, las computadoras se encontraban en el suelo bajo los escombros, lanzaban chispas de electricidad. Entre todo el desastre, la vio.
Estaba encima de algunos trozos de techo, no podía ver su rostro, pero reconoció perfectamente su cabello largo. Fue hasta ella, pensando lo peor al verla en el suelo.
🔥💧🌪️🌱
Al otro lado, estaban todos. La esperaban con una sonrisa y sus padres, Edric y Siena, con los brazos abiertos.
Ella corrió hacia ellos, estirando su mano para poder alcanzarlos.
-karimodelarosa.
*Sí, el hielo quema.
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