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El chico no había querido salir de casa en muchos días por lo que su madre, harta de la situación al no saber qué les sucedía a su hijo, decidió mandarlo a la tienda a comprar los ingredientes para preparar su plato preferido; pizza casera. Todo un plan para que su hijo se alegrara de alguna forma.
Estaba bastante llena y el chico no estaba de ánimos como para esperar a que la fila avanzara, dejo los productos en un canasto al costado y se entretuvo con su celular unos minutos, hasta que fue el momento en el que le toco.
La cajera, mayor por cierto, paso cada uno de los productos por la caja registradora y cuando ya lo hubo pagado, le sonrió abiertamente. Al principio el chico no entendió, pero luego la mujer dejo una caja de chicles en su mano y le guiño un ojo.
Benjamín continuaba pensando que la mujer le estaba coqueteando y no sabía cómo sentirse respecto a eso, ¿era una buena forma de olvidar a Camila involucrándose con una mujer que podría ser tu abuela? Definitivamente no.
La mujer al ver la reacción del chico, le señalo uno de los pasillos desde el que provenía un ruido que se le hacía conocido; el de los chicles explotando.
-Esa chica dejo esto para ti –le dijo, observándolo con ternura.
Luisana estaba demasiado ocupada tratando de decidirse por una caja de chicles, pero simplemente no podía. Era tanto el amor que sentía hacia esas golosinas, que prácticamente se había vuelto su alimento diario, a pesar de que Benjamín al principio no soportara el olor de este, poco a poco comenzaba a acostumbrarse debido a que siempre terminaba encontrándose de alguna u otra forma con la chica.
Algunos clientes que estaban tras Benjamín comenzaron a protestar, ya que, el chico estaba embobado mirándola. Se disculpó y le pidió a la mujer que le diera las gracias por él, las pocas energías con las que contaba no lo dejaban hacerlo personalmente.
Al salir de la tienda sonrió ampliamente, esta vez sí le había acertado, el durazno era su fruta favorita pero no pensaba precisamente en comerse la caja de chicles completa, si no que
Estaba agradecido de la chica amante de los chicles, era la única que había logrado sacarle una sonrisa sincera en los últimos días.
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