« Frecuencia 22 »

Creo poder recordar perfectamente cuando me volví “loco”. Lo acepto.

Fue en una relación en preparatoria.
Era mi primera vez, nunca creí que alguien se pudiera fijar en mí, pues vivía en el rechazo, y ella lo hizo a pesar de los prejuicios y de ser una chica con mucha reputación.

¡Ella se había fijado en mí!

Y yo como un tonto, estaba a sus pies.
Pese a que me pidió que la relación fuera en secreto, yo la seguía amando.

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Aunque desafortunadamente, esa relación duró tres semanas, ¡tres putas semanas!, ¿puedes creerlo?

La razón, ¡todo era una mentira!

Todo comenzó cuando me pidió que fuéramos a las orillas del bosque Greenworth a tener nuestra “primera vez”.

Me hizo cubrirme los ojos por unos minutos, para después ser empujado a un charco de lodo como vil cerdo, mientras que amigos suyos, aparecieron para filmarlo todo.

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Y cuando se fueron no pude hacer nada, sólo quedarme en el suelo húmedo, cubierto de mierda y humillado.

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Já, en ese tiempo era un simple mocoso aún, un jóven tonto y roto.
Pero ahora que soy todo un hombre ya no dejaré que nadie más juegue conmigo. No si yo lo hago primero.

Y tú, mi querida Jennifer, me apareciste como caída del cielo. Y lo que siento por tí, es más que amor como ya te lo había dicho.

Y si no coperas con esta relación, harás que despierte mi monstruo interno.

Y créeme, no querrás conocerlo.

Dime, ¿esto me convierte en un loco?

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Tienes razón, probablemente.

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