Hoy lunes fue un día bastante movido en la parada de autobuses, la gente llegaba y se iba tan rápido que por un momento temí que te fueras sin que yo pudiera acercarme a ti y cumplir mi promesa, pero no, alcancé a ver tu hermosa cabellera rubia entre tantas personas de aura gris.

Este día tenías un bonito suéter con mangas color crema y una falda corta color vino tinto, y te veías tan bonita como antes.

Pero mi alegría fue efímera porque estabas con alguien más, un chico de cabello negro y ojos azules que te hacia sonreír cada vez que decía algún comentario.

Decidí no acercarme, no quería arruinar tu felicidad al darte la presencia de alguien a quien ni siquiera conoces, me gusta verte sonreír porque tu sonrisa le da calidez a mi corazón.

Te hablaré luego, cuando vuelvas aquí sin ninguna compañía, quizá mañana o después, pero te hablaré, debo hacerlo. Voy a hacerlo.