Pasaron varias semanas y el cantante no volvió a darle corazón a los comentarios de Audrey, los había dejado de leer y ella se dio cuenta, notó que su ídolo no había vuelto a darle me gusta a sus comentarios, aun así no le tomó importancia, pero si se sintió extraña ya se había acostumbrado que el chico castaño de ojos azules le diera corazón a sus tontos comentarios y días después ella dejó de escribirle.

Audrey se enfermó y estuvo días en cama bajo los cuidados de ella misma, recién se había mudado a su departamento y para su mala suerte se enfermó, cayó todos esos días para no preocuparlos porque ella sabe muy bien cómo se colocan.

Un poco más recuperada decidió ir a su trabajo, pero cuando ella llegó se encontró con una muy desagradable sorpresa. Estaba despedida. El jefe la echo con la excusa que había faltado al trabajo sin justificativo o reporte de su ausencia. Audrey sintió que le vaciaron un balde de agua en la cabeza, se le bajó la tensión y las enfermeras que estaban allí la atendieron.

Sus colegas estaban abismados con la noticia jamás creyeron que el jefe iba ser capaz de botar uno de sus mejores médicos del hospital sin razón alguna sin embargo ella no fue la única a quien echaron sin piedad, varios de sus colegas también recibieron la pésima noticia.

-¿Cómo te sientes?- Preguntó Frank sentándose a su lado.

-Pésimo- Dijo ella quién no había parado de llorar, Frank la consuela acariciando su hombro.

-Tranquila.

-¿Y ahora que voy hacer?

-Primero recuperarte de esa gripe y luego sabrás que hacer, este no es el fin, estoy seguro que todo te va ir muy bien.

Audrey sonríe con tristeza y abraza a su mejor amigo, él la rodea entre sus brazos y la sigue consolando, igual que Valery quien llega después.

Intentó hablar con el director del hospital pero este apenas le dejó decir dos palabras y prácticamente le cerró la puerta en la cara.

Audrey aún no se lo podía creer, jamás imaginó que pudieran botarla injustificadamente de su trabajo, no ha parado de llorar desde que salió del trabajo y para su desgracia esta mañana olvidó llenar el tanque de su auto y se quedó sin gasolina.

Golpeó el volante con dureza cuando se quedo sin señal móvil, no podía ser peor para ella. Colocó las luces de emergencia y se bajó de su auto para poder pedir ayuda a la policía.

Pasaron los minutos e intentó nuevamente buscar señal en su móvil. Frustrada al no conseguirla regresó hacia su auto, se apoyó en la puerta esperando un milagro.

Una camioneta de color negro pasó por el frente de sus ojos a escasa velocidad, esta se detuvo de repente no muy lejos de donde se encontraba, las luces de retroceso se encienden  y el vehículo comienza a rodar en sentido contrario. 

Audrey le late el corazón al ver la maniobra e instintivamente se resguarda en el interior de su auto para protegerse y bajo todos los seguros.

Ella no le quitó la vista a la sospechosa camioneta cuando se ubicó detrás de su auto. Sacó del portafolio un envase de gas pimienta lo mas pronto posible y se preparó ante cualquier indicio de ataque.

Estaba alerta.

Un chico de cabello castaño bajó cuando ella volvió a mirar por el espejo retrovisor, vestía de negro y caminaba en dirección hacia su carro. Los nervios de Audrey no permitieron ver con claridad de quien se trataba hasta que lo tuvo en frente.

-¿Qué?- Susurró boquiabierta reconociendo la figura de Niall Horan.

-Hola- Dice saludando desde afuera.

-Ho-hola- Apenas podía hablar

Esto es una mentira- dijo para sus adentros.

-¿Todo bien?