¿Verdad o Mentira?

Hoy, Fujimi debía de hacerse con la victoria para que nuestros equipos se pudieran enfrentar al fin. Karin no podría venir debido a un compromiso con sus compañeros de clase, por lo que no tuve que irme en el auto de la familia como en las otras ocasiones. 

Con mi jockey puesto junto a unos shorts y una camiseta que se me veía un poco más grande de lo que necesitaba, fui a la cancha en donde se llevaría a cabo el partido. Al llegar, me senté en donde consideré que podría ver mejor a los chicos. El clima estaba fresco, perfecto para el juego que se llevaría a cabo en unos minutos, pero contra todo lo que había esperado, mis manos comenzaron a sudar por el nerviosismo de lo que podría pasar.

Confiaba mucho en el equipo de mi hermano, pero la incertidumbre de lo que ocurriría, me generaba un nerviosismo más propio de quienes jugarían el día de hoy.

- ¿Esta ocupado? - escuché al lado, por lo que al voltear la mirada hacia el origen de aquellas palabras, me encontré con alguien inesperado.

- ¿Ibuki? - solté al observar al susodicho con su novia al lado, quienes me reconocieron al verme la cara.

- ¿Naomi? - Exclamó el de cabellos oscuros al percatarse de quien era - Estas irreconocible, Auch... - se quejó al recibir un codazo por parte de Kozue.

- No seas grosero - lo regaño, sonriéndome a los pocos segundos - vinimos a animar a Aoyama, ¿Te importa si nos sentamos junto a ti? - me preguntó cortésmente, a lo que negué rápidamente, incluso me alegraba de tener esta inesperada compañía.

El resto del tiempo antes de que el partido comenzara, me la pasé conversando con ellos. Estaba segura de que todas las veces anteriores en las que habíamos charlado, no se comparaban con esta, era como si algo al fin encajara entre nosotros tres.

Cuando dieron el aviso de que el partido comenzaría, nos quedamos en silencio para ver como comenzaban a salir los jugadores, pero me desconcerté al no ver a Aoyama entre ellos. ¿Qué estaba haciendo? Todos tenían expresiones serias, lo cual no me daba buena espina.

El partido inició y aunque sus habilidades habían mejorado bastante, no conseguían detener por completo al otro equipo. La ausencia de Aoyama les afectaba, y el ver la expresión de angustia de mi hermano, me tuve que disculpar con los chicos para retirarme unos instantes. La ansiedad de mi hermano comenzaba a transmitirse hacia mi, lo cual no era nada bueno.

Estaba caminando por los vacíos pasillos hacía el baño para refrescarme la cara, cuando sentí algo a lo lejos, eran golpes. Curiosa por aquel sonido, me deje guiar hasta quedar de frente a una puerta metálica, de la cual los golpes cada vez sonaban más débiles.

Ante la imagen, el recuerdo de lo que había ocurrido hace tiempo pasó por mi cabeza y se me ocurrió que Aoyama podría estar del otro lado.

Esta vez no tenía a Gotou para que forzara la cerradura, por lo que opté por avisar de mi presencia primero.

- ¿¡Hay alguien ahí!? - y aunque mi preguntaba podría sonar algo tonta debido a los golpes que venía escuchando del otro lado, necesitaba recibir una respuesta para seguir con lo que tenía planeado hacer.

- Aquí... - logré escuchar apenas, por lo que no pude distinguir nada por el tono, pero por como había escuchado a la persona del otro lado, no se encontraba muy bien.

Esta situación se me hacía algo familiar, pero en vez de intentar hacer memoria, preferí comenzar ayudando a quien estuviera del otro lado.

- Intentaré abrir la puerta - le dije mientras retiraba los pasadores para el cabello que utilizaba bajo la gorra para sostener mi flequillo. Aquello solo hizo que se me dificultara más el ver, pero doblándolos de la manera que recordaba correcta, comencé a introducirlos en la cerradura para intentar abrirla. No tenía idea de por qué sabía como y que movimientos hacer, pero al cabo de unos minutos que se me hicieron eternos, pude escuchar el click de la puerta al ser desbloqueada y con eso, el sonido de la puerta abriéndose rápidamente.

- Gracias - escuché apenas, ya que el personaje encerrado rápidamente se fue y mi flequillo no me ayudó mucho para reconocerlo.

Solo sabía que aquel personaje llevaba algo celeste, justo como aquella vez

y ante aquel pensamiento, sacudí mi cabeza para ir al lugar al que originalmente iba, sintiendo al momento de regresar a las gradas, el cambio abrupto de las emociones de mi hermano. Apenas me senté, Ibuki y Kozue me informaron que Aoyama acababa de entrar al partido, por lo que la idea de que él pudo haber sido quien estaba encerrado, tomó más fuerza.

¿Pero quién habría sido?

Y una mueca de disgusto apareció en mi rostro al chocar miradas con alguien que conocía muy bien.

Aika

¿De verdad había sido ella?

El choque de nuestras miradas pareció espantarla, ya que la advertencia que le había hecho ese día fue bastante real.

"¡A mi puedes decirme lo que quieras, pero no te metas con mis amigos!"

Y al parecer, ella recién se estaba dando cuenta de las consecuencias de sus acciones.

------------------------------------------------------------Tiempo después--------------------------------------

El partido había terminado y gracias a que Aoyama había logrado llegar a tiempo, consiguieron ganar. Me habría encantado celebrar al igual que ellos el hecho de que lograríamos enfrentarnos al fin, pero pensar en lo que pudo haber pasado por culpa de Aika no me dejaba en paz. Es por eso que al apenas ver que ella se iba a ir, me despedí de mis acompañantes para ir en su búsqueda.

Al parecer ella sabía que la seguía, ya que se alejó de la gente que venía saliendo y esperó a que yo comenzara a hablar, pero en vez de eso, se llevó una sorpresa al ver que la agarraba de la camisa que usaba para levantarla, separando así sus pies del piso.

- Te dije que con mis amigos no te metieras - le dije con un tono que destilaba enojo, pero para mi sorpresa, su risa no tardó en aparecer.

- Veo que no has cambiado nada - comenzó a decir con una mirada burlona - siempre preocupándote por lo demás en ves de ti, es por eso que acabaste en el hospital - me reveló, logrando descolocarme hasta el punto de dejarla en el suelo otra vez - y lo más gracioso de todo, fue que la persona a la que salvaste, nunca fue a visitarte. El único amigo que tenías, te abandonó y estoy segura de que lo hará de nuevo - acabó por decir mientras yo me quedaba quieta en mi lugar - un monstruo como tú jamás lo entenderá - terminó por decir mientras abandonaba el lugar dejándome a merced de mis propios pensamientos.

¿Sería verdad lo que decía?

Me negaba a creer en sus palabras, ya que ella siempre trataba de dañarme.

 ¿Pero habría verdad en alguna parte de sus oraciones?

No lo sabía, y debido a esas preguntas, regresé a casa en completo silencio.

Notas de la autora

Espero que les haya gustado el capitulo

Si tienen críticas o sugerencias, me gustaría oírlas para poder mejorar la historia.

Gracias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top