Una gran diferencia

El día del partido había llegado y con los chicos de mi equipo, estábamos esperando la llegada de nuestros contrincantes. Según me habían informado, Aoyama viajaría por si mismo en su bicicleta, por lo que esperábamos pacientemente a la llegada del bus y el ciclista misofóbico.

  La espera no fue muy larga y lo primero que visualizamos, fue a Aoyama. Kenma y yo lo recibimos, pero como todavía no llegaban los demás, el pelinegro se quedó para mostrarles las instalaciones mientras yo le decía a Aoyama donde guardar sus cosas y la ubicación de las salas.

- Conociéndote, creo que querrás ver los lugares que usarás - le mencioné mientras él guardaba su bicicleta - si no te molesta, te enseñaré las instalaciones - le dije amablemente.

- Está bien - asintió en respuesta, cargando dos bolsos en sus manos enguantadas. Creo que puedo imaginar lo que lleva en una de ellas.

 - Considero que el club es bastante limpio, pero si ves la necesidad de limpiar por ti mismo los espacios que usarás, no le veo el problema - le informé mientras caminábamos por los pasillos del club - este es el vestidor que se le asignó a tu equipo - le dije abriendo la puerta para que viera el interior - la puerta que está allí, los llevará directamente a los baños - le enseñé - para llegar a la cancha que usaremos, solo tienes que salir al pasillo y seguir derecho - le dije para que no se desorientara, ya que el club contaba con 3 canchas de fútbol y era fácil perderse - Los vestidores de mi equipo se encuentran frente al de ustedes. ¿Alguna pregunta? - le consulté.

- ...No - Soltó tras quedarse unos segundos pensativo. Supuse que todo iba en orden, pero antes de retirarme, no pudieron faltar mis palabras de ánimo.

- Buena suerte - le dije antes de retirarme del vestidor para ir con los demás. Debido a eso, no pude escuchar lo que dijo después.

- Igualmente.

Media hora después, el bus llegó con los demás chicos y Kenma les enseñó el camino, ya que decía que no era correcto que una chica entrara al baño de hombres. Obviamente, se llevó un pequeño golpe por aquel comentario, pero tras aquel hecho todo el equipo fue a prepararse, incluyéndome.

Debido a nuestra diferencia de género, me tuve que ir a cambiar a otro vestidor. Allí me puse la camiseta del equipo junto al resto de la vestimenta. Al salir preparada, los demás chicos me esperaban para ir a la cancha en que se llevaría a cabo nuestro partido de práctica.

- ¡En marcha! - grité para motivar al equipo - ya tuvimos la oportunidad de enfrentarnos a este equipo, por lo que sabemos que no será fácil. Así que, ¡Diviértanse! - les dije con una sonrisa en mi rostro, ya que podría jugar todo un partido contra muy buenos oponentes.

- ¡Si los veo flaquear, correrán 100 vueltas a la cancha tras el partido! - añadió Kenma para aterrorizar a los demás chicos, cosa que funcionó bastante bien por lo que vi.

El partido estaba por comenzar y pude vislumbrar a mi hermana en las gradas con Misu en sus piernas. Cuando mi hermano se diera cuenta, el verdadero partido comenzaría.                                   

- ¡Ánimo! - Gritó mi hermana desde las vacías gradas.

- ¿¡Karin!? - le escuché gritar a mi hermano al verla animada desde las gradas. el gatito estaba seguro gracias a un arnés que tenía, además, uno de los sirvientes estaba cuidando de ambas allí arriba.

- Sorpresa~ - susurré burlona. Después de aquel suceso, nuestro partido dio inicio.

Como esperaba, los chicos inmediatamente fueron en busca del balón, pero Aoyama los esquivaba hábilmente. Sin duda había mejorado bastante, pero gracias a las practicas que había tenido con él, no tenía tantas dificultades como el resto. 

Desafortunadamente, Aoyama no era el único jugador, por lo que con un hábil pase de su parte, Kaoru logró hacer un gol con un cabezazo.

- No se preocupen, ¡retomaremos! - animé a mi equipo decidida. Seguidamente de eso, el arquero me dio la pelota y comencé a evadir a los demás jugadores mientras avanzaba. El único problema, se me presentó cuando Aoyama apareció frente a mi.

A pesar de como movía mis piernas, el susodicho no me permitía continuar.

- ¡Naomi! - le escuché decir a Kenma a lo lejos, por lo que me preparé para darle el pase que esperaba, pero antes de golpear el balón, otra presencia apareció para cubrir a mi compañero.

Ellos habían hecho una estrategia contra nosotros

- ya veo - salió de mi boca - no podía esperar menos de ustedes- solté al momento en que una sonrisa aparecía en mi rostro. Seguidamente de eso, los movimientos que comencé a hacer ya no eran los de costumbre. Ya nada era planeado, simplemente dejaba que la situación manejara a mi cuerpo. Fue de esta manera, que logré pasar a Aoyama, logrando así, anotar el primer gol del equipo.

Los chicos celebraron aquel punto y se motivaron, en cambio, el equipo de mi hermano me observó con precaución. Hoy el sol no me detendría. Iba a darlo todo en la cancha, como si este fuera un partido oficial.

- ¿En serio? - musitó Kenma cerca mio - Apenas a comenzado el partido, ¿Sabes? - me cuestionó el pelinegro con una sonrisa.

- El tiempo no es lo importante, sino los rivales - le dije motivada - no quiero perder - admití - quiero darlo todo desde el comienzo para no arrepentirme después - le aclaré. 

- ... Tienes razón - respondió  él para luego observar a nuestros contrincantes - esto será divertido - concluyó preparándose para la siguiente jugada.

Los siguientes minutos fueron una batalla que demostraba la intención de ambos equipos de hacerse con la victoria.

Pov Omnisciente

Entre ambos equipos, habían unos personajes que destacaban del resto. Naomi y Aoyama se habían vuelto enemigos que buscaban cualquier oportunidad para ganarle al otro, pero al llegar a los ansiados 5 minutos antes del término, la verdadera batalla comenzó.

Pov Naomi

Lo único que mis ojos veían, era la pelota que iba de un lado a otro. El partido iba parejo y lo único que me facilitaba las cosas, era la debilidad de Aoyama para evitar el contacto físico.

- ¡Quedan 5 minutos! - le escuché gritar a la entrenadora, a lo que repentinamente, hubo un cambio drástico en el ambiente que tenía la cancha.

La tensión que repentinamente había aparecido, se debía a la presencia de una sola persona.

Aoyama

Él venía acercándose velozmente con el balón, por lo que me preparé de inmediato para detenerlo, pero aquel ya no era el chico con el que había practicado. Era alguien completamente diferente.

Aún sabiendo que sería un reto el detenerlo, no quise rendirme. Tenía que darlo todo, o terminaría arrepintiéndome después.

Habrán sido unos segundos, pero fueron suficientes para darme cuenta de que mis habilidades ya no eran suficientes para detenerlo. Mi mente se quedó en blanco, pero mi cuerpo siguió moviéndose, negándose a la derrota.

Habrá sido cosa de suerte, pero mi pie alcanzó a golpear la pelota, mandándola fuera de la cancha y creando el tiempo suficiente para que el partido terminara.

Había terminado en un empate

De haber anotado aquel punto, habríamos perdido.

(...)

El desenlace del partido me había dejado bastante pensativa. Si me quedaba satisfecha con mis habilidades actuales, acabaría perdiendo.

El equipo se veía igual de estupefacto que yo. A pesar de ser considerados como uno de los más poderosos, casi habíamos perdido ante otro que no había sido reconocido todavía.

El partido de práctica no solo les había servido a ellos para ver sus debilidades, sino que también nos ayudó a darnos cuenta de las nuestras.

Nuestro orgullo, era la principal debilidad que teníamos

- Esto no puede seguir así - musité para mi misma mientras cerraba la llave de la ducha. Me envolví en una toalla y salí de ella para poder vestirme, pero el repentino sonar de la puerta me hizo congelar.

- Eh... Perdón - soltó uno de los chicos del equipo de mi hermano tras abrir la puerta del vestidor incorrecto. No hubo reacción de mi parte, pero mentalmente agradecí el seguir con la toalla enredada en mi cuerpo.

- ¿Oya? - le escuché decir a Kenma por fuera- ¿La viste?

A los segundos, la puerta se cerró y no se escuchó nada más.

(...)

Al salir de aquella situación e ir a la cancha en donde se llevó a cabo el partido, me encontré con el chico de antes corriendo, mientras Kenma lo vigilaba. Seguidamente de esto, el resto de nuestros equipos llegaron y Kaoru fue a preguntarle a mi amigo del por qué aquel chico estaba corriendo por la cancha.

- Porque vio a tu hermana cambiándose en el vestidor - le respondió fingiendo desinterés, pero lo único que buscaba, era crear problemas.

La entrenadora al escuchar aquello, me abrazó diciendo cosas extrañas. También hubieron chicos que le reclamaban al que corría por no invitarlos, a lo que mi hermano los reprendió mostrandose bastante histérico.

Otros como Aoyama, se quedaron indiferentes a la situación, pero al terminarse todo este problema, todos nos pudimos a hablar sobre el partido.

- ¡Hermana! - dijo Karin apareciendo con Misu en sus brazos - Estuvieron geniales, aunque Kaoru solo metió goles con la cabeza - mencionó ella deprimiendo al castaño aludido.

- Me alegro de que te hayas divertido - le dije contenta, pero lo que no me pasó desapercibido, fue la mirada que cierto chico de ojos azules tenía sobre Misu. Cuando Karin se puso a hablar con mi hermano, me dirigí al de pelo azul.

- Aoyama - lo llamé, obteniendo su atención - ese fue el gato que me entregaste la otra vez - le comenté - Karin lo ha estado cuidando y quería agradecerte por habérmelo confiado - le dije con honestidad.

- ... - Aoyama se había quedado callado en aquel momento, pero pude darme cuenta de que su mirada siempre se dirigía al felino que mi hermana cargaba - de nada - soltó mirándome - y gracias - agradeció dejándome un poco curiosa, pero supuse que era por haberme llevado al gato que me dio aquel día.

 - Por cierto - comencé a decirle con más energía - Has mejorado mucho - le comenté expresando mi sorpresa - además, en los últimos 5 minutos, no pude hacer nada. En ese momento pensé que de verdad perdería - admití sin ocultar mis pensamientos - la próxima vez, me aseguraré de estar a tu nivel. Si ibuki es tu meta, entonces tú serás la mía - le dije sin titubeos - no me dejaré ganar.

- Yo tampoco - dijo antes de caminar hasta perderse en los pasillos del establecimiento. Más tarde nos daríamos cuenta, de que Aoyama se había ido sin despedirse de nadie.

Notas de la autora

creí que tendría el capitulo listo antes de las doce, pero acabé inspirándome tanto, que las cosas solo surgían y tenía que escribirlas xD

Lo habré subido tarde, pero al menos es más extenso de lo normal.

Gracias por leer, espero que les haya gustado el capitulo.

Hasta la próxima.

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