Pensamientos ¿y un guante?
- Lo mismo digo - respondió Aika con aquel tono que expresaba desagrado, pero antes de proseguir con la charla, sus ojos parecieron distinguir algo detrás de mi - veo que las basuras se atraen entre si - soltó, a lo que me voltee para ver a quien iban dirigidas aquellas palabras y me encontré con mi hermano y Aoyama parados. ¿Se refería a ellos? y ante aquel pensamiento, la rabia brotó siendo expresada rápidamente.
Mis manos se agarraron de su ropa y nuestros rostros casi se tocaban ante la cercanía a la que nos había dejado. Ante aquel movimiento, mi sombrero se había deslizado hasta caer al piso.
- Repítelo - solté con una mirada que pareció asustarla bastante. Lamentablemente su grupo no tardó en separarnos, pero mi enojo no desaparecía - ¡A mi puedes decirme lo que quieras, pero no te metas con mis amigos! - le grité mientras Kenma me sostenía. Aquella reacción no era muy típica de mi, pero esto pareció asustarlas bastante, ya que solo soltaron unas palabras antes de irse.
- Esto lo resolveremos en el próximo partido, Demonio de ojos rojos - me dijo a mi antes de retirarse con su grupo.
Aquello me sorprendió bastante, ya que creía ser la única que jugaba dentro de un equipo masculino, además, no tenía permitido jugar en ese partido, ya que mi tobillo aún necesitaba descansar.
- No le sigas el juego - me intentó calmar Kenma deshaciendo el agarre - no tienes nada que demostrarle a ella - acabó por decirme, a lo que inhalé y suspiré para calmarme.
- ¿La conocen? - preguntó Kaoru con preocupación, ya que él más que nadie sabía como era yo. Aquella reacción no se la esperaba nadie, ni siquiera yo.
(...)
Kenma se había encargado de contarle lo más superficial a mi hermano, en cuanto a Aoyama, su mirada solo expresaba seriedad y algo más. Sus ojos brillaban como si algo le preocupara, pero no tardó en voltear a mirarme.
Las palabras no querían salir de mi boca. Simplemente pensé en que a ninguno de los dos nos gustaría ser invadidos por las preguntas del otro. Era extraño, pero si ambos la conocíamos, no creía que él tuviera algún buen recuerdo de ella al igual que yo. Aika desde que la conocí, solo me provocaba problemas.
- Vamos a casa - terminé por decir ante la incomoda situación. Todos parecieron estar de acuerdo, a lo que simplemente nos fuimos a nuestros respectivos hogares a descansar.
(...)
- Te dije que no anotaras - soltó ella con visible enojo - ¿tanto te cuesta hacer eso? - me habló como si aquello fuera así de simple.
-...- solo la escuchaba con la mirada baja, simplemente no podía dejar de hacer los goles, ya que de eso dependía mi trato dentro de este lugar.
- Naomi, te llama el director - me hizo saber uno de los niños mayores que apareció por uno de los pasillos, a lo que tragué saliva con dificultad y me retiré sin decir una palabra.
Como siempre, nada parecía ser suficiente, si no aumentaba mi rendimiento, sería castigada otra vez. Ante aquel pensamiento, los escalofríos me recorrieron todo el cuerpo y entre a mi habitación para dormir.
- ¿Cuanto me harás esperar? - resonó en la oscura habitación haciéndome palidecer.
Esta no era la primera vez que ella se aparecía en mi habitación, pero lo que la hacía más amenazante, era que no estaba sola.
Y ella al igual que las otras veces, consiguió lo que quería. Dejarme encerrada en el armario para llegar tarde al desayuno.
- Más te vale no anotar ninguno mañana - soltó alejándose junto a las otras niñas que siempre la seguían.
- No puedo - fue lo único que pude susurrar antes de acomodarme dentro del armario como las otras noches. Aika nunca me dejaba en paz.
(...)
- Maldita sea - maldije al despertar con unas cuantas lágrimas en la cara. Aquello había pasado hace mucho, pero al parecer aún estaba resentida por aquellas vivencias.
Los recuerdos de aquellos tiempos eran bastante duros, pero eso también me hacía sentir el alivio de estar en mi hogar actualmente. Silenciosamente, tomé mi almohada y me escabullí en la habitación de Kaoru para dormir acompañada. En aquellas noches en las que el pasado se esmeraba en hacerme tropezar, me adentraba dentro de aquellas sábanas para buscar el consuelo que me hacía falta para continuar. Mi hermano ya casi no preguntaba al despertar teniéndome al lado, por lo que podía ir con libertad.
A la mañana siguiente, decidí faltar a la escuela para ir al club. Aún resonaban las palabras de Aika en mi cabeza, pero mi razón era lo único que me mantenía indecisa. Era consciente del riesgo que implicaba jugar con el tobillo resentido.
- ¿Naomi? - me preguntó uno de los chicos recién levantándose - ¿Que haces aquí? - me preguntó curioso, pero al oír mi nombre, varios se aparecieron haciéndome la misma pregunta.
- Necesitaba pensar - les confesé - pero creo que al final no jugaré en el próximo partido - les comenté con una sonrisa - así que confió en ustedes para ganar - los animé, pero como ya había venido, me quedé hasta tarde para darles consejos de como mejorar sus movimientos.
- Ganaremos - me dijo uno de ellos expresando lo que pensaba el resto antes de que me fuera, a lo que sonreí feliz de ver el espíritu que demostraban. Las cosas dentro del club habían cambiado gracias a la ayuda de mi padre y por eso, ellos podían sonreír de esta manera tan libre.
- Gracias - les agradecí antes de irme a la escuela. tenía que preguntarle algo al director.
Esta vez me fui caminando, ya que mientras no corriera no habrían repercusiones en mi tobillo. Al llegar, fui directamente a la oficina y fui recibida con bastante amabilidad. Allí comencé a hablar con el director para pedirle permiso para ausentarme en ciertas clases. Pensé que si no podía jugar, al menos podría supervisar el entrenamiento de mis compañeros del club para ayudarles a mejorar.
Me costó bastante, pero tampoco me ausentaría por muchos días. Solo quería serle útil al equipo de alguna forma. Al final acabamos acordando que daría las pruebas un día antes que los demás, por lo que tras agradecerle, me dirigí hacia la salida.
Estaba caminando por los pasillos cuando algo me llegó por detrás.
¿un guante?
- No te sobre esfuerces - fue lo que me dijo Aoyama con su ropa habitual para limpiar. ¿Acaso nos había escuchado?, y en ese momento recordé que Aoyama solía limpiar la oficina del director. Probablemente había estado en la sala continua.
- No lo haré, gracias - le dije sonriendo - ¿Que hago con esto? - le pregunté levantando el guante que me había arrojado anteriormente.
- ... - lo observó por unos instantes, pero luego volvió a subir la mirada - tengo otros - acabó diciendo, a lo que lo observé sin saber muy bien que hacer.
- Bueno, tú tampoco te exijas demasiado - acabé por decirle antes de dar la vuelta para caminar nuevamente hacia la salida.
No escuché nada más y tras salir de la escuela, esta vez fui llevada por el chófer de la familia.
Solo tenía una duda
¿Que haría con el guante?
Notas de la autora
Espero que les haya gustado el capitulo.
¿Que debería hacer Naomi con el guante? xD
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top