Los efectos de una sonrisa parte 1
Tras haberse definido los dos equipos que se enfrentarían a la final, se dio un plazo de dos semanas antes del partido.
Al no tener nada fijado para el día de hoy, me alisté con el uniforme de la escuela y fui junto a mi hermano. Todo el trayecto se la pasó hablándome de lo emocionante que sería jugar entre nosotros, por lo que durante todo el camino me mantuve entretenida.
Al llegar a nuestro destino, nos despedimos rápidamente para ir a nuestros salones. Usualmente llegaba más temprano, pero relajada por los resultados obtenidos durante estos días, no podía evitar ir con más calma.
Al ingresar al salón de clases que me correspondía, me encontré con varios ojos puestos en mi, pero eso no produjo ningún cambio significativo en mi persona, lo que sí lo hizo, fue la espontaneidad con la que mis compañeros se arremolinaron a mi alrededor para hablar atropelladamente. No les entendía nada más que algunas palabras, pero a pesar de aquello, solo pude sonreír con los nervios bastante elevados.
No fue hasta que Kenma apareció por la puerta que pude volver a respirar. Al parecer todo el salón se había enterado del partido que se llevaría a cabo entre el equipo de la escuela y nuestro club, por lo que se habían mostrado emocionados al vernos. Aoyama en cambio, se veía bastante tranquilo limpiando su escritorio, no me sorprendía mucho, ya que restándole su condición, ya era popular desde antes, por lo que los chicos no se le acercaban tanto como a nosotros.
- "Que buena forma de empezar el día" - me dije sonriendo con gracia ante la situación.
(...)
Tras haber sobrevivido a aquel interrogatorio al que nos habían sometido a Kenma y a mí, saludé a Aoyama y lo felicité por haber ganado el partido. No sentía que fuera buena idea el hablarle sobre lo ocurrido durante su partido, por lo que guardé silencio sobre ese tema.
Las clases comenzaron y todo transcurrió con increíble normalidad, pero debido a mi falta de costumbre a los ambientes relajados, no sabía que hacer con mi tiempo, menos teniendo un fin de semana con la completa prohibición de entrenar.
Sería duro no aburrirme en casa
- Naomi - escuché que me llamaban mientras iba caminando hacía la salida del recinto, a lo cual me volteé para observar a quien me había llamado.
- ¿Si? - le pregunté a Aoyama, el cual acompañado de Gotou me hacía la señal para que me acercara, a lo cual obedecí algo curiosa. La susodicha se veía bastante nerviosa, a lo mejor mi presencia la agobiaba, por lo que tomé algo de distancia para no incomodarla.
- ¿quieres ir al zoológico mañana? - me cuestionó con aquella mirada inexpresiva suya, a lo que Gotou dió un pequeño salto de la sorpresa - Gotou Moka también irá - me indicó, a lo cual sentí que mis ojos se iluminaban al encontrar una solución a uno de mis problemas.
- ¿En serio? - le pregunté mientras sentía que una sonrisa aparecía en mi rostro - me encantaría - acabé por decirle, sin tener la menor idea de que aquellas palabras, habían hecho caer los planes de la chica de al lado.
Tras informarme de la hora y el lugar en el que nos reuniríamos, me fui a casa con bastante ánimo. No podía esperar a que fuera mañana, ya que no recordaba cuando fue la última vez que fui a un zoológico.
(...)
-No todo se separa entre lo bueno y lo malo, hay matices de múltiples colores y estoy seguro de que pronto encontrarás el tuyo"- le decía al chico sentado junto a mi - No dejes que los malos momentos te impidan ver hacía delante, júramelo - le dije mientras acercaba mi dedo meñique hacía él.
- ... Lo prometo - dijo el chico tras acercar su dedo con duda hasta el mio, cerrando aquella promesa infantil con otras palabras - Creo que sé el color que eres - soltó sin poder verle el rostro, pero esta vez pude observar el color de sus ojos claramente, era como estar hipnotizado.
- ¿Y como es? - logré articular con aquella voz infantil.
- Es muy brillante, casi como el... Blanco
Y justo cuando creí que podría verle el rostro, la alarma del celular me hizo despertar exaltada.
Rayos
Acabé soltando con molestia ante lo cerca que estuve de recordar su rostro, pero solo me bastó recordar el motivo por el que había puesto la alarma para animarme. Hoy iría al Zoológico con los demás, por lo que tras prepararme y asegurarme de llevarlo todo, me despedí de quienes estuvieran despiertos para luego salir de la casa.
Gracias a que me había levantado temprano, pude irme en bici siguiendo las indicaciones de una aplicación. El zoológico no quedaba tan lejos, por lo que no contaría como un entrenamiento.
Al llegar, rápidamente fui y dejé la bicicleta en uno de los estacionamientos que tenían para estas. ahora solo tendría que esperar a que llegaran los demás.
El tiempo pasó rápidamente y el último en llegar fue Aoyama. Al comienzo solo le prestaba total atención a los animales, pero a medida que iba avanzando, me di cuenta de algo raro. Gotou en todo momento se hallaba mirando a Aoyama como un animal exótico en exhibición.
- ¿? - Al principio creí que quizás Aoyama tendría algo, pero tras fijarme por unos instantes, comprobé que no. Estaba a punto de preguntarle a Gotou el motivo, pero solo bastó con ver a aquella criatura para olvidarme de todo lo que venía pensando.
- .... - me quedé congelada al ver a un zorro completamente blanco tras el cristal de un vidrio. Sus ojos rojos resplandecían de forma hechizante y no fue hasta que sentí mi nombre ser pronunciado por el de ojos claros que reaccioné.
- Naomi - soltó deteniendo así la caminata de Gotou y el otro chico con el que íbamos, pero contra todo lo que pensé en aquel momento, no fue a mi a quien nombró - es el nombre del zorro - me dijo a escasos centímetros, por lo que instintivamente hice algo de distancia. No quería provocarle malestar por un descuido mio, pero de reojo y por unos breves instantes, juraría haberle visto curvar los labios hacia arriba.
¿él había sonreído?
Y junto a aquella conclusión, comencé a sentir como mi rostro comenzaba a arder. Justo cuando él se dio la vuelta para continuar caminando.
Nunca le había visto así y comenzaba a creer que lo había imaginado, pero de no ser así, el paseo que recién comenzaba... podría ser peor que un entrenamiento.
Notas de la autora
¿Les gustó el capítulo?
El paseo recién comienza~
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