ONE SHOT
[NARRADOR]
Su respiración estaba agitada, tomaba grandes bocanadas de aire intentando cumplir la demanda de oxígeno que su cuerpo le estaba exigiendo. Después de todo, usar el One For All por tanto tiempo, y estar siguiendo a un héroe, lo agotaba bastante.
—Vamos, Izuku —se golpeó el rostro y volvió a activar su quirk una vez más—. Espero no haberme quedado demasiado atrás.
Volvió a saltar.
El aire frío golpeaba su rostro, los suspiros que dejaba salir dejaban ver qué estaban en épocas de invierno.
Miró hacia abajo para ver que todo estuviera en orden, y para su alivio, así era.
Girando de manera un poco brusca para cambiar la dirección, llamó la atención de algunos transeúntes de la ciudad. Aquellos rayos verdes se hacían notar bastante.
Su mirada se desvió hacia el pavimento, los autos se movían a velocidades acordes a los límites establecidos.
—Es una noche tranquila —su pelo se movía libremente por culpa del aire—. Mejor acelero el paso... One For All: Full Cowling 20%.
Tomando de nuevo un gran impulso, está vez logró saltar y sobre pasar el techo de tres edificios.
Activó el comunicador para intentar contactar con el héroe número uno, pero una sonido de estática le dejó en claro que no iba a ser posible. Reintentó el proceso con su amigo, Todoroki y el resultado fue el mismo.
—Endeavor dijo que eran super modernos y que tenían una frecuencia única... debe haber alguien detrás de esto —dedujo afilando la mirada.
Sacó su celular sin detener el paso, y corroboró lo que pensaba.
—Tampoco tengo señal en mi teléfono —apagó la pantalla y lo regresó al bolsillo—. Llegaré a la agencia primero.
Decidido, modificó su ruta para ir por otro camino.
Al principio iba relativamente tranquilo, pero con el paso de los minutos, su angustia aumentaba cada vez más.
Varios escenarios pasaron por su mente, algunos bastante devastadores teniendo en cuenta todo los desastres que estaría causando ese quirk.
Podría evitar que los pilotos de los aviones se comuniquen con la torre de control. Dejar inútil los servicios de emergencia, ya que no se puede salir a ayudar alguien, si ni siquiera se sabe dónde está.
Otro gran salto.
Sus pulmones ya estaban a su máxima capacidad, les había exigido demasiado durante todo el día. Debía tomar un descanso decente si quería estar a su máxima capacidad.
Fue entonces que una sensación de alivio le llegó, o más bien, un fuerte sonido casi hizo estallar su tímpano.
—¡Oye, nerd. Ya nos encargamos del villano, el charlatán dijo que fueras a la agencia! —gritó el usuario del quirk de explosiones a graves del comunicador.
Pasó su dedo por el dispositivo que estaba insertado en el orificio de su oído, dejando así que el audio también fuera producido por él.
—Entendido, ya estoy yendo para allá —deslizó el dedo cortando la "llamada"—. Mucho mejor.
La botas hechas por Hatsume cuya suela era de metal, resonaron en cuanto hicieron contacto con el suelo. Inclinándose levemente hacia en frente se impulsó con los pies. Debido a la gran velocidad que tomó en poco en poco tiempo, decidió usar de manera controlada los látigos negros, para cambiar la trayectoria, evitando así, una colisión contra una grandes barandas de metal que estaban mal puestas en una terraza.
Ya más relajado, bajó la potencia de su peculiaridad. La carga en su cuerpo disminuyó y este se lo agradeció dándole una sensación de sentirse menos rígido.
Todo estaba bien, hasta que un fuerte destello dorado iluminó una de las ventanas de una edificación. Un ruido ensordecedor le siguió a la vez que una gran cantidad de polvo y humo fue liberada al aire.
Fue una explosión.
El peliverde cambio su expresión, frunció el ceño, y sin pensarlo se lanzó hacia las llamas que habían empezado a surgir producto de lo que sea que haya provocado aquel estallido.
Al estar relativamente cerca de la agencia, dejó que ellos fueran los encargados de llamar a las autoridades o algún héroe cuya ayuda con incendios fuera mas efectiva.
Por ahora, la prioridad era evitar que alguien se esté quemando allí adentro.
En cuanto tocó la cera peatonal y vio la entrada del edificio, vio como salían varias personas de el. Algunas tosiendo fuertemente.
El héroe Deku inició con su "trabajo", y se acercó hacia las personas, ayudándolas a salir y evitar que se cayeran.
—Gracias —tosió un poco y el pecoso asintió con la cabeza.
—Los demás héroes y los bomberos llegarán dentro de poco, póngase a salvó por ahora, por favor —aumentó la potencia del quirk al ver que ya nadie salía.
Era claro lo que iba a hacer.
Entró de manera rápida para poder registrar el edificio por su propia cuenta.
Subió la escalera y revisaba todas la habitaciones posibles en el menor tiempo que pudiera, no escuchaba nada más allá que el sonido de las ambulancias que empezaban a llegar y el resonar de las bocinas de los vehículos de los bomberos.
—¡Si hay alguien di algo, por favor! —pidió el peliverde.
Tosió un poco, el aire respirable era cada vez más escaso, tenía usarlo de manera eficiente.
Esperó alguna respuesta, pero no recibió ninguna. Ya iba a llegar al último piso cuando el techo se quebró y de cayeron dos personas de el.
Izuku intentó prevenir una patada pero fue inútil, aquel sujeto logró abrirse paso en su defensa y conectar el golpe en su estómago.
El peliverde fue impulsado contra la pared sin aire en sus pulmones, la patada fue demasiado fuerte.
Un poco aturdido se levantó levemente desorientado, con cierto grado de dificultad intentó divisar a quien estaba en frente de él.
Tenía un jean de color negro, una camiseta que tenía un logo bastante en grande la academia de héroes cuyo borde era en blanco haciendo contraste con el color rojo que tenía el resto de la tela. Su piel estaba intacta, de color blanco como si no sufriera para nada con las abrasadoras llamas.
Miraba al pecoso con intensidad, y con una gran mezcla de sentimientos, pero entre todos ellos destacaba el odio y el rencor.
—Así que aquí tenemos al héroe Deku, es un honor —hizo una pequeña reverencia y apretó un poco el cuello de la persona a quien sostenía—. Mira te presento a mi rehén —sonrió de forma tétrica.
—Será mejor que la sueltes —advirtió el practicante—. Si tienes algo contra mí. Déjala a ella en paz.
—Oh, pero si lo hago no tendré forma efectiva de pararte —rodó los ojos en señal de obviedad—. Un golpe o patada tuya me dejaría fuera de combate.
El noveno portador del One For All chasqueó la lengua enojado.
<<Tengo que acabar con esto rápido, la chica se está quedando sin aire y yo también>>
—Dime, héroe Deku, ¿Qué tal el desempeño de Katsuki Bakugo?
Izuku abrió los ojos sorprendido.
—Ese maldito que no merecía ser héroe, ¡Dime! ¡Ese hijo de puta que no se controla nunca!
—¿Qué quieres de él?
—¡No es lo que quiero, es lo que me quitó! —explotó la ventana de al lado y el fuego aumento su tamaño de forma apresurada—. ¡Él me quitó mi puesto en la U.A!
Aquella palabras hicieron eco en Izuku.
—Ni te entiendo —dijo Izuku preocupado, miraba como la chica de pelo gris y ojos amarillos empezaba a llorar—. ¡Suéltala ahora!
—¡No! ¡Se supone que ese bastardo estaría aquí y él debería enfrentarme!
El pecoso como jugada desesperada preparó un ataque de larga distancia con sus dedos sin que el enemigo lo viera directamente.
—El día de los exámenes... ¡¿Cómo diablos se les ocurre a los de esa academia que un desquiciado en digno de tan siquiera aspirar a ser héroe?! —apretó los dientes furioso—. ¡Tu estúpido compañero me quitó a mi lo que me correspondía!
—¿¡Dices que entonces tú merecías ese puesto y ahora haces lo que esperabas combatir?!
—Decidí que si voy a ser negado de mi sueño, entonces la sociedad no puede decirme de que manera tengo que tomar uno nuevo —su mirada se oscureció y su tono de voz cambió ligeramente—. ¡Seré lo que iba a combatir, solo así me sentiré mejor conmigo mismo! —alzó las manos hacia el enorme hueco del techo.
<<Es mi oportunidad>>
Tomando toda la velocidad posible se acercó hacia el sujeto y le conectó una fuerte patada que lo mandó a estrellarse contra una pared.
Tomó a la chica que se desmayó en sus brazos.
Tenía puesto unos lentes cuyo cristal derecho estaba roto, tenía un uniforme escolar a la vez que sobre él tenía una bata de laboratorio. Su piel clara estaba cubierta el algunas partes con manchas de color negro.
—Ya todo está bien —la cargó en sus brazos—. Ahora voy el tipo —su vista se dirigió hacia el sujeto.
Al momento de hacerlo vio como este con una gran sonrisa y su piel brillando de color amarillo de abalanzó sobre él como si lo intentara abrazar.
—¡Ya que les gusta tanto las explosiones, toma la mejor! —gritó con lágrimas en los ojos—. ¡Shine!
—¡Mierda! —intentó alejarse del sujeto con un salto.
Aunque logró generar la suficiente distancia como para evitar el contacto, una fuerte explosión expulsó al peliverde fuera del edificio.
Las ventanas estallaron por la fuerza del viento y las personas que estaban abajo corrieron para evitar que fueran atravesadas o cortadas con algún fragmento de los vidrios.
Lamentablemente, Izuku no pudo evitar el daño. Su cabeza impactó directamente contra las paredes dejándolo casi inconsciente, y a una gran altura sin nadie que evitara el curso natural de la gravedad.
Con su última pizca de lucidez se giró con su traje quemado, quedando su espalda apuntado hacia el suelo y con la chica desmayada sobre su pecho.
La gravedad empezó a hacer efecto y el pecoso empezó a descender a toda velocidad.
Logró escuchar algunos gritos de las personas preocupadas, con dificultad. Luchaba para que sus sentidos funcionaran correctamente, pero su cuerpo le decía que durmiera un poco. Él cedió, la sangre que salía de su cabeza lo estaba dejando sin fuerzas, sin embargo, justo antes de cerrar sus ojos, escuchó a alguien llamarlo de forma desesperada.
—¡Deku! —una explosión salió de su mano para intentar atrapar al chico.
—¡Midoriya! —a pesar de impulsarse con su lado de fuego, no lo logró.
Ambos intentaron alcanzarlo, pero fue inútil. El cuerpo del joven aspirante a héroe se estampó contra el piso dejando que poco a poco un charco de sangre comenzara a surgir de él. Siendo su cuerpo la fuente.
Parecía una escena de película de terror...
•
•
[NARRA IZUKU]
{TIEMPO DE SALTO 3 SEMANAS}
•
•
Sentí un hormigueo que recorrió todo mi cuerpo, luego de eso tuve la sensación de que estaba siendo jalado o más bien, todo se alejaba de mí.
Los sonidos se comenzaron a aclarar, casi no los logró reconocer. En cuanto sentí mis ojos de nuevo, los abrí con lentitud, un destello de luz me cegó por un momento a cerrarlos nuevamente.
La sensibilidad en mis manos volvió de a poco, moví mi brazo derecho hasta poderme tocar la cara.
Intenté mirar de nuevo, sin quedar ciego en el proceso, lo único que logré visualizar, fue un techo de color blanco.
Con bastante esfuerzo, use ambas manos para lograr sentarme. Al lograrlo sentí un dolor en la espalda y en mi cabeza.
Las palabras se me van y no logro ubicarme del todo. Veo a mi alrededor es busca de algo, solo veo sillas, una maceta con una pequeña planta, varias máquinas que estaban pegadas a la pared, una botella de agua destapada, y una chica de pelo gris mirándome fijamente.... Espera un momento.
¿Una chica mirándome fijamente?
Repasé la habitación hasta que crucé miradas con ella, sus ojos de color avellana claro eran serios y no parecían transmitir sentimiento alguno. Tenía un uniforme escolar y sobre él una bata, se le miraba algo raro ya que era algo pequeña.
Abrí la boca para intentar hablar, pero la sentí extremadamente seca y con un aliento asqueroso.
Tengo que tomar un poco de agua.
Gire levemente mi cuerpo para agarrar la botella que estaba abierta, pero estaba muy lejos de mí. Así hubiera sido, de no haber sido porque ella lo cambió.
—Toma —puso la botella entre mis manos y yo la bebí agradecido.
—Gra... ci... as —logré decir.
El silencio inundó el lugar. Ella me miraba de forma extraña, y ni siquiera disimulaba, sentía que me examinaba por dentro o algo así.
—¿Qué qui... eres? —pregunté, necesitaba respuestas.
—Soy Futaba Rio, y tú eres Midoriya Izuku —dejé escapar un "Eh"—. ¿Te acuerdas de mí?
La miré de nuevo, a ver si mi cerebro se dignaba a mostrarme un recuerdo en el que está chica aparezca, pero nada.
—Creo que no... —miré como su cabeza se ladeó—. Perdón.
—Será más difícil pedir perdón si ni siquiera sabes porqué te lo estoy pidiendo —tomó asiento y se inclinó hacia mi—. Tendré que recordarte quien soy.
—Antes de eso, ¿puedo pedir un favor?
—Sí...
—Necesito ir al baño, ¿Puedes llamar a alguien para que me digan como le hago? —sonreí nervioso.
•
•
{CUATRO DÍAS DESPUÉS}
•
•
No pude salir del hospital, por orden del doctor que estaba encargado de mí. Aunque tampoco es que quisiera hacerlo todavía, aún me dolía un poco la espalda y de vez en cuando tenía dolores de cabeza no muy fuertes, pero si fastidiosos.
Durante estos día vinieron a verme varias veces los chicos, se alegraron de verme bien, y algunos hasta me dejaron regalos y algunas cartas con pequeñas frases para que mejorara más rápido —no sirven, pero se agradecen— y alguna cosas más. Mi madre fue la que más lloró y con gran diferencia al ver que por fin había despertado, viene cada vez que puede para preguntarme si estoy bien.
Todo estaba yendo relativamente bien, o bueno, lo mejor que se puede. A la academia y a la agencia de Endeavor se les atribuyó la culpa de mi incidente, problemas legales por aquí y problemas legales por allá, pero al final de cuentas todo salió "sin mayores complicaciones".
Aunque había algo que no cambiaba para nada, y era constante, tomo el movimiento de las manecillas del reloj. Todos los días, justo a las cuatro da la tarde llegaba la chica del pelo gris y se sentaba para charlar conmigo, y 10 minutos antes de que fueran las seis, tomaba sus cosas, me agradecía por haberle salvado y se iba.
—No entiendo porqué sigue viniendo, si ya recordé el porqué estoy aquí —miré el reloj que estaba colgado en la pared—. Me pregunto si hoy también vendrá...
TOC TOC TOC
Escuché los toques de la puerta, debía de ser ella.
—Pasa —alcé un poco la voz para que me escuchara.
Escuché como sus pasos se acercaban de manera lenta, hasta que pude ver su rostro. Estaba igual que siempre, no mostraba gesto alguno, a veces parecía un robot, salvo por las contadas veces donde escuché que se ponía ligeramente feliz o triste cuando contestaba el teléfono.
Nuestras miradas se encontraron, desvié el rostro y la observé por el rabillo del ojo, y por primera vez, la vi sonreír. No era la sonrisa muy grande, pero para ella era demasiado, se quitó su maletín de color azul oscuro y lo dejó sobre una de las sillas. Luego de eso y sin despegar sus ojos de mí, se quitó su bata de laboratorio.
—Hola, Futaba-san —saludé.
Normalmente no intercambiamos muchas, pero algo me decía que tenía que hoy era un buen día para hablar.
—Hola, Midoriya —se quitó su blazer y se sentó.
Pasé saliva, era la primera vez que se quitaba esa prenda.
—¿Y que t-te trae por aquí hoy? —tartamudeé.
Ella resopló un poco molesta.
—Preguntas eso todos los días, ¿Por qué cambiaría mi respuesta hoy?
—Es que dijiste que una vez y recordara lo del incidente, me pedirías perdón, y ya lo recuerdo... —rasqué mi mejilla un poco nervioso.
—¿Y? —interrogó ella—. Una cosa es pedir perdón, y otra muy diferente era dejar de hablar con la persona que me salvó la vida.
—Tienes razón, Futaba-san... y cambiando de tema, ¿Cómo te fue en la escuela?
Alzó levemente la cabeza y puso un dedo sobre su mentón, rodó los ojos y tomó un poco de aire.
—Bueno.
Wow, que respuesta tan compleja. Menos mal que le di tiempo para que la pensara.
—Jejeje —sonreí un poco incómodo—. Futaba-san —llamé su atención—, ¿no te afectan tus horarios de estudios por venir acá?
Ella solo negó con la cabeza.
Me quedé callado para ver si ella continuaba con la conversación, pero su mirada de siempre me indicaba que ya era hora del silencio, hasta que alguna llamada le llegara a su celular y saliera a contestarla.
Tomé mi celular y lo desbloqueé para ver mis notificaciones, algunas normales como mensajes de mi madre, y otras un tanto extrañas como publicidad de una app para rentar una novia...
—¿Quién estaría tan falto de afecto para hacer algo así? —pregunté en un susurro.
Decidí ignorar eso y abrí la sección de noticias para ver como es que se estaban llevando los medios de comunicación con el reciente escándalo de la agencia de Endeavor, nada fuera de lugar, hasta que ella tomó espontáneamente mi teléfono.
—¿Qué estas haciendo con mi celular?
—Estoy viendo algo, creo que es bastante obvio —oprimió la pantalla unas cuantas veces y luego me lo devolvió—. Listo, cuando salgas de aquí podremos seguir hablando.
—¿A que te refieres, Futaba-san? —mire la pantalla y casi me caigo de la impresión.
Ella había guardado su contacto. Ahora pasé de tener ocho contactos, a nueve. Todo un logro.
—E-e-es increible —me dije a mi mismo—. Aunque ahora tengo una pregunta.
—¿Cual?
—En que año de preparatoria estás, Futaba-san?
—En segundo año.
—¿Eso significa que eres algo así como mi senpai de otra academia?
—¿Qué estás diciendo? —me tomó del cuello de la camisa y me empezó zarandear hacia en frente y hacia atrás.
La miré a los ojos, y para mi sopresa, estaba un poco sonrojada.
—¡No me llames con el senpai, con el san es más que suficiente!
—Jajaja —rei fuertemente.
—¿De qué te ries?
—Es la primera vez que te veo sonrojada directamente, y te vez bastante tierna así.... senpai.
—¿Tierna?
•
•
{DOS DÍAS DESPUÉS}
•
•
Salí de aquel hospital, y afortunadamente no había nadie más que ella, la cual estuvo esperandome desde que le dije que hoy me darían de alta.
Su largo cabello que le llegaba hasta la cadera era ondeado por el frío viento de estas épocas. Tenía un abrigo de color café claro, y a su costado había una bicicleta de color rojo.
La llamé para que se volteara a verme.
—Te dije que no era necesario que vinieras a verme, Futaba-san —le dije avergonzado, ten{ia el rostro rojo.
—Creo que lo que quisiste decir es "gracias", así que diré "de nada" —con su serio rostro de siempre—. Además, te debo esto.
—Tecnicamente yo lo propuse —sonreí un poco.
—Después de que yo te lo ofreciera primero, pero eso no es lo importante, vamonos... ¿sabes montar bicicleta? —preguntó viendome.
Yo asentí.
—Entonces tu me llevarás —solté un pequeña risa y me monté en la bicicleta—. ¿A dónde iremos? —puso sus pies en los conos de la llanta trasera y puso sus manos en mis hombros.
—¿No se supone que para impresionar a una chica en la primera cita hay que ser misterioso, senpai? —mandé el pie y la bicicleta empezó a andar.
—Idiota —no tuve que verla para saber que estaba tan roja como yo...
•
•
[NARRADOR]
•
•
No muy lejos de ahí, un chico cuyo cabello era de dos colores, y estaba con abrigo con una bufanda que hacia juego con el color de su cabellera. Miraba como su amigo peliverde con una chica en una bicicleta hasta que pararon en un semáforo.
Miró lo que había entre sus manos y soltó un largo suspiro.
—Supongo que la figura de All Might será para luego... un momento, ¿esa chica no es la de aquella vez?
Repasó los detalles físicos de la chica y corroboró su pensamiento.
—Entonces si le salvas la vida a una chica, sí tienes oportunidad con ella... Mineta tenía razón después de todo...
¿Por qué esta pareja? Es una pregunta ni a la que yo le tengo una respuesta muy clara, simplemente llegó a mi mente, y depués de pensarlo por veinte minutos, me digné a escribirla. Creo que es disfrutable, diriía que de los tres One Shot's que tengo, este sería el peor o algo así. Ustedes son libres de dejar su opinión.
¿Posible expansión? En el cortro plazo, definitivamente no. Tal vez en algunos meses.
¿Les gusto? Dejen su estrella si fue así.
Si ven errores ortográficos o gramaticales, puedes señalarmelos para corregirlos.
FIN
GottoCatch
Palabras usadas (Sin relleno): 3300+
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top