Como el Primer Día
4 de enero.
El volumen de la música aumentaba acorde a la torrencial lluvia que tenía lugar en toda la ciudad. Erráticos truenos pintaban el cielo de blanco en fracciones de segundos que dejaban helada la vista a cualquier espectador nocturno.
Una enorme pantalla reproducía un video musical de YouTube. 75 pulgadas de pantalla curva eran deleitadas por la vista de una peli gris que apenas y le prestaba atención.
—Así no se puede... —murmuró levemente molesta.
Saliendo de su estado de reposo encajó los pies en sus acolchadas pantuflas, con holgazanería se encaminó hacía una pequeña mesa de noche. Sobre esta además de haber una lámpara moderna que reflectaba luz pálida, había un control del tamaño de la palma de mano de la peli gris.
Un rayo golpeó con fuerza algún punto lejano causando un espasmo en la chica que se acomodó los lentes con una gota de sudor.
—Cálmate Futaba. Son solamente el producto de la tensión de cargas eléctrica producidas por corrientes de aire... nada de qué preocuparse —otro estruendoso sonido la hizo brincar—. HIP.
Corrió con aquel control de vuelta al sofá y se tapó con una gran cobija de algodón. Asomó su cabeza al exterior y con un aplauso las luces de toda la sala se encendieron unánimemente. Mirando que oprimía, hundió su dedo sobre un botón. Al instante unos sonidos provenientes desde todas las direcciones hicieron eco por la ostentosa casa.
En cuestión de 2 minutos, no se escucha ni una gota de agua. Volvió a aplaudir y se quedó de nuevo a oscuras con su inmenso televisor.
—Ya me aburrí de esto.
Buscó una aplicación de demás contenido audiovisual y seleccionó lo primero que se le hizo interesante.
"Cosmos".
—Esto SI es entretenimiento —esbozó una sonrisa y se acomodó para disfrutar.
Tras un episodio completo revisó su celular en lo que osaban los créditos. Varias notificaciones de noticias la tenían totalmente despreocupada.
—¿Inazuma Japan ganó? Siempre es por un gol...
Siguió bajando.
—<<Chico asegura que con solo clase los días jueves y poca inversión obtuvo grandes resultados>> Demasiado bueno para ser verdad —opinó con clara duda.
Hasta que llegó a una publicación peculiar.
—¡Las cifras que importan! Que el tiempo fuera de combate no justifique la deficiencia. Héroe Deku supera el número de apariciones exitosas tras su fatal accidente.
Rio no pudo evitar que la curiosidad tomara posesión de sus pulgares. Estos en modo automático dieron rienda libre a buscar más información de aquel tema.
Varias fotos del peli verde que había puesto su vida sobre la de ella, sonreía a la cámara con un criminal de fondo. Un pequeño zoom y el sonrojo no tardó en estar a la vista. De golpe varios recuerdos llegaron veloces a su mente.
Aquel día en que el estudiante a héroe por fin había salido del hospital y ambos tuvieron una cita. Aunque también fue la última vez que se han visto desde entonces.
Trataba de recordar exactamente qué hechos habían tenido transcurso en la cita, pero le resultaba imposible concentrarse del todo. Lo único que lograba concebir en su mente era la actitud gentil del inquieto peli verde que no logró calmarse del todo en ningún momento de su "cita".
Inconsciente se levantó de su cómoda estancia y caminó por el helado piso. Nerviosa se acomodó las gafas y tomó el control, deshizo la acción que había tenido lugar hacía tan solo un rato, sin mediar tiempo otra vez todo el hogar fue invadido por el sonido de la lluvia.
—¿Esto es un adiós? —preguntó Izuku.
—No precisamente, ¿sabes? Aunque no haya deuda según tú, eso no es obstáculo para seguir estando en contacto, bobo —regañó Futaba mientras ya miraba a lo lejos su hogar—. Realmente puedes ir rápido con una bicicleta.
—Cuando cargas a All Might todo lo demás parece peso pluma...
—¿Jaja? —alzó la ceja sin saber cómo interpretar aquello.
El timbre hizo eco, con ello la sorpresa lo tomó más desprevenida que cuando sonaron los truenos.
—Entonces...
—Nos vemos luego, Senpai.
—Hmm —una mirada despectiva se dibujó en su rostro—. Al menos lo entiendes ahora.
—Bueno, es hora de irme. Adiós.
—¡Espera! —dijo en voz alta antes de perderlo de vista—. Ven aquí algún día, ¿puedes?
—Eso no es para nada específico. ¿Y si vengo en un mal momento? —preguntó Izuku.
—Un héroe siempre sabe cuándo llegar, ¿no?
—...
La puerta abierta en su totalidad, por un lado, la peli gris vestida con una camiseta amarilla en la parte superior de su cuerpo, una sudadera, y desfilando descalza. Afuera bajo el techo de invitados, héroe Deku sonreía nervioso mientras el agua goteaba desde su empapada cabellera verdosa.
Ninguno de los dos se animaba a conversar, siquiera cuando Izuku había entrado hasta pararse frente a ella. Aunque el chico no fuese alto, ella era demasiado pequeña.
—Yo... bueno, quiero decir... —cerró los ojos para preguntar—. ¿Llegué demasiado tarde?
De manera imprevista la luz se fue, dejando el lugar completamente a oscuras. Salvo porque la mirada de ambos chicos brillaba.
—No creo, un héroe siempre sabe cuándo llegar, ¿no...?
• • •
4 de enero
El volumen de la música aumentaba acorde a la torrencial lluvia que tenía lugar en toda la ciudad. Erráticos truenos pintaban el cielo de blanco en fracciones de segundos que dejaban helada la vista a cualquier espectador nocturno.
Un momento, ¿otra vez?
Rio Futaba servía dos tazas de café. El vapor de este subía hasta que era pasado desapercibido por ella. Con cuidado de no desperdiciar ni una gota lo llevó hasta una mesa que había en la sala de invitado. Lo dejó a disposición como si alguien fuese a beberlo.
Pero no había nadie.
O así fue hasta que, en medio de la noche tormentosa, el timbre sonó. Y con ello la sonrisa de la peli gris se estiraba un poco más.
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4 de enero.
¿Cuarta vez?
Solo estaban ellos dos.
Bajo infinitas gotas de agua. Sobre asfalto lleno de charcos. Viéndose parejamente con el nerviosismo de su primera cita.
Tomados de las manos entraron de nuevo al hogar de ella. Donde entre risas y palabras olvidaron el frío de la noche.
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5 de enero.
—Sigue lloviendo —musitó viendo nubes oscuras y gotas que por gravedad se juntaban y separaban.
—No es como si fuera algo malo.
Rio se acercó al rostro de Izuku con la intención de que la mirara a ella a los ojos. Con su objetivo logrado y un bonus de un sonrojo que se extendió por sus mejillas. Si bien en la primera noche la idea de sentirse atraída por alguien de menor curso le pareció algo incorrecta, solo bastó con conocerlo más para mandar eso al garete. Atrapó a Izuku con un beso que lo terminó acorralando hasta la ventana. Ignorante de este tipo de situaciones, creyó correcto abrazarla con afecto.
Ambos tomaban aire disparejamente. Más sus latidos perfectamente sincronizados danzaron que un baile que tomaría tanto unos tantos días iguales para perfeccionarlo.
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5 de enero.
—Sigue lloviendo —musitó viendo nubes oscuras, aparte de ello incontables gotas que se juntaban y separaban simultáneamente.
—¿Enserio? —dijo sarcásticamente Futaba.
—Hay que decirlo. No se puede hacer algo simplemente sin más —expuso Izuku mirando fijamente a Rio.
—¿Por qué? —su posición era al acecho de que quedó chico abriera la boca para besarlo nuevamente y como nunca.
—A nadie le gusta una historia de amor que no empiece con un escenario claro. Oh bueno, por lo menos para mí no estaría bien.
—¿Esto es una historia de amor?
Levemente regocijada de su postura, se acercó a los labios del chico esperando que esta fuera quién los buscara para unirlos.
No hubo necesidad de aclarar que no sería necesario repetir ese "único" día.
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