Capítulo 8: Mortal interrupción
Realmente quise que me respondiera, porque estaba ansioso de saber su respuesta, pero su mejor amiga tuvo que interrumpir la conversación metiendo a mi hermano también, lo que hizo que la atención de Ruby se centrara en ellos y no en mí.
Ni siquiera tuve otra oportunidad para hacerle la pregunta o retomar la conversación anterior, me quedé como idiota viendo como los tres conversaban hasta que llegamos al local donde se desarrollaría la fiesta de cumpleaños de Amber.
Ayudé a Bizcochito a bajar de la camioneta y aunque quería seguir tomando su mano la soltó rápidamente al notar que sus amigos nos miraban fijamente. Decidí no hacer nada más siguiéndolos a todos al interior del lugar. Era un club con dos pisos y una pista de baile en el centro, las luces estroboscópicas casi me dejaron ciego cuando miré a mi alrededor. El lugar era muy grande y aun así noté que estaba un poco apretado por la cantidad de gente que había.
Era obvio que Amber tenía muchísimos conocidos. Mientras nos abríamos paso todo el mundo saludaba a la cumpleañera por su día. Ruby se quedó un poco más atrás evitando los saludos, noté que su timidez era demasiada como para manejar a tanta gente. La guíe colocando mi mano alrededor de su cintura hacia el segundo piso, que es a donde los demás también se dirigían.
Llegamos a un box en el que solo estábamos nosotros, al final del box había un bar para pedir bebidas gratis, todo ya estaba pagado gracias a los padres de Amber que se esmeraron en hacer el mejor cumpleaños para su hija.
Todos se amontonaron en el box mientras que yo me quedé cerca a Bizcochito, aún no se libraría de mí. Quedaba pendiente una conversación que retomaría cuando tuviera un tiempo a solas con ella. Se sentó en un asiento alto con las piernas cruzadas y yo me embebí de su cuerpo, notando que su silueta delgada en aquel vestido la hacía lucir espectacular.
Estaba más allá de hermosa, no podía mirar a otro lado que no fuera a ella.
Tomé la bebida que el barman me tendió con un agradecimiento de cabeza. Lo probé notando que era una bebida ligera de color azul, nada demasiado alcoholizado. Me la bebí poco a poco mientras Kylan me hacía conversación. Asentí ocasionalmente, hablando y prestándole a atención, todo sin dejar de mirar a Bizcochito por el rabillo del ojo.
Alguien había dejado sobre la mesa un balde lleno de hielo y varias botellas de cervezas metidas allí. Dejé mi trago para tomar una botella y beberla. Esto sí era lo mío, no esas bebidas de colores que apenas contenían alcohol.
Miré con fastidio que varias personas se acercaron al box para saludar a Amber y hacerle conversación. Ruby no tenía otro remedio que saludar y sonreír porque estaba al lado de su mejor amiga.
—¿Sabes dónde se metió Ada? —preguntó Kylan llamando mi atención.
Quité mi mirada de Bizcochito y la enfoqué en mi hermano.
—Ni idea.
Frunció el ceño.
—¿No te importa ni siquiera un poco?
—¿Quién, Ada? —pregunté confundido, cuando Kylan asintió, no tuve más remedio que responder con sinceridad—. Salí con ella un par de veces porque me pareció bonita, nada más. Ya no saldré más con ella. Ni siquiera me gusta, tuve que convencerla de dejar las cosas así porque ella estaba yendo muy rápido. Ada quiere una relación, yo acabo de salir de una y...
—Y, sin embargo, con Ruby no piensas igual.
—No —murmuré sin aliento—. Con ella no pienso así. Porque Ruby sí me gusta.
Kylan palmeó el brazo, puede que yo sea mayor que él por un par de años, pero teníamos la misma estatura. Él había dado su estirón a los dieciséis y se había hecho tan grande como yo. La diferencia entre nosotros es que yo entrenaba en el gym, por lo que mi masa muscular era mayor a la suya y eso se notaba.
Vislumbré a Amber tomando a Bizcochito del brazo para llevársela al bar. Las observé como un águila, viendo todo lo que hacían mientras tomaba varios sorbos de mi cerveza. Tenía entendido que querían su tiempo a solas, pero no podía evitar quitar mi mirada de ellas. Específicamente de Ruby, estaba absolutamente impresionante con aquel vestido negro que se pegaba a su piel como si fuera un guante.
Por mucho que mi hermano me distrajera no podía apartar mis ojos de ella.
—¿Me estás escuchando? —Kylan suspiró—. Olvídalo, estás demasiado ensimismado en ella que no me prestas atención. ¿Siquiera la vas a invitar a bailar?
Lo miré como si fuera una mosquito molesto que pululaba a mi alrededor. Él se calló la boca así que caminé en dirección a las chicas, Kylan me siguió de cerca.
Me paré detrás de Ruby que parecía congelada en su asiento, así que coloqué una mano en su hombro lo que la hizo saltar. Su reacción casi me hace sonreír, si no supiera que algo parecía incomodarla.
—Rayos, Bizcochito, solo soy yo —murmuré mirando hacia atrás—. Bueno mi hermano y yo.
Ruby parecía sorprendida, pero no por mi aparición o la de mi hermano, sino por algo más. Intentó escabullirse tomando a Amber de la mano, pero la tomé del brazo para impedir su huida. No podía huir así de mí en mi presencia, me sentí insultado.
—Espera, vinimos aquí para invitarlas a bailar.
Amber le lanzó una sonrisa coqueta a Kylan.
—¡Sí, obvio! —Se bajó del asiento para acercarse a él—. ¡Vamos a bailar!
Sonreí por su obvio gusto hacia mi hermano, se notaba lo colgada que estaba por él. Aun cuando mi hermano no parecía gustarle de esa forma, ella seguía intentando de todo para coquetear con él.
—¡Henry! —gritó Bizcochito con fuerzas para ser escuchada por encima de la música del club. Solté un suspiro tembloroso para tratar de calmarme, el tal Henry era divertido, pero a veces me sacaba de mis casillas con sus comentarios.
Y odiaba que Ruby lo usara como excusa para escaparse de mí.
Amber hizo una mueca al ver que Henry se acercaba, en la mano derecha traía consigo una rosa. Casi me reí al ver que el chico tomaba la mano de Amber y le besaba el dorso, luego le tendió la rosa haciendo que el rostro pálido de ella se ensombreciera de rojo.
Todo sin dejar su expresión de incomodidad.
—Gracias, Henry —murmuró alejando su mano de él—. Qué amable de tu parte.
El chico parecía rebosar de alegría.
—Todo por ti —alegó sonriendo—. Feliz cumpleaños. —La miró de arriba abajo, contemplándola de una manera tierna, sin morbosidad—. Estás hermosa.
Amber solo le sonrió.
En ese momento Kylan me codeó segundos antes que apareciera Ada junto a su amiga, Rina. La conocía porque aquel primer día que salimos Ada y yo en una cita me contó todo acerca de ella, Ada era muy habladora cuando se lo proponía, otras veces, justo como ahora, no decía nada. Se acercó a la barra junto a Rina y pidieron esos cocteles de colores con poco alcohol en ellos.
Por la interrupción de todos ellos no volví a mencionar nada sobre bailar, aunque me moría por hacerlo. Solo que Bizcochito parecía estar incómoda y no quería hacer que se sintiera peor. Cogí otra botella de cerveza y casi sonreí al ver que todos tenían una bebida en la mano, las chicas con sus cocteles de colores y los chicos con botellas de cervezas en la mano.
Noté que abajo, la multitud se había desplazado a la pista de baile y la gran mayoría bailaba las canciones que el DJ ponía. Amber decidió ser audaz e ignorar a Henry, tomando la mano de Kylan para bailar con él.
Me fastidió ver que Ruby se le acercó a Henry, pero supuse que lo hacía para que Henry no se sintiera mal por ver a su amada Amber bailar con mi hermano.
Yo estaba inclinado en la baranda que daba a la pista de baile del primer piso, apoyado en el metal mientras tomaba mi cerveza de a pocos. Por el rabillo del ojo veía a Ruby conversar con Henry al oído, dado que la música era tan fuerte que apenas se podía escuchar nada.
Por eso no me di cuenta de que alguien se me acercaba hasta que sentí una mano en mi brazo. Volteé rápidamente justo a tiempo para ver a Ada ruborizarse. Su amiga Rina estaba casualmente sentada en la barra esperando alguna bebida del barman, mientras que Ada estaba a mi lado mirándome con una pequeña sonrisa, su corto cabello negro a penas le llegaba a la barbilla.
—Hola.
Por el rabillo del ojo miré a Bizcochito que estaba demasiada concentrada en su charla con Henry que no notó el acercamiento de Ada a mí.
Traté de no suspirar con molestia, yo mismo me había metido en esto al involucrarme con ella aun cuando ni siquiera me gustaba.
—Hola —le dediqué una pequeña sonrisa a pesar de que eso era lo último que quería hacer. Por lo menos ahora debía mostrar algo de empatía, sabiendo que ella se había ilusionado demasiado rápido aun cuando le advertí que nada serio sucedería entre nosotros.
—¿Te está gustando? —preguntó, fruncí el ceño así que ella sonrió, aclarando—: La fiesta.
—Eh sí, está genial. —Tomé otro sorbo de mi cerveza, esperando poder romper la incomodidad pero sin saber cómo. Esta conversación estaba destinada al fracaso incluso antes de que ella se me acercara.
Sus ojos marrones enfocados en mí me indicaron por qué se había acercado. Yo estaba solo, ella también, y nuestros hermanos bailaban. Tal vez por eso se había acercado, lo que ella no sabía es que yo quería bailar con Bizcochito. Solo con ella.
Cuando volví a mirarla por el rabillo del ojo para que no fuera tan obvio, me sorprendí al ver que Kylan invitaba a mi Bizcochito a bailar. Ya varias parejas se habían formado alrededor del box como si fuera una improvisada pista de baile, nadie quería ir abajo donde estaba la real pista pero lejos del barman que nos servía bebidas como si se tratase de agua.
Miré con horror que Kylan bajaba las manos hacia la cintura de Ruby, sonriendo a algo que ella le había dicho.
Joder con Kylan. Él sabía perfectamente me gustaba ella, ¿por qué tenía que ser tan pesado y robármela para bailar a su lado?
Apuré lo último de mi botella de cerveza y la dejé en la mesa del box, dirigiéndome hacia el barman para pedirle otra botella de cerveza. Ruby y Kylan se balanceaban no tan lejos de nosotros, como dos borrachos que intentaban encontrar estabilidad en el otro, era obvio que ambos iban tomados y eso me enfureció más.
Quería acercarme y arrancarla de sus brazos para rodearla con los míos, pero sabía que si lo hacía, formaría un escándalo y no quería uno en este momento. Eso molestaría a Bizcochito y yo no quería molestarla más de lo que ya había hecho.
Apuré mi nueva botella de cerveza viéndolos bailar con entusiasmo, al ritmo de la música. Las asquerosas manos de mi hermano bajaban por el cuerpo de Ruby hasta posarse en sus caderas, peligrosamente cerca a la curvatura de su trasero.
Lo juro, si se acercaba un milímetro más irrumpiría ahí y le rompería la mano a Kylan por siquiera acercarse a mi Bizcochito de aquella manera.
—¿Quieres bailar?
Salté ante la voz de Ada, me había olvidado de ella por estar mirando a mi hermano junto a Ruby. Me molestó que interrumpiera mi sesión de miradas hacia la pareja que bailaba junto al box, pero sopesé su invitación con una vacilación sorprendente. Si me acercaba a ellos, sería capaz de escuchar de lo que hablaban, o también sería capaz de arrancar el brazo de mi hermano si se propasaba con Ruby.
No tuve tiempo a negarme o aceptar porque Ada tomó mi brazo y me jaló hacia ella. Tenía una fuerza increíble para ser alguien delgada. Me llevó a la improvisada pista de baile y yo me relajé, para luego empezar a bailar frente a ella.
Ada se tambaleaba, tal vez más de costumbre, por lo que me di cuenta de que estaba borracha. Tuve que sujetarla de la cintura para evitar que se cayera, porque su peso era como una pluma y ella se movía con demasiada insistencia. En un momento se cayó de rodillas y yo tuve que agacharme y cargarla en mis brazos, no podía dejar que estuviera en el suelo sucio. La llevé al baño del segundo piso, guiándome por Rina que se acercó con otra chica al ver que su amiga se desvanecía.
—¿Qué pasó? —murmuró ella tomando a Ada de un brazo, la otra chica que no conocía la tomó del otro brazo.
—Llévenla al baño, en cualquier momento vomitará. Yo les llevaré una botella de agua.
Rina asintió.
—Sí, claro.
Las dos llevaron a Ada al baño de mujeres mientras que yo me acercaba al barman. Noté que Ruby seguía bailando con mi hermano, en ningún momento se había soltado de su agarre.
—Una botella de agua, por favor —le pedí al barman que me la tendió de inmediato—. Gracias, hombre.
Con aquella botella en mano me acerqué al baño, tocando la puerta antes de entrar. El escenario no era mucho mejor que antes, ahora Ada estaba de rodillas frente a un inodoro botando todo lo que su estómago contenía. Con una mueca en el rostro le tendí a Rina la botella de agua y salí de allí rápidamente.
Cuando quise acercarme a Bizcochito, noté que ya no bailaba con mi hermano. Él estaba en segundo plano, porque quien ahora estaba frente a ella era Amber, de pie junto a un chico que no conocía para nada.
¿Quién rayos era?
Estaba a punto de descubrirlo.
Caminé hacia allá.
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