Capítulo 28: Escena lamentable
Estaba sentado frente al ordenador, corrigiendo un manuscrito, cuando la puerta de mi habitación se abrió. Giré mi silla viendo a mi mamá entrar con una pequeña sonrisa en sus labios.
—Me acaba de escribir el papá de Ada —comentó alegre, como si hablara de su mejor amiga—. Dice que Ada y Amber saldrán a una cafetería cerca de aquí y Ada quiere que la acompañes, también irá Ky con una amiga así que no te preocupes, no estarás a solas con ella. Incluso puede ir Kara, no me opongo, cariño.
Hice una mueca de asco.
—No quiero salir con Ada.
La expresión alegre de mi madre decayó.
—Kem, ya hablamos de esto. —Negó con la cabeza—. Sus padres y nosotros aprobamos que ustedes salgan siempre y cuando se traten como una pareja. Sabes que los padres de Ada están muy molestos contigo.
—Como si fuera mi culpa... —murmuré molesto. La mirada severa de mamá me hizo cerrar la boca.
—Es culpa de los dos. Así que ahora tienes que asumir tu papel aquí. —Se cruzó de brazos, adentrándose en la habitación y sentándose en el borde de mi cama para mirarme con una pequeña mueca en los labios—. Cariño, vas a ser papá. Tal vez no quisiste que aquello pasara, pero los accidentes ocurren. Y ahora deberás asumir tu responsabilidad como padre, que es algo maravilloso, por cierto. Y toda esa amargura deberás quitarla fuera de tu sistema, no te hará ningún bien. —Hice puchero, como si fuera un niño de ocho años siendo amonestado por su madre—. Ada y tú serán papás, y es hora de que te comportes como un hombre. No está bien que al oír su nombre quieras huir como alma que lleva el diablo. Ella será la mamá de tu hijo, y quieras o no, tendrás que verla todos los días de tu vida porque ahora, formará parte de tu vida y será tu familia. Tienes que aprender a sobrellevarla, y sobre todo, apoyarla en todo lo que necesite. Ser mamá no es nada fácil, menos aún siendo tan joven, así que tienes que estar ahí para ella. ¿Crees que no está asustada? Tú más que nadie debe entender cómo se está sintiendo.
—Yo no quería que esto ocurriera —susurré bajando la cabeza.
—Pero ocurrió, cariño. Y ahora tienes el regalo más hermoso del mundo, serás papá. —Apoyó un brazo en mi hombro mientras ponía su mano sobre la mía, dándome un apretón—. No quiero volver a verte hacer una mueca cuando digo el nombre de Ada, ¿está bien? Van a ser padres y quiero que actúes como un adulto. Deja el pasado atrás y céntrate en el futuro, que nada bueno traerás del pasado. Ahora enfócate en lo importante y deja ir todas las cosas que te retienen. Verás que la amargura desaparecerá, cariño.
Con un beso en la mejilla de su parte, mamá se puso de pie y caminó hacia la puerta. Me miró antes de salir.
—Todos saldrán en un hora, alístate, iré a avisarle a tus hermanos.
Como dijo, una hora después, mis hermanos y yo bajábamos las escaleras para encontrarnos con las chicas abajo. Kara caminaba a mi lado, Kylan iba por delante, aún molesto conmigo por haberle golpeado semanas atrás.
Al llegar al vestíbulo del edificio, vimos que las hermanas Peters ya estaban allí junto a una chica que no reconocí. Kylan fue de inmediato a saludarla y presentármela, se llamaba Jessica e iba al colegio con ellos. Henry también estaba, con un brazo rodeaba el hombro de Amber, aunque ella miraba fijamente a la pareja de Jessica y Kylan sin que Henry se diera cuenta, cuando en realidad era bastante obvio.
Ada se acercó a mí.
Luego de la charla con mamá, había decidido hacerle caso. Dejar el pasado atrás y mirar hacia adelante, porque nada bueno me traería seguir viviendo en el pasado. No significaba que iba a perdonar a Ada, pero por lo menos iba a tratarla diferente. Si íbamos a tener un bebé, bien podríamos actuar civilizadamente uno alrededor del otro. No quería que mi hijo sufriera traumas porque su papá odiaba a su mamá. Quería ser buen padre, justo como el mío.
No íbamos a llegar a querernos, porque era algo muy lejano, pero podíamos ser amigos.
—¿Todo bien? —preguntó Ada retorciéndose las manos, supongo que por nerviosismo.
—Sí, todo bien —contesté con una pequeña sonrisa. Mirándola, me la imaginaba embarazada de varios meses, con una gran barriga visible. No era quien yo quería imaginar así, pero en unos meses se haría realidad y tenía que empezar a hacerme la idea. Mi hijo estaba creciendo en su vientre, lo menos que podía hacer era tratarla bien—. ¿Tú cómo estás?
—Bien, gracias. —Sus mejillas se sonrojaron—. Con mucha hambre, pero con vómitos por las mañanas, es horrible.
—Si, me puedo imaginar. —Hice una pausa, mirando alrededor—. ¿Estamos esperando a alguien más?
—No, solo al taxi.
—Podemos ir en mi auto —murmuré.
—Sí, pero Amber dice que es mejor... —No terminó de hablar, porque varias cabezas, incluso la suya, giraron hacia el sonido de tacones que provenían de la escalera.
Alguien estaba bajando.
Era Ruby.
Y estaba más allá de hermosa.
Vestía una falda corta negra ajustada al cuerpo con unas mallas negras de red hasta la mitad de sus muslos, dejando ver una pequeña porción de piel. Llevaba botas cortas con tacones, un top blanco mostrando su cintura, y por encima, una chaqueta de cuero.
Estaba despampanante. Mi boca se abrió al mirarla de arriba abajo.
No me fijé, hasta segundos después, de que su amiga Debie iba tras ella.
Le dijo algo al oído que hizo que Ruby terminara de bajar las escaleras mientras todos la mirábamos.
La puerta del único apartamento en el primer piso se abrió, mostrando a Daniel, sonriéndole a Amber mientras mantenía su celular en la mano. No se dio cuenta de nada, hasta que miró los rostros sorprendidos de los demás y volteó hacia la escalera, fijándose en Ruby.
No me gustó nada la mirada significativa de aprecio que le lanzó.
Mi corazón retumbaba con fuerza dentro de mi pecho, como si se tratase de un tambor a ritmo rápido. Quería alcanzarla, quería acercarme a ella y decirle lo hermosa que lucía. Quería extender mi mano y acariciar la suave piel de su mejilla, quería acortar la distancia entre nosotros y besarla.
Pero ya nada era como antes.
Así que apreté mi mano viendo cómo su amiga le decía algo más y ambas se alejaban, saliendo del vestíbulo por la puerta principal.
Nos quedamos en silencio. Amber fue quien lo rompió.
—¿Les parece pedir un taxi para ir? —Alzó su celular, como si segundos antes su ex mejor amiga no hubiera aparecido como lo hizo—. Ya que somos ocho personas, cuatro van en un taxi y los otro cuatro en otro taxi. Yo iré con Henry, Kylan y Dan.
Jessica hizo una mueca ante aquello, parecía tener un enamoramiento por mi hermano. Al igual que Amber.
Me giré hacia Ada, tomando mi celular.
—Pediré el taxi para nosotros.
Luego de diez minutos ya todos estábamos yendo en dirección a la cafetería Dolce Casa. Era casi invierno e ir caminando ya no era una opción viable, así que todos nos subimos a los taxis y emprendimos camino hacia allá, llegando en poco tiempo.
La anfitriona de la cafetería nos llevó a una mesa de ocho personas cerca al escenario, donde esta noche se presentaba una nueva banda. Ya no era noche de karaoke, ahora era noche de música en vivo. La cafetería estaba renovándose cada vez más con nuevas ideas y eso atraía un montón de gente. El lugar estaba a rebosar, habíamos tenido suerte en encontrar un lugar en tan poco tiempo para tantas personas.
No me gustaba nada estar aquí, cuando podría estar trabajando en la tranquilidad de mi casa, pero las palabras de mamá volvieron a mi mente y le dediqué una pequeña sonrisa a Ada cuando ella me miró.
Kara, a mi lado izquierdo, me codeó.
—¿Ya buscaste la manera de traerme esos exámenes?
Rodé mis ojos.
—Ahora no, enana. Hablemos de eso más tarde. —La miré mal, cuchicheando por lo bajo—. Ada está a mi derecha y podría oírte.
—No me importa. —Alzó el mentón—. Esa chica no me cae nada bien.
Minutos después se acercó una camarera para recibir nuestros pedidos. La mayoría pidió la especialidad de la casa, tarta de chocolate, mientras que Henry, Daniel y Kylan pidieron una botella de cerveza cada uno, como si estuvieran celebrando algo.
Decidí relajarme y pedir una también, junto a una apetitosa hamburguesa de carne con papas fritas.
Ya que estábamos en primera fila vi que algunos chicos montaban sus equipos e instrumentos en el pequeño escenario delante de nosotros. Al parecer la banda ya se estaba preparando.
La camarera tardó dos viajes para traernos todos nuestros platos, luego de aquello, todos nos pusimos en marcha y empezamos a comer. La mesa se había dividido en grupitos de dos y todos conversaban amenamente. La única en silencio era Ada, que parecía incómoda.
—¿Te sientes mal? —pregunté inclinándome sobre ella.
En realidad poco me importaba, pero quería ser cordial y llevarme bien con ella, después de todo, tendríamos un hijo y mi mamá tenía razón en que tendría que verla toda mi vida. Ya era hora de empezar a tratarla bien a pesar de la mierda del pasado.
—No, solo... no me gusta estar aquí. —Miró a su alrededor con ojos curiosos.
—Tranquila, en poco tiempo podremos irnos.
Pero no fue así.
Conforme pasaban las minutos, el lugar iba llenándose de expectativa por la banda que iba a presentarse. Incluso yo, que ya iba por mi tercera cerveza. Los chicos y yo decimos que esta sería nuestra noche de tranquilidad. Por mi lado, para olvidar el pasado. Ellos, porque ya llegaban los exámenes para el final de semestre y próximamente la graduación.
Así que íbamos en nuestra tercera ronda de bebidas, muchos de nosotros nos reíamos en voz alta y hablábamos todos como si fuéramos mejores amigos de toda la vida. Incluso me divertí con la historias que Daniel contaba, como si no fuera el ex de mi Bizcochito.
En aquel momento una voz llenó la cafetería completa, cortando nuestras voces. Miré hacia el escenario, notando que la banda ya estaba en sus posiciones. Un chico desgarbado detrás de la guitarra, otro detrás de la batería y otro detrás del micrófono. Al lado del chico con el micrófono, estaba Ruby.
Mis ojos se agrandaron al verla ahí.
—¡Buenas noches, gente de este lugar! —Habló el chico por el micrófono, ganándose la atención de todos los presentes cuando su voz resonó en el lugar—. Esta noche mi banda y yo tenemos el placer de tocar para ustedes. Y... con una invitada especial, ¡nuestra pequeña Ruby!
La gente empezó a aplaudir al notar el entusiasmo del chico. Pero yo no podía hacer nada, estaba embobando mirando a mi Bizcochito con un micrófono en la mano, como si estuviera lista para cantar. A mi lado izquierdo mi hermana Kara me codeó con fuerza, pero yo no pude hacer otra cosa más que mirar a Ruby. No podía quitar mi mirada de ella.
Así como no podía quitarla de mi corazón.
La banda empezó a tocar una canción, todos estaba perfectamente sincronizados, como si hubieran ensayado por mucho tiempo. Incluso Ruby parecía acorde con ellos, como si ya hubiera hecho esto antes. Mi corazón empezó a latir con fuerza cuando su voz suave y aterciopelada sonó a través del micrófono por los altavoces de la cafetería, inundando el lugar. La gente aplaudía y se emocionaba.
Nuestra mesa era la única en silencio.
Nadie aplaudía, claro, excepto por Kara que parecía feliz.
Todos los demás estábamos en absorto silencio, mirando a Ruby moverse por el escenario y cantar con una facilidad increíble, como si fuera dueña del lugar. Noté a su nueva amiga, Debie, de pie en primera fila animándola mientras grababa en su celular. Gritaba emocionada por Ruby.
Tomé mi último sorbo de cerveza y le hice una seña a la camarera más cercana para pedirle otra. Lo necesitaba urgente. A los pocos segundos trajo otra, tomé un largo trago sin poder despegar mi mirada de Ruby.
Me dolió ver cómo interactuaba con el otro vocalista, tomando su mano y mirándolo con devoción, como si fuera su gran amor. ¿Tan rápido había podido olvidar y reemplazarme? Mi corazón tartamudeó resignado. Yo mismo me respondí en mi mente. Claro que sí, idiota. La dañaste, ¿qué esperabas que hiciera? ¿Esperarte? ¿Para qué? Si tu vida estaba unida a la de Ada para siempre. Esas palabras me calaron profundo. Tomé mi cerveza de golpe, terminándomela en poco tiempo.
Ada a mi lado, se inclinó hacia mí.
—¿Podemos irnos? No me siento bien.
—Solo un rato más —contesté sin mirarla.
Miré disgustado cómo el chico vocalista idiota tomaba la cintura de Ruby y la acercaba a su cuerpo como si fuera suya para tocar. Hizo que mis manos se apretaran en puños con ganas de romperle las manos por tocarla de aquella manera.
Hicieron una pequeña reverencia y ambos alzaron la mirada a nosotros, la mesa larga en primera fila. La expresión alegre de Ruby flaqueó al darse cuenta de que estaba ahí, mirando el numerito que hizo junto al Vocalista Idiota.
Una segunda y hasta tercera canción cantaron. Pero en ningún momento volvió a mirarnos.
Rogaba en mi interior para que lo hiciera, pero no lo hizo.
A estas alturas yo había pedido tantas cervezas que había perdido la cuenta. A mi lado derecho Ada estaba furiosa. A mi lado izquierdo, mi hermana Kara disfrutaba de la música aplaudiendo y lanzando gritos y silbidos cuando una canción terminaba para darle paso a otra.
Era la única en la mesa disfrutando el espectáculo.
Cuando el Vocalista Idiota anunció una pausa, todos en la mesa quedamos en silencio. Sin saber de qué hablar. Henry fue el primero en romper el la tensión.
—Vaya espectáculo, ha sido maravilloso.
Por la mirada que le lanzó Amber, supe que no le gustó nada aquel comentario de su novio.
—Bueno, creo que ya deberíamos pedir la cuenta e irnos, ¿no? —preguntó Ada, aprovechando el momento.
—No seas aguafiestas —dijo Kara alzando la mano como si estuviera espantando un molesto mosquito—. Ruby está cantando, quiero seguir viéndola. Si quieren irse, váyanse ustedes. Yo me quedo.
Nadie se movió de su lugar.
Ni siquiera Ada.
Los chicos de la banda volvieron a tomar sus instrumentos y el vocalista anunció que volverían a tocar. Empezó una canción rápida de pop/rock que la mayoría en la cafetería disfrutó bastante. Incluso yo, que tenía una nueva botella de cerveza en la mano, fuertemente apretada como si mi vida dependiera de ello.
En un momento Ruby se quitó la chaqueta de su cuerpo quedando en top. Su fina cintura estaba al aire, para que todo el mundo pudiera verla. Una especie de feos celos se arremolinaron por todo mi cuerpo al darme cuenta que todos los chicos la miraban fijamente. Sus ojos azules apenas dándose cuenta de aquello mientras cantaba.
La canción terminó más rápido de lo que creí, y vi con horror, cómo la mano del Vocalista Idiota se deslizaba por su cintura. La abrazó de lado y besó su mejilla, todo sin darse cuenta de la mirada de muerte que le lanzaba.
Terminaron todos con una pequeña reverencia que todos aplaudieron y silbaron como locos. Todos menos nuestra mesa, la mayoría tenía cara larga. Excepto por Henry y Kara que parecían felices por Ruby y su presentación.
Mi cara larga no era por eso, había cantado precioso y había disfrutado de eso. Lo único malo era el Vocalista Idiota que se tomaba demasiadas libertades agarrándola como si fuera suya.
Me puse de pie.
Todos me miraron.
—¿A donde vas? —siseó Ada tratando de tomar mi mano para sentarme. Me tambaleé ligeramente por haberme puesto de pie tan rápido, pero aún así alejé su mano fuera de mi cuerpo.
Caminé sin responderle hacia Ruby, quien estaba a un lado del escenario con toda la banda a su alrededor, y por supuesto, Debie. Sentí sillas que se arrastraban por el suelo y a varios ponerse de pie, pero no me volteé para ver si me seguían todos o no. Supuse que lo harían, dada las circunstancias. Pero alguien se me adelantó, Amber, quien caminó más rápido como si estuviera furiosa. Se paró detrás de Ruby y pinchó su hombro con su dedo.
Mi Bizcochito se dio la vuelta lentamente, cuando notó que todos estábamos tras de ella hizo una mueca imperceptible que solo yo pude notar. Su rostro adoptó una expresión serena, como si no quisiera mostrar su verdadera reacción ante nosotros.
Kara me tomó de la mano, como si me diera aliento, cosa que agradecí. Porque la mano del Vocalista Idiota seguía en la cintura de mi chica.
—No sabía que tus padres te habían dado permiso de nuevo para tocar con... ellos —murmuró Amber con una mueca de desprecio en su rostro y un tono jocoso en la voz—. ¿Acaso ya no estás castigada por lo de la vez pasada?
¿Acaso Ruby ya había tocado con ellos? Eso se notaba a leguas, por eso tenían tanta confianza todos. No me gustó nada enterarme de eso de aquella manera, con Amber soltando su veneno. Iba a decir algo, pero mi Bizcochito fue más rápida.
Se cruzó de brazos, luego los dejó caer a cada lado de su cuerpo cuando su top se subió hasta casi mostrar su sostén.
—Ahh. —Asintió—. ¿Te refieres a la vez que tú y Kylan fueron donde mis padres como malditos chismosos y le contaron acerca de mi trabajo y de Kiwi? Sí, me acuerdo perfectamente de aquella vez en donde mis supuestos amigos me delataron.
El Vocalista Idiota la miró, asombrado.
—Que mierda de amigos tienes, pequeña.
Apreté mis puños al oír ese absurdo apodo.
—No eran mis amigos, Allan —murmuro poniendo su mano sobre la suya que estaba en su cintura. Aquello me dolió tanto como una patada en las pelotas. Mi corazón se fracturó al ver aquello—. Eran personas resentidas conmigo que me apuñalaron por la espalda. —Levantó una mano, deteniendo lo que iba a decir Amber, sonriendo genuinamente—. Pero les agradezco bastante. Si ustedes nunca hubieran hecho aquello, yo no me hubiera dado cuenta de la mierda que son como amigos y como personas.
Kylan dio un paso adelante, como si estuviera dolido con sus palabras.
—Yo jamás lo hice con la intención de lastimarte, Ruby. Lo hice para que te dieras cuenta, para que abrieras los ojos y vieras que estabas alejándose de nosotros.
El Vocalista Idiota, que se llamaba Allan, habló.
—¿Y necesitabas lastimarla para aquello? —Se rio—. Podrías haber hablado con ella y solucionarlo. No andar de jodido chismoso con sus padres y delatarla. Esto te convierte en un imbécil, y también a esa chica. —Señaló a una asombrada Amber.
—No importa —murmuró Ruby encogiéndose de hombros—. Lo importante es que me pude dar cuenta que ustedes son unos traidores. Gracias a Dios ya no los tengo como amigos, son de lo peor. Y por eso siguen siendo amigos, porque entre traidores se entienden.
Se dio la vuelta pero la detuve, colocándome delante de ella. Ada intentó alcanzarme pero mi hermana Kara la detuvo, cosa que agradecí enormemente.
—¿Estas con él, Ruby? —pregunté señalando a Allan con furia. ¿Por qué tenía que tocarla? Quería romperle la mano que utilizaba para agarrar su cintura.
—No —respondió ella mientras que el Vocalista Idiota asentía.
—Sí, estamos saliendo.
Ruby frunció el ceño.
Retrocedí, como si hubieran golpeado en la cara. El dolor en mi pecho se expandió con esa declaración. Negué con la cabeza sin poder creer lo que había oído.
—Es algo reciente pero estamos yendo poco a poco, porque sé lo que le hiciste. —Sonrió hacia mí. Eso hizo que ahora quisiera romperle la cara por esa sonrisita suya—. Y déjame decirte algo, yo sí la cuidaré. Yo sí la valoraré, porque se lo merece y porque es ella.
Bajé la cabeza, torturado con sus palabras.
Mis ojos se cristalizaron.
—Sé que no la supe valorar —murmuré por lo bajo para que solo ella me escuchase—. Y ese fue mi mayor error. Pero la amo. —Miré los ojos azules de mi Bizcochito—. Te amo. Y por eso es que te mereces a alguien que te valore como yo no lo supe hacer. A alguien que te ame completamente y no tenga ojos para nadie más. Perdóname, Bizcochito. Por favor. Puedo vivir sabiendo que tienes a alguien más, pero no podré vivir sabiendo que aún me odias y que no me perdonarás.
Cerró los ojos unos segundos, asimilando sus palabras.
Cuando los volvió a abrir, se alejó del Vocalista Idiota y me miró con tristeza.
—Yo ya te perdoné, Kem. Hace mucho tiempo lo hice. Solo que... entre nosotros no podrá haber nada ya. Nunca más.
Intenté colocarme mi mano en su mejilla pero se alejó.
—Bizcochito...
—No me digas así, Kem. No es justo.
Se alejó en dirección al escenario.
Pareció tomar una decisión en aquel momento, porque su rostro se ensombreció por unos breves segundos, cuando alzó la cabeza tenía una pequeña sonrisa en su rostro. Tomó el micrófono del soporte y se lo llevó a la boca para hablar.
—Hola a todos —murmuró con aquella suave voz—. Quiero cantar una última canción esta noche. A capella porque esta es una idea mía, mis amigos no saben.
Luego de unos segundos empezó a cantar, para sorpresa de todos en la cafetería. Me quedé de pie allí como un completo idiota escuchándola cantar una conocida canción llamada Just give me a reason de P!nk. Sin fijarse en nadie continuó con la letra de la canción, un verso más desgarrador que otro.
Tenía a mi corazón hecho una bola, latiendo con fuerza pero con un dolor en el pecho al oírla cantar de aquella manera. El lugar estaba en completo silencio, todos mirándola embobadamente al oírla cantar. En un momento, el Vocalista Idiota, Allan, tomó otro micrófono y se unió a ella, cantando a su lado.
Los vi tomarse de la mano.
Aquello fue doloroso de ver.
Más aun con la letra de la canción.
El último verso fue lo que me mató.
—«No estamos rotos, sino torcidos, y podemos aprender a amar de nuevo».
Concluida la canción, todos en la cafetería estallaron en aplausos.
Mi mente estaba trabajando lentamente, mis movimientos se volvieron lentos. El alcohol había llenado mi sistema por completo. Eso logró que la vista de Bizcochito sobre el escenario, abrazando al Vocalista Idiota, doliera mucho más que cualquier otra cosa.
La vi bajar del escenario y aproximarse a Debie, abrazándola con fuerza.
La vi ser feliz. Lejos de mí.
Ella estaba bien. Eso era lo importante.
¿Pero era suficiente? ¿Por lo menos para mí?
Debería serlo, pero era egoísta. La quería en mi vida, quería volver a tenerla a mi lado y eso dolía tanto como un golpe en cada órgano vital.
Kara me ayudó a sentarme nuevamente en mi asiento, mientras todos mis amigos volvían a la mesa. Miré fijamente a Ruby quien se sentaba en una mesa cercana con sus amigos, todos ellos riendo y hablando fuerte. Varias personas y camareros acercándose para felicitarlos a todos.
No quité mi mirada de ella.
Incluso cuando Ada se quejó.
—Kem, ya me quiero ir.
Kara intervino, inclinándose sobre mí.
—Si quieres puedo pedirte un taxi.
Ada no dijo nada.
Mis ojos se fijaron en Bizcochito, hasta que una camarera se acercó y yo pedí otra cerveza. La tomé con gusto, sintiendo el alcohol acaparar mi sistema mientras veía a Ruby reír por algo que le había dicho su amiga Debie. Mi hermana intentó quitarme la cerveza cuando estaba por terminarla.
—Ya has bebido demasiado, hermano —susurró inclinadnos en mi oído.
—Al parecer no lo suficiente. —Porque seguía doliéndome el pecho. Seguí tomando como un poseso, sin importarme nada a mi alrededor.
Todos en la mesa empezaron a hacer las cuentas para pagar, pero yo solo me fijé en Ruby.
Varios minutos después terminaron su comida, pagaron y se fueron.
Con un último sobro a mi botella me puse de pie, con dificultad, tambaleándome.
—¿A dónde vas? —preguntó Ada molesta.
—Shhh, tengo algo que hacer —murmuré con la voz pastosa y las palabras dichas apenas.
Estaba borracho y eso me hizo reír. Algo que mi hermana no encontró divertido, porque se puso de pie y me siguió a fuera de la cafetería.
En el estacionamiento estaba Ruby de pie, delante de una camioneta mientras sus amigos de la banda cargaban sus instrumentos dentro.
—¡Ruby! —La llamé antes de que pudiera irse. Me tambaleé hacia ella, sin poder caminar en línea recta mientras me acercaba. Joder, estaba borracho como una cuba pero nada de eso me importaba, yo solo la quería a ella—. ¡Ruby!
Debie se interpuso entre nosotros. La miré mal.
—Está borracho, Debs —murmuró Ruby.
—¿Quién está borracho? —arrastré las palabras señalándome—. Yo no estoy borracho.
Rodó los ojos.
—Como sea.
—Bizcochito —murmuré con un puchero—. La canción que cantaste en el escenario... No puedo..., no quiero dejarte.
Parecía cansada.
—Kem, hemos tenido esta conversación millones de veces —dijo ella luego de apretar los dientes.
—Tú no entiendes. No puedo superarte. —Hice una mueca—. No quiero hacerlo. No puedo estar sin ti.
Sentí que alguien me sujetaba del brazo.
—Kem, detente —murmuró mi hermano Kylan.
Me zafé de su agarre.
—Estás haciendo el ridículo, Kem —dijo Kara al otro lado de mí. Al final sí me habían seguido—. Tal vez otro día hablas con ella, no ahora cuando estás borracho.
Los ignoré a todos.
—No puedo estar sin ti, Bizcochito —murmuré sintiendo las lágrimas llenar mis ojos—. No sé cómo estar sin ti. Te amo tanto que duele, porque lo que tu sufres, sufro yo, y más aun sabiendo que yo soy el causante de tu sufrimiento. Tal vez no te merezco, pero sé una cosa: te amo. Y eso nunca nadie lo va a cambiar. Ni siquiera Ada. O tu novio. Esa mierda que dije antes acerca que te mereces a alguien mejor, es una mierda. No te mereces a alguien mejor, te mereces a alguien que te ame completamente como lo hago yo.
—Kem...
—No me dejes —supliqué como un auténtico idiota. Si iba hacerlo, lo haría bien. Caí de rodillas delante de ella sin importarme arrastrarme. Tal vez lo merecía.
—Kem, levántate —habló Ada—. No puedes estar rogándole a nadie. Ahora tenemos un hijo que cuidar...
—¡Pero no lo quiero! —grité con furia—. Nunca quise estar contigo realmente. Fui un estúpido al involucrarme contigo. Me odio por eso. Me odio tanto por eso. Nada de esto estaría pasando si no hubiera estado contigo. No quiero ese bebé y definitivamente no te quiero a ti.
No me importó ser un completo idiota con ella en ese momento.
Noté que se alejó corriendo por mis palabras, pero su hermana Amber corrió detrás de ella.
Bajé la cabeza, sintiendo cómo todo daba vueltas.
—Kem —susurró la voz de Ruby—. Levántate. Mañana te arrepentirás de esto. Estás borracho.
Levanté la cabeza, negando.
—Soy un imbécil.
Sonrió.
—Pero eso ya lo sabíamos.
—Lo siento, Ruby. —Kylan se disculpó.
—Deberían irse —murmuró en dirección a mi hermana.
—Deberías irte, hombre —murmuró el Vocalista Idiota—. Escucha a Ruby.
Lo miré furioso, pero no dije nada. No valdría la pena.
Sentí que mis hermanos me ponían de pie, cada uno colocándose a mi lado para mantenerme erguido tomándome de mis brazos para alzarme.
Pero no podía irme así, no aún.
—Antes de que me vaya, Bizcochito... —murmuré—, quiero que sepas que estoy muy arrepentido. Por todo. Pero especialmente por hacerte daño. Eres mi amor y lo que menos quiero es que me odies.
La vi apretar los labios, no dijo nada, pero no hacía falta.
Me di la vuelta con ayuda de mis hermanos y me alejé, dejando a Ruby allí, pero sin querer hacerlo en realidad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top