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Muy pocas veces puedo asistir a fiestas, ya que el patinaje sobre hielo demanda gran parte de mi tiempo. Por otra parte, cuando asisto a alguna fiesta trato de no beber hasta perder el conocimiento, puesto que llevo un régimen el cual debo cumplir o afrontar las consecuencias de mis actos. Cuando asisto a una fiesta, u otro evento que no tenga que ver con el patinaje, disfruto al máximo porque sé que es probable que no se repita pronto. Así que agradezco que papá se haya apiadado de mí; entonces, sin duda, disfrutaré mucho de esta noche.

Drew aparca tres casas antes de donde se organiza la reunión porque el lugar esta atestado de vehículos por donde mires.

Bajamos del auto, y tomados de la mano, caminamos a la entrada de la casa. Mi bien ponemos un pie dentro del lugar, la música a todo volumen nos recibe. También diviso a personas bailando, otras besándose y, la mayoría, con vasos de cervezas en las manos.

—Drew, hermano, que bueno que llegaste –nos intercepta Chad Hallan, amigo de Drew, en la sala o, mejor dicho, pista de baila improvisada de la fiesta.

»Chica número uno, ¡te ves genial! –Dice Chad. Lo de chica número uno nació porque en diversos concursos de patinaje sobre hielo he quedado en el primer lugar o, en el peor de los casos, entre los primeros puestos.

—Por nada del mundo nos perderíamos tu cumpleaños, bro –Responde Drew–. Lissy, iré por unas bebidas, esperarme aquí.

Respondo que sí, y veo a Drew y Chad irse rumbo a la cocina. Mientras estoy sola varias personas me reconocen y saludan, como Jenny Foster y su séquito de clones. Jenny es la típica animadora de fútbol americano. Rubia, metro setenta y con una lista interminable de galanes. También me saludan amigos de Drew, de quienes a penas y recuerdo sus respectivos nombres.

Es complicado ser el centro de atención, pero uno se acostumbra, y más cuando toda la cuidad te reconoce, conoce a tu familia y te admiran.

Cuando era niña no era sociable, pero todo cambió cuando empecé con el patinaje sobre hielo. Debo mucho a este deporte, le debo quien soy hoy en día; aunque a veces solo me gustaría ser Lissa Reed, una chica normal. Sin embargo estoy en lo mejor de mi carrera como patinadora, no puedo echar todo a la borda por anhelos que luego serán recompensados.

Salgo de mi ensimismamiento cuando veo a dos matas de cabello pelirrojo acercándose a mí.

—¡Issy!, no nos avisaste que habías llegado –reclama Sarah Lewis (pellirroja uno) A su costado una sonriente Lara (pellirroja dos) no suelta del brazo izquierdo a su gemela.

—¿Lo siento? –ruedo lo ojos–. Cuéntame, ¿por qué Lara tiene una sonrisa radiante? ¿A caso Chad por fin la besó? –Inmediatamente Lara deja de sonreír y se sonroja.

Desde que ingresamos a la preparatoria Lara Lewis a estado enamorada de Chad, pero ella no es como Sarah; es decir toda extrovertida, sociable, impulsiva; no. Lara es tranquila, estudiosa y tímida, por ende, le es difícil acercarse a Chad. Sarah y yo siempre la molestamos por ello, y el resultado siempre es similar: su rostro como un tomate.

Sarah y Lara Lewis son mis mejores amigas desde hace seis años, cuando nos conocimos en un campamento de verano al cual asistimos. Recuerdo cuanto rogué a mis padres para que me dejen pasar esa estación en un lugar diferente, donde podría conocer a gente nueva y aprender sobre la naturaleza.

Dejó de observar a mis amigas cuando Drew llega hasta nosotras con bebidas. Ni bien me pasa el vaso que contiene cerveza, tomo el contenido de un trago. Tengo mucha sed. Debe ser por el entrenamiento.

—Tranquila, Lissy, no quiero que tu padre me regañe por llevarte tarde a tu casa y con copas demás.

—Tengo sed. ¿Podrías traer más cerveza, mejor agua, por favor?

—Esta vez buscaré agua o alguna bebida sin alcohol, princesa –Sonrie. Como amo esa sonrisa.

Se encamina en busca de mi pedido e inmediatamente Sarah, Lara y yo nos ponemos al día con nuestras respectivas vidas. Esta semana las he visto poco porque debo prepararme para las regionales y no he podido asistir a clases.

Lo que resta de la fiesta bailo, rio, converso, y tomo casi dos botellas de agua. Al parecer mi sed es interminable. Creo que me excedí con el entrenamiento.

Cuando es hora de regresas a casa, me rehúso a que finalice la noche, deseo pasar lo queda al lado de Drew. Él es alguien importante en mi vida.

—Drew –digo cuando entramos al auto y me acomodo mejor para hablarle –No quiero ir a casa aun.

—¿Y eso por qué Lizzy?

—Quiero pasar, lo que resta de la noche, a tu lado. –Ni bien finalizado aquellas palabras lo beso. Lo beso porque quiero hacerlo, porque amo sus labios, porque amo estar con él.

Y un beso se convierte en caricias, caricias que dicen más que mil palabras, caricias que tienen más de un significado.

El calor que desprende nuestros cuerpos –a pesar del frío– denota a donde queremos llegar; a un sitio donde todo empieza y termina en mil sensaciones agradables.

—Issy, aquí no. –dice en medio de un beso–. No puedo hacerlo frente a la casa de mi amigo y con público –señala la entrada del domicilio donde algunos rezagados empiezan a salir.

—Tienes razón –rio y me alejo un poco de él–. Entonces, ¿dónde? –lo miro con picardía. Él esta estupefacto.

Al cabo de unos segundos dice: —Es una sorpresa. –sonríe. Le devuelvo la sonrisa y me acomodo mejor en el asiento.

Antes de poner el auto en marcha, entrelaza nuestras manos y besa el dorso de mi mano. Después de aquel momento emprendemos camino al lugar sorpresa. Estoy muy ansiosa por saber hacia dónde nos dirigimos.

Pasamos por casas, luego estas se hacen escasas y son reemplazadas por frondosos árboles. Drew ingresa a un bosque, no se percibe casi nada. Hasta que llegamos a un lago... nunca he estado aquí.

Bajamos del auto y damos unos pasos con cuidado de no tropezar con alguna rama o piedra. No se percibe mucho, no obstante, la sensación que desprende el sitio es perceptible, es mágico. Pese al frío nos adentramos más.

Drew se percata de mi estado y pone una manta sobre mis hombros.

—Gracias –digo y giro a verlo–. ¿Dónde conseguiste una manta?

—¿Me creerías si digo que siempre la llevo conmigo por precaución?–Así que lo tenia todo planeado. 

—No –ambos reímos–. Es un sitio precioso, pese a que no podemos observar toda su majestuosidad.

—No te preocupes, en unas horas amanecerá y veras toda su majestuosidad –me regala una sonrisa ladina.

Por varios minutos interminables permanecemos en silencio. En el transcurso nos sentamos y contemplamos el lago. Se siente una paz y tranquilidad que muy pocas veces he percibido. Pero debo interrumpir nuestro silencio porque tengo más sed y siento fatiga.

Le informó a Drew que dejé medio contenido de agua en el auto, así que regresamos por donde vinimos.

Mientras bebo Drew me observa.

—¿Es normal tener tanta sed? Digo, se cómo son tus entrenamientos, pero últimamente tomas litros de agua y sigues con sed.

Dejo de beber y respondo: —Recuerda: Son ocho vamos de agua al día. Además, un deportista debe estar bien hidratado. El agua es indispensable teniendo en cuenta todo el esfuerzo físico que realizo. No olvides, el agua es vida, cariño. –le entrego la botella. Él abre la puerta del copiloto y deja la botella en algún lugar.

—Creo que tú ya excediste los limites, cariño. Dejaras a todo Connecticut sin lo más indispensable para el ser humano: el agua –Se carcajea a mi costa.

—Ja, ja, ja, que gracioso. –digo–. Simplemente estoy entrenando el triple y necesito estar más hidratada. –Me cruzo de brazos y bufo.

—Como digas, pero... –Lo silencio con un beso porque no quiero saber sobre «peros» en este momento. Quiero disfrutar de esta noche.

Lo que dejamos frente a la casa de Chad lo continuamos aquí, rodeamos de la naturaleza, a merced de la oscuridad.

Ya no tengo frío, lo único que siento es un calor abrasador que cada vez aumenta más conforme a los besos y caricias. La ropa que nos envolvían es olvidada. Y, de un momento a otro, solo somos uno.

...

Antes de que digan algo respecto a porqué Lissy y Drew tienen sexo si recién vamos en el segundo capitulo diré que ellos llevan saliendo tiempo y, aunque no es algo formal aun, pues hace tiempo pasaron al siguiente nivel xD

Gracias por sus votos y comentarios.