Hemos llegado a Los Ángeles, la ciudad de las estrellas y yo no puedo evitar sentir un cosquilleo en mi estómago, siempre soñé con viajar a Los Ángeles para hacerme famosa, pero de repente bajo de mi nube cuando Julia me ordena que coja las maletas de mis hermanastras porque ya habíamos llegado al hotel del Palm Woods, lugar donde los jóvenes talentos logran triunfar en el mundo del espectáculo.

-Date prisa Rose, tengo ganas de ponerme el bikini nuevo para ir a la piscina y salir con los chicos de Big Time Rush- dijo Ashley mientras iba por el pasillo.

-Si, y no te olvides de mi kit de maquillaje, lo necesito- contestó Brenda mientras seguía a Ashley.

De repente, mis hermanastras se tropezaron con una niña de unos 11 o 12 años, tenía los ojos castaños al igual que su pelo, el problema fue que las tres se cayeron y Ashley empezó a gritar a la niña:

-Mira por donde vas mocosa- soltó Ashley mientras amenazaba a la chiquilla.

-Eh, no es culpa mía, sois vostros las que habeís chocado conmigo- contestó la chica defendiéndose.

Estaban a punto de pegarse hasta que llegaron Julia y el gerente del hotel, el señor Bitters, un hombre no muy simpático.

-Vamos niñas ya tengo la llave de la habitación, y Rose, sube también mi bolso- dijo Julia mentras me ponía su bolso encima de las casi diez maletas que llevaba.

Cuando subieron al ascensor, yo no podía seguir cargando más peso y se me cayeron todas las maletas y el señor Bitters, en vez de ayudarme, me dijo que lo recogiese todo porque estaba molestando a los huéspedes.

-''Que amable y simpático''- pensé sarcásticamente.

Entonces vi cómo la niña que se había tropezado con mis hermanastras me empezaba a ayudar con las maletas.

-No le hagas caso a Bitters, en el fondo no hace nada, por cierto, me llamo Katie- dijo la niña mientras me daba la mano para saludarla.

-Yo Rose, siento que hayas tenído que enfrentarte a mis hermanastras- le contesté.

-Se nota que no sois familia, tú eres más agradable, dejame que te ayude a llevar las maletas- dijo mientras me sonreía.

Yo no pude evitarlo y le sonreí mientras le agradecía la hospitalidad.

Como era la primera amiga que hacía en la ciudad, me contó que vivía con su madre y que su hermano mayor era Kendall, uno de los miembros de la banda Big Time Rush, yo le conté mi trágica vida, además de confesarle que amaba a Big Time Rush.

-Vaya, es una pena que tengas una vida tan mala- dijo Katie mientras íbamos hacia la habitación.

-No importa, mi padre siempre me decía que los sueños se pueden cumplir si se lucha por ellos-contesté mientras llegaba a la puerta de mi habitación.

-Bueno, pues ya hemos llegado, eres oficialmente mi vecina de arriba, un día puedes pasar por mi apartamento para conocer a los chicos- me freció Katie.

-Muchas gracias, sería maravilloso- contesté.

-Adiós Rose, ya nos veremos- se despidió Katie mientras iba de nuevo al ascensor.

Yo me despedí de ella con la mano y entré en el que ahora sería mi apartamento para poder enfrentarme a las tres brujas que me amargaban la vida.