🎅🏻🎄Navidad 🎄🎅🏻
Ya no queda mucho para que se acabe este año, así que les deseo Feliz Año, que esté 2023 les traiga muchas bendiciones. Les deseo lo mejor.
Gracias por leerme, por apoyarme, significa mucho para mí recibir sus lecturas, votos y por supuesto los comentarios.
Este es el último capítulo oficial de este mini fanfic, disfrútenlo y nos leemos el próximo año con muchos deseos de seguir con las historias publicadas y con muchas historias nuevas.
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Las sonrisas no se hicieron esperar, como lo habían planeado, estaban todos en el recinto del patriarca escuchando atentamente las palabras de los caballeros de Sagitario y Géminis.
—Queremos que estén felices y que celebren esta festividad —habla Aioros.
—Pero para eso es necesario que todos nos comprometamos a ayudar —mira a los demás.
—Eso significa que así como nos pedirán que colaboremos con la decoración, también dirán que debemos limpiar todo —murmura Death a Shura, que está a su lado y niega con su cabeza.
—Todo a escondidas de su ilustrísima —continua Afrodita riendo.
—Y ya que parecen que ustedes 3 están muy animados, pues serán los encargados de liderar los 3 grupos en los que nos organizaremos —su tono de voz suena serio, de hecho estaba molesto con sus comentarios.
—¿Saga?— eso no era lo que habían hablado, pero bueno quizás así se agilizaría todo.
—Decorar, organizar y cocinar— menciona paseándose por entre los pequeños y jóvenes caballeros- Shura formará parte del grupo encargado de cocinar, Afrodita de la decoración y Death colaborará en la organización, ya saben hay que poner la mesa, alistar el lugar para que la fiesta de navidad sea de completo agrado.
—Y mientras nosotros hacemos eso, ¿De qué están encargados ustedes?—cuestiona Afrodita.
—Por nosotros, es posible celebrar navidad— comenta poniéndose enfrente suyo.
—Saga y yo los ayudaremos en todo lo que haga falta— ver la sonrisa de su hermano era lo mejor.
Milo levanta su mano— ¿y nosotros?¿Qué hay de nosotros?
—Afrodita, Aioria, Camus y tú , decorarán todo este lugar, incluyendo el árbol. Pero si los demás quieren hacerlo pues está bien. Es mejor dejar el árbol para el final.
—¡Siii!— Aioria choca su mano con la de Milo.
—¡Aish!— no se molesta en ocultar su fastidio -, supongo que... tocará —tuerce sus ojos azules.
—Shura, Aldebarán y yo preparemos la cena —mira a sus compañeros.
—¡Si! Eso me gusta —brinca el pequeño Aldebaran mientras que Saga cierra sus ojos y suspira. Al parecer seguía preocupado por el incendio de la noche anterior.
—Como cuando preparamos la cena en Sagitario— el tono de su voz no parecía feliz, y era comprensible. Estaba desilusionado, sus sentimientos no eran correspondidos y debía aceptarlo.
—Oh...—quizás su hermano no lo había notado por estar ocupado con todo el asunto de la navidad, pero para él Shura no lucia como siempre.
—Y Death... seguramente Shaka y Mu tendrán muchas cosas en las que puedas colaborarles.
Mu siente que sus mejillas se van poniendo rojas ¡Se acabó! Debía enfrentar al hindú y tratar de recuperar su amistad, claro ocultando sus otros sentimientos y sus fantasías.
Quizás no era tan malo estar allí, omitiendo a DeathMask, estaría junto a Mu. Le hablaría, se disculparía y volverían a amigos, ¿Y eran sentimientos poco trascendentales?
—¿No es posible cambiar de grupo?— se cruza de brazos —tú no has dicho con quién estarás Saga.
—Estaré en tu grupo y lo siento, pero no se puede cambiar —dice en tono de burla.
—Ya que cada uno sabe lo que hará —Aioros mueve las caja junto con el árbol.
—¡Que! Pero si es... Es de la Sala Gemela— allí entiende lo sucedido hace poco con esa presencia en su templo—¿Saga? ¡Lo hiciste!
Las mirada de todos se centra en el pequeño hindú, no solo porque había pronunciado más de las palabras que generalmente solía decía, sino en lo que estas indicaban, mientras su cosmoenergia se iba incrementando-, esto es imperdonable.
—Shaka, si fui yo —se le acerca.
Mu al observar en lo que muy posiblemente terminaría el problema, se aproxima y lo abraza por la espalda -Shaka...- aprieta sus ojos-¡No lo hagas!
—¿Eh?—la expresión de asombro es común en todos.
—Si...si quieres yo te puedo ayudar a organizar tu plan de venganza, pero no ahora —el pequeño tibetano, ya había visto lo que sucedía cuando Shaka concentraba su cosmos energía. No deseaba que todo el lugar quedará hecho trizas, intenta apartarlo de ese lugar.
La actitud de Mu lo toma por sorpresa.
—Definitivamente si algo llegara a ocurrir, esos dos seguramente se protegerían entre si- le dice Milo a Camus—. Bueno yo también haría eso por ti —sonríe haciendo que el otro se aleje un poco.
—¿Y aún tengo que estar con esos 2? —los señala con el dedo.
—No hay cambios Death— Afrodita le resta importancia a lo que considera una pataleta por parte de Shaka —, Milo, Camus y Aioria, hagan lo que yo le digo.
Aioria se encoge de hombros y va tras el sueco.
—Este... bueno vamos a cocinar —poniendo una mano sobre el hombro del español, lo hace dirigirse a la cocina —.Vamos Aldebarán.
—¡Si! Yo quiero aprender a preparar más cosas.
Saga mira en el fondo del recinto a Shaka y a Mu— Death, tenemos que ubicar la mesa en la que vamos a comer.
—¿Y es qué no podemos cenar aquí?
—¿En el suelo? ¿O en el escritorio de su ilustrísima? —niega con la cabeza —¿Donde te parece mejor?
—¡Ah! Esta bien, ya no diré nada.
—Shaka no te voy a dejar— continúa abrazándolo —, no quiero que te metas en problema o te hagan daño.
—¿Mu? —lo voltea a mirar.
—Estuvo mal lo que Saga hizo y si deseas yo te ayudaré a vengarte —, solo habla por hablar, no era capaz de llegar a lastimar a ninguno de sus compañeros y esperaba que el rubio no fuera capaz de seguir sus palabras.
—Pero si yo no he dicho nada de eso— dice tomando sus manos y haciendo que lo suelte para mirarlo —, Mu... lo siento...
—¿Eh?— abre sus ojos.
—Me he comportado muy mal contigo y aún así, estás aquí preocupado por mi —sonríe o eso intenta, lo importante es que Mu lo entiende.
—¡Shaka! —siendo algo efusivo lo abraza —, gracias.
—Saga por favor —hace un gesto de aburrimiento —, nada más velos, son unos niñitos tontos.
—Tú solo ayúdame y déjalos —mueve la mesa que generalmente usa el patriarca cuando se trata de alguna reunión o evento importante, o cuando se reúnen todos a cenar.
Aioria toma una larga guirnalda de la caja— ¿y esto donde se pone?
—Mmmm de acuerdo con lo que vimos con Camus, las colgaban de las ventanas, puertas y paredes — señala tomando otra— pero tenía algunos adornos encima y esas cosas que tienen luces, ¿verdad Camus?
—Si y así estaba toda la casa, entonces creo que debemos ponerlas arriba— con su mano señala la parte superior de las grandes columnas.
—¿Y cómo nos vamos a subir? —pregunta el griego castaño, notando como Afrodita toma una silla y se sube.
—Ustedes 3, pásenme las que ya decoré— señala las guirnaldas que ya estaban a un lado suyo.
—¿Así que quedan? — Aioria toma una.
—Si —junto con Camus, le dan un par al mayor de los cuatro— y estando ya colgadas, se iluminan. Oye Aioria, ¿no crees que tú con tus poderes puedas ayudar con esa parte?
—¿Qué?— se detiene —, ¿por qué van a destruirlas? Entonces que sentido tiene hacer todo esto —se soba la sien y toma aire —. Estos niños...recuerdo que en la casa donde nos invitaron a celebrar navidad... nunca va a quedar igual si ustedes van a empezar a dañar todo.
—¿Tú has celebrado navidad? —cuestiona Camus en lo que Aioria y Milo discutían.
—Si, por eso quiero que hagan lo que yo digo.
—Pero aún no se usar bien mis técnicas, ¿Y si los rayos que lance con mi Relámpago de voltaje terminan por incendiar este lugar?
—No van a lanza ningún ataque —interviene el joven caballero de Piscis —, no agoten mi paciencia y más bien...— mira a Leo y a Escorpio —suban a otra silla y ayúdenme. Camus, tú nos pasarás la decoración.
—Pero aún así no alcanzamos.
—Aioria súbete sobre mis hombros.
—¡Oh! que buena idea —se sube en la silla y luego sobre el peliazul— así será más fácil.
—¡Aioria pesas!
Al verlos Saga se acerca —¿Qué están haciendo?
—¡No exageres Milo! — pone sus pies sobre los hombros.
—Pues lo que nos pediste —contesta sin problema Afrodita mientras hace lo mismo pero subiendo sobre sus hombros a Camus.
—Me voy a levantar —avisa el francés — no me vayas a dejar caer — lo mira desde su posición.
—Vamos Camus dame eso— extiende sus brazos Aioria— aquí ya se dónde colgarla.
—Si.
—Les dijimos que les ayudaríamos, ¿por qué no hablan?
—Saga esto no es nada de otro mundo- asegura tratando de mantener el equilibrio, tomando a Camus por las piernas —¡Vamos que si pueden! en la esquina queda perfecto.
—Estamos bien Saga, no necesitamos tu ayuda— sonríe —, nada más que Aioria pesa, pero eso a de ser porque no entrena lo suficiente.
—¡Cállate! Y no me dejes caer.
—Athena ayúdame con esto— pide mirando al techo— Aioros...
En la cocina todo parecía ir muy bien, Shura seguía las instrucciones que Aioros le daba y cortaba los vegetales con cuidado mientras que Aldebarán se encargaba de mezclar los aderezos.
—Chicos, el horno debe estar caliente cuándo lo vayamos a poner —les da la espalda —175 ºC.
—Oye Shura...
—¿Qué? —levanta la mirada.
—¿No te gusta cocinar?
—Si, generalmente le ayudo a Aioros. Aunque no he cocinando para tantas personas...— se encoge de hombros.
—No es diferente —contesta con ilusión —.Aioros, quiero hacer galletas.
—Pero las quemarás...
—Eso fue ayer y fue un accidente, me quedé dormido- dice y mira al mayor— .Me gustaría tener un detalle con todos ustedes.
—Ya veremos Aldebarán —le da unos golpecitos en el hombro.— ¿Shura como vas con eso?
—Eh bien... bien— vuelve a cortar vegetales.
El griego mira lo que hacen y va a encargarse de preparar lo que hace falta— Mi Saga, esto está resultando mejor de lo pensado.
—¡Estírate más Aioria!— Exclama—, ya casi lo consigues...
—¡Con cuidado! —permanece a un lado atento a los movimientos que hacían.
—Saga, ¿este es? —Mu lleva con él una tela blanca y roja con algunos brillantes.
—Si, el mantel debes ponerlo en la mesa, junto con las velas y los adornos que te mostré.
—Shaka me está ayudando —sonríe y regresa donde su amigo.
—Mu, es mejor que nos subamos a la silla y ponemos todo —lo toma de la mano y lo ayuda.
—Que bonito está quedando todo —comenta y mira como poco a poco todo iba quedando adornado.
—Si... —aprovechando la cercanía aprieta su mano. Poder estar junto a Mu nuevamente lo llenaba de tantas sensaciones extrañas y agradables.
—Mocoso, terminamos con esto —bosteza DeathMask—, comienza a volverse aburrido.
—Si, yo quiero ayudar con el árbol.
El recordar ese detalle hace a el pequeño Virgo apretar su quijada.
—Shaka, tú no eres vengativo, solo debes esperar un poco para que esa molestia desaparezca.
—No vamos a esperar a nadie para decorar lo que falta— habla Afrodita pasando junto ellos—, además si quieren que ese árbol luzca bien...— hace aparecer un par de rosas — las usaré.
—Los vas a envenenar a todos.
—Eso no es justo, porque dijeron que todos podíamos ayudar —Mu hace un puchero.
—Ay tan tierno el corderito jajajaja.
—Por supuesto que no, las rosas que voy a utilizar no tienen veneno. Yo no soy malo como tú Death, pero si desean ayudar, será mejor que se apresuren.
—¡Ya Saga! ¡Vamos!— tira de su ropa el pequeño escorpión.
—Milo, ¿no te das cuenta que Aioria se golpeó cuándo se estaba bajando?— estaba vendándole la mano.
—Es culpa suya, yo le dije que no podía sostenerlo más y además se puso de puntitas.
—¿Estas seguro de que no fue un fuerte golpe?
—Si, además no quiero preocupar a mi hermano —mira a griego mayor —tú me entiendes, ¿Verdad Saga?
Suspira—, si tú lo dices.
—Oye Camus.
—¿Qué necesitas? —deja de mirar la caja con la decoración que faltaba.
—¿No podrías poner algo de nieve en el árbol?
—¡Si! Cómo el del cuento, esa es una gran idea Afrodita— comienza a brincar Milo.
—Pues... —se encoge de hombros —supongo que sí.
Con la ayuda de DeathMask, Afrodita, Camus, Milo, Aioria, Shaka y Mu. Saga pone el árbol y los deja decorarlo como quieran.
—Camus, este está mejor que el de las imágenes.
—Totalmente —al notar que ya faltaba poco para terminar de decorar, concentra un poco de su cosmoenergia para generar una pequeña corriente de viento frío.
Al ver a los pequeños decorar el árbol, regresa a la cocina —oigan, ya que nada más hay que esperar a que se cocine, vayan con los demás y decoren el árbol.
—Yo si quiero —se lava las manos y quita el mandil.
—¡Que frío! —exclama Aioria.
—¿Desde cuanto hace tanto frío en este lugar?—pregunta DeathMask
—¡Brrr! ¡Me congelo! —grita apenas Milo.
Las miradas de los 3 caballeros que permanecen en la cocina se encuentran.
—¡CAMUS!
Sin esperas salen corriendo a la sala.
—¡Oh! —Shura cubre su boca ante el asombro.
Junto al que sería el árbol de navidad permanecían dos pequeños niños y un joven casi que congelados, mientras que Saga protege con su cuerpo a Mu y Afrodita.
—¿Camus?— lo llama Aioros al verlo junto a los otros. Su rostro era cubierto por sus manos, el pequeño estaba visiblemente asustado.
—¡Shaka!— Mu se preocupa al verlo inmóvil.
—¡Mi hermano! —corre a verlo —Aioria, ¿Puedes hablarme?
—A-A-Aio-oros, s-s-sii pu-pue-puedo...—tiembla mientras intenta mover sus brazos para cubrirse— f-f-frio...
—¿Shaka?
—E-E-Es-Estoy bi-bien M-Mu— lo mira y se mueve un poco.
—¿Amigo?— se acerca a Cáncer —¿qué pasó?
—C-Ca-Casi me-me con-convierten en una paleta.
—¿Estas seguro Milo? ¿solo necesitas eso?— Aldebarán le quita algunos pedazos de hielo que tiene encima.
—¡Siii! —apenas puede se acerca al pequeño francés —¿Camus?
—Lo siento...soy un tonto —habla ahogando algunos sollozos.
—No, no llores —pide Saga.
—Si tu cosmos se vuelve inestable...—interrumpe Aioros —será peor.
—¡No digan eso! —aún temblando Milo trata de abrazarlo.
—¡Perfecto! ¡Camus congelaste el árbol! ¡Nos quedamos sin Navidad! —informa Afrodita.
—¡Nooo! Yo no... —sale corriendo.
—¡Camus!— corre —¡No es verdad!
—¿Cómo fue que esto pasó?— abraza a su pequeño hermano para darle abrigo.
—Le pedimos a Camus que le pusiera algo de nieve al árbol...— suspira cansado —era más de lo que podía hacer.
—Mu, ve con Aldebarán por algunas frazadas— pide mirando el desastre en el que se estaba convirtiendo todo—, seguramente en la habitación habrán.
Si adentro la desilusión era la común expresión en los rostros, afuera el causante de todo, se sentía terrible, no podía controlar sus sentimientos, lloraba al pensar en el fracaso en el que había terminado la fiesta.
La culpa, la frustración lo invadía ¿Cómo pensaba ser un caballero dorado si no podía con algo tan simple?
—Camus...—verlo en ese estado lo hacía olvidarse de todo. Su mejor amigo estaba muy mal y eso le rompía el corazón.
—Perdóname... es mi culpa —lo mira apenas limpiando sus lágrimas.
—No, no es verdad — lo abraza—, no te culpes, tú no hiciste nada malo.
—Los congelé, ya no hay navidad.
—No me importa...Solo tú... tú me importas— susurra dejándolo que se desahogue.
Con las frazadas cubren a los que recibieron indirectamente el ataque. Además Mu rápidamente prepara algo de té para ayudarlos.
—¿Ya no habrá navidad?
—Primero tienen que dejar de sentir frío y ya luego veremos que hacer —dice acomodándole la frazada a su hermanito.
—Oigan, yo no he comido nunca pavo...— huele un poco —pero, ¿no creen que ese olor no es nada agradable?
—¡El pavo! — grita Shura y se dirige a la cocina.
—¡Ay no! —niega repetidamente —¡esto no puede ser!— estaba cansado, decepcionado. Quiso ayudarle a Aioros, cumplirle el capricho a los pequeños y el resultado era tan deprimente.
Sin deseos ya de nada se dirige a la salida. Quizás esto era lo que merecían por hacer las cosas a escondidas del patriarca ¡Ah! mejor no pensaba en eso, no quería llamar otra desgracia.
—Saga...—se sienta a su lado — ¿estás bien?
—¿Cómo? Es un desastre todo allá adentro— pone las manos en su cabeza —¡Se dañó todo!
—Es Verdad, no logramos hacer nada— sonrie con notoria tristeza,—, me deje llevar por la ilusión de Aioria y los demás...
—Tú querías compartir más con tu hermano y yo prometí que te ayudaría con eso...— lo mira —, lo siento...
—No, la culpa no es tuya... —toma su mano con fuerza—, tú solo fuiste mi cómplice en esta locura.
Mira si mano y entrelaza sus dedos.
—Saga, yo te lleve a hacer todo esto —se acerca un poco y lo mira a los ojos.
—Y no me arrepiento, pero...— sonríe con frustración —, no quería que esto terminara así.
—Si, es un final que nadie quería...— la mirada de Saga, la cercanía, quería estar con él para no sentirme tan desilusionado.
—Aioros...— su corazón latía tan rápido y podía sentir que su mano sudaba un poco.
—No... no te disculpes...— se acerca más y baja la mirada a sus labios —Saga...—pone la mano en su mejilla —no quiero que te sientas mal...
Si todo lo vivido era una locura entonces que mejor que darle ese final. Cierra sus ojos al sentir el roce de esos labios y se deja llevar por lo que sentía.
—¡Siii!
—¡Que bien!
—¡Lo logramos!
El improvisado beso termina al escuchar los gritos.
—¿Y ahora? —Aioros se levanta y va adentro.
—¿Athena, qué más quieres de mí? —lo sigue pensando en que algo malo debió de suceder, si es que eso era posible.
Para sorpresa de los mayores, los pequeños y jóvenes caballeros están limpiando y organizando todo, incluso con toda la nieve que había están haciendo muñecos.
—Shaka, sin esto no eres tú —le hace un hueco en la frente al muñeco de nieve representando el bindi que siempre tiene.
En respuesta Shaka le hace dos huecos en la frente al muñeco que el tibetano había hecho haciéndolo reír.
—Esta es por decir que no entreno lo suficiente —forma una bola de nieve y se la lanza a Milo que estaba con Camus haciendo un muñeco de nieve más grande, deseando que esté se olvidara de lo malo.
—¡Oigan!— Shura y Aldebarán llegan con alguna bandejas con galletas y dulces.
—¡Hermano! ¡Saga! ¡Vengan! —les hace señas— es hora de celebrar navidad.
La sonrisa de Saga y como lo toma de la mano, le confirman que al final si había válido la pena todo...hasta el beso.
—¡Ay! ¡Por cierto!—Géminis va a una de las cajas y entre una bolsa saca bufandas y gorros de navidad para todo.
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La molestia de Shion se notaba hasta en la manera como subía las escaleras.
—¡Basta Shion!— intenta tomarle la mano —, ya enserio, ¿es qué me piensas tener así todo el camino?
—Nadie te pidió que me siguieras.
—No podía dejarte ir así, y mira que me estoy arriesgando.
Toma aire y lo mira —estas mal de la cabeza Dohko, como se te ocurre inventar algo tan grave y hacerme ir... —niega con la cabeza —. Según decía el pergamino tú estabas a punto de morir y...¡Ah! ¡Es que no puedo contigo!
—Lo siento, pero te lo he repetido desde que llegaste a 5 picos... —baja la mirada —, te extrañaba... necesitaba verte.
—Eso no justifica lo que hiciste y si es verdad que tienes que permanecer en oriente, pues con más verás. Eres un irresponsable y no eres para nada el caballero que conocí y con quién luché.
—Shion.... Cariño, por favor respóndeme algo y dependiendo de la respuesta no te volveré a hablar ni mucho menos a buscar.
—Si, como si eso fuera posible —sus tikas parecen juntarse cada vez más —. Seguro y ya ingeniaste algo para hacer cualquier cosa, menos lo que dices.
—¿Tú no me extrañas? ¿No te hago falta Shion? —lo mira fijamente—, ¿acaso es que ya me olvidaste? —lo toma con cuidado de las mejillas —¿Qué me dices?
—Ay Dohko... por supuesto que no te he olvidado y... pues, ¿por qué crees que no pensé en nada más y fui a buscarte?
Sonríe levemente —no lo sé, me gustaría que me lo dijeras y entonces podré tomar una decisión.
Rueda sus ojos —no te he pedido olvidar... eso nunca creo que pasé y...— aprovechando la cercanía le roba un corto beso.
—Que tierno— acaricia su mejilla.
—Dohko por favor que nos pueden ver.
—Si, como tú digas— se le aparta pero lo agarra de la mano.
Las risas y gritos parecen hacerlos regresar a la realidad.
—Pero, ¿qué es eso? ¿Saga? ¿Aioros? ¿Y los niños?— sin pensarlo ingresa al lugar y queda en shock al ver lo que sucede.
—Oh vaya... pero que bonito —el caballero de Libra sonríe mientras mira su alrededor —. Te lo dije, estos niños no estaban para nada aburridos.— el chino se detiene a ver lo que hacen los pequeños —¡están felices Shion!
Milo por todo el lugar corre tras Aioria tratando de lanzarle bolas de nieve.
—¡Ya déjame!
—¡Nunca!— ríe el escorpicito.
—¡Milo!
Camus lo sigue con la mirada mientras come un poco de la cena que se había salvado.
—¡Niños por favor dejen eso! —interviene inútilmente Aioros descubriendo a los recién llegados que permanecen en la entrada— ¿Su...Su Ilustrísima? Pero usted...—no, ya no quería más problemas.
—Hola Aioros, que bueno verte —saludo animado Dohko.
—¿Ah? Pero si usted es...
—Su Ilustrísima, eh...—Saga se acerca.
El caballero de Libra se ríe —, es normal que no sepan de mi. La última vez que los vi, era unos niños, creo que más pequeños que los que están bajo su cuidado —.Yo soy Dohko, el caballero de Libra.
Ambos griegos se miran sin saber que hacer.
—Vaya este lugar está muy navideño y no cabe duda que todos lo están disfrutando— comenta mirando a los pequeños Shaka y Mu, que aunque estén algo apartados, parecen estar hablando y riendo. El gran Mu de Aries había conseguido algo que para el resto de la humanidad era imposible, el antipático y antisocial Shaka de Virgo parecía muy feliz escuchando al lemuriano, incluso reía.
—Oh, pero que tiernos.
—Su Ilustrísima, nosotros esperamos que no esté tan molesto con todo esto— señala Saga.
—Ustedes dos, ¿Cómo es que lograron hacer todo esto?
—¡Su Ilustrísima! —un tanto espontáneo, Aldebarán toma de las ropas al peliverde—, están por acabarse...— en su mano libre carga una pequeña bandeja con dulces —, estos son para usted y su amigo.
—Pero mira nada más... —sin dudar toma los dulces —¿Aldebarán no?
—¿Eh? ¡Si! —le sonríe a ambos mayores.
—Anda Shion no seas descortés y, ¿Qué te parece si nos unimos a la fiesta?
—Gracias...—suspira —, está bien, vamos a estar aquí con los demás— aún estaba en shock, pero no convertiría la situación en un drama. Dohko llevaba años sin estar en el Santuario y bueno era navidad y todos parecían disfrutarla.
Ya después habría tiempo para hablar con Saga y Aioros, los haría que les cuente todo lo sucedido durante su ausencia. También se reuniría con los demás, sabía lo traviesos que eran y se imaginaba que para llegar a esto debía de haber ocurrido muchas cosas.
—Nunca pensé estar aquí contigo —dice Dohko mientras se sienta.
—No sabía que desearan celebrar navidad y que hicieran todo esto —dirige sus ojos al árbol.
—Su Ilustrísima quiero que tenga claro que está hermosa obra de arte— se refiere al árbol —es mía.
—¿Y de Camus?— lo interrumpe Milo.
El comentario hace reír a DeathMask —como que esta vez no vas poderte robar el crédito.
—¡Aish! —se da la vuelta.
—Ay Death, amigo te juro que a veces no hay manera de ayudarte —habla Shura.
El oriental cubre su boca para no reír —ay Shion, me encantan estos niños. Son genial, no se ni porque te estresas tanto.
—Quisiera ver si dices lo mismo, si tuvieras que ver que sigan su entrenamiento, que aprendan todo lo relacionado con el cosmos, el séptimo sentidos, Athena, la guerra Santa y demás temas que deben entender, claro sin olvidar que son niños y que están en la etapa donde los juegos y las travesuras son cosas que más disfrutan hacer —le habla y niega con la cabeza.
—Pero te respetan y además tú los quieres mucho... Eres como una madre para ellos— ríe.
—No exageres y no soy una madre —habla serio —.Soy hombre.
—Solo lo decía porque como tú y yo somos pareja...
—No digas esas cosas en voz alta... y si estas tan seguro de lo que dices. ¡Quédate!
—Pues lo pensaría, pero...así como a ti te encomendaron ser el Patriarca y hacerte cargo de todo lo que implica, pues yo debo quedarme en 5 Picos.
—Su Ilustrísima, caballero Dohko, esto es para ustedes —Saga les lleva un poco de comida.
—Gracias —toma los platos y dirige sus ojos a Saga y a Aioros.
—Me recuerdan a Shion y a mí... ojalá ellos tenga la oportunidad de expresar y disfrutar de su amor— toma con disimulo la mano de su amigo y compañero de armas— .Así como yo que en la eternidad, espero que tú y yo podamos estar juntos.... Quizás en otra vida todos nosotros tengamos la oportunidad de vivir una vida más tranquila... de solo pensar en todo lo que les falta por aprender...por vivir, es triste. Una vez nazca Athena solo será cuestión de años para que deban enfrentar su destino.
**FIN**
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