Capítulo 3

Pov. Alexander

-Y recuerda que tienes que convencerla - me dice mi madre por quinta vez.

-Madre, te lo vuelvo a repetir, ella no va a hacerme caso, ya ha repetido hasta la sociedad que no quiere encontrar a su mate.

-Pero por eso tú como su hermano mayor la tienes que convencer - ahora es mi padre, ellos dos están empeñados en que mi hermana pequeña Paula, tiene que encontrar a su mate, pero ella no quiere, y yo lo respeto, pero ellos no.

-Ves, tu padre me apoya, tienes que hablar con ella, por eso vas a ir a verla.

-No, voy a ir porque quiero verla, hace más de tres meses que no la veo.

-Hijo, date cuenta de que tu hermana ya se hace mayor, tiene 21 y va camino de los 22, ya es hora que se centre y empiece a buscarlo - vuelve a insistir mi padre.

-Cariño, tu padre y yo solo queremos lo mejor para ti y tu hermana, sois nuestros hijos, y os queremos siempre lo mejor.

-Lo sé madre - suspiro cansado de estas conversaciones - pero también daros cuenta vosotros, que como bien decís, ella no es una niña y puede tomar sus propias decisiones - mis padres iban a decir algo más pero les corto - y ahora si me disculpais me voy a arreglar algunos asuntos de la manada, tengo que dejarlo todo listo para cuando salga.

Dicho esto, salgo de la casa sin darles tiempo a reaccionar, son mis padres, pero me vuelven loco con el tema del mate de Paula, ahora mismo estoy bastante molesto, aunque se me está haciendo habitual salir malhumorado después de hablar con mis padres, en los últimos dos años prácticamente no hablan de otro tema. Estaba metido en mis pensamientos, cuando mi móvil empieza a sonar, miro la pantalla y no me sorprendo al ver que es John.

-Hola John, ¿qué pasa?

-¿Qué es eso de que te vas a visitar a tu hermana sin mí? - ya empezamos, siempre que salgo de la manada para visitar a Paula, él se entera y se auto invita.

-John no estoy de humor.

-¿En serio?, ¿me vas a dejar solo?

-Ni que fuéramos pareja - bufo ante la actitud infantil de mi amigo.

-Somos más que amigos, somos hermanos, y a un hermano no se le deja tirado.

-Vamos que nos conocemos, lo que tú quieres es venir para ir de fiesta.

-Que bien me conoces - no le puedo ver, pero imagino que debe de tener una sonrisa como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

-Diga lo que diga vas a venir, así que no me voy a esforzar.

-Genial, voy a hacer mis maletas.

Será mi mejor amigo y mi beta, pero a veces me dan ganas de hacerle volar de un puñetazo. Pobre de la mujer que sea su mate. Y como si el destino me odiase, Jade viene hacia mí, ella es en el sentido figurado de la palabra, una zorra, le he insistido mil veces que no me interesa, que solo quiero a mi luna, pero insiste, y a mí no me engaña, no es por amor, sino porque quiere ser la luna de esta manada, algo que no va ocurrir.

-Hola amor, ¿a dónde vas? - dice moviendo exageradamente las caderas.

-Al despacho, a organizar algunos asuntos antes de mi viaje.

-¿Puedo ir contigo? - suspiro, bufo y ruedo los ojos ante su actitud, me está hartando de un modo impresionante.

-Por última vez, no me interesas en absoluto, yo solo quiero a mi mate.

-Pero no la has visto desde hace ya casi cuatro años, ya es tiempo de que te hagas a la idea de que no la vas a tener - decir que estoy enfadado es quedarse corto, estoy que hecho humo, me da igual que pase un siglo, ella no tiene el derecho de decir eso.

-No vuelvas a decir eso ¿entendiste? - le digo con mi voz de alpha.

-S-Sí - dice temblorosa por el tono que he utilizado.

Se marcha corriendo dejándome solo, cosa que agradezco, retomo mi camino hacia el despacho, solo que esta vez voy corriendo para evitar otra visita no deseada.

Ya en mi despacho me centro en los papeles que hay en el escritorio, la verdad no hay nada importante, pero es mejor dejarlo todo arreglado por si acaso, al fin y al cabo vamos a estar fuera mi beta y yo, con lo que mi padre estará al mando, y no quiero que tenga problemas, ya sé que él fue el alpha y sabe lo que hace, pero los tiempos han cambiado y a él eso no le gusta.

-Toc, toc, toc, ¿se puede? - por ahí se asoma el que debería haber venido hace ya un buen rato.

-Adelante, ya te estabas tardando.

-Lo siento, estaba haciendo las maletas.

-¿Las maletas? ¿Cuántas maletas llevas?

-Tres.

-¡¿Tres?!

-Pues claro, no sé lo que puedo necesitar - me dice con una de sus típicas sonrisas.

-John, solo vamos a estar unos días.

-Lo sé, pero pienso aprovecharlos - me dice haciendo un bailecito.

-Eres incorregible.

-Y por eso me adoras, sin mí serías un muermo, ¿cuándo nos vamos?

-Mañana a las diez de la mañana, quiero llegar pronto, y contigo las pausas son de una hora.

-De acuerdo bro, nos vemos mañana - dicho esto salió del despacho y me dejó solo, con lo que yo volví a lo mío.

*****mañana por la mañana****

-Listo, todo está en el coche.

-Hijo recuerda avisarnos cuando llegues.

-Sí madre.

-¿Qué nos vamos? - pregunta John.

-Cuida de él - dice mi padre.

-No se preocupe, cuidaré al alpha.

-No te lo decía a ti - reí ante las palabras de mi padre, Diosa que cara lleva John.

-No te rías, y por favor vámonos ya, que me estoy deprimiendo.

-Vale - le conteste aún riendo, con lo que él me puso mala cara - adiós madre, adiós padre.

-Adiós hijo, cuídate mucho - me dicen mis padres antes de volver a casa.

Durante gran parte del camino John me estuvo poniendo mala cara, puede que sea su alpha, pero con él soy más permisivo, teniendo en cuenta que es como un niño que remedio.

Llegamos a las seis de la tarde gracias a las pausas de John, ese es uno de los motivos por lo que intento que no venga conmigo, y el segundo es su manía de ir de fiesta y llevarme con él.

Por fin en frente de la casa de mi hermana, cruzo el camino, toco tres veces la puerta y espero, dentro puedo oír a mi hermana diciendo que ya va.

-¡Hermano! - Paula se tira a mis brazos y yo doy vueltas con ella - me alegra verte - mira detrás de mí y ve a John - oh, te lo has traído.

-No me ha quedado de otra, lo siento.

-Ey, que estoy aquí - se queja John.

-Ya, por eso - contesta mi hermana, la verdad es que ellos dos no se llevan muy bien - pasad - nos dice y entramos - ¿Queréis algo?

-Que seas más amable - dice John.

-Eso no va ser, ¿algo más? - contesta mi hermana molesta.

-Paula, John, tengamos la fiesta en paz.

-Hablando de fiestas, mis amigas y yo hemos quedado a las diez para salir.

-¿A qué? - pregunto con una ceja levantada.

-A bailar, obvio.

-Genial, a si de paso Alexander y yo salimos - suspiro resignado, John y su maldita manía de ir de fiesta.

-No me agrada la idea de que estés cerca de mis amigas - le dice Paula a John.

-De acuerdo, mucho mejor, vosotras por un lado y nosotros por otro - dice John.

-Eso me parece bien, dame un minuto.

-¿Qué vas a hacer? - le pregunto a Paula.

-Aviso a mis amigas de que vas a estar, pero que no vas a molestar.

Suspiro otra vez y me dirijo a John, mientras Paula se comunica con sus amigas, nosotros o mejor dicho John dice lo que vamos a hacer.

-Ya está, es esta noche a las diez en "Dark Star".

-De acuerdo - digo no muy convencido.

Después de eso no hablamos gran cosa, más tarde John me sacó a rastras para prepararnos, no me hace mucha ilusión, pero creo que no tengo otra opción.

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