Surprised
Lussuria se tomó un segundo para prepararse mentalmente y decirle a su corazón que la persona al otro lado de la puerta era su amiga... Y aunque le doliera verla en el estado en que se encontraba, era necesario animarla y ver que estuviera bien, las personas deprimidas podían hacer todo tipo de cosas desesperadas... Cosas en las que ahora prefería no pensar.
— Con permiso Ange. — Llamó abriendo la puerta tomando una larga bocanada de aire, lo que sea que esperaba al abrir la puerta no fue para nada lo que encontró.
Una recién duchada Ange peinando su cabello con una dulce sonrisa en su rostro, tan tranquila y... Brillando, como solo recordaba haberla vista en contadas ocasiones no era lo que esperaba, ni siquiera parecía la misma destrozada chica que su jefe cargo hasta la habitación el día anterior.
— ¡Luss! ¿Que haces aquí? — Pregunto tranquila dándose la vuelta para mirar el espejo a su espalda y asegurarse de que todo estuviera en su lugar.
— Vine a ver como estabas... — Murmuró algo insegura, notando que el lugar estaba bastante ordenado ¿ella limpio?
— Gracias. — Volvió a girarse para levantarse y abrazar a su amigo. — Lamento haberte preocupado... — Se disculpo con sinceridad notando como el abrazo se volvió mas apretado.
— Oh cariño... — Respondió enterrando su rostro en el cabello de la chica notando el fresco olor del shampo, feliz de ver que su amiga parecía estar recuperada.
— ¿Donde está Xanxus? Me gustaría darle las gracias por traerme aquí y darme el tiempo de aclarar mi cabeza. — Se alejo dándole su espacio de vuelta. — Por cierto... ¿De quién es la ropa? — Pregunto señalando el vestido que traía.
— Oh cierto... Xanxus esta en su oficina... Vamos. — Hablo rápido empujando la de la espalda sin saber como explicarle que su jefe tenía una pequeña obsesión con ella y por eso tenía una habitación para la castaña llena con todas las cosas que podía llegar a necesitar.
— ¿muy bien? — Rio ligeramente ante el comportamiento de su amigo dejando que la guiará por los pasillos de la mansión hasta que finalmente llegaron a una oficina con grandes puertas de roble.
— Xanxus, cariño, Ange quiere verte. — Tocó la puerta y aviso de quien venía con ella esperando que gracias a su compañero no recibiera una botella por la cabeza.
— Pasa. — Fue todo lo que recibió en respuesta, y wow eso era un avance, quizás subestimo la obsesión de su jefe, decir una oración sin un insulto, definitivamente hablaba bien de los sentimientos de su jefe.
— Permiso. — Entró Ange notando algunos vidrios rotos en el piso, peor ya que incluso ella conocía la reputación de Xanxus... Y recordaba un par de cosas del juego no le pareció extraño. — Buenas tardes. —Le saludo viendo el atardecer por el ventanal detrás del mayor, quien estaba sentado en una silla que parecía más bien un trono detrás de un escritorio gigante.
— ¿que quieres? — No le llamo basura... Eso era una buena señal ¿no?
— Quería darte las gracias por ayudarme... Traerme aquí y dejarme pensar...
— No te traje aquí por eso.
— Cierto. — "No pienses" paso por sus recuerdos y decidió tomar una pequeña respiración. — Se que no me trajiste aquí por eso... Lo hiciste para protegerme, de mi misma... Del resto, del mundo.
— ¿que te hace pensar que soy tan noble?
— No eres tan discreto como crees que eres, en especial dado que mi niebla es quien te provee la mayor cantidad información sobre mi. — Sonrió suavemente. — Además, pudiste aprovocharte de mi, estaba deprimida y frágil, probablemente te hubiera dejado hacerme lo que quisieras, e incluso te habría agradecido por tan solo prestarme atención, pero en su lugar me dejaste descansar con Luss cuidando de mi.
— Maldita niebla doble cara. — Fue lo único que respondió y Tsu quiso reír. — ¿y bien? ¿Que quieres ahora?
— ¿ahora? Cenar, estoy muriendo de hambre. — Contestó suspirando. — Luego quizás dormir un poco más en la cómoda cama que me diste, y luego hablar con cierta parte de mi familia
— Esa zorr—
— Es mi problema con el cual debo lidiar, pero agradezco la preocupación.
—¿que hay de los inútiles de tus elementos?
— Probablemente deben estar perdiendo la cabeza ahora mismo con mi desapareciendo de la nada... — Llevó un dedo a su mentón pensativa — Quizás quemando algunas cosas también, pero... Sabían en lo que se estaban metiendo cuando me escogieron así que los dejaré correr como gallinas sin cabeza hasta que resuelva todo. — Sonrió bajandose de hombros viéndole de forma inocente.
— Hay que celebrar por eso. — Dijo aprobando su elección con su mirada, ellos deberían haberla consolado en el momento en que Ange se sintió mal, así que se merecían estas horas de caos.
— Le diré a Luss que avise al cocinero. — Casi se dio la vuelta hasta que pareció considerar una idea, finalmente se decidió y Sonrió caminando hasta al escritorio sentándose en la orilla para estirarse llevando su mano a la barbilla del mayor para que le viera. — Pero primero... ¿Como debería pagar tu amabilidad? — Pregunto con cierta coquetería notando el brillo en los ojos rubí.
— Estoy seguro que puedes pensar en algo por tu cuenta. — Contestó sin separar su mirada de la suya.
— Oh... Tengo algunas... Ideas. — si el hecho de que estuviera más inclinada en las relaciones poliamorosas que en la monogamia eran resultados de lo que su hermana hizo con ella... Bueno quizás no tenía que reclamarle tantas cosas después de todo, eso sí, aún iba a tener una buena conversación con ella.
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