Be stronger.

Desde que Nagi era una niña, las personas a su alrededor la excluyeron, porque a su criterio por ser una niebla no era confiable, y probablemente estaba loca. Ella no entendía eso, Mukuro-sama y Daemon-nii eran los mejores hermanos del mundo, y ellos eran nieblas también asi que ¿Porque ser una niebla era algo malo? Varias veces intento explicar su punto de vista a los demás pero nunca nadie la escucho, y a medida que los años fueron pasando el acoso en su contra por ser una niebla mentirosa solo fue creciendo, incluso debido a este se vio involucrada en un accidente que casi le costó la vida, y en el cual perdió la vista en uno de sus ojos.

Después del accidente sus padres la culparon por no ser mas fuerte, y aunque tuvo a sus hermanos a su lado la confianza de la pequeña Nagi se vio  mermada al punto en que apenas y si podía hablar por si misma, lo que sinceramente no ayudo en su situación escolar.

Cuando entro a Vongola realmente pensó que las cosas serían diferentes, Ya que todos tenían llamas, asumió que no estaría el estigma o estereotipos tan presente, se equivocó. Los mismos prejuicios estaban en la escuela, tan solo que la mayoría buscaban algo que ganar, por lo que si eras considerado fuerte, rico o de buena familia ellos mirarian al otro lado y te dejarian integrarte. Lástima que Nagi no era fuerte y por su apellido diferente al de sus hermanos mas su actitud, nadie la considero relevante, nuevamente se convirtió en una presa para sus compañeros.

La primera vez que Nagi escucho de Ange fue al final del primer periodo de evaluaciónes donde por primera vez una usuaria pasiva de llamas, obtuvo el primer lugar entre sus compañeros, aquello era algo inaudito y nunca antes visto, por lo que se volvió un tema de conversación por todos los pasillos.

Para el final de la semana conversaciones con todos los detalles de la vida de la chica eran cosa común. Tsunange Sawada, entro por mérito propio sin señales de ser un usuario activo, calificaciones perfecta desde prescolar, hoja de vida intachable, hija de un exitoso hombre de negocios italiano, con una hermana gemela cuyo elemento era el cielo. Esa información fue suficiente para que fuera el centro de atención, Ya Fuera para bien o para mal todos deseaban su atención, algunos que estaban convencidos de que sus llamas se manifestarían pronto para ser candidatos como sus elementos, y otros para retarla indignados en que una usuaria de llamas pasiva sin pedigrí fuera mejor que ellos.

Nagi quiso acercarse, saber cómo lograba estar en la cima aún con el estrés del mundo viendo cada uno de sus movimientos, pero sabía que eso era imposible, alguien tan brillante como Tsu no perdería el tiempo con alguien como ella.

— ¿Quieres ser mi compañera? — Nagi pestañeo dos veces al oír las palabras de la castaña y miro a los lados buscando a la persona para la cual iban dirigidas las palabras. — Te lo estoy preguntando a ti. — Añadió para mayor confusión de la niebla quien no entendía porque querría ser compañera de ella... Es decir estaba segura que la mitad de la clase daría lo que fuera por ser su compañero de laboratorio así que ¿Porque ella? — ¿Quieres o no? — pregunto nuevamente pareciendo algo molesta.

— S-Si... — Respondió de forma tímida, quizás si pasaba algo de tiempo con ella, aprendiera como ser mas... Segura y fuerte como Ange.

Tal y como se esperaba Tsu era una compañera de laboratorio diligente, dividiendo los trabajos de forma equitativa, aunque eso no evitaba que fuera algo controladora, y la corrigiera cuando no estuviera haciendo algo según su criterio, pero a pesar de eso, jamás trato a Nagi con nada menos que el respeto que se le da a un compañero, a un igual, y algo en eso lograba que la niebla esperara con ansias por su clase de ciencias.

Pero como Nagi aprendió lo bueno no dura, y el acoso se volvió más duro que antes. Parte de sus compañeros la maltrataban por querer sacarle información de la castaña, Ya que a sus ojos la única razón por lo que Tsu la elegiría sería porque tenía algo sucio de ella. Otros lo harían para que dejará de ser su compañera y alguien más pudiera tomar su lugar, y otros tan solo lo harían por el placer de poder someter a alguien más débil que ellos.

— Tu... — Murmuró Tsu al verla sentarse a su lado y debido a que el último altercado fue reciente por su mirada estaba segura que olvidó cubrir sus golpes con ilusiones.

— L-Lo siento... Estaba practicando una ilusión... Ahora la quito. — Susurró de forma nerviosa volviendo a parecer como si nada hubiese pasado.

Por su parte la japonésa no pareció creerle mucho pero no hizo más comentarios al respecto lo que agradeció internamente. La clase siguiente Tsu no se presentó y tampoco las que vinieron después de esa, según el profesor presentó una solicitud para adelantar un curso que le fue concedida y así fue como su corta... ¿Relación? Como la castaña llegó a su fin.

— ¿Hey quieres ir molestar a Nagi? Eso siempre te sube el ánimo. — Escucho a una de sus compañeras murmurar mientras ella se escondía.

— ¿Estás loca? Si Tsu se entera perderé todas mis oportunidades de que sea mi elemento si me atrapa. ¿No recuerdas lo que dijo? — Carraspeo un poco para imitar mejor la voz de la chica. — " Si necesitas acosar a otro para sentirte mejor contigo mismo, es una prueba de que eres débil y conformista, y detesto a ese tipo de personas"

— No esperaba que fuera tan moralista, pero supongo que eso la hace más confiable. — comento la otra con su voz haciéndose más débil a medida que iban por el pasillo alejándose de la niebla.

Bueno, eso explicaba porque el acoso en su contra se detuvo hasta cierto punto... Pero a Tsu ... ¿No le gustaban las personas débiles y conformistas? No, las detestaba... ¿Eso significaba que la odiaba? Eso explicaría porque se cambió de clase sin decirle nada luego de verla tan golpeada y no decir nada al respecto...

A principio de año, Nagi Probablemente no habría hecho nada al respecto, pero a principio de año Nagi no sabía que era ser tratado con respeto y amabilidad por otra persona que no fueran sus hermanos, no ser vista con prejuicios, malicia o pena, o lo bien que se sentía ser felicitada cuando hacía algo bien, por lo que con determinación Nagi decidió que cambiaría, dejaría primero de ser conformista, y luego de ser débil, para convertirse en alguien que pudiera pararse al lado de Tsu-sama sin miedo.

Lástima que el tiempo no perdona a nadie y antes de que pudiera lograr su meta, la persona a la que admiraba fue quitada del panorama.

— ¡Boss espere! — Gritó mientras corría detrás de ella al verla salir de la escuela. — ¡Se que usted es inocente! ¡Boss Jamás haría algo como eso! ¡Yo lo sé! — Dijo con determinación en su mirada sorprendiendo a la castaña que se detuvo para escucharla.

— Gracias Nagi-chan, eso significa más para mí de lo que puedes imaginar. — Contestó con la primera sonrisa sincera que vio en su rostro desde que le conoció tan deslumbrante y calida como el sol mañero.

— ¡Debemos volver y aclarar las cos—

— Está bien, yo... Estoy cansada... Y no deseo volver a un lugar donde soy persona no grata. — Le interrumpió. — Además decidí que encontraría mi propio lugar lejos ¡Y sería cien veces más feliz que esos idiotas! — Declaró con confianza en sus palabras y Nagi no dudó de sus palabras ni por un segundo.

— ¡En ese caso iré con usted! N-No ahora... Aún no soy lo suficientemente fuerte..  pero ¡Lo seré! ¡Y me convertire en alguien que pueda ayudar a Boss! — Hablo con convicción en sus palabras sorprendiendo nuevamente a Ange logrando que se cohibiera nuevamente. — S-Si está bien para usted...

— Si para cuándo encuentre mi propio lugar todavía quieres estar a mi lado, supongo que me vendría bien la ayuda de una confiable niebla. — levantó su mano y acarició su cabello con suavidad mientras el auto que la devolvería a su casa se estacionaba a su lado. — Estaré esperando por ver qué tan fuerte te vuelves Nagi-chan.

— ¡Si! — asintió conteniendo las lágrimas que querían salir de sus ojos viendo a la japonésa partir.

Años después cuando a su correo llegó una postal con la foto de un café italiano y un saludo en una letra que conocía Nagi no tuvo que pensarlo dos veces y partió al encuentro de su Boss.

— Hoy Boss parece algo cansada, debería ir a dormir. — sugirió la cajera sintiendo a su jefa recargarse en ella.

— Renato fue a mi casa ayer por café... Y el desgraciado no se fue hasta la mañana, aunque si trajo buen vino... — Murmuró enterrando su rostro en el hombro de la niebla quien disfruto el tacto.

— Aún no hay muchos clientes yo puedo hacerme cargo de la tienda por un rato, vaya a dormir al sillón en la sala de personal un rato. — Recomendó acariciando su suave cabello castaño.

— por eso te quiero Nagi, se que puedo confiar en ti. — Se alejó agradeciendo una última vez sin notar como el pecho de la niebla se inflaba de orgullo por sus palabras.

Ahora ¿Debería deshacerse de Reborn-san? No era la primera vez que afectaba el sueño de Boss... Pero la dueña del café si parecía más alegre desde que establecieron su cuasi amistad... Bueno, supongo que le daría una advertencia y un mes de prueba, después de todo como mano derecha de Boss su deber principal era cuidar de su bienestar, y si eso significa tener que cargarse a un asesino o dos, bueno, suerte para ella que las nieblas eran conocidas por su locura y sadismo, y Nagi aprendió hace mucho a dejar su naturaleza salir de vez en cuando.

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