Capítulo nueve.

Tras haberme vestido y haber cogido el panfleto del edificio (iba a leerlo ayer pero al final no, aunque no lo olvidé en ningún momento) para poder ojearlo mejor en el apartamento de Wow, salgo de mi habitación. Lucas tiene la puerta de su habitación cerrada y el baño está vacío, así que me meto en él para lavarme la cara al fin y peinarme.

Sé que soñó con Matias... Otra vez. Para ser alguien de quien no puedo recordar ni su rostro, mucho me está persiguiendo. El problema es que no recuerdo de qué iba el sueño, a excepción del momento en el que me dice que me alimento poco o nada. La comida que nos ponen aquí está buena, ¿por qué iba a dejar de comer por un sueño? Ridículo. Aun así, mientras mojo todo mi rostro con agua fría, me pregunto si la próxima vez que duerma, volveré a soñar con él. Si recordase, podría asegurar por mí mismo si estoy reviviendo momentos reales a través de los sueños, pero como no, no me queda más que resignarme.

Me seco la cara con una de las dos toallas que hay exclusivamente para eso y salgo de mi apartamento, recordando una vez que estoy fuera de que no me he peinado. Veo a dos adultos dirigiéndose hacia el ascensor con cara de sueño, y aunque me replanteo si decir un "buenos días", acabo por no hacerlo solo porque ellos tampoco dan el paso. Dentro del ascensor, marcan cada uno la planta a la que quieren ir, y cuando marco el botón catorce, uno pone una mano en mi hombro.

-Habitas en la planta diecisiete, ¿no?

-Sí -respondo.

-¿Cómo es que tienes permiso para ir a esa planta?

-Trabajo.

Las puertas abriéndoseme salvan de que vuelva a preguntarme. Salgo, aunque hasta que no me muevo, juraría que ha clavado sus ojos en mí.

La puerta 1B del piso catorce (o 141B) está al final del pasillo, pero tampoco tengo que andar mucho para llegar. Al plantarme frente a su puerta, esta se abre del tirón antes de que yo pueda llamar o poner mi índice en algún lado. Wow me lanza una mirada adormilada y me hace un gesto con la mano para que entre tras él. Lo hago, y tras eso, cierra la puerta de un portazo.

-Voy a seguir durmiendo.

Y se encierra en su habitación, dejándome solo con cara de circunstancia. ¿Para eso he venido? ¿Para quedarme en su sofá, idéntico al mío, mientras él duerme? Parece ser que si. Se me escapa un gruñido y rápido vistazo echo al lugar. Su apartamento es exactamente igual al mío a excepción de que tiene dos puertas, en vez de tres. Supongo, por lo tanto, que Wow no tiene ningún familiar y que está solo. A él tampoco parece importarle por cómo actúa.

No sé cuántos puntos debe de tener, pero tienen que ser muy pocos. Si como castigo va a pagarme dos comidas tres días a la semana, mucho debe trabajar o muy buenas notas en trabajos debe sacar para no quedar en quiebra. En verdad me da algo de pena. No soy psicólogo, pero estoy seguro de que Wow debe tener algún trastorno mental. Nadie decente actuaría como él.

Me siento en el sofá y saco el panfleto del edificio del bolsillo. Si fuera un objeto animado, estaría seguro de que me gritaría: "¡Al fin te dignas a echarme un vistazo!" y yo le respondía que no había momento adecuado para ello hasta ahora. En la esquina derecha de la cara delantera pone una "A", y en la trasera pone una "B". Me fijo, primero, en la parte "A".

PLANTA 1 Y 2: Fábricas.

PLANTA 3: Cuidado de animales.

PLANTA 4: Aulas de aprendizaje/Laboratorio/Zonas de creación de contenido.

PLANTA 5 : Hospital/Juzgado/Oficinas de trabajo.

PLANTA 6: Tiendas de muebles de hogar/farmacia/ferretería.

PLANTA 7: Biblioteca y jardín falso.

PLANTA 8: Lavandería.

PLANTAS 9-14: Viviendas de la 1 a la 9 en las que habita solo una persona.

PLANTAS 15-18: Viviendas de la 1 a la 9 en las que habitan dos personas.

PLANTAS 19-22 Viviendas de la 1 a la 9 en las que habitan tres personas.

PLANTAS 23-24: Viviendas de la 1 a la 9 en las que habitan cuatro personas.

PLANTAS 25-27: Viviendas de la 1 a la 6 en las que habitan cinco personas.

PLANTAS 28 Y 29: Viviendas de la 1 a la 4 en las que habitan entre seis y nueve personas.

Quizá me parece bastante extraño, pero, es que no sé cómo puede haber un jardín falso en un edificio. Al segundo, recuerdo que el ascensor tiene un único botón con huella dactilar que sabe si quiere ir a la zona A o B sin necesidad de que tenga que aclararlo... Sigo sin entender la lógica del ascensor. Es como si leyese la mente, porque vale... En las plantas de las viviendas solo puedes ir a la tuya, pero, ¿para las plantas de ocio? El comedor está en la planta B y, yo qué sé. Quizá me apetece ir a la sección A de esa planta y el ascensor lo sabe igual. Es extraño.

Veo unas letras arriba en el panfleto, pero al girarlo, me doy cuenta de que pone exactamente lo mismo, así que antes de leerla, reviso qué cosas hay en la sección B.

PLANTA 1 Y 2: Fábricas.

PLANTA 3: Cuidado de animales.

PLANTA 4: Aulas de aprendizaje/Laboratorio/Zonas de creación de contenido.

PLANTA 5 : Hospital/Juzgado/Oficinas de trabajo.

PLANTA 6: Tiendas de ropa, informática y de limpieza del hogar e higiene personal/comedor.

PLANTA 7: Piscina y gimnasio.

PLANTA 8: Tintorería y zona de secado de ropa.

PLANTAS 9-14: Viviendas de la 1 a la 9 en las que habita solo una persona.

PLANTAS 15-18: Viviendas de la 1 a la 9 en las que habitan dos personas.

PLANTAS 19-22 Viviendas de la 1 a la 9 en las que habitan tres personas.

PLANTAS 23-24: Viviendas de la 1 a la 9 en las que habitan cuatro personas.

PLANTAS 25-27: Viviendas de la 1 a la 6 en las que habitan cinco personas.

PLANTAS 28 Y 29: Viviendas de la 1 a la 4 en las que habitan entre seis y nueve personas.

Paso a leer las frases que vienen en ambos lados del panfleto:

1. En el ascensor hay veintinueve plantas. La planta cero da única y exclusivamente a la puerta de salida.

2. Desde la primera planta hasta la octava no hay división en la sección A y B. Está todo en la misma zona aunque el panfleto no hayamos repetido información en los pisos seis, siete y ocho.

3. Hay más viviendas que personas que habitan el lugar con el fin de que, en un futuro, la comunidad aumente y las futuras familias puedan disponer de un nuevo hogar.

4. Cuanta más alta sea la planta, más grandes son las casas. Se repartieron por azar.

5. Solo se accede a los sitios gracias a la huella dactilar del dedo índice.

6. Se dirán más cosas según acontecimientos futuros.

Está claro que hay algo mal en esas siete frases. Concretamente, la primera es mentira. O puede ser verdad con un poco de mentira. En la planta cero están los despachos de los Trece Grandes. Yo los vi. No por dentro, porque ni Tissia ni Suhaila me enseñaron los suyos, pero es así. ¡Si incluso tienen una sala de reuniones! Comprendo que no quieran decir que tienen despachos, pues ahí probablemente guarden todos nuestros datos, pero... A la vez, ¿para qué recalcar que solo está la puerta de salida? ¿Gente como mi hermano se lo habrá creído?

En cuanto a mi duda respecto al botón del ascensor... Leer eso me ha hecho comprender mejor que el ascensor no lee mentes ni nada similar. ¡Cómo iba a hacerlo! Es de locos. Eso me pasa por no ver nada más allá que el comedor, el aula, y las zonas del pasillo por las que tengo que pasar sí o sí; he pensado algo improbable y demasiado fantasioso por mi parte.

Doblo el panfleto y me lo guardo en el mismo lugar donde se hallaba antes. Me acuesto en el sofá tras quitarme los zapatos y estiro mi brazo para coger el mando negro de la televisión de la mesita. Tras hacerlo, la enciendo y voy haciendo zapping hasta que encuentro una serie de un hombre que narra una parte de su vida a sus hijos para contarle cómo conoció a su madre.

...

La serie me ha entretenido tanto, que sin darme cuenta, es la hora de comer según mi reloj y mi propio estómago. El timbre suena, obligándome a parar el capítulo por la mitad, y me levanto a la par que Wow sale de su habitación. No me mira, pero hace una señal con la mano para que sea yo quien abra, ya que me encuentro agarrando el pomo.

Al hacerlo, Rebeka me tiende una bandeja más grande que la que me dio ayer, sonriente. Escucho unas palabras en italiano por Wow que, por su tono de voz, probablemente sea un insulto.

-Esta es la comida. La del plato pequeño es para Wow, y la del plato grande para ti -explica mientras yo cojo la bandeja.

-Y ahora... Es cuándo te damos las gracias por ser, déjame que piense... ¿Una perrita faldera de los Trece Grandes? -dice Wow, sarcástico.

-No. Ahora es cuando me dais las gracias por perder tiempo de mi preciada vida para daros vuestra comida -responde ella, cortante.

-¿Qué has dicho?

-Me has oído perfectamente -sigue sonriendo, pero noto que se le tuerce mínimamente.

-Ah, Iván, ¿tú oyes lo que dice? No hablo estúpido.

-A mí no me metáis en vuestra discusión -digo al instante.

-Iván, menos mal que tú sí eres decente. Te veré a la noche, cuando traiga la comida.

-Uhm, claro.

Me da igual que vayamos a vernos más tarde o no, pero decirlo queda feo. No quiero que acabe cabreada conmigo, pues ya da la sensación de que Wow y ella en cualquier momento empiezan una batalla bestial de palabras. Se despide con la mano y se va. Wow cierra su puerta y yo dejo la bandeja en la mesita, volviendo a sentarme en el sofá poco después. Wow se sienta a mi lado.

-Así que, te has ligado a la sorda -fija su vista en su plato y pone una mueca de desagrado.

-¿Sorda? Si oye estupendamente -comparo ambos platos. El mío tiene una pinta apetitosa, y el de él, en cambio, parece comida que han preparado en el último momento y mal-. Te lo cambio.

No voy a comer del plato que contiene menos comida solo porque... Un mejor amigo me lo haya pedido en sueños, sino porque no tengo mucha hambre y, a fin de cuentas, son puntos de Wow. Para él debe ser duro mantenerse por sí mismo.

-Ella no usa reloj, sino un aparato que también le da audición -se encoge de hombros, indiferente, y gira la bandeja para que a mí me quede el plato que tiene mala pinta-. Es dependiente. Le quitas esa mierda y se le puede joder de cualquier forma, así que no sé quién se cree para ir de superiora.

No respondo ya que lo veo necesario. Sí, se nota, definitivamente, el asco que le tiene a Rebeka. No es una gran persona, y es cierto que va de superiora, pero de momento me es demasiado indiferente. Me pregunto si Wow y ella habrán peleado mucho... Aunque, seguro que Dresa ha peleado con ella más. Wow es impredecible y algo trastornado, pero Dresa es una borde que salta a la mínima.

Como nos tiramos un rato sin hablar, opto por coger el mando y reanudar el capítulo que dejé a medias. Wow no pone pega, sino que se pone a verlo mientras se alimenta de la comida que era mía y que parece ser de su gusto. La de él tampoco está mal a pesar de las pintas. Es un puré de algo que no logro asociar, pero su sabor es agradable. Me alegra que hayamos intercambiado comida.

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