CAP 9: Valentía

~Valiente no es aquel que no tiene miedos. Es aquel que no se deja intimidar por ellos, combate contra ellos y sigue adelante~

        POV HIPO

    Me fui a la zona común que teníamos, que no era más que un par de troncos paralelos que habíamos colocado con la ayuda de los dragones y entre medias estaba la hoguera que aún tenía los troncos quemados de la cena de anoche con Astrid. (Sí, teníamos mucha tecnología e inventos, pero hay cosas que hay que hacerlas a la vieja usanza). Como me esperaba, ahí ya se encontraba Heather utilizando el ordenador, y me acerqué a ella para empezar a hablar:

-¿Qué haces? - pregunté, aunque suponía la respuesta, era más que nada para romper el hielo.

-Mirando las noticias, a ver si Drago ha dado algún paso más - me respondió mientras giraba un poco la pantalla de sus piernas para mostrarme la página que miraba.

-¿Y bien? ¿Algo nuevo? - añadí ya que ella no continuaba.

-No, nada por ahora, aunque con él nunca se sabe, puede que los periodistas no se hayan enterado, ya sabes que no sería la primera vez - era cierto, varios de nuestros enfrentamientos contra él eran desconocidos para el resto del mundo, y eso que no éramos precisamente silenciosos, ya sabes, un dragón suele acabar soltando alguna que otra chispa.

-Me alegro, pero como bien dices hay que seguir atentos.

-Bueno, pero como sé perfectamente que no estás aquí por eso en concreto, voy a aprovechar. ¿Qué tal con la teniente?? ¿Tus métodos funcionan? - preguntó con un tono de doble sentido al que añadió una sonrisa pícara y alzó las cejas un par de veces convirtiéndolo en todo menos disimulado.

-No lo sé, dímelo tú, ¿funcionan guapa? - contesté haciendo un absurdo intento de sonar “sexy” y alzando las cejas repetidamente para continuar la broma. Dos segundos de silencio fueron la pausa para empezar a reír descontroladamente durante lo que debió ser al menos un minuto.

-Por tu bien, espero que nunca intentes algo parecido frente a otras chicas, a no ser que quieras que salgan corriendo claro - me dijo, a lo que fingí asombro.

-Pues claro que no, solo ligo contigo, seguro que lo dices porque temes que me vaya con otra y te abandone.

-Visto lo visto no te va a ser posible encontrar a otra que haga que me dejes un poco en paz - contestó - por desgracia - añadió después en un susurro.

-¡Eh!, que te he oído. En fin, a lo que iba, ya me conoces, mis habilidades para la conversación y agradar a la gente no son mi fuerte. La cogí con Desdentao pero resulta que tiene un pequeño problema con una parte de mi metodología - no quise contarlo ya que dudaba que a la Teniente le agradase que lo fuese gritando a los cuatro vientos - pero he conseguido remediarlo un poco, me pidió un par de cosas para confiar más en mí y se las he dado, pretendo seguir hablando con ella en un rato para ya empezar a prepararlos lo antes posible - realmente esperaba que así fuese. Si lo que habíamos oído era cierto, Dagur debía estar a punto de dar un paso importante.

-Bueno, al menos no te odia y se ha vuelto para la Colonia. De hecho, me ha parecido que ya os lleváis bastante bien - me dijo añadiendo de nuevo esa sonrisa maliciosa.

-¿A qué te refieres? - pregunté empezando a temer porque hubiese visto cómo estábamos esta mañana.

-Bueno, pues que al levantarme, he revisado que todo estuviese más o menos en orden y al pasar por tu tienda solo he visto a Desdentao en la entrada y como no te vas a ninguna parte sin él, ni siquiera a trabajar en tus cosas, pues ya sabes, he deducido dónde has dormido y dónde ha dormido ella... - respiré aliviado, al menos no había entrado.

-Ahh, si, bueno, me insistió en que durmiese yo en mi cama y después de mucho, accedí. Pero ella no iba a dormir sola afuera con un montón de dragones que podrían tener algún percance con ella - bueno, era cierto que yo había dormido en mi cama, aunque no solo. Pero eso Heather no necesitaba saberlo, se pondría muy pesada de ser así.

-¿Tú cediendo en algo?¿Quién eres y qué has hecho con el verdadero domador de dragones? - preguntó con sarcasmo.

-Ja. Ja. Ja. A veces me impresiona tu sentido del humor Heather - la respondí devolviendo el tono sarcástico.

-Bueno, ¿y qué ha sido eso que has tenido que contarla para… - su pregunta fui interrumpida por Astrid que acababa de aparecer por el mismo lugar por el que había llegado yo.

-Hola Hipo, no te he… ¡Ah! perdonad, no quería interrumpir - cambió la frase cuando reparó en la presencia de Heather y en la obvia conversación que estábamos teniendo.

-No te preocupes, ya estábamos acabando solo tengo que decirle una cosilla más - respondió Heather a la vez que me agarraba del brazo y me apartaba un poco de ahí - ¿Sabe tu nombre?? - susurró/gritó con los ojos como platos.

-Ya te lo he dicho, me dijo que tenía un par de preguntas para poder confiar un poco en mí, y después de secuestrarla me parecía justo contarla quién era. Tarde o temprano todos se enterarán y si quiero que confíe en nosotros, yo también debo confiar en que ella no dirá nada que no deba - dije seguro de mis palabras - ocúpate de que los gemelos cuiden a los dragones, y tú vigila a los gemelos. Después de comer vamos a volver a la Colonia, tenemos que empezar el entrenamiento - di por finalizada la conversación y giré de vuelta a ver que quería Hofferson.

        POV ASTRID
    Parecía bastante tarde cuando me desperté, el día fue muy largo, y la noche no fue precisamente de mucha ayuda, esperaba no tener que hablar de lo que pasó anoche, siempre enfrentaba todo lo que hiciese falta, pero ese tipo de cosas más personales me resultaban mucho más difíciles. No había nadie en la tienda de campaña, así que salí a buscar a Haddock, pero al no verle en la entrada me dirigí hacia donde había cenado anoche y donde se oían unas voces. En efecto, ahí se encontraban el castaño y la pelinegra que estaba con él ayer. Vi que estaban hablando, pero no quería escuchar una conversación ajena, por lo que fingí que no sabía que estaban hablando y los interrumpí para que se percatasen de mi presencia.
    La pelinegra se llevó a Hipo un minuto y luego éste volvió solo.

-Lamento haber interrumpido, si quieres me puedo marchar ya y os dejo a lo vuestro - dije ya que en realidad no sabía por qué seguía ahí.

-No tranquila, ya estábamos terminando, de verdad. Además quería seguir hablando contigo. Lo primero de todo, quiero pedirte perdón de nuevo por lo que hice ayer, no lo pensé detenidamente y bueno, pasó lo que ya sabemos - buscó las palabras pensando que me afectaría de alguna forma que dijese lo que pasó. Pasó y punto, no me sirve negarlo, pensé - El caso es que nuestra idea es entrenar a algunas personas lo suficientemente hábiles y en las que podamos confiar para que aprendan a montar dragones, y como ya dije ayer voy a confiar en tí y cuando vi tu rango tuve claro que quería que formaras parte de ese grupo, y a ser posible de líder (sin contarnos a nosotros claro) porque sé y me lo has confirmado que para llegar dónde estás, no hay duda de que tienes capacidad suficiente como para aprender a montar un dragón. Por tanto, cómo soy bastante persistente con mis ideas vamos a arreglar ese problema con las alturas, ¿Qué te parece? - añadió una sonrisa confiada a la pregunta final que era algo que me faltaba a mi en ese mismo momento, confianza.

-¿Y cómo pretendes hacer eso? Porque créeme, he intentado arreglarlo durante mucho tiempo y no he podido - le dije con frustración al recordar que era incapaz de vencer ese miedo, cada vez que subía un edificio alto y miraba por la ventana no tenía buenas sensaciones, por lo que no había planteado siquiera subirme de nuevo a un avión para saltar en paracaídas y demostrarme a mí misma que podía con ello.

-Bastante sencillo. Me atrevo a decir que esos intentos han sido en solitario, ¿verdad? No le has pedido ayuda a nadie, de hecho dudo que lo sepa alguien, y si no es así, dímelo y rectifico mis palabras - alzó una ceja con la misma confianza de antes, no entendía cómo era capaz de leerme tan fácilmente.

-No, no te equivocas, no lo sabe nadie - bajé un poco la cabeza apenada no solo por aceptar que no era capaz de superarlo ni de pedir ayuda, era también porque no se ha equivocado en nada de lo ha dicho sobre mí hasta ahora - muchos no me tomarían en serio si lo supiesen.

-Pues estás de suerte, porque yo no te voy a juzgar por tus miedos y solo con ver tu rango soy consciente de que tienes lo suficiente para que te tome en serio. Además, tengo un amigo que nos puede ayudar con eso de la altura ya que quiero que seas la líder de la Colonia en la sección de jinetes de dragones y querrás que tu secreto siga siendo un secreto. Empezamos ahora mismo con los entrenamientos, vamos - me dijo mientras con el dedo me invitaba a acercarme a él - Para que vayas más tranquila en esta primera prueba vas a ir delante, así te puedo sujetar para que te sientas más segura. Desdentao tranquilo, ¿ok? - me empecé a reír cuando me di cuenta que se lo decía a su dragón para que lo montase yo, que por cierto, de nuevo estaba despistada y no me había enterado cuando había llegado el dragón hasta nosotros. No sé qué me pasaba, nunca prestaba tan poca atención a mi alrededor como me estaba pasando casi siempre que hablaba con Hipo.

-¿Desdentao, en serio?? - vi que rodaba los ojos y yo seguía riéndome.

-Si si, ya sé que a nadie le parece un gran nombre pero sinceramente, me da lo mismo como suene su nombre mientras sea igual de letal que siempre. Además, a él y a mi nos gusta el nombre, ¿verdad amigo? - el dragón en respuesta abrió varias veces la boca como si se estuviese burlando de él diciendo “bla bla bla”, lo que prolongó un poco más mi risa - a lo que íbamos, te ayudo a subir - subió primero él y extendió su mano hacia mí, pero yo la aparté de un manotazo y me subí sola, ya había parecido bastante inútil por un día, y estaba segura de que con este “entrenamiento” lo iba a parecer aún más.

-De acuerdo, allá vamos. Desdentao, despacio amigo - el dragón extendió con lentitud sus alas y empezó un vuelo casi rozando el suelo mientras yo me agarraba con fuerza a una parte de la silla de montar que tenía puesta.

-Recuerda que no te vas a caer, ¿vale?. Desdentao y yo te vamos a mantener aquí en todo momento - dijo Hipo a mis espaldas y colocando una de sus manos en mi cintura para recordarme que estaba atento a mí pero queriendo mantener la distancia de alguna forma - sal ya de los árboles amigo - dijo y el dragón obedeció subiendo para dejar debajo nuestra los pinos cuyos troncos estábamos esquivando hasta ahora. Poco a poco continuó el ascenso hasta una distancia más que considerable del suelo. Instintivamente aumenté la presión en mis manos y cerré los ojos - Eso no vale - me dijo Hipo al ver mi acción - si no lo ves ni lo vives al 100% no vas a solucionarlo. Por favor, confía en mí, en que no te vas a caer y aprecia lo que te estás perdiendo.

-Confío en tí, pero no puedo abrirlos, por favor déjalo, buscaré a alguien en quien confíe para que te sirva en el puesto que quieres para mí, ya te dije que lo he intentado por mucho tiempo y no he mejorado nada.

-Y yo te he dicho que soy persistente, de hecho mis amigos me llaman más bien cabezota, así que no voy a cambiar - hizo una pequeña pausa - te quiero a ti, y no voy a cambiar de opinión. Dudo que haya alguien parecido a usted, Teniente - me susurró al lado de mi oído - Mira, casualmente tengo aquí una cuerda- volvió al tono normal.

-¿Casualmente? - le interrumpí dudando de que tuviese ahí una cuerda como si nada.

-Sí, casualmente, es mejor pecar de precavido, y aunque no lo parezca, es cierto, no me gusta llevarme sorpresas - solté una pequeña risa como respuesta y rodé los ojos, aunque dudo que me viese - Y lo que vamos a hacer es rodearte con ella y ahora me la voy a enganchar a mi traje - decía mientras notaba cómo sus manos parecían hacer eso mismo que me explicaba hasta que escuché un “clic” - Hecho. Si te cayeras ahora, cosa que no va a pasar, yo voy contigo y como hace tiempo tuve algún percance parecido, decidí añadir a mi traje unas modificaciones para poder llegar a tierra sano y salvo. Pase lo que pase no tienes nada de qué preocuparte, abre los ojos por favor.

    Tras muchos segundos de indecisión me armé de valor para hacerlo, recordándome a mí misma quién era Astrid Hofferson y aún con algo de dificultad los abrí. Las vistas eran asombrosas. No me había dado cuenta de que habíamos seguido subiendo y podíamos incluso rozar algunas nubes sobre nuestras cabezas. Empecé a relajar el agarre en la silla y noté como Hipo reacomodaba un poco sus manos en mis caderas con sutileza - bien hecho - me dijo.

-Esto es impresionante. Él es impresionante - dije acariciando a Desdentao cuando llevábamos un rato ahí arriba.

-Ya estamos llegando al campamento - Dijo otro rato después - ¿Confías lo suficiente en mí?¿Quieres olvidarte para siempre de este miedo? - me preguntó.

-¿Qué tienes en mente?

-Suelta el agarre de tus manos - me giré para mirarle alzando una ceja - ¿Qué? Ya pensaba que Astrid Hofferson se atrevería a algo emocionante y valiente - justo en el clavo. Solté mis manos y las levanté para que las viese bien - Eso pensaba. Simplemente respira y recuerda que estoy contigo en todo momento.

-¿Pero qué vas a… - dejé la pregunta a medias cuando me agarró más fuerte de la cintura y se inclinó hacia un lado haciendo que nos cayéramos del dragón. Fue sorpresivo, pero lo fue aún más el ver que solo sentía adrenalina en mi cuerpo. El principio fue una caída en picado, pero cuando noté que planeábamos, me giré como pude y observé unas telas extendidas entre la armadura de Hipo que lo hacían ver como una ardilla voladora. A partir de ese momento disfruté aún más si es que era posible porque sabía que con él estaba a salvo. La sorpresa continuó cuando aterrizamos justo en el campamento (porque al parecer Hipo tenía todo calculado), y con los compañeros de Hipo de testigos.

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¡Feliz año nuevo!
Bueno, se que traigo lo un poco tarde pero quería dejaros como regalo de los Reyes un capítulo algo más largo, espero que lo hayáis disfrutado tanto como las fiestas.

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