CAP 26: ¿De viaje?
Antes de nada, dedicar este capítulo a @LettersForMoon que es una "nueva" seguidora de la historia y ha encontrado varias referencias no vistas por nadie. Espero que te guste el capítulo.
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POV ASTRID
La ropa de Heather me quedaba inesperadamente bien. Era cierto que ambas mediamos aproximadamente lo mismo y las dos estábamos en forma, pero aún así es complicado que tuviésemos la misma talla de ropa. Cuando llegó Hipo me resultó extraño verlo vestido con algo distinto a su armadura, pero debo decir que no se veía mal. Lo que más había llamado mi atención fueron los dos cascos; teniendo en cuenta que montaban en dragón y yo ahora también había aprendido, no esperaba que fuese a necesitar montar en una moto, es decir, ¿quién la utilizaría teniendo un dragón, teniendo un furia nocturna? Sin embargo, entendí que para pasar desapercibidos cuando nos acercásemos al camión, un furia nocturna o en su defecto cualquier otro dragón, no serían de gran ayuda.
Debo reconocer que ir tumbada encima de un dragón no resultó lo más sencillo del mundo, así que durante el trayecto exigió el 100% de mi concentración, aún más después de que el casco estuvo a punto de escaparse y por ende perderlo, por lo que no supe dónde estábamos exactamente cuando los gemelos detuvieron un momento a su dragón e Hipo me ordenó que bajase. Con agilidad aterrizamos en el tejado y me asomé al borde para observar la calle. Justo después Hipo llamó mi atención.
-El portal del edificio da a esta misma calle, como ves es bastante estrecha - estaba en lo cierto, era una calle de un sólo sentido, la acera, a ambos lados, dejaba muy poco espacio para que andasen peatones, en el lado en el que se encontraba nuestro edificio había una serie de coches aparcados en paralelo a la calle. Para darnos una mayor demostración de la anchura de la calle, había aparcada una furgoneta más ancha que un coche de tamaño medio que a duras penas dejaba que pasaran los coches por el carril contiguo. No dudaba de que no había el espacio suficiente para que pasase un camión junto a los coches aparcados - cuando bajemos vamos a subir en la moto - me dijo moviendo en su mano derecha una pequeña varilla, no lo entendí bien, y supo leer la duda de mi rostro porque lo explicó mejor en esta ocasión: - aquí está la moto, es plegable - como única respuesta asentí para que continuase hablando - ¿Sabes forzar una cerradura? - me preguntó.
-Más o menos, ¿por qué?
-¿Cómo esperas que entremos luego en el edificio para vigilar?
-No lo sé, tú eres el del plan, pensaba que tendrías todo controlado. De todas formas, ¿no crees que podríamos llamar la atención si empezamos a forzar una cerradura ahí en medio por muy disimuladamente que lo hagamos? Si bien se está haciendo tarde, aún hay bastante luz, nos verían casi con toda seguridad. ¿Y si llamamos a algún piso para que nos abran? Es posible que funcione - sugerí encogiéndome de hombros para que viese que tampoco estaba segura de esa opción, era una idea lanzada al aire de forma espontánea.
-Puede funcionar, hagamos eso. Bien, entonces bajaremos a la vez de la moto, pensaba que bajases antes para que fueses forzando la puerta, pero habiendo rechazado eso... Una vez allí pararé en algún callejón cercano para guardar la moto sin que nos vean, una moto "retráctil" llamaría la atención. Intenta analizar lo mejor que puedas la calle según vayamos avanzando, vamos a necesitar saber todo bien se vea por las cámaras o lo veamos nosotros mismos, por si luego es necesario, - asentí con confianza y dio la conversación por terminada. Nos encaminamos a la puerta de salida de la azotea, y tras bajar las escaleras de una serie de plantas que no me molesté en contar, llegamos al portal del edificio - Ponte el casco - comentó justo antes de hacer lo mismo y encaminarse hacia la puerta. Al salir del mismo, observó hacia ambos lados (supongo que para saber si nos observaba alguien) y desplegó la moto entre dos coches aparcados. Se subió rápidamente con destreza y yo, con más cuidado al no estar acostumbrada me subí detrás suyo - Agárrate, no te confíes - asentí, aunque no estaba segura de que me hubiese visto. No era relevante, de cualquier forma supo que le escuché cuando rodeé su cintura con ambos brazos. La situación era extremadamente similar a las primeras veces que monté con él en Desdentao, la única diferencia es que aquí no acabaríamos a decenas de metros sobre el suelo y que no íbamos en un reptil escupe-fuego (detalle relevante donde los haya).
Aproximadamente cinco minutos después, redujo un poco la velocidad, me hizo una seña con su mano izquierda y giró adentrándose en una pequeña, Todo ello junto con el hecho de que la calle cumplía la descripción hecha hace un rato, me permitió entender su aviso y prestarle más atención a toda la calle, iba girando mi cabeza hacia ambos lados repetidamente, observando los portales, los vehículos. En resumidas cuentas, todo lo que podía y que pudiese ser mínimamente relevante. Pasamos junto a un camión que enseguida reconocí como el vehículo sospechoso, no parecía tener nada particular, estaba en unas condiciones un tanto cuestionables, aunque quizás así podría pasar más desapercibido entre otros camiones en la ciudad. Estar a la vanguardia de la tecnología de vehículos no estaba en la lista de tareas de David. Un momento después de pasar junto al camión, Hipo tomó una curva hacia la derecha y se adentró en un estrecho y corto callejón que terminaba en lo que parecía un portón de un garaje. Detuvo la moto y me indicó que bajase. Una vez hecho, él copió mi movimiento y en cuestión de segundos la moto aguardaba en forma de un fino cilindro colgando de su cinturón. Se encaminó a la salida del callejón sin quitarse el casco, yo imité su acción pero le detuve antes de que saliese por completo y levanté la visera de mi casco para hablar.
-Antes de salir allí, ¿tienes alguna idea de qué decir para que nos abran la puerta?
-Descuida, se me ha ocurrido algo en lo que veníamos para acá - levanté una ceja a la espera de que me contase su idea para valorarla - ¿no confías en mí? - preguntó haciéndose el ofendido.
-¿Debería? - repliqué. Rió relajado como si nada y antes de bajar la visera y reanudar el paso me respondió.
-Obvio. - escueto, con seguridad, yo rodé los ojos y continué andando justo detrás suyo. Al llegar a la puerta del edificio desde el que íbamos a vigilar, metió la mano en el bolsillo, sacó algo y lo acercó a una tubería que ascendía por la fachada del edificio, nada más acercarlo a la tubería, se unió a esta y se quedó pegado. Era una cámara, aunque no fuese una convencional,de hecho no lo hubiese sabido de no ser porque el movimiento se mencionó antes de abandonar el cuartel. Llamó al telefonillo de un piso cualquiera y unos cuantos segundos después respondió la voz de un hombre, por la voz rasposa parecía ser un hombre bastante mayor que preguntó que quería quien fuera que le hubiese llamado. Con la visera en alto para que se le entendiese, Hipo respondió mostrando seguridad en su voz: - nos han avisado de unas interferencias en ciertos canales de televisión, ¿sería tan amable de abrirnos para que podamos subir al tejado a solucionarlo? - por el silencio que hubo el hombre lo pensó durante un momento mientras yo rezaba porque funcionase la argucia y finalmente accedió e instantáneamente oímos el sonido que se producía al desbloquear la puerta - muchas gracias caballero, y disculpe las molestias - añadió Hipo con un tono realmente formal.
-No hay problema - respondió el hombre y escuchamos cómo colgaba el telefonillo.
Hipo abrió la puerta e hizo un ademán con la cabeza para que pasase yo primero. Así lo hice. Una vez cerrada la puerta y mientras nos dirigíamos a las escaleras, ambos nos quitamos los cascos de nuestras cabezas. No tuvimos ningún problema para entrar en la azotea, y desde allí podíamos observar a la perfección la calle y la posición del camión. Hipo colocó la otra cámara en el borde del tejado y luego se apoyó con tranquilidad, yo imité su posición.
-¿Y ahora qué? - le pregunté.
-Ahora a esperar. Heather, ¿estás ahí?
-En absoluto - respondió la nombrada. Como réplica Hipo rodó los ojos aunque la pelinegra no lo pudiese ver.
-¿Están bien las cámaras? - la preguntó.
-Sí, las has puesto decentemente.
-Genial, porque ni quería ni podría recolocarlas - dijo con sorna. La conversación terminó ahí.
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Después de varias horas esperando sin que nada sucediese, el cansancio/aburrimiento había hecho acto de presencia y nos encontrábamos tumbados en el borde del edificio con una tranquilidad absoluta, como si no hubiese una caída de unos treinta metros y mirando pero sin prestar realmente atención al camión.
-¡Eh, chicos! parece que alguien va al camión - nos advirtió Heather por el auricular, era cierto. Un par de personas a las que no podía detallar por la distancia y la oscuridad se acercaban en dirección clara al camión. Abrieron la parte trasera y sacaron lo que parecían un par de cajas grandes, cerraron de nuevo la puerta y se alejaron por donde habían llegado.
-Heather, ve a mi habitación, coge la cola automática de Desdentao y colócasela, puede que nos haga falta dentro de poco - ordenó Hipo completamente despierto y concentrado de nuevo.
-¿Qué tienes en mente?- preguntó Heather.
-Es una corazonada, creo que si hubiésemos venido un día más tarde, aquí no habría nada que ver - comentó con la vista fija en el lugar por el que se habían marchado los desconocidos del camión. No sabía si su corazonada era cierta, en cualquier caso daba gracias por haberlos encontrado si es que resultaban siendo los responsables.
-¿Y cómo va a venir Desdentao hasta aquí? No sabe dónde estamos - mencioné para que se diese cuenta de ese detalle. Sin embargo, él ya lo tenía pensado.
-Este aparatito - dijo mostrando un pequeño cubo con una tamaño inferior a mi mano y en el que lo único que se podía destacar era un botón que sobresalía en una de sus caras - Cuando pulso esto, se emiten unos sonidos imperceptibles para el ser humano, pero perfectamente notorios para un furia nocturna. Es la misma mecánica que los oídos de los murciélagos: les sirven, principalmente, para orientarse, y eso va a hacer Desdentao cuando lo pulse. - Me estaba dejando de sorprender el hecho de que tuviese soluciones para todo, pero esas mismas soluciones me asombraban por su complejidad, al menos desde mi punto de vista sí eran complejas - Heather, cuando esté listo Desdentao, llévalo hasta la azotea y confirma que se dirige hacia nosotros - le informó.
-De acuerdo, ya vamos para arriba, esta vez no estaba oculta entre tus otras tantas colas y demás cosas - avisó la pelinegra. Por su tono de voz era obvio que no lo decía muy en serio, pero al parecer Hipo no tenía lo que se puede denominar como pocas cosas.
-¡Oh, vamos! Son sólo cinco colas y un par de cosas más, aquello fue un caso puntual.
-Si si, lo que digas... Bueno, ya estamos arriba, llámale - dijo poco tiempo después. Hipo acató la orden y pulsó el botón.
-Hecho - le informó a Heather. Cinco segundos después, la ojiverde respondió.
-Sí, va en esa dirección.
-Genial, puedes volver a tu puesto.
Un par de minutos fue lo que el compañero de Hipo tardó en localizarnos gracias a los continuos sonidos que el ojiverde enviaba al aire. Le mandó tumbarse en la azotea para que no le viesen (aunque era casi imposible gracias al perfecto camuflaje de Desdentao en medio de la oscura noche únicamente interrumpida por algunas luces de la calle pero que no llegaban a la parte superior de algunos edificios, entre los que se incluía en el que estábamos nosotros.
Un tiempo después, no fui capaz de saber cuánto, los que horas antes se habían acercado al camión volvieron a este, con la diferencia de que esta vez entraron en la cabina del camión y lo arrancaron e iniciaron el viaje a un destino que nosotros desconocíamos. Hipo me indicó rápidamente que subiese con él en Desdentao; así lo hice, y en un pestañeo nos encontrábamos siguiendo al camión desde la suficiente altura para que no pudiesen vernos mientras nosotros sí podíamos distinguir al camión. Mientras sobrevolábamos la ciudad, Hipo informó a Heather y esta respondió respondió únicamente para confirmar que había recibido el mensaje. El camión salió de la Colonia por lo que reconocí como la zona este. Lo que debieron ser al menos, un par de kilómetros después, Hipo empezó a hablar:
-Vamos a seguirlos hasta donde sea que vayan, pero cuando se haga de día vamos a ser un objetivo fácil de localizar, así que vamos a subir de polizones en la parte trasera, ya hemos visto que ahí no ha subido nadie, así que no hay razón por la que tengamos problemas ahí. ¿Heather nos estás escuchando? - detuvo un momento su explicación. La mencionada respondió con un escueto "Sí" y permitió que Hipo siguiese hablando - Bien, en cuanto bajemos voy a mandar a Desdentao de vuelta, con él van a ir los auriculares, vamos a entrar en el camión con lo mínimo posible, mejor prevenir. Si hay algún problema sabré cómo contactarte. De esto ni una palabra a Patapez ni a Patán, cuantos menos lo sepamos mejor. ¿Entendido?
-Perfectamente. Buena suerte chicos.
Un pequeño gracias fue mi respuesta mientras Hipo descendía hasta que Desdentao estuvo prácticamente en el techo del camión. Una vez ahí me pidió el auricular y junto con el suyo los guardó en una de las bolsas que se encontraban a los costados de Desdentao. Guardó un par de cosas más que llevaba en los bolsillos pero no pude identificar bien, y una vez hecho eso, habló: - baja con mucho cuidado, intenta no hacer ruido. Así lo hice, pasé de estar encima de Desdentao a estar encima del camión, y un segundo después Hipo me siguió con una agilidad impecable. Habiendo cumplido a la perfección su papel por ahora, con un gesto Hipo mandó a Desdentao para que diese media vuelta y volviera por donde habíamos venido y su inseparable compañero siguió la orden. En cuestión de segundos ya era invisible para nuestra vista.
El camión era de estilo militar, por lo que la puerta trasera para acceder a la carga, era una tela, lo que facilitó tremendamente nuestra incursión. Como bien había deducido Hipo, en la parte trasera no había nadie, tan solo unas cajas que ni siquiera intentamos abrir por la oscuridad del lugar, que provocaba que casi no viéramos las cajas y tampoco el uno al otro, el único motivo por el que nos veíamos un poco era por nuestra cercanía. Una vez "analizado" el interior del camión Hipo sujetó mi mano, y me hizo acompañarle mientras nos sentaba muy cerca de la tela que hacía de entrada. Por suerte los laterales y el techo sí eran de un material más firme, lo que nos dio más comodidad para apoyarnos en la pared.
-Descansa. Yo hago la primera guardia - me dijo después de varios minutos en los que habíamos estado en silencio. Pasó un brazo por encima de mis hombros para que apoyase mi cabeza en su hombro e inesperadamente no me molestó su confianza, en realidad ya nos conocíamos bastante y no es como si fuese un extraño gesto. Yo seguí su orden de forma silenciosa, estaba cansada y no sabía que encontraríamos más adelante, por lo que reposé mi cabeza en su hombro y rápidamente me perdí en los brazos de Morfeo.
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Sé que no cambia nada porque lo he dicho varias veces y sigo haciendo lo mismo, pero mil perdones por tardar tanto en actualizar, espero que sepáis que siempre os tengo en mente e intento traer capítulos lo antes posible. Parece que la inspiración viene en época de clases, así que quizás quede menos de lo que pensáis para volver a traer actualizaciones con cierta regularidad.
Nos vemos, Mr_Haddok.
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