CAP 21: Asumir los hechos

POV HIPO

Me encontraba dando vueltas por la habitación lentamente mientras me frotaba las sienes. Después de mostrarle a Heather los escasos mensajes intercambiados con Drago, se instaló un silencio en la habitación que reflejaba la tensión e incertidumbre que sentíamos en ese momento. Nunca habíamos pasado por algo así, nosotros estábamos solos, trabajábamos solos siempre (a excepción de aquellos que nos facilitaban información de vez en cuando). A pesar de haber conocido a mucha gente en nuestra aventura, en lo referente a batallas no "existían" terceras personas, era Drago con su ejército y nosotros cuatro, era ese motivo por el que estábamos algo confundidos a pesar de que en el fondo sabía cuál era la mejor opción, por lo que cansado del silencio decidí poner palabras a la idea que ocupaba mi mente y conociendo a Heather, también la suya.

-Ya hemos avanzado mucho en el entrenamiento con Astrid y da igual lo que hagamos o intentemos mostrar, eso - dije señalando la pantalla del ordenador - deja claro que Drago no va a cambiar de idea y va a por ella. Lo mejor es apostar todo al entrenamiento para que esté lista - deje unos segundos de reflexión, la pelinegra asintió para demostrar su apoyo a la idea y cuando decidí contar el toque final de ese plan, ella se me adelantó diciendo las palabras que yo había pensado.

-Quieres que forme parte del equipo.

-No hablas en plural, no te incluyes. ¿No crees que es lo mejor?

-Por desgracia... sí. No es bueno, pero aún así es lo mejor, no tenemos otra opción. Además, tú ya has tomado la decisión de ponerla bajo tu protección, así que con esto quizás luego no estés 24/7 queriendo vigilarla.

Sonreí, Heather era una hermana para mí y me conocía a la perfección, sabía que me había autoimpuesto la necesidad de proteger a la Teniente, y de pasarla algo mientras estábamos aquí, aunque fuese un acontecimiento inevitable, me culparía a mí mismo - Pero aquí las decisiones son entre todos, aunque las importantes son más bien entre nosotros dos. Si crees que no debemos hacerlo, no lo hacemos.

-Si claro, como si fuese a cambiar mucho. Escucha, no lo tomes a mal, no tengo nada contra la rubia, es solo que siempre hemos sido nosotros y tener que incluir gente ahora... Además, a ver cómo la incluimos aún más en todo esto sin que se entere Drago. Porque una cosa es segura, y es que Drago ha visto algo que puede ser difícil de ver para más gente, pero no para mí. ¿Cuándo piensas contarme todo lo que hay por esa cabecita tuya con respecto a Astrid? - se colocó a un metro frente a mí y me dió unos golpecitos en la cabeza para enfatizar esa última pregunta.

-Sé que va a ser extraño al principio pero nos acostumbraremos, y con la Colonia se nos ocurrirá algo, ya has visto las pocas luces que hay en la cabeza de David. Si le han elegido a él como el mejor para gobernar... - una media sonrisa se formó en su boca y asintió dándome la razón - Respecto a tu pregunta. ¿Acaso son celos? - Alcé una ceja de broma - Yo solo tengo ojos para ti, boba - coloqué mis brazos en sus hombros acercándonos un poco más y puse mis labios como si esperara que me besase. Después de sacarle una risa, me puse serio aunque sin alejarme - Ni siquiera yo tengo claro qué es lo que pasa por mi cabeza.

-Mejor todavía, ¿no crees que quizás necesites la opinión de una chica, o al menos la de tu mejor amiga?

-Justo en la friendzone - me llevé una mano al pecho dramatizando mi actuación - Tantos soldados caídos en esta cruel guerra - añadí dirigiendo mi mirada al cielo. La única reacción de Heather consistió en rodar los ojos - Vale vale, ya paro. Sabes qué. Tienes razón, me vendrá bien hablarlo con alguien, pero primero tienes que ganártelo. ¿Pelea sin dragones? - dije aunque simplemente me apetecía y utilicé la conversación posterior a la pelea como excusa, porque se lo iba a contar igualmente.

-No veo por qué no. ¿Con armas?

-Hoy me apetece sin armas, a ver cuanto aguantas hasta que te tumbe - en mi rostro apareció una sonrisa maliciosa porque lo único que buscaba con esa frase era molestarla un poco. Desde que encontramos a los dragones y se quedaron con nosotros supimos que necesitábamos entrenar para estar preparados cuando nos enfrentásemos con los que querían controlarlos de forma no amistosa, no podíamos depender sólo de nuestros dragones y así hicimos, aprendimos peleas cuerpo a cuerpo con todo tipo de armas y sin ellas. Al principio Heather dominaba nuestros enfrentamientos, pero conseguí ponerme en forma ya que, aunque no tenían derecho a decirlo como ataque contra mí, mi padre y mi primo no mentían cuando decían que parecía un pescado parlanchín, y una vez tuve una forma física decente y tras aprender diferentes tácticas de peleas, Heather y yo tuvimos un nivel muy parecido, cada uno dominaba un poco mejor determinadas armas, pero sin ellas nunca se sabía quién podía ganar.

.......

Fue un rato entretenido y bastante relajante. Estuvimos solos todo el rato con la excepción de nuestros dragones. Cuando tumbaba a Heather, Desdentao hacía sonidos simulando una risa con el único objetivo de molestar a Cizalladura, y cuando yo era el que terminaba en el suelo, me volvía a fijar en ellos para ver cómo Cizalladura se giraba hacia el burlón Furia Nocturna y le retaba con la mirada a que volviese a burlarse, a lo que Desdentao respondía con silencio (obviamente), pero mantenía una pose altiva para "mantener su orgullo". Cuando Heather y yo nos colocábamos para reanudar la lucha, él me gruñía exigiéndome ganar para seguir fanfarroneando ante Cizalladura, a lo que respondía burlándome yo ahora de él.

Al decidir que ya había sido suficiente, nos sentamos en el suelo de la sala (que estaba completamente vacía) y apoyamos nuestras espaldas en la pared para descansar mientras hablábamos.

-Cuando quieras, puedes empezar - me animó Heather. Suspiré y mirando a la pared que estaba enfrente para no tener contacto visual directo, comencé.

-Como te he dicho antes, es todo muy confuso.

-Bueno, pero sé que algunas cosas las sabes. Por ejemplo, te llamó la atención desde el primer momento, eso lo tenemos los dos claro - asentí dándole la razón - y conociéndote como lo hago, su rango no es el único motivo para que pasase eso. Bien, piensa y dime qué más fue.

-La primera vez que la vi sí que fue la razón exclusiva, pero luego, según fue hablando ese día (lo poco que lo hizo) y su forma de actuar... no sé, todo eso me llamaba para querer conocerla, por eso te pedí que la parases. A propósito, gracias por no hacerlo - comenté con sarcasmo.

-De nada, sé que al final acabó genial con los dos durmiendo en tu tienda - me guiñó el ojo - Pero vamos avanzando: esos días esa fue tu motivación, conocerla. Ahora ya la conoces bastante, ¿por qué te gusta pasar tanto tiempo con ella? Pregunto porque el hecho de que estás todo el día con ella es innegable.

-Yo... me gusta lo que conozco de ella y disfruto su compañía. Además, cada vez que descubro algo más de ella me dan ganas de que me cuente aún más, de conocerla más. Y a pesar de todo, parece que cada día que pasa, hay más detalles que me faltan por saber de ella y es mucho más compleja de lo que ya desde un principio parecía: parecía ser inexpresiva y resulta que es sólo una faceta; cualquier podría pensar que con su corta edad tendría su rango subido a la cabeza y descubro que es lo último que pasaría. Es... no lo sé, no sé lo que es pero parece que no se cansa - suspiré.

-¿De qué no se cansa?

-De estar todo el día dando vueltas en mi cabeza.

-¿Y realmente no sabes lo que es? - me preguntó alzando una ceja interrogante y con una sonrisa dulce, como de compasión.

-¿El que, lo que me pasa? No, no lo sé.

-Ya sabes que no hay más ciego que el que no quiere ver. Sí sabes lo que te pasa con ella, pero si no lo quieres reconocer en voz alta, te lo diré yo. Te gusta Hofferson, y cada vez se te está metiendo más hondo en los huesos. No te culpo de que no lo quieras reconocer, puede asustar, pero amigo mío, lo que te pasa es una pequeña locura llamada amor - volvió a sonreír tiernamente, me pasó un brazo por encima de los hombros y recostó su cabeza sobre mi hombro.

-¿Qué vamos a hacer? Con todo esto, con Drago y sus topos, la Colonia, Astrid... - aclaré cuando vi que esperaba a que especificase el sentido de la pregunta.

-Primero reconócelo, di qué te pasa con Astrid, quiero oírlo de tu boca.

-Te lo estás pasando genial con esto, ¿verdad? - se separó de mi hombro, se giró para mirarme directamente y asintió varias veces riéndose - Pues tienes razón, me gusta Astrid Hofferson y sinceramente, de alguna manera estoy asustado.

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Hola a todo el mundo. Perdón por lo de la semana pasada, pero con todo lo que está pasando he tenido que adaptar demasiadas cosas y a eso se ha añadido un pequeño bloqueo con respecto a la historia, pero ya estoy de vuelta al 100% y voy a intentar aprovechar este tiempo de cuarentena al máximo.

Por favor, tened mucho cuidado, os mando todo mi apoyo y nos vemos en el próximo capítulo.

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