La vida es como una tortilla de patatas

Ayer estaba haciendo una señora tortilla de patatas y tuve la siguiente revelación: La vida de la mayoría de las personas funciona igual que la forma de cuajar el huevo. 

Primero eres un amasijo de ingredientes que deben freírse o «caramelizarse» —palabra que, desde que nos invaden los programas de cocina, aplicamos a toda cosa frita a fuego lento; si bien, he de reconocer que suena más poética, tratándose de fritangas—. 

Una vez tenemos nuestra patata mental, y nuestra cebolla hormonal, en el punto más dorado de nuestra existencia aparece el huevo que va a sellar nuestro destino. Jugueteas con él, te revuelcas, retozas, se amalgaman los sabores y, con suerte, te acuerdas de que igual debes añadir algo de sal. Menos mal, porque sin saberlo estás a punto de dejar que tu vida se quede sosa para siempre: el huevo ya está empezando a cuajar. 

Este punto es muy delicado. Debes saber cuándo dejar de remover, dejarte llevar un poco, y confiar en que este lado quede perfectamente compacto, hecho en su punto y sin chamuscarse demasiado, antes de la temida «vuelta de la tortilla».

Pues bien, cada uno le damos la vuelta a la tortilla como buenamente podemos: desparramando todo por entre los fogones, o manteniendo un equilibrio perfecto y haciendo un giro de muñeca digno de un prestidigitador. 

En este punto, apostaría mi mejor y más anti-adherente sartén, a que la mayoría la giramos medianamente bien, pero a la hora de volverla a meter al fuego se nos queda un poco ladeada, o se nos escapa un trocito esquivo de patata que rápidamente arremetemos con gracia. 

En definitiva, reparamos el accidente de tal manera que «aquí no ha pasado nada», y al final nos queda una tortilla presentable, apañada y de la que nos sentimos bastante orgullosos, aunque en el fondo siempre pensemos que la que hacía nuestra abuela era infinitamente mejor.

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Sin más que añadir que este texto forma parte de mis reflexiones mientras cocino... ¿Qué pasa? ¿A nadie le asaltan pensamientos de loca mientras acomete las tareas diarias? NO ME LO CREO ;-)

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