29: De citas a citas.

—Entonces así es como haces caber diez gomitas de osito en tu ombligo—le termina de explicar Sagitario a Géminis quiénes van caminando por el pasillo para entrar a su primera clase.

—Oh ya veo ¿y funciona con gomitas de gusanitos también?

—¡Oh no! ya lo intenté y créeme fue un desastre— Sagitario niega haciendo un gesto exhausto.

—¡Chicos, chicos!— aparece Aries corriendo con una enorme sonrisa hacia el par de amigos.

Sagitario y Géminis se detienen y miran a Aries quién trata de agarrar algo de aire. Se abanica con las manos y luego vuelve a sonreír.

—¡Los resultados ya están en la página de la escuela y tengo un promedio de 9 en el semestre!— grita emocionada.

—Que bien por ti, Aries— Sagitario la despeina y mira a Géminis—. Deberíamos ver ya, vamos a la biblioteca.

—Vengan— Aries los toma de la muñeca a los dos arrastrándolos a la biblioteca donde hay computadoras y se mete a la página de la escuela.

Sagitario es el primero en meter su número de identificación.

—¡Wow un 7.8!— dice alegre y choca puño con ambas chica—. Es más de lo que esperaba realmente, esto es algo para celebrar.

Sagitario se levanta de la silla haciendo un extraño baile y Géminis toma su lugar frente a la computadora. Algo nerviosa teclea su número y cierra los ojos antes de que sus resultados salgan.

—¡Géminis!— chilla Aries alarmada.

—Demonios sabía que iba a repro-

Ella abre los ojos y cierra la boca cuando mira un 8.7.

—¡Santo niño de Atocha!— grita ella incrédula—. ¿Un 8.7?

—Woah, eres una nerd— comenta Sagitario sorprendido.

—De un 7.1 a un 8.7 es mucho progreso, Gem, ¡bien hecho!— Aries la abraza por el cuello y la estruja.

Géminis se levanta sin decir nada y sale corriendo fuera de la librería.

En algún otro pasillo van caminando a su clase de computación ambos chicos de anteojos.

—Estoy insatisfecho con mi calificación—Virgo niega decaído—. Un 9.7, no puedo creerlo.

— Fuiste el tercer mejor en toda la escuela, es suficiente para la beca universitaria—lo trata de animar Capricornio.

— Lo sé, pero mi madre no estará nada contenta.

—¡Cabra!—grita Géminis corriendo a toda velocidad hacia el par de chicos. Entonces cuando está lo suficientemente cercas salta encima de Capricornio apretándolo del cuello. Ambos caen al suelo.

—Agh— se queja el de lentes sobando su cabeza y mira mal a la castaña que está encima de él con una sonrisa enorme—. ¡Géminis! ¿estás locas?

—¡8.7! ¡Tengo un 8.7! ¡Nunca pensé decirlo pero gracias! Te invitaré unos nachos, ¡no,no, que sean dos!

—Bien hecho— Capricornio sonríe de lado al ver a la joven tan contenta—. Por cierto, ¿podrías quitarte de encima? Estamos a medio pasillo.

Géminis mira a todos lados mientras otros alumnos pasan murmurando cosas y Virgo solo los ve divertido.

—Oh si, perdón—ella se levanta apenada y entre ella y Virgo ayudan a Capricornio a levantarse.

—Felicidades Géminis— el pelinegro le sonríe de lado

—¡Gracias!— ella sale corriendo de ahí gritando por todos lados su calificación.

...

—¿A dónde se fue Géminis?

—No lo sé— Aries mira a todos lados dándose cuenta que está a solas con Sagitario—. Oye Sagitario, supe que tú cumpleaños será pronto y quería ver si po-

—¡Espera!—la interrumpe Sagitario— ¿Mi cumpleaños será pronto? Otra vez lo olvidé ¡demonios!

—¿Qué? ¿De verdad lo olvidaste?

—Siempre lo olvido, Géminis o mi hermano son quiénes se encargan de recordarme— se da un golpe en la frente con la palma de su mano—. Gracias por recordarme.

—S-si, te quería preguntar si quieres ir conmigo al...a comer algo para celebrar, hay un restaurante nuevo donde tienen un pequeño zoológico.

—¿Un zoológico?—él la mira con interés—¿Hay patitos?

— ¡Si! Hay patitos, conejos, venados, serpientes y otros animales, ¿qué dices?

—¡Woah, quiero ir! ¡Quiero ir!—dice emocionado.

—Entonces vamos el sábado.

—Muy bien, tengo clases sus que me voy— la despeina de nuevo—¡Nos vemos!

—Todo va de acuerdo con el plan—ella sonríe en grande—. Iremos a comer luego al mini zoológico y frente al lago del restaurante le diré a Sagitario que me gusta y seremos muy felices, tendremos una boda en un crucero— ella hace una pausa—. ¿Debería pensar los nombres para nuestros hijos?

...

—Entonces Virgo y yo tendremos una cita en el acuario pasado mañana—Piscis suelta un suspiro mientras sostiene una sonrisa enorme—. Nunca he ido a uno, no sé que hacer, debería investigar por internet.

—Si si, ya deja de presumir—un amargado Escorpio la corta.

—Ush, eres un amargado. ¿Estás así por Cáncer? ¿No le explicaste?— ella se inclina al pupitre del pelinegro.

—No me dejo hacerlo, me evita a toda costa, no me ha hablado desde el domingo estoy que me lleva el demonio—él gruñe desesperado.

—¿Qué no recuerdas lo que te enseñe?

—¿Qué?

—Cuando el uke se hace el difícil...— ella lo mira esperando que él termine la frase.

—¿Tengo que tomarlo a la fuerza y violarla hasta que le guste?

—¡No! Bueno ese es el plan de respaldo, primero aprisionarlo en donde no pueda escapar de ti, el baño, tu habitación, en el cuarto del conserje ¡yo que sé!

—No suena como una buena idea.

—¿Tienes otra?

Él ser queda pensado y después de segundos niega.

—¿Entonces qué esperas?

—A tiempos desesperados medidas desesperadas ¿no?—suelta un suspiro resignado.

—Bien dicho—ella sonríe orgullosa.

En ese momento Cáncer entra al aula y Piscis y Escorpio guardan silencio.

—¡Hey Cáncer!—Piscis le hace un gesto de saludo al pequeño cangrejo.

—Hola— él la saluda de manera neutral.

Piscis borra su sonrisa y Escorpio mira hacia otro lado tratando de no cruzar mirada con el menor.

...

El viernes ha llegado. Los chicos han salido de vacaciones de Navidad y Virgo y Piscis se encuentran en su cita en el Acuario.

Es la primera vez que la pequeña pescadita está en un lugar así y bueno Virgo también, él no es mucho de salir a lugares con mucha gente.

Ambos entran a una especie de túnel debajo de la enorme pecera donde se pueden apreciar todos los pescados de diferentes colores y tamaños que nadan por las aguas turquesas. Virgo piensa cómo comenzar una conversación con la chica, desde que llegaron apenas han entablando una conversación, sus manos comienzan a sudar ligeramente pero trata de disimular sus nervios mirando a otro lado.

—Oye Virgo— ella lo llama de forma seria y él le dirige su mirada—. De verdad, no te importa si yo...bueno ¿si me gustan las cosas gayer?

—Bueno— él hace un gesto ya que Piscis lo toma por sorpresa con ese tema—. No pienso que la homosexualidad sea algo normal, va a tomarme algo de tiempo acostumbrarme a este tipo de cosas.

—Lo lamento. Por no ser lo quería tu creías—ella baja la mirada mordiendo su labio inferior.

Ambos se detiene en medio del túnel, la gente había dejado de pasar así que sólo se encuentran ellos dos.

—No tienes porque disculparte— él sonríe ligeramente y le acaricia la cabeza—. Ahora siento que te conozco más y eso es lo que realmente me interesa. Por que no creo que haya algo de ti que no sea adorable.

Ella sonríe cálidamente y después esa sonrisa se borra y se transforma en un gesto serio.

—Hay algo que quiero decirte— ella lo mira a los ojos decidida a hacerle caso a Libra y declararse.

—¿Qué pasa?— él ladea la cabeza extrañado.

—Bueno, no es algo fácil de decir—sus piernas comienzan a flaquear junto con su valor para confesarse—. Yo...bueno tú...tu...me gustas.

—¿De verdad?—Ella asiente tímida con las mejillas sonrojadas.

Virgo sonríe de una manera que Piscis no había visto antes.

—Eso es algo que no esperaba, tu tambien me gustas— confiesa de inmediato y la toma de las manos con delicadeza—. Desde hace unos meses, quizá desde que comenzamos a vivir juntos.

No hace falta palabras cuando las miradas hablan por sí solas, así que bajo la enorme capa turquesa y hermosas criaturas marinas Piscis se pone de puntas y planta sus labios sobre los de Virgo.

...

—No entiendo como me arrastraste aquí— se queja Capricornio.

En cuanto salieron de la escuela una emocionada Géminis arrastró a Capricornio fuera de la casa y comenzaron a caminar rumbo al centro de la ciudad.

— Te dije que te invitaría unos nachos.

—No me gustan los nachos.

—Tambien venden tacos.

—No me gustan los tacos.

Géminis se detiene de golpe y lo mira sorprendida.

—¡¿Cómo no te pueden gustar los tacos?!—grita llamando la atención de los transeúntes.

—Sshh, Géminis no grites.

—Mire usted— le habla a un hombre que va pasando a las de ellos—, a éste tipo no le gustan los tacos ¿puede creerlo?

El tipo mira a Capricornio y niega.

—¿Ves? él tampoco puede creerlo.

Capricornio rueda los ojos y suelta un suspiro.

—Bien ya deja de llamar la atención, comeremos tacos— dice él resignado, no podía creer que su día de descanso lo estuviera pasando con Géminis.

Géminis conoce un lugar muy bueno donde ella y Sagitario van cada semana, no esta tan lejos así que pueden llegar caminando.

—¿Ya casi llegamos?

—Ay, ¿no me digas que estás cansado?

—Si, tenemos veinte minutos caminando, pudimos venir en mi auto y ya estaríamos ahí.

—Te falta caminar un poco— ella frunce el ceño—. Tu condición física es un asco, como tú actitud.

—Es probable que mi condición física sea un asco, pero mi actitud no lo es, que tú no sepas comportarte no significa que yo esté mal.

—Eres tan odioso, pero ya olvidemos eso, llegamos al lugar— ella se detiene frente a un local color amarillo con el nombre de Tacos Toño en colores anaranjados—, entremos.

Ambos entran y Capricornio mira el lugar con un gesto de desagrado y desconfianza.

Géminis y él se sientan en una mesa cercas de la ventana entonces un chico pelirrojo y ojos verdes llega con una libreta en manos para tomar sus órdenes.

—Gem ¿Dónde esta Sagitario? ¿Qué no es su cumpleaños mañana?—habla el jóven de tatuajes muy animadamente.

—Si, pero va a ir a una cita—ella alza la ceja provocativamente.

—Ya se está haciendo hombre—limpia una lágrima falsa—. Me siento orgulloso.

—Lo sé— ella ríe—. Ojalá tenga suerte y rompa su racha de dos años sin novia.

—Eso espero—su mirada se detiene en Capricornio—¿Y este chico? ¿Acaso estás comprando a los nerds de nuevo?

—No, bueno algo así, tengo un 8.7 y lo conseguí sin hacer trampa— dice orgullosa.

—¿De verdad!? ¡Increíble! ¡Felicidades!

—¡Gracias!— ella le sonríe como niña pequeña mientras se remueve en su asiento.

—¿Y tu amigo que va a pedir? Supongo que ir gracias a él tienes esa calificación.

—Yo realmente no sé que pedir.

—Yo te recomendaría la especial del día— señala una pequeña pizarra que está pegara en la pared detrás de ellos.

— Está bien, eso— Capricornio recarga su mentón en su mano y mira a Géminis.

—Yo lo de siempre.

— De acuerdo, ya regreso con sus órdenes en unos minutos— le sonríe a la chica castaña y la despeina antes de irse.

—¿Quien es él?—pregunta Capricornio algo curioso por la actitud tan amistosa del chico.

—Oh, es Scott, amigo mío y de Sagitario—hace un gesto con la mano.

—Oh, ya veo, parecen muy cercanos.

—Lo somos, estuvimos juntos en la escuela cuando estábamos en la secundaria—ella le explica—. Es muy divertido.

—Aqui tienen sus bebidas— llega de nuevo Scott y pone un refresco frente a Capricornio y una malteada de chocolate frente a Géminis—. Sus órdenes ya casi están listas.

—Bien, iré a lavarme las manos— la chica se levanta—, ya regreso.

Cuando ella se va Scott mira a Capricornio curioso, se cruza de brazos y se inclina hacia el de lentes.

—¿Ustedes están saliendo?

—¿Disculpa?— Capricornio casi se ahoga con su bebida por la pregunta tan directa del pelirrojo.

—Tú y Gem, ¿están saliendo?

—¿Porqué preguntas eso?

—¿Porqué no me respondes?

—Pues no, no estamos saliendo, nisiquiera somos amigos, solo somos compañeros de vivienda—le explica.

—Oh, está bien entonces.

—¿Porqué quieres saberlo?

—Pense que no eran amigos—él alza una ceja.

Capricornio lo mira irritado.

—¿O te gusta ella?—él niega enseguida descartando esa posibilidad—. Que cosas digo, no hay manera de que sea así ¿verdad?

—¡Ya volví!— Géminis se deja caer en la silla y los mira a ambos— ¿De que están hablando?

— De nada interesante, Gem—el de tatuajes le sonríe a la chica de nuevo—. Iré por sus órdenes.

Géminis mira a Capricornio quien está muy serio. Scott vuelve con sus platos, los pone en la mesa no sin antes decir 'buen provecho' y alejarse a atender a sus demás clientes.

—Quita esa cara, se me está quitando el hambre de solo verte—ella dice en broma.

—Pues no me hubieras traído, Géminis, no es como si yo te hubiera pedido que me trajeras a este lugar.

—Creo que fue mala idea invitarte, solo trataba de ser amable— Géminis frunce el ceño mirándolo mal—. Puedes irte entonces, Cabra.

Capricornio se queda callado solo mirando a la chica que está con sus brazos cruzados sobre la mesa.

—Lo siento, solo que me siento extraño—él sostiene su cabeza sin entender porque se siente inquieto.

—¿Te sientes enfermo o algo así?— ella ladea la cabeza— ¿Quieres que vayamos a una farmacia?

—No en ese sentido— él rueda los ojos—. Olvídalo, solo comamos ¿de acuerdo?

—Y dicen que yo soy la bipolar— ella reniega y comienza a comer.

...

El sábado llega y con eso el cumpleaños del castaño favorito de la casa.

Aries se mira al espejo asegurándose que todo esté bien.

—Maquillaje, listo— se quita un poco de rímel corrido—. Creo que está ropa es indicada.

Se mira de varios ángulos por el espejo de nuevo y Géminis ríe ligeramente.

—¿Estás nerviosa?

Aries la voltea a ver y asiente apretando sus labios.

—Me voy a declarar hoy—dice ella con el pecho inflado de valor—.
Y nadie va a detenerme.

—Pues suerte, si te hace algo me dices y le rompo las bolas— ella alza el puño y le guiñe.

Aries ríe y se despide de ella al salir de la habitación.

Ambos llegan al restaurante después de un largo viaje en autobús y una plática bastante entretenida que hizo que el tiempo se fuera volando para ellos.

—Es muy bonito— Sagitario dice mirando el lugar bastante sorprendido—. ¿Qué esperamos?

El toma a Aries de la mano y la jala hacia la entrada. La chica mira nerviosa al castaño que tiene una leve sonrisa de emoción en sus labios.

Cuando entran al lugar una mujer rubia con uniforme los recibe.

—Bienvenidos a Lobster— dice ella en una refinada voz y una leve sonrisa— ¿mesa para dos?

Ambos chicos asienten y ella los acomoda en una mesa cercas de la enorme ventana cristalina que da a una reserva donde hay varios pavorreales. Después de ordenar se quedan en silencio mirando a la ventana.

—Oye Sagitario, um— ella mira apenada sus manos y de su bolso saca una cajita negra.

—¿Qué pasa?— la voltea a ver.

—Feliz cu-umpleaños— dice ocultado su rostro por lo roja que debe estar y le extiende la caja a Sagitario con sus manos temblorosas.

—¿Un regalo?— él alza la ceja sorprendido y ríe—. No esperaba otro regalo—agarra la cajita y la mira detalladamente—. No va a explotar o algo así ¿verdad?

—¿Qué? ¡No! ¿Porqué te daría algo que te explotara en la cara?

—No lo sé, pregúntale a Géminis— hace un gesto— cada año me da alguna caja o sobre que explota.

—Y si sabes eso porqué sigues...— ella niega ligeramente—. Olvídalo, puedes abrirlo.

Cuando el chico abre la caja se encuentra con un collar de acero y una púa negra con el borde de calaveras plateadas como colgante.

—Oye, Ari, ¡es genial!— el castaño la saca de la cajita y se la pone por encima de la cabeza—. Gracias, no esperaba que supieras mis gustos ¡eres maravillosa!— se levanta para inclinarse a ella y tomarla de los hombros sacudiéndola.

Ella sonríe timida y realmente contenta de que el regalo haya sido de su agrado. Pasó dos horas en el centro con Géminis hace unos días atrás buscando algo adecuado para él.

Cuando ambos terminan de comer salen a dar un paseo por el zoológico. Sagitario parece un niño pequeño mirando a los animales y dándoles de comer.

—Me acabe las monedas ¿Tienes algunas?—Sagitario le pregunta a Aries poniendo ojos de cachorro.

— Oh, creo que sí— ella busca en su bolsa y cuando encuentra un par se las da a Sagitario—. Pero vayamos al lago primero, hay algo que quiero decirte.

Los chicos camina por la orilla del lago, aunque es sábado no hay muchas personas por ahí cercas, es un pequeño lago, pero con una vista hermosa y el atardecer ayuda mucho a que el ambiente sea más romántico.

— Oye Sagitario— ella lo llama después de unos segundos de silencio.

Sagitario toma una piedra del suelo y la lanza al río haciendo que está rebote en el agua.

—¿Qué pasa?— la mira con atención.

— ¿No tienes a alguien que te guste?

— No—él niega despreocupado— ¿porqué?

—Bueno, es que, me gustas Sagitario—lo deja salir de manera fluida para estar tan nerviosa.

—¿Hablas de ese gustar? ¿Del bueno?—el chico pregunta para confirmar.

—Si, del bueno—ella sonríe nerviosa.

Ambos entran en un silencio donde Aries se arrepiente de haberse confesado tan rápido. Pensó que era el momento indicado, pero al parecer no es así. Un par de autos se escuchan al fondo aparte del corazón de Aries latiendo a toda velocidad.

—Lo siento, no puedo...no puedo hacerlo— Sagitario le responde sinceramente—. No soy lo suficientemente bueno para ti.

Ella abre los ojos demás al escuchar como Sagitario, el chico que no se toma nada en serio, descuidado y juguetón, hablando con tanta seriedad.

—Que manera más estúpida de rechazarme—una sonrisa triste se forma en sus labios—. No trates de ser un caballero conmigo ahora.

—No me gustan los compromisos, las chicas con las que he salido esperaba mucho de mi y siempre las termino decepcionando— él baja la mirada y toma otra pierda del suelo para lanzarla al lago—.No quiero que eso pase contigo.

—Entiendo— ella asiente lentamente  apretando sus labios para no soltar alguna lágrima frente a Sagitario—. Gracias por preocuparte por mí.

—Eres mi amiga—él ríe por debajo y le da un golpecito en el hombro.

—Supongo que he sido friendzoneada— ella ríe levemente desviando la mirada hacia el lago.

—Lo lamento.

—Descuida— ella suelta un suspiro y sonríe más tranquila—. No dejemos que esto arruine su cumpleaños, vamos a ver a los demás animales ¿Vale?

—¡Es verdad! Aún no hemos visto a las vacas y búfalos— él le hace un gesto con la cabeza y ambos caminan hacia el camino de piedras para llegar al zoológico.

—Hay llamas también al parecer— Aries señala un letrero que está cerca de la cerca metálica donde tienen a los animales bovinos. Se acerca al letrero para leerlo mejor dejando a Sagitario atrás.

—Oh,  las de "ola q ase?"— el chico se acerca al otro corral y unos segundos después una llama aparece a unos centímetros de él—. ¡Hola amiguita! ¡Uff! si que hueles mal.

—Sip, pero dice que no te acerques mucho o podrían-

—¡Aghh! ¡Me escupió en el ojo!

—Escupirte— ella termina de leer y gira su mirada para ver a Sagitario que comienza a retroceder.

—¡Arde!¡Arde!— se queja el chico mientras frota su ojo con desesperación—. ¡Mi ojo! ¡Me voy a quedar ciego! ¡Estoy viendo la luz!

Aries no puede evitar soltar unas carcajadas.

Aunque su corazón está roto no puede enojarse con Sagitario y dejar de pasar momentos agradables con él. No lo iba a odiar por no aceptar sus sentimientos, igual muy en el fondo de su corazón sabía que eso pasaría. Pero no se rendiría sin antes intentarlo.

Quizá por ahí afuera este un chico para ella.

Uno que tenga la paciencia para armar los pedazos de su corazón como un rompecabezas.

Hola hola!

¿Qué les pareció? Sé vienen capítulo emocionantes 7u7r

También me gustaría hacerles un poco de SPAM  PamDemonium tiene buenas historias zodiacales así que vayan a echar un vistazo.

Dreamie-san

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