21: Esteban (Visita #1)

Era un domingo en la mañana y todos seguían dormidos.

El timbre suena y después de unos minutos Escorpio se despierta molesto ya que la insistente persona seguía tocando

—Malditos testigos de Jehová—frota su cara y sale disparado a la puerta, mira que no hay nadie en la sala y abre la puerta dispuesto a correr a esa molesta persona.

Pero entonces sus ojos se abren de más y su boca casi toca el suelo al ver al corpulento hombre de corte militar frente a él con una maleta colgado de su hombro.

—¿Viejo?

—¿Así recibes a tu padre? Tengo horas tocando aquí, mocoso— le da un golpe en el hombro y entra a la casa haciendo a un lado a Escorpio.

—¿Que haces aquí?—lo sigue hasta la cocina mirando como su padre abre el refrigerador—. Deberías estar en un asilo de ancianos o algo así.

— Y tú en una escuela militar, pero tu madre no quiso firmar—dice él agitando una lata en la cara de Escorpio—. Así que tienen cerveza— niega el hombre y la abre para darle un sorbo—. Espero y sea porque me estaban esperando, si no es así, están en problemas.

Escorpio lo miro mal.

—¿Y que si bebo? ¿Volverás a intentar a enviarme a esa academia militar?—ríe sarcástico y le arrebata la cerveza—. No me hagas reír y dime que coño haces aquí, viejo.

—¿Cómo que que hago aquí niño? Vengo a ver qué están haciendo, que todo esté bajo control, no hayan quemado la casa, embarazos no deseados o algún muerto.

Escorpio se carcajea.

—¿Y vienes tu precisamente a ver si está todo bajo control? Bueno, ya lo viste, ahora fuera, no es necesaria tu presencia aquí.

—Este mes es mi turno, tu madre está de viaje y no queda opción—deja salir un suspiro—. No me iré hasta dentro de dos días.

—¿Dos días?!—aprieta las manos en puños a sus costados—. ¿Te volviste loco, viejo, donde piensas dormir? ¿En la casa del perro?

—Claro esta que en tu cama, hijo malagradecido—preciona su dedo en el pecho de Escorpio—. ¿O vas a dejar que tu viejo duerma en el sofá?

Escorpio pone los ojos en blanco cansado de la situación, ese hombre lo agota de sobremanera.

—Por mi te puedes dormir en el sótano, viejo decrépito.

—¿A quien le llamas viejo decrépito? —frunce el ceño.

Aries entra la cocina tarareando una canción en busca de sus gomitas y al ver al papá de Escorpio se queda callada en la puerta. En seguida, Acuario entra también toda hambrienta y con cara de zombie se detiene detrás de Aries.

El padre de Escorpio mira a las chicas y sonríe levemente.

—Oh, buenos días niñas.

Escorpio ve a las chicas entrar a la cocina y maldice en voz baja, sabe que las acosará.

—¿Quién es usted? ¿Y que hace aquí?— le pregunta Acuario.

—Ya que tu no me presentas— él se gira a las chicas de nuevo—. Soy Esteban, el padre de éste mocoso.

—Buenos días señor—lo saluda Aries con una leve sonrisa y pasa a la alacena a buscar sus gomitas.

—¿En serio?—Acuario mira a Escorpio sorprendida—. ¿Y que hace aquí?

—No importa, él ya se iba—Escorpio lo mira mal.

—No, no es verdad, estaré aquí por dos días—él niega con una sonrisa despreocupada.

—Acuario, Aries, hagan el favor de irse—pide Escorpio.

—Yo quiero mis gomitas—Aries hace un puchero.

—Y yo tengo hambre—la secunda Acuario.

—Deja de poner esa cara y llévame a comprar algo comestible—le ordena su padre.

—Váyanse—las mira furioso para que acaten sus órdenes.

—No les hables así a las niñas—lo regaña.

—Dejaré de hablarles así cuando quites esa mirada de violador cada vez que las miras, creo que será nunca, viejo verde—escupe con los brazos cruzados.

El rostro de Esteban, se endurece.

—No me llames así—se acerca a él desafiandolo con la mirada.

Al sentir la tensión en el ambiente Acuario pone su mano sobre el hombro de Aries.

—Aries agarra comida discretamente y yo me la como ¿si?—le susurra y Aries asiente.

Escorpio siente unas inmensas ganas de lanzar a su padre por la ventana y cerrar todo con llave para que no pueda entrar.

Aries agarra una bolsa de patatas y se la lanza a Acuario.

—Chicas, fuera, ya—repite sin apartar la mirada de su padre.

—Deja de dirigirte a mi como un pervertido—gruñe.

—¿Por qué se llevan así?—Aries los mira un poco confusa.

Ambos la miran.

—Son padre e hijo se supone que deben quererse.

—¿Querer yo a este hombre?—ríe irónico—. Dudo que pueda hacerlo.

—¿Porqué?— se atreve a preguntar Acuario quién sigue comiendo patatas recargada en la estufa.

—Porque es incapaz de aceptar que su hijo no quiere ser como él.

—Tu madre debió firmar ese papel—lo mira mal.

—No, menos mal que no lo firmó—dice algo enfadado al recordar todo lo ocurrido en el pasado.

—No lo entiendo-mira al papá de Escorpio—. Usted es su padre debe quererlo y apoyarlo en sus decisiones no tratarlo como lo hace ahorita.

—¡Lo hice! Lo apoye todo el tiempo— lo mira a él de nuevo—. Incluso si tu madre no estaba de acuerdo, tu sabes que lo hice.

—¿Cuándo me apoyaste? ¡Nunca! Aún me sigues llamando nenaza porque no quise entrar al equipo, ¡No te hagas la víctima porque estén ellas presentes!—Hace un ademán con las manos furioso.

—No debería juzgarlo y decidir sobre su vida como si fuera la de usted y perdón que se lo diga pero debe dejarlo vivir si comete un error no está mal todos lo hacemos en nuestras vida y de eso vamos aprendiendo-lo mira haciendo un gesto de desaprobación.

—Tu no entiendes niña— le sonríe suavemente y al mirar a Escorpio de nuevo su mirada se endurece.—¡Eras el mejor! ¡Pudiste llegar muy lejos!

—Es imposible hablar con él, es un jodido cabezón-resopla.

—Pues lo heredaste—Esteban alza la ceja.

—No lo llame así, no por que sea su "papá"—hace comillas—tiene derecho a insultarlo.

—Si, llegar lejos mandando a chicos al hospital, gran futuro—aplaude irónico con una sonrisa sarcástica—. No tengo nada tuyo, salí a mi madre.

Acuario sólo sigue mirando mientras se come sus papas.

—Esto—lo señala con el índice—, es culpa de tu madre, te consiente mucho.

—No la culpes a ella, maldito viejo—da dos pasos hacia su padre molesto de que culpe a su amada madre—. Y deja de decir mierdas por esa boca.

Aries mira a Escorpio que en cualquier momento va a golpearlo y piensa en intervenir pero no sabe que hacer.

—Aún estas a tiempo de volver—suaviza su tono de voz—. Hablaré con tus maestros, el entrenador de tu escuela y te apoyaré en todo—lo mira comprensivo—. Yo sé que te gustaría volver, si, mandaste un chico al hospital, fue sólo un accidente y lo sabes.

Aries se interpone entre Escorpio y su papá preocupada.

De la ira retenida una vena en su cuello comienza a notarse, así como su respiración comienza a agitarse, este hombre saca lo peor de él.

—Aries apártate, no haré nada, por muchas ganas que tenga y tú, viejo, supera el tema.

—No, sé que esto no va acabar bien—suspira—, y no está bien que hagan esto

—No me interesa si fue un accidente o no, ese pobre chico fue llevado a la hospital, estuvo casi medio año ahí—el recuerdo aun le atormenta—. No soy como tú, no me gusta hacer daño a la gente.

—No puedo creer que seas tan débil por hacer que eso te detenga—entrecierra los ojos—. ¿O hay otra razón?

—Aries por favor... apártate, no quiero que salgas lastimada—trata de apartarla inútilmente.

—Insultarse mutuamente no es como deben hablar, son personas adultas comportense como tal, no como dos jodido niños—los mira a ambos cansado de la situación

—Niña, ¿que tal si nos dejas hablar solos?

—¿Usted cree que soy estúpida?

—No, pero no eres parte de nuestra familia.

—Aries, apartaré y vete—la mira fijamente para convencerla, comienza a desesperarse.

—Si hay una razón dime—exige Esteban.

—¡No hay ninguna razón!—grita fuera de si—. ¿A caso estas sordo o es que tu cerebro no llega a comprender algo tan sencillo como eso?

—¡Y yo como voy a saber algo si tiene más de dos años que no hablamos!

—Me iré—Aries voltea a mirar a Escorpio—, si me necesitas estaré en el patio

—Yo te sigo— dice Acuario detrás de ella.

_Gracias—trata de sonreír a las chicas pero le sale una mueca rara del enfado cuando regresa la mirada a su padre.

—Desde que entraste a la preparatoria no me has dirigido la palabra.

—Ni necesidad hay de que lo haga si no eres capaz de aceptar algo tan sencillo como eso y vas a seguir viéndome de esa manera.

—Solo no quiero que ningún hijo mío sea débil. Yo no te enseñe a ser así.

Escorpio aprieta la mandíbula, sabe que esta en su límite y va a terminar explotando.

—No soy débil—musita furioso.

—Pues has demostrado lo contrario, ya nisiquiera te conozco—él niega.

—¡Cállate maldita sea!—se acerca aun más a su padre sin dejarse intimidar, incluso es algo más alto que su padre y eso le da seguridad—. No. Soy. Débil —gruñe entre dientes—. No es lo mismo ser débil a ser un completo cabrón como tú quieres que sea.

—¿Entonces prefieres estar en esta casa con otros niños sin hacer nada productivo a luchas grecorromana?— dice indignado—. En serio has cambiado, me decepcionas.

—Resulta que si, estos "niños"—hace comillas con sus dedos—, me respetan y no me llaman débil, nenaza o inútil cada cinco minutos y como tú no respetes a estos niños te aseguro que te iras de aquí.

—¿Me estas amenazando?— lo mira desafiante entrando en un ambiente pesado y tenso.

—¿Y que si lo hago?—alza una ceja aún con sus manos en puños a sus costados.

Una mosca vuela por la toda la cocina y se para en la punta de la nariz del hombre. Escorpio al ver la mosca trata de matarla, sin medir para nada su fuerza por la furia, acaba golpeando tan fuerte la nariz de su padre, que lo hace retroceder unos pasos sonsteniedo su sangrienta nariz.

—Oh demonios, le di a la mosca— sonríe cínico.

—Maldito mocoso, aún tiras buenos golpes—se levanta con una sonrisa y le regresa el golpe justo en la cara sosteniendo esa sonrisa—. Pero no debiste hacerlo.

Escorpio le mira con furia trás limpiarse la sangre de su labio superior, se está enfadando más.

—Tu tampoco debiste—con más fuerza que antes le lanza un puñetazo a la cara y otro a la boca del estómago.

Esteban escupe la sangre y se endereza para golpearle la entrepierna, pero Escorpio logra esquivar ese golpe directo y sin esperar a que su padre se de cuenta, alza la pierna para golpear el estomago de este y luego lo tire al suelo de otro puñetazo.

Cáncer entra a la cocina encontrándose con esa violenta escena.

Esteban se levanta enseguida y le mete otro golpe en la cara con el puño cerrado. Cáncer al ver la situación, lo único que consigue hacer es correr hasta donde se encuentra Escorpio.

—Oye, ¿estás bien?—Pregunta agitado mirando a Escorpio y a Esteban por tiempos, sin entender que está pasando.

Escorpio deja de mirar a su padre al ver a Cáncer, su Cáncer, acercarse a él, pero todo parece detenerse cuando se padre en un descuido golpea a Cáncer en el rostro.

—Lo siento pequeñin—él sonríe y sacude su mano—, fue un accidente.

Aries entra a la cocina al escuchar mucho ruido. Al mirar a Cáncer cubriéndose la boca y apretando los ojos corre a él asustada.

—¡Cáncer! ¿Qué pasó?—ella lleva su molesta mirada a Escorpio y su padre—¡Sabía que no era buena idea dejarlos solos!

Entra Géminis con saliva seca aún en la comisura de sus labios y se detiene a lado de Acuario que sólo ve todo comiendo patatas.

—Que show—le dice ella.

—Ni que lo digas—Géminis hace un gesto metiendo la mano en la bolsa de frituras.

—¡Cáncer!—exclama fuera de si, totalmente asustado, al ver la cantidad de sangre que se escapa de la nariz de su cangrejito—. ¡Maldito cabrón! ¡Él no te hizo nada!

Se abalanza sobre su padre más enfadado aún y comienza a golpearlo sin descanso mientras el hombre solo lo mira divertido esquivando algunos golpes y otros no.

—¡Tenemos que detenerlos!—Aries mira a Acuario y Géminis por ayuda.

—Me da flojera pero si no lo hacemos se mataran—Acuario dejando salir un suspiro dándole la bolsa de frituras a Géminis—. Tú a Escorpio y yo al viejo.

—No—las detiene Géminis—. Se pone bueno

Un golpeado Escorpio sigue lanzando golpes enfurecido a su padre, que comienza a agotarse.

—¡Se van a matar!—chilla Aries.

—¡Escorpio!—grita Cáncer espantado, viendo como el chico golpea a su padre con toda la fuerza posible y sabe que si sigue así nada bueno resultará—. ¡Escorpio, para ya!—grita desesperado.

Aries se acerca a ellos tratando de separarlos pero al ver que es imposible Y sólo podría salir lastimada toma una casuela y le da en la cabeza a Géminis por equivocación.

—¡¿Y a mi porqué?!—Géminis se soba la cabeza y le da un zape a Aries—. ¡Ten cuidado!

—Lo siento—ríe—, no quería darte a ti.

Escorpio esscucha a Cáncer de fondo y eso le debilita lo suficiente como para que su padre tome ventaja Y le de un fuerte golpe.

—Bastardo—sisea tratando de zafarse de él tambien entre golpes.

—Dame eso—Acuario agarra la casuela de las manos de Aries y le da en la cabeza al viejo lo suficientemente fuerte para que éste se desplome en el suelo.

Escorpio ve estupefacto como Acuario golpea a su padre.

—¿Qué cojones?—frunce el ceño y corre desesperado hacia el lloroso Cancer que se soba la nariz.

—Ven, que te voy a curar—pasa su brazo por el hombro de Cáncer y lo lleva a su cuarto.

Géminis, Aries y Acuario arrastran al padre de Escorpio a la habitación que Sagitario y Cáncer comparten.

—Uuf, Mr. Esteroides está pesado—se queja Acuario jalando la pierna del señor para subir las escaleras.

—Iugh, tiene sangre en la boca— Géminis hace un gesto de asco.

—Tiene sangre por toda la cara, no sabía que Escorpio podía ser tan violento—dice Aries jalando la otra pierna, pero recuerda lo que le hizo a Tauro la primera semana que de conocieron por haberse comido las galletas que le había regalado Cáncer—. Olvida lo que dije.

Después de minutos logran subir las escaleras y meter al viejo a la habitación donde está Sagitario aún dormido.

—¿Y que hacemos? ¿Así lo dejamos?— le pregunta Acuario a las chicas que sólo observan a Esteban en el suelo semi-inconsciente pensando que hacer.

—¿Y sí lo subimos a la cama de Cáncer?—propone Aries.

—Nah, ya hicimos mucho subiéndolo hasta aquí—Géminis limpia sudor de su frente—. Tengo hambre ¿Alguien quiere hotcakes?

—Yop.

—¡Yo también!

Las tres salen de ahí cerrando la puerta.

...

Cáncer se sienta en la cama de Escorpio mirando como el chico agarra el botiquín que tiene bajo la cama para emergencias.

De ahí saca lo necesario para curar la nariz y los labios de su tierno Cáncer y se pone de rodillas frente a él.

—Joder, maldito bastardo, se te está hinchando—aprieta la mandíbula mientras examina el golpe.

Cáncer se deja curar por Escorpio, soltando pequeños quejidos de dolor. Mira las heridas de la cara del otro chico con una expresión de dolor, pero se fija en la de su labio, levanta su mano derecha y lo toca con suavidad e inocencia. Al darse cuenta de tal situación, se vuelve un desastre y se pone como un tomate, apartando su mano rápidamente.

Escorpio se sorprende al sentir la calidez del pequeño roce de su dedo en sus labios y lentamente aparta el pequeño algodón que usaba para limpiar la zona del golpe y mira fijamente los ojos de Cáncer

—¿Qué ocurre, cangrejito? ¿Te gustan mis labios?—sonríe coqueto aún que deja de hacerlo al sentir dolor de la herida del labio

—A-ah, bueno, son lindos-tartamudea sin pensar—. Quiero decir, no no-se pone rojo de nuevo Y desvía la mirada—. Sólo quiero curarlos.

Aunque la realidad es otra, esa sonrisa le parecía demasiado bonita y tal cercanía lo estaba poniendo nervioso.

Mira a Cáncer sorprendido cuando escucha que sus labios le parecen lindos, jamás había esperado que pensase eso y de alguna forma lo emociona y le revoluciona, tiene ganas de besarlo, tocarlo, acariciarlo y hacerlo suyo pero sabe que no puede, no si quiere que ese chico no se aleje de él. Sabe que eso lo mataría.

—Cúralos entonces, soy todo tuyo—le guiña un ojo seductor mientras le acerca el botiquín.

Cáncer se vuelve a poner nervioso y hace más presión de lo necesario en la herida, sopla de manera inocente para aliviar su escozor pero se encuentra demasiado cerca de la boca del contrario.

Escorpio no puede evitar darse cuenta de que si decidiese inclinarse solo un poco hacia delante, podría besar perfectamente al chico. Traga saliva, está dispuesto a caer en la tentación, está dispuesto a correr el riesgo, muere por besarle. Lentamente comienza a acercase a su boca, pero justo cuando está por rozar sus labios Cáncer le detiene.

—No, no quiero esto, lo siento— susurra completamente sonrojado y sale corriendo.

Un asombrado Escorpio observa apenado como Cáncer se aleja y se da cuenta que acaba de ser rechazado por el chico que quiere.

Pasa saliva y golpea la almohada.

—Mierda.


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¡Hola!

El padre de Escorpio es una persona muy violenta ¿no es así?

¿Cómo serán los padres de los otros signos?

¡Gracias a las chicas que me ayudan a crear este hermoso capítulo! Las amo 7u7

Dreamie-san.

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