Parte 88: La sorpresa
Jin estaba quitándose las medias lentamente, mientras Namjoon metía la mano dentro de la ducha caliente, comprobando que estuviera bien la temperatura para meterse debajo del agua.
-Listo... vamos
-Insisto a que sea lo que sea deberíamos dormir primero un rato antes de ir
-No podemos esperar, si lo hacemos no tendrá sentido
-¿Por lo menos puedes darme una pista de lo que es?
-Por supuesto que no, nos seas bobo, perdería el sentido de "sorpresa"
-Bien, bien, aunque no se que podría justificar salir a las 6 de la mañana.- Refunfuñó ligeramente, metiéndose debajo de la regadera, y dejó que el agua le mojara la cara un poco, mientras Namjoon lo veía como un completo enamorado
-¿Qué?...
-No hay nada más bello en este mundo... que tu bajo la ducha...
Jin se sonrojó un momento, y tras ello le extendió la mano, invitándolo a entrar.
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Namjoon bajó del elevador junto con Jin, tomándolo de la mano como si fuera un niño pequeño, mientras el otro bostezaba a sus anchas, tallándose uno de los ojos, y siguió caminando sin prisa, pero no caminaron hacía la camioneta de Yoongi, sino a un rincón en el estacionamiento, en donde un extraño y gran objeto se encontraba tapado con una manta, Jin terminó por tallarse ambos ojos cuando Namjoon la destapó abruptamente.
-Tu motocicleta....-Dijo sorprendido
-Si... pude recuperarla... aunque me la revendieron casi al doble
-Vaya... me hace recordar demasiadas cosas...-Dijo feliz y nostálgico, tocándo el manubrio, mientras por su cabeza el recuerdo de aquella primera vez le llegaba a la mente, y fue interrumpido solo cuando Namjoon le ofreció un casco.- Me alegra mucho verla de nuevo
-Vamos, póntelo...
-¿No es esta la sorpresa...?
-No... esto solo es el primer paso, ahora sube.- Dijo colocándose un casco cuidadosamente y Jin lo siguió, sujetando, como solía hacer antes, la cintura de su amor, y tras ello salieron a toda velocidad del estacionamiento, dejando el edificio donde vivían atrás.
Estaba todo solitario, las calles vacias parecían un desierto de luces de colores que dormitaban, y a pesar de ello Jin vió por un momento en sus recuerdos los destellos del sol pasando por en medio de las copas de los árboles, y pudo oler el bosque de nuevo, Namjoon también pudo hacerlo, sintió de nuevo las mariposas en su estómago por sentir las manos de Jin rodeándole la cintura y sobre todo, vió por un momento las flores moradas del campo, coloreándolo todo con su ola de perfume púrpura.
-Tenía mucho miedo.... De que fueras a matarme esa vez...-Dijo Jin riéndose y Namjoon deteniéndose ante una señal de alto lo miró sobre su hombros fijamente, sintiendo que el corazón se le derretía de amor
-Ya casi llegamos...-Dijo sin más, avanzando con la señal del siga, por la calle que aun desierta que comenzaba a tener un poco a pesar de la oscuridad.
Llegaron a una calle amplia, en donde Namjoon estacionó la motocicleta con calma, y tras ello dejaron los cascos encima, dirigiéndose a un edificio de apenas 3 pisos de altura, que lucía lindo, y sin embargo se veía bastante antiguo.
-¿Que hacemos aquí?
-Quiero mostrarte algo... ven.- Indicó Nam sonriendo, y lo tomó de la mano, dirigiéndolo al interior, y a pesar del aspecto de aquel edificio se sorprendió, pues el interior lucía sumamente hermoso.
Subieron con calma, por las escaleras de caracol, pasando primero por la puerta de un departamento en la planta baja, otro en el primer piso, y después otro en el segundo, hasta que llegaron a una puerta pesada en el tercero, y entraron, descubriendo completa oscuridad en el interior.
-Con cuidado.- Susurró Namjoon, y por un momento Jin dibujó un cuadro del sitio dentro su cabeza: primero por el sonido de los zapatos de ambos en lo que parecía ser duela de madera, y después siguiendo los pasos lentos de Namjoon pudo oler pintura a medio secar proveniente de las paredes, y tras ello algo sumamente hermoso y particular, porque cerca, demasiado, pudo escuchar las hojas de los árboles moviéndose por el viento, como si los tuviera de frente, pero no los tuvo, en su lugar subió un diminuto escalón hacia lo que parecía ser una puerta de cristal, y tomado de la mano de su amor continuó, encontrando un hermoso balcón que daba hacia un barranco oscuro.
-Llegamos...-Susurró Nam dándole un empujoncito para que tocara el barandal enfrente suyo y tras ello se posó detrás de Jin, recargando su barbilla en el hombro del castaño, mientras lo mecía.
-¿Que... es este lugar?
-Espera... y verás...-Dijo mientras el sol, imponente, de color caso frio, comenzaba a asomarse de a poco, primero quitando la oscuridad helada de encima suyo y después saliendo por un lado, comenzando a iluminar el enorme barranco debajo de ellos, lleno de árboles enormes. Jin abrió los ojos y como si fueran estrellas centellantes brillaron, al tiempo que la luz descubria de a poco el resto del enorme balcón en donde estaban parados
-Nam...-Dijo con los labios temblándole, al ver un pequeño comedor de jardín al lado de ellos, y después, como si se comiera la escena, divisió detrás suyo un departamento sumamente hermoso, con paredes blancas y ventanales gigantes por el que la luz se colaba, y mejor aún, como un sueño, ahí estaba, extendiéndose ante su vista: un jardín interior cuyas paredes y piso de madera combinaban como una de las escenas más hermosa de su vida, porque en medio de él un roble gigante se asomaba, como si partiera el piso de forma armoniosa. –Es... es hermoso... p-pero...-Dijo tragando en seco, desconcertado, y por fin, después de toda la impresión volteó a ver a su amor, buscando su rostro, y cuando lo encontró, cuando porfin hayó su sonrisa no pudo evitar romper en llanto, llevando sus manos a la cara para ocultar su cara rosada y empapada.
Namjoon estaba ahí como siempre, hermoso, coloreado en tatuajes y con su sonrisa socarrona y brillante, pero no fue por ello que rompió en llanto, fue porque su amor estaba en el piso, arrodillado, y en sus manos sostenía una caja pequeña de terciopelo, del cual un anillo de oro blanco se asomaba, esperándolo.
-Nam...-Dijo apenas, con la voz colapsada por las lágrimas
-Te dije que... un dia me dieras el honor de aceptar esto...-Musitó.- Pero no pude pedirlo hasta ahora, porque no tenía nada que darte.- Dijo quedito, mirándolo fijamente.- Ahora te doy este anillo, en lugar de la plata vieja que un dia vestí... y te ofrezco esta... casa del árbol... como prueba de que he de entregarte todo lo que soy y lo que tengo...- Jin se llevó las manos a la boca, sin poder contener sus lágrimas, mientras Nam, tomando el anillo entre sus dedos le sonreía, ofreciéndole su mano con ternura.- ¿Te... casas conmigo?
Jin asintió repetidas veces con rapidez casi nerviosa, y le dio la mano, sintiendo las manos rugosas de Namjoon tomarlo con calidez, y tras ello deslizó el anillo en su dedo anular, levantándose para tomarlo entre sus brazos con cariño.
-Yo... me hubiera quedado contigo siempre, aun cuando ese anillo al que llamas viejo fuera lo único que me hubieses dado...-Dijo entre lágrimas, hundiéndose en su pecho.
-Por eso te merecías el mundo entero....
-Esto... es lo mas hermoso que he visto en mi vida...-Dijo Jin sorbiendo la nariz, y recargó el mentón en su hombro, viendo hacia arriba las hojas del árbol moverse ligeramente por la brisa de la mañana, dejando que la luz del sol pasara entre ellas como tímidas estrellas.
-Volvimos... a la casa del árbol
-Volvimos a la casa del árbol.- Sonrió
Capitulo 4 de 6
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