Parte 78: Advertencia

-¿Como te sientes?

Ni siquiera había terminado de abrir los ojos del todo, cuando una sonrisa amable lo recibió, como una bendición, porque después de todo el dolor que lo había aquejado aquella sonrisa amplia y blanca, como la de un angel le obsequiaba paz, y sobre todo felicidad. Entonces todo se fue: el dolor en su espalda, su incertidumbre y su miedo de estar en un lugar desconocido, porque su hogar estaba delante suyo, y con felicidad acercó la mano a su rostro herido, examinándolo cariñosamente, como hacía desde que eran niños.

-Jin...-Dijo casi rompiendo en llanto, después de toda la ausencia, después de todo el dolor y las lágrimas, después de que la vida parecía habérsele ido de las manos, ahí estaba: su mejor amigo, su hermano, su familia... su hogar. Por eso se incorporó como pudo, y lo rodeó con los brazos impaciente, hundiéndose en su pecho, suspirando de alivio.-Jin...

-Hola...-Dijo recibiendo su abrazo con cariño.- Te eché de menos...

-Y yo a ti... -Musitó, tragando la emoción en su garganta y tras ello lo soltó poco a poco, viendo que en el buró de al lado un plato de sopa humeante descansaba, aguardándolo.

-Debes tener hambre...

-¿Qué paso?, ¿Dónde está padre?

-Él te trajo aquí... ¿lo recuerdas...?

-No... yo... sólo recuerdo que me llevó a casa del señor Minjoo... dijo que iba a buscar una dirección y después...-Musitó, viendo hacia la nada, tratando de recordar.- Había un auto...

-Bueno... -Dijo resoplando sin saber cómo comenzar a explicarle

-Jin... ¿en dónde estamos?

-En la casa de Min Yoongi...

-¿Min... Yoongi?

Jin sonrió de forma agridulce, mirándolo un momento.- Es amigo de Namjoon, vivimos aquí...

-Kim Namjoon... No entiendo...-Balbuceó

-Padre nos contó lo que pasó...-Dijo sonriendo, acariciando su rostro.- Por eso te trajo aquí

-No... -Dijo tratando de levantarse.- No Jin, él...

-Espera por favor... te harás daño

-Padre... él...

-Él va a estar bien... el sheriff garantizó su seguridad pero tu... -Dijo haciendo una pausa.- Tu estarás mejor con nosotros

-Pero padre... estará solo

-No... no va a estar solo Ken... tiene a nuestras madres... tiene a los niños, a todas las personas que lo cuidarán en el pueblo

-Jin... no podemos dejarlo así

-Si vamos todo empeorará... por favor entiéndelo

-Pero él... nuestra iglesia...

-Ken...-Dijo tomándolo del mentón, exhortandolo a mirarlo, a tranquilizarse.- Ken...-Susurró.- No podemos volver...

-P-pero... yo...-Dijo con los ojos perdidos, llorosos.- ¿Que haré...?- Dijo angustiado

-Eso ahora mismo no importa... ya pensaremos en algo, ¿está bien?

-Si...-Dijo tranquilizándose.

-Estamos juntos... yo cuidaré de ti

-Si...-Dijo angustiado, recargando el rostro en su pecho, como si quisiera consuelo.-Jin... yo...-Musitó, llevando la mano al mentón de Jin, inspeccionando su rostro con atención, de una forma en que sus ojos parecían cautivados por esa belleza casi hipnótica que los caracterizaba desde que era un niño.- Pensé que... no volvería a ver tu rostro...

-Aquí estoy...-Musitó acariciándolo

-¿Estás bien...?

-Yo estoy bien... Namjoon cuida de mi...-Sonrió, pero ken siquiera le importó aquel nombre, estaba perdido en sus ojos, en su boca que le sonreía, y sin embargo, un sentimiento de frio, casi miedo comenzó a sentirse en la habitación, por eso desvió su atención al resto del cuarto, y ahí fue que lo encontró: un par de ojos rojos, casi brillantes, que lo miraban de forma asesina, desde un rincón de la habitación. Kim Namjoon yacía de pie al lado de la puerta, con los brazos cruzados y la espalda recargada en la pared, en silencio.



-Deberías comer la sopa... Jae Hwan... Jin la preparó para ti está mañana...-Dijo Namjoon al percatarse de que se había dado cuenta de su presencia, en un tono que nada expresaba, y tras ello Jin le sonrió a Ken, pidiéndole tolerancia.

-Claro...

-Vamos hermano, debes comer.- Dijo Jin amablemente, acercando el buró a la cama, y sin embargo miró a un lado a otro, sintiéndose un tonto.- Olvidé la cuchara, ya vengo.- Dijo el castaño, levantándose con rapidez y antes de salir de la habitación recibió de Namjoon una sonrisa sumamente hermosa, de amor profundo, que lo detuvo unos segundos antes de dirigirse a la cocina, y dejarlos solos.

Namjoon volvió a su semblante serio, casi asesino, y miró a Ken fijamente, pero el joven de tez alba y cabello negro no se inmutó, le sostuvo la mirada con firmeza.- ¿Qué pasa? No vas a matarme...?

-Quisiera...-Dijo sin más.- Pero eso heriría a Jin...

-Ya veo...

-No lo toques de esa forma otra vez... o te romperé las malditas manos...-Gruñó

Ken sonrió por lo bajo, tentado a responder la agresión.- Oh vaya, y si el me toca que harás...?

-No juegues conmigo... estás aquí porque él me lo pidió... porque cree en ti.- Dijo seriamente, sorprendiendo a Ken.-Pero yo no confio en ti... quiero que estés conciente... intentaste violarlo y por tu culpa casi muere...

-Lo sé.- Dijo sosteniéndole la mirada, aunque por dentro su corazón sangraba por sus estupideces.

-Bien... no lo olvides si es que valoras tu vida...-Gruñó.- Porque si lo veo herido por tu causa, aunque sea mínimamente... Voy a apuñalarte mientras duermes...

-No... le haré daño...-Aseguró, desviando la mirada, apretando las sábanas debajo de sus puños.- Jamás volvería a hacerlo...

-Más te vale.- Dijo descruzando sus brazos, y tras ello relajó su postura, escuchando los pasos de Jin volver por el corredor

-Ken, hice pastelitos.- Dijo feliz, sonriendo de forma hermosa, y alzó el pequeño plato enseñándole el delicioso postre y la cuchara que sostenía en la mano

-No tienes idea de las ganas que he tenido de uno...-Dijo regresándole la sonrisa, tratando de quitarse el mal sabor de boca de la conversación anterior

-Empezaré con las citas...-Dijo Nam colocando la mano en la cadera de Jin, distrayéndolo un poco

-Si Nam...

-Si necesitan algo díganmelo, ¿está bien?- Dijo de forma amable, tomando el rostro de Jin para darle un beso tierno en la frente

-Si Nam...-Musitó con los ojos cerrado, recibiendo el beso

-Te amo...

-Yo más...-Musitó con la mejillas sonrojadas, poniéndose de puntas para depositar en sus labios un beso pequeño y tras ello el menor salió de la habitación, dejándolo solos.-Bien... entonces vamos a comer...-Sonrió

-Si...-Dijo Ken suspirando, sonriendo por lo bajo

-¿Que?

-Eres muy cursi...

-Hey... que malvado eres...-Dijo haciendo un puchero.

-Me alegra verte feliz...-Dijo de repente, sorprendiendo a Jin

-Hermano...

-La verdad es que pensé que ... por mucho que te amara y tu a él... no podía quitar de mi cabeza la imagen de una casa fría y sucia, llena de vagabundos con dibujos paganos... consumiendo drogas

Jin soltó una pequeña carcajada, contagiando a Ken.- Y decía que yo exageraba...

-Bueno... no puedes culparme... quien esperaría que el fuera una persona así...

-Es... maravilloso hermano...

-Ya lo veo...-Dijo sonriendo -Y la otra persona que vive aquí...-

-Ah... a ellos te los presentaré después, ahora mismo están ocupados, son buenas personas también, es solo que... bueno... son como Namjoon

-Dios me ampare...

-Vamos no seas malo... son difíciles al principio pero... tengo una idea...

-¿Idea?

-Así es...-Sonrió.- Tengo una propuesta que hacerte...

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El sol de la mañana siguiente empezaba a salir de repente, cuando un olor delicioso proveniente del horno comenzó a inundar toda la casa, despertando a los presentes: primero Namjoon salió adormilado de la habitación, caminando por el pasillo mientras bostezaba, y tras él, como ratones atraídos por la flauta de Hamelin, Jimin y Yoongi salieron de la habitación, y parecía algún tipo de carrera de zombies, siendo acaparada por la cabeza rubia que se adelantó cuando siquiera había podido abrir los ojos y la razón era simple, porque Min Yoongi amaba con todo su ser el chocolate.

-Jinnie...-Dijo su novio adormilado, mientras el castaño ponía la mesa

-Que bueno que se levantaron, ya vamos a desayunar

-¿Desayunar?

-Si... hice huevos revueltos y Pan

-¿Porqué huele a chocolate?.- Dijo Min Yoongi ignorando las otras menciones

-Ah... es algo que Ken y Yo pusimos en el horno, estará listo en un rato, así que mientras desayunemos

El nombrado de cabello negro y tez alba se asomó desde la barra de la cocina, haciendo una reverencia con la cabeza.- Buenos días...-Dijo con respeto y Jimin sonrió divertido

-Yoongi Hyung...-Dijo Jin sonriendo.- Él es mi hermano... Su nombre es Jae Hwan...

-Mucho gusto... Joven Min Yoongi -Dijo Ken ligeramente nervioso y tras ello miró a Jimin

-Él es Park Jimin... es novio de Yoongi Hyung

-Hola.- Dijo Jimin con la mano

-Mucho gusto... Joven Jimin... -Dijo haciendo otra reverencia respetuosa y Jimin, sonriendo divertido se acercó.

-Es gracioso.- Dijo bajo risitas.- Ellos hablan igual, como ancianos, pero son muy jóvenes...

-Disculpe...-Musitó Ken avergonzado

-¿H-hablo como anciano?.- Dijo Jin apuntándose a si mismo con el dedo, pero fue ignorado en el instante

Yoongi no dijo nada, se sentó a la mesa, tomando un pedazo de Pan y se lo metió a la boca, viendo su celular como si nadie más estuviese ahí

-Bueno siéntense.- Dijo Jin, trayendo acto seguido una serie de platos, mientras Jimin y Nam comenzaban a poner la mesa

Ken se quedó parado, ligeramente nervioso, y sin embargo Jin lo sentó al lado del rubio, poniéndolo incómodo, pero Ken sintió la necesidad de decirle algo, y mientras los demás se dedicaban a poner la mesa él se aclaró la garganta, viéndolo masticar despreocupadamente.

-J-joven Min Yoongi... yo...

-No me digas Joven... soy mayor que tu.- Resopló sin siquiera verlo

-Lo siento... yo... quería agradecerle que me permita estar aquí unos dias...

-Bien, espero que sean solo unos días...-Dijo sin más, poniendo a todos incómodos

-Si...-Musitó Ken bajando la cabeza

El desayuno siguió en silencio, y aunque todos amaban la comida de Jin nadie hizo un elogio o pronunció siquiera una palabra. El objetivo de Jin era simple, hacer que Ken se llevara bien con Yoongi para lograr un ambiente menos tenso en la casa, después de todo estaba perfectamente conciente de que Yoongi detestaba tenerlo ahí, su plan no estaba funcionando para nada, y sin embargo confiaba en que su arma secreta lograría que todo saliera bien.

-Ah... hermano.- Dijo interrumpiendo.- Ya pasó media hora... debe estar listo

-Si...-Dijo el incómodo chico, levantándose de la mesa

-Jae Hwan hizo algo especial como postre...-Dijo Jin sonriendo, viendo a su hermano dirigirse a la cocina.- prepararé café para acompañarlo.- Dijo finalmente, y se levantó para ayudarlo

-Yo no quiero nada.- Dijo secamente el dueño de la casa, levantándose, acomodándose las pantuflas sin cuidado

-Yoongi...-Dijo Jimin viéndolo con ojos suplicantes, cuando de repente la puerta de la cocina se abrió y de ella Jae Hwan salió cargando un pastel oscuro, que olía delicioso. Jimin vió los ojos de su novio, dilatados como los de un gato que juega, y sin más volvió a su asiento, sin perder de vista aquel pastel de chocolate

-Aquí está...-Dijo Ken colocándolo en el centro de la mesa

-Vaya... juro que he visto un pastel como ese en alguna película

-Se parece al pastel que se come bruce en matilda.- Dijo Jimin divertido

-Este no es tan gigante...-Dijo Jin sonriendo

-Ah... es parecido...-Dijo JaeHwan sonriendo complacido por la mirada de los presentes.- Este es...

-Pastel del diablo.- Murmuró  Yoongi casi salivando.

-Si... ese es

-¿Pastel del diablo?, que clase de nombre es ese?

-Yo quiero.- Dijo Yoongi interrumpiendo, acercándole un plato a Ken con impaciencia.- ¿Está bien hecho?

-Yoongi!

-Oye... no cualquiera puede hacer pastel del diablo...

-No te preocupes Hyung.- Dijo Jin.- La especialidad de Ken es este pastel... lo hacía cada cumpleaños de los niños

-Bien entonces sírveme.- Sentenció con impaciencia y mirando titubeante a su hermano prosiguió a servir un poco.

Yoongi saboreó un pedazo grande, seguido de los demás que probaron el pastel, por supuesto que Namjoon lo hizo con un poco de desagrado, y sin embargo por Jin fingió que también tenía curiosidad, aunque  no lo hubiese notado, estaba atento a las expresiones de Yoongi que lo saboreaba feliz como un niño.

-¿Todos ustedes son reposteros?.- preguntó Jimin viendo la cara de felicidad de su novio

-Bueno... no exactamente pero las madres nos enseñaron a cocinar postres para las ventas del convento

-Está delicioso.- Afirmó el de sonrisa amable, llevándose un pedacito a la boca, masticándolo sin prisa.- Aunque me parece irónico que su especialidad sea algo que lleva la palabra "diablo" en el nombre

-Si... un poco creo...-Dijo Jin sonriendo.- En fin quería comentarles algo con esto... sobre un pequeño trabajo que Ken y yo estaremos haciendo

-¿Trabajo?

Capítulo 2 de 6 de hoy ♥️

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