Parte 13: Tortura

-Padre mío... Perdóname por lo que he hecho.- sollozó
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-Voy a matarte.... -Gruñó Namjoon con furia, con toda la intención de hundir dolorosamente sus nudillos en la tez blanca del castaño, cuando escuchó a su tío gritar a sus espaldas

-Hijo!, hijo no, no.- Suplicó el anciano, hiperventilando por haber salido tras ellos, con la necesidad que recargarse en la pared para seguir sosteniéndose sobre sus débiles piernas y al verlo Namjoon hizo una pausa total en lo que pretendía, levantándose, jalando a Jin del cuello con violencia, y lo puso frente a su rostro, mirándolo con el odio mas grande que había dentro de él.

-Lárgate....-Dijo entre dientes.- ¡LÁRGATE DE AQUÍ!.- Gruñó finalmente, azotándolo contra la pared y tras ello corrió hasta su tío, sosteniéndolo con cuidado. Jin estaba en completo pánico, y no supo por breves segundos lo que pasaba, solo que Namjoon había tomado al anciano de la mano, y se lo llevaba de vuelta a casa, dejándolo solo en aquella cruda calle.

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Estaba temblando, sentado en su cama, sólo esperando el momento en el que Namjoon fuera a cazarlo como si fuese un conejo indefenso. Se preguntó ¿porqué había hecho algo así?, ¿porqué todos los golpes, las humillaciones y los gritos no había sido suficiente para enseñarle que debía mantenerse al margen con el menor?. Era un tonto, un completo tonto y ahora solo le esperaba la mas insufrible paliza de su vida, si no es que la muerte, dependiendo de que tan misericordioso fuera con él.

No vió a Ken cuando regresó a su habitación, ni siquiera fue a cenar o a confirmarle al padre Seejin que ya había llegado a casa, tenia miedo, demasiado, por eso se encerró: puso seguro a la puerta, a la ventana- y que Dios lo perdone- tomó un palo de madera de la cocina y lo puso detrás de su colchón, porque en el peor de los casos sabía que tendría que defenderse... y nadie podria ayudarlo, ni siquiera su padre.

Habían pasado segundos paranoicos, en lo que dejaba de temblar por momentos, pero también en los que cualquier ruido del exterior lo puso alerta, sobresaltándolo, y se mordía los labios angustiado, con un nudo en la garganta. Pensó apelar a su lado bueno ingenuamente, aunque después de pensarlo bien se dió cuenta de que era algo imposible razonar con él, pensó en huir, pensó en irse a esconder con el padre Seejin, o con Ken, pero todo terminaba siempre en lo mismo, era imposible conseguir ayuda, más cuando Kim Namjoon seguía teniéndolo en la palma de su mano y a la menor desobediencia sería delatado. Por eso se resignó, a que SI, le darían una paliza, una muy dolorosa, humillante e insufrible, pero tal vez no pasaría de ahí... tal vez.

Los constantes sobre saltos y las horas de la madrugada terminaron por vencerlo, y terminó durmiéndose- o mejor dicho casi desmallándose- recargado en la pared.

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Los ruidos de la noche siguieron inundándolo todo, aunque no eran tan fatales, porque de hecho eran pacíficos: el trinar de los grillos, el viento entre las copas de los árboles, tal vez la madera vieja tronando, y entre ellos, súbito pero discreto, el filo de un cuchillo, que se metió en un espacio de la ventana, abriéndola en un sonido casi inaudible, dejando entrar acto seguido a la brisa nocturna, acompañado de una sombra gigantesca y amenazante.

Aquella figura caminó a través de la habitación, lenta, taciturna, hasta que se pocisionó a un lado de la cama de Jin y estando ahí lo observó detenidamente unos segundos, sin hacer ruido alguno.

Jin no pudo percibirla, a pesar del aura asesina que desprendía como un humo rojo rodeándolo, y finalmente, aquella persona llevó una de sus manos al cuello de Jin mientras con la otra le tapó la boca.

El castaño se despertó súbitamente, abriendo los ojos de par en par, y quizo luchar pero le fue imposible, aquellas manos, lo sometieron con fuerza y tras forcejear solo un poco pudo distinguir el rostro de Kim Namjoon gracias a la luz que se colaba por la ventana.

-Voy... a matarte...-Jadeó mirándolo con furia, y tras ello lo levantó con fuerza, arrastrándolo hasta el suelo, en donde retorció sus brazos, sin dejar de taparle la boca, y cuando pudo tenerlo bien sujeto sacó una cinta de su bolsillo, amordazándolo con fuerza.

Jin gimoteaba, negando con la cabeza repetidas veces, apretando los ojos con fuerza, con la cara encendida en rojo por la presión de no poder gritar, pero era inútil, Namjoon lo ató de manos, y teniéndolo en el suelo, completamente sometido tomó el cuchillo que guardaba en su bolsillo, mirando el filo solo un momento antes de voltear a Jin para que lo viera de frente, y el afilado borde del mismo fue dirigido hacia el cuello de Jin, que su piel resintió, empezando a pintarse de rojo, resistiéndose a ser cortada sólo por milagro.

-Tú... imbécil de mierda... te haz atrevido...-Gruñó, aprisionando el cuchillo contra su piel con más fuerza.- Te dije que no te metieras... ¡te dije que no preguntaras!

Jin chilló, incapaz de musitar un sonido siquiera decente, para que alguien lo ayudara, estaba perdido, completamente, y comenzó a llorar desconsoladamente, rezando a su padre, para que cuando llegara pudiera recibirlo en su cielo, que por favor... lo aceptara y pudiera vivir en su gracia aunque no lo mereciera.

-¡No llores! Mierda.- Gruñó su verdugo, con un semblante sumamente desesperado pero a Jin ya no le importaba, había aceptado su destino, su cruel final en manos de aquella persona que... alguna vez...

Solo alguna vez...

Lo hizo sentir... bien... consigo mismo.

-¡He dicho que pares!.- Dijo Namjoon, dejando el cuchillo a un lado, desesperado, y llevó sus manos al cuello del castaño, para empezar a presionarlo. Estaba loco de furia, de resentimiento, estaba loco de rencor por el mundo entero y Jin sólo era el recipiente de todo ello, la imagen de todo lo que odiaba en el mundo, estaba dispuesto a hacerlo, a quitarle la vida para enseñarle a no meterse en lo que no debía pero... no...

En realidad no...

No quería hacerle daño...

Sonrió de forma irónica e impotente por lo bajo, dándose cuenta de que no era más que un perro que ladraba y no mordía, y se maldijo a si mismo, por tener ese sentimientos de ... compasión... era asqueroso, lo enfermaba pero no podía quitarlos.- Imbécil... no voy a matarte.- Dijo finalmente, alejando sus manos del cuello del castaño y este pudo respirar.- Si te mato te libero...-Susurró - si te mato eres libre y... eso no va a pasar, no mientras yo esté aquí.-Dijo levantándolo de repente, y lo arrojó a la cama, mirándolo lascivamente, para acto seguido precipitarse a su cuerpo, y comenzó a quitarle la ropa a la fuerza, arrancandola de su cuerpo prácticamente, ante los sollozos del castaño, que le pedía clemencia, pero no se la daría, se proponía torturarlo, y sabia perfectamente como hacerlo, como hacer que se retorciera en vergüenza.

-"Padre mío... ayúdame por favor.- Suplicó cuando se encontró desnudo sobre la cama, atado de manos y amordazado de una forma tan fuerte que creyó que sus labios se cortarían en cualquier momento.

Namjoon jadeó, mirándolo por unos segundos. Estaba confundido, demasiado confundido, pretendía humillarlo pero... De repente se sonrojó.

Quería hacerlo sufrir, sin duda alguna y lo haría, pero... segundo a segundo, parecía que su cuerpo iba perdiendo las fuerzas, y no era por las secuelas de sus heridas, era algo más... como si ver a Jin de esa forma, le estuviera quitando algo de encima, lo había sentido antes en la casa del árbol, y ahora se presentaba de nuevo, con el mismo efecto que prácticamente podía marearlo.

Lo contempló por un momento... sus piernas, sus largos brazos y esa piel cernida a su cuerpo que en cada rincón era clara con unos tintes de atardecer a pesar de la oscuridad de la habitación; sus ojos llenos de lágrimas... y la forma en que los amarres tornaban sus comisuras de un rosa casi rojo que le infringia dolor, y suspiró, suspiró jadeando, con pensamientos extraños en la cabeza.

No supo porqué

Sólo se acercó a su rostro, mirándolo fijamente, y susurró de forma casi inaudible.- No llores... deja de llorar o te reviento la cara.- murmuró

Jin abrió los ojos, viendo como le quitaba la mordaza poco a poco, y sintió un alivió gigantesco cuando la saliva pudo llenarle de nuevo la boca, creyó que gritar seria su ultima oportunidad de ser socorrido, pero los ojos de Namjoon lo atraparon, y ese gesto que hizo con el dedo le indicó que guardara silencio.- Intenta gritar siquiera... te reto a que lo hagas.- Sentenció y ante su amenaza jin se quedó callado, temblando de miedo.

-Buen... chico...-Dijo mirándolo fijamente a los ojos

-K-kim n...

-Shhh...-musitó amenazante pasado uno de sus dedos por su cabello enmarañado por el combate

-P-por favor... no....-suplicó, con los ojos llenos de lágrimas

-¿"Por favor no" que?.- Sonrió

-Por favor...-Musitó por clemencia, mirándolo a los ojos.- Eso... de nuevo... no...-Chilló

-Ah... -Dijo burlón como si lo recordara y siguió acariciando su cabeza perversamente.- Me había olvidado de que... tuviste una erección cuando te toqué... ¿es eso a lo que te refieres?

Jin no contestó, cerró los ojos con vergüenza y angustia y Namjoon soltó una pequeña risita, mirándolo hundirse en su miseria.- Pobrecito marica... debe ser tan difícil para ti pretender que eres un hombre de Dios... cuando te has exitado por algo así

-Por favor... detente.- Suplicó

-Dime... ¿desde cuando sabes que eres homosexual? Fue cuando el hermano Ken te tocó por primera vez?

Jin no respondió, se quedó sollozando con la mirada gacha, cerrando los ojos como si deseara que todo acabara pronto.- Oye padrecito... te hice una pregunta, contesta.- Se burló

-Yo... no tengo pensamiento mundanos como esos...-Murmuró, llorando de impotencia

-Oh vamos... no me vengas con eso padrecito, si no los tuvieras... el paquete que tienes entre las piernas no se hubiese levantado cuando te toqué...-Dijo sonriendo.- Dime... ¿te gustó como lo hice?

-Detente...-Suplicó

-Apuesto a que si hubiese sido una mujer ni siquiera te hubiese inmutado...

-Basta!.- Dijo entre dientes, tratando de no gritar pero era demasiado para él, pero Namjoon solo sonrió y Jin sin poder controlarse comenzó a llorar en silencio.

-Eres... extraño.- Dijo Namjoon por fin, acercándose un poco, con curiosidad, ya sabía que causarle esa expresión le encantaba pero, verla de cerca le causaba éxtasis.-"Mierda... no llores así..."

-Por favor...

-No llores... deja de llorar...-murmuró casi suplicante, perdiéndose poco a poco en su mirada llena de lágrimas, no sabia porqué reaccionaba de esa forma, sólo que verlo sollozar le provocaba un punzante deseo, y se sintió perdiendo de nuevo su seguridad y sobre todo... su sentido común

Jin no lo escuchó, se limitó a llorar bajando la cara pero en cuanto lo hizo sintió la mano de Namjoon tomarlo del mentón y al verlo encontró esos ojos que ya había visto alguna vez... en la casa del árbol.- Suéltame... por favor.- Sollozó

Namjoon tragó en seco, mirándolo fijamente y su corazón comenzó a palpitar como un loco.- N-no llores ya... detente

-Entonces suéltame... suéltame y dejaré de llorar.- Suplicó tratando de apelar a su lado bueno pero ya no había ningún lado de Namjoon en esa habitación, ahora estaba otra persona, la persona que Namjoon desconocía pero que Jin ya había visto... no hace demasiado.

-Si no dejas de llorar... yo...-murmuró, haciendo una pausa abrupta, cuando Jin lo miró con impotencia y tras ver esa expresión todo se perdió, en un agujero negro del que no pudo regresar a pesar de su voluntad.- Abre... la boca...-Ordenó Namjoon al castaño y este, temblando se negó, retrocediendo, pero no pudo alejarse demasiado, el de tez morena lo tomó del amarre de las muñecas, obligándolo a hincarse sobre la cama, y se subió, quedándose en la misma posición, como un espejo que lo imitaba.

-Abre la boca.- Volvió a pedir, llevando su dedo índice a los labios de Jin.- Ábrela o la abriré a la fuerza.- Jin sollozó abriendo sus labios que temblaban poco a poco, hasta que estuvo su interior a la vista de Namjoon

-"Que... mierda...".- se dijo Namjoon a si mismo, perdido en esa expresión, mientras llevaba sus dedos al interior de la boca de Jin, y este, sollozando los sintió posicionarse sobre su lengua.

La calidez de la lengua del castaño hizo que a Namjoon le recorriera una electricidad punzante por el cuerpo, y perdido, jadeando, los movió dentro de su boca, viendolo sufrir mientras le empapaba las yemas de los dedos con su cálida saliva- Chupa...-Indicó Namjoon impaciente, viendolo obedecer su orden, y cuando sintió la presión sobre sus dedos el bulto que había entre sus piernas despertó. Por supuesto que lo notó pero no dijo nada, estaba respirando con impaciencia sin saber que estaba haciendo, sólo con la conciencia de que se sentía demasiado bien.

Jin hizo una pausa, viendo sus ojos perdidos por un segundo, y cuando hizo esa pausa Namjoon retiró sus dedos del interior de su boca, llevándose con él un hilo de saliva brillante que miró con detenimiento unos segundos para después suspirar pesadamente. El castaño se sintió extraño, sollozaba pero... menos que antes, y ahora, su corazón latiendo de terror y al mismo tiempo de impaciencia sentía salirse de su pecho, después de haberle chupado los dedos a Namjoon.

El de tez morena desvió unos momentos la mirada, buscando algo sobre la cama, y cuando encontró una almohada la puso entre las piernas de Jin, desconcertándolo y tras ello respiró de forma impaciente observado su desnudez.-T-tu... -jadeó.- Muevete sobre eso...

-¿q-que...?- Balbuceó de repente y Namjoon completamente impaciente llevó sus manos a la caderas de Jin, dirigiéndolas de atrás hacia adelante, haciendo que el castaño se sonrojara al punto de la incandecencia.- N-no.- Suplicó

-Hazlo...-Ordenó

-P-para... Que...

-HAZLO.- Gruñó, llevando su mano al cuello del mayor, y este, recordando lo que podía hacerle, comenzó a moverse con vergüenza, frotando sus genitales sobre la almohada, ante la mirada morbosa de Namjoon.- Hazlo mas rápido...- Indicó Namjoon viendo su cara de vergüenza, y le apretó el cuello, como si jalara las riendas de un caballo. Jin se sintió angustiado, sumamente apenado, porque el roce de la almohada en sus genitales empezaba a hacerlo sentir cálido, de una forma tan sublime que las piernas comenzaron a temblarle, mientras Kim Namjoon lo observaba.

El de tez morena jadeó de forma pesaba, observándolo con detenimiento y tragando en seco tomó una de las manos de Jin, mirándola por un momento para después meter dos de esos dedos largos a su boca, haciendo que Jin se estremeciera

-¿Q-que... hace...?-chillo muriendo de vergüenza, viendo a Kim Namjoon chupar sus dedos de forma morbosa, como si no le importara nada más, imitandolo, y esa presión húmeda y cálida hizo que le explotara la cabeza por un momento

Namjoon sacó los dedos del mayor de su boca, solo para hacer una pausa.- Muévete más rápido... -Ordenó, volviendo a su tarea, cerrando los ojos mientras succionaba los dedos del mayor con diligencia. Jin pudo haber escapado, pudo haber abierto la puerta y haber corrido por el pasillo pidiendo ayuda, aprovechando que Namjoon en su errática conducta se distrajo pero...

Estaba disfrutándolo, se había embriagado de la sensación y deseaba más, cada vez un poco más, al grado de que una enorme erección se levantó entre sus piernas, dejando escurrir sobre la almohada un líquido transparente que colgó de la punta unos segundos antes de ser distribuido en la tela de la almohada por sus movimientos.

-K-kim Namjoon...-Gimió, y el sonido de su voz volvió loco a su verdugo, que hizo una pausa sólo para observar esa rostro de placer y sufrimiento que le inundaba la tez.-Mi cabeza...~

-¿Como se siente...?-Dijo Namjoon respirando con impaciencia, perdido en los repetidos movimientos de su pelvis contra la almohada

-N-no lo sé...

-Vamos, dímelo...

-B-bien...-jadeó

-Estás... duro...-Dijo Namjoon, tragando en seco, nervioso, como nunca en su vida lo había estado y aun así quizo fingir que estaba burlándose pero no le resultó

-Por favor... déjame parar...~-Suplicó sin dejar de moverse, volviéndolo loco

-No... si paras voy a lastimarte... voy a lastimarte mucho...

-Yo... mi cabeza... va a ... ex..plotar ~.- Gimió con vergüenza y Namjoon se mordió los labios, tratando de resistir las ganas que tenía de tocarlo.

-M-maldito marica....-Dijo nervioso.- Estás teniendo... pensamientos impuros.- Dijo con la voz nerviosa, y una erección que le punzaba en el interior de los pantalones.

-No...no... lo digas.- Suplicó

-Que estás pensando... dimelo.- Ordenó, acercándose a él peligrosamente, quedándose a centímetros de su rostro pero Jin no contestó, siguió gimiendo quedito, negando con la cabeza una y otra vez.- Dímelo... dime que piensas.- Ordenó de nuevo, tomándolo bruscamente del mentón, viendo sus labios semiabiertos del que casi podía ver una estela de vapor caliente saliendo.- Dímelo...

-No...~-Gimió

-Que me lo digas...-Gruñó impaciente, bajando la mano a su cuello, con la intención de presionarlo pero hizo una pausa súbita cuando lo escuchó hablar.

-Usted... ¿que es lo que está pensando...?-Jadeó mirándolo profundamente, sorprendiéndolo, sin dejar de moverse y Namjoon mirándolo fijamente, lo tomó del mentón, apretando los dientes con todas sus fuerzas, gruñendo porque no podía creer que él...

Él... quisiera...

-Quiero morderte...-Murmuró por fin, bañándole el rostro con su cálido aliento.- Quiero... Moderte...- repitió perdido en sus movimientos, y Jin temblando, suspiró de forma pesada, con un calor incesante explotándole el cuerpo

-Hazlo por favor...-Gimió, mirándolo fijamente y el de tez morena jadeó de forma pesada.

-Yo...-murmuró nervioso, respirando intranquilamente.- No voy a detenerme... Si lo hago...

-Por favor... tócame.- Suplicó

A qué me odian :v jojojojojo
Hasta el próximo cap 🙋

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