Capítulo 7: Asmodeus
-Ahora... trágalo...
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El castaño se quedó temblando unos segundos, sintiéndose incapaz de desviar la mirada a alguna parte que no fueran sus ojos profundos, y sus pensamientos comenzaron a aterrarlo; porque él creía firmemente que se encontraba en ese lugar porque quería evitar que aquel demonio lo sometiera, pero ahora todo era diferente: estaba borracho, eufórico, y lo más horrible era que sus palabras habían dejado de darle miedo.
Namjoon se acercó en un segundo, con esa sonrisa socarrona dibujada en su rostro, y pasó el filo de su nariz por el cuello de Jin un segundo, haciendo que se estremeciera en pánico.- ¿Porqué no respondes, padrecito?.- Dijo de tal forma que su aliento le bañó la piel, asustandolo, y el castaño balbuceó lo que pudo, temiendo mover siquiera un músculo.
-Y-yo... no soy ningún demonio...y tu, no vas a tocarme.- Sentenció
-A... ¿no?- Se burló, empujándolo con fuerza tal que Jin se cayó de espaldas a los cojines, y le abrió las piernas, poniéndosele encima, riendose a carcajadas mientras Jin forcejeaba, sintiendo como la cabeza le daba vueltas
-No! No!.- Gritaba histéricamente, luchando aunque su visión se tornase por momentos confusa.- Sueltame!.- Sollozó y cuando Namjoon vió salir la primera de sus lagrimas sonrió felinamente, dejando que se alejara.
-Ya ya... no llores, marica.- Dijo burlón, viendo como Jin retrocedia, temblando hasta la pared.- Lamento decirte que no estoy taaaaan mal ni tan desesperado como para darte un dia de suerte.- Sonrió
-N-no vuelvas a tocarme.- Sentenció furioso, con lagrimas de impotencia que no podía detener
-Vamos... era solo una broma de tu lindo amigo el demonio, no seas rencoroso.- Argumentó sonriendo y tomó una lata nueva de cerveza para empezar a beberla sin mucho interés.
Jin no respondió, abrazó sus rodillas, mirando hacia otro lado, endureciendo su quijada en un vano esfuerzo por dejar de llorar, y se limpió la cara bruscamente con la manga de su saco, enrojeciendose las mejillas. Namjoon lo observó por un momento, disfrutando de su resistencia, y se acercó sobre pasos pesados, fingiendo ser amistoso
-¿Porque te afecta tanto que un hombre se te meta entre las piernas...? Me imagino que tu lindo hermano se la pasa ahí todos los dias.- Sonrió
-Basta por favor!.- Gritó furioso, sin siquiera mirarlo.- Sus acusaciones son cada vez mas sínicas!.- Dijo levantándose de golpe, deteniendo su poco equilibrio en la pared de la casa, y lo miró de forma amenazante.- Debo pedirle que detenga de una vez esta absurda conversación.- Sentenció, acercándose a él, y se le puso de frente, respirando con impaciencia, pero solo logró lucir patético, pues era incapaz de detener su movimiento tambaleante. Namjoon no se inmutó, de hecho se encontraba demasiado divertido al ver el contraste entre sus personalidades: como es que cuando se trataba de él se asustaba y escondía la cola como un perro golpeado y en cambio como se enfurecía cuando se trataba de dañar a otros.
-Wo... así que ahí están tus testículos.- Dijo soltando una carcajada socarrona, que empeoraba tras cada lata que consumia.- Ya ya... dejemos las hostilidades.- Sonrió.- acercándose a la bolsa de plastico y de ahí sacó una lata nueva, de las ultimas que quedaban.- Toma... sigamos sin rencores, argumentó.
-No.. no beberé más.- Dijo retrocediendo, sintiendo que su cuerpo, cada vez más, perdia el equilibrio.
-Vamos... bebe.- Insistió, acercándose
-No... ya no voy a beber!.- Reclamó, apuntándole con el dedo
-Dije que bebas!.- Gritó, perdiendo su ssemblante amistoso.- ¿O quieres que te ayude a hacerlo otra vez?
-Ya no quiero.- Reclamó, sintiendo que su cabeza iba a explotar, sin importarle sus amenazas.
-bebe!- Insistió, tomándolo de la muñeca, y lo tumbó en los cojines, buscando su rostro, pero Jin movia la cabeza, luchando porque la lata no tocara sus labios
-No! Ya no quiero!- Dijo tumbándose en el enorme cojin
-Dije que bebas!.-Gruñó
-No! Ya no voy a beber, tu, mentecato
-¿que haz dicho?!
-Lo que escuchasste!.- Dijo haciendose bolita
-Ok, trataba de ser amistoso!.- Dijo con la cara roja.- Ahora si te romperé las malditas piernas.- y tras ello lo jaló de los tobillos con fuerza, pero Jin ya no tenia miedo, se había disuelto en medio de todo el alcohol que le llenaba el sistema
-Haz lo que quieras!, el señor me protegerá de tus garras, demonio de la carne!.- Le gritó forcejeando, y le dio un golpe en la cara con el codo, haciendo que retocediera un segundo
Namjoon trataba de sostenerlo, pero no lograba hacerlo como antes, había bebido demasiado y muy rápido, y debía aceptar el hecho de que sus sentidos empezaban a burlarse de él pues ni siquiera podía seguir los movimientos del castaño para sujetarlo, así que harto y furioso se le echó encima, poniéndolo histérico.
-Maldito acólito de quinta.- Gruñó, sometiéndolo contra el piso, presionando con tal fuerza sus muñecas que Jin comenzó a gritar, pataleando, pero Namjoon sujetó sus piernas entre las suyas.- vas a desear no haber nacido!.
-No me importa! De todos modos ya lo he deseado antes!.-gritó de repente, con los ojos cristalizados, y el de tez morena hizo una pausa al escucharlo.
"desearía no haber nacido...."
Se quedó estático unos segundos, mirándolo sin mirar, pero cuando sus chillidos desesperantes le inundaron la cabeza apretó los ojos, volviendo en sí.
-N-no llores!.- Tartamudeó, pero Jin no podía evitarlo, a pesar de que tragaba en seco y respiraba, porque de cualquier forma era imposible que se tranquilizara, mas cuando lo tenían sometido de esa forma.- Dije que no llores, maldito marica!.- Le gritó en la cara, pero Jin no podía dejar de llorar, y en cambio lo miró directamente, demostrándole que aunque estuviese llorando no cedería ante sus órdenes.
Pero en ese momento, en que SeokJin tuvo el valor para mirarlo directamente, el tiempo para Namjoon se detuvo, en el sentimiento más extraño que había tenido en su vida.
Lo había visto antes... le parecía divertido verlo sollozar... pero en ese instante, un cuadro se presentó frente a sus ojos, y era uno en el que SeokJin, de tez blanca, como las nubes en el cielo se coloreó de rosado, casi rojo: en sus mejillas redondas, en la punta de su nariz y sobre todo en toda la extensión de sus labios gruesos; sus ojos, enormes y claros, eran lagos cristalinos, que podían atravesar su cuerpo, rodeados de sus finas pestañas y sus delineadas cejas... estaba llorando de impotencia, con valentía...
Y lucia hermoso...
-Tu... estando así... -Murmuró, quitando un poco de la presión sobre el cuerpo del castaño.- Te ves bien...-Dijo sin pensar, sin siquiera reflexionar, cuando en realidad, lo que quería decir era: "eres hermoso"
-Sueltame maldito!.- Gritó de repente, sin importarle mucho su comentario, y le dio un fuerte golpe en la cara, que lo hizo retroceder, y entonces seokJin, como pudo se levantó, y salió corriendo tambaleante de la casa del árbol, bajando con dificultad los resbaladizos escalones y cuando se encontró afuera una estela de vapor se escapó de su respiración impaciente, mientras pensaba hacia donde correr, pues escuchó los pasos de Namjoon bajar por la escalera
-Ven acá!.- Gruñia Namjoon, y SeokJin comenzó a correr como un loco – y como un borracho – por el bosque, buscando el sendero que lo llevara a la iglesia, pero estaba demasiado oscuro, no podía encontrarlo, y Namjoon estaba pisándole los talones.
-Alejate de mí, terco!, infame demonio de la carne!.- Le gritaba sin dejar de correr y sus palabras hicieron enfurecer más a Namjoon, que para mala suerte del castaño corria más rápido que el aun estando borracho.
Ante su desorientada huida Seokjin miró hacia atrás, dándose cuenta de que el de tez morena estaba a tan solo unos pasos más de alcanzarlo, y no pensó cosa mas coherente –O mejor dicho estúpida - que subir por la rama de uno de los robles, con tal rapidez, que Namjoon se quedó observandolo ligeramente sorprendido, y no paró, hasta que llegó lo más alto que pudo.
-¿que mierda crees que haces?! Baja ahora mismo!
-No! Burro!.- Dijo creyéndose la persona mas grosera del mundo, aunque insultar a Namjoon se sentía extrañamente bien, mas cuando fue evidente que no podía alcanzarlo, pues el de tez morena intentó escalar varias veces en vano, pues no podía pasar de las primera ramas, y se caia estrepitosamente sobre las hierbas, enfureciendo más.
-Cuando te alcance voy a destriparte como a un cerdo!.- Gruñó
-Si es que me alcanzas, Zopenco! Palurdo!
-¿P-palurdo?!.- Dijo indignado y Jin le sacó la lengua, triunfante
-Palurdisssssssimooooooo.- Gritó como borracho, riendose, destacando una vez mas el súbito cambio de humor que le provocaba el alcohol en su sistema.
-Ahora si vas a sufrir.-Gruñó haciendo su ultimo esfuerzo por subir, pero de nuevo cayó, y Jin parándose sobre la rama, tambaleante, se río a carcajadas, como nunca se había permitido reir, porque era pecado reírse de la desgracia ajena, pero al demonio, ese maldito impuro se lo merecía, aunque el castigo del cielo le cayó demasiado pronto, porque, casi como un dejavu, su piel resbaló, haciéndolo tambalear demasiado.
-¿que haces imbécil?!.- Gritó Namjoon histérico, cuando se dio cuenta de que estaba a punto de caer, y sin pensarlo dos veces se puso debajo, genuinamente temeroso, cuando Jin cayó desde lo alto de la rama, gritando histéricamente, viendo la oscuridad del suelo aproximarse a su rostro.
"Voy... a morir".- pensó en un segundo que parecia detener el tiempo y por un segundo, recordó el rostro de su amigo, sonreírle como cuando eran niños.
El impacto en su espalda fue brutal, pero no fatal, lo supo porque pudo abrir los ojos, sintiendo unos brazos que lo rodeaban. Namjoon lo había atrapado, casi rompiéndose la columna, y yacia tirado en el suelo, respirado violentamente.
-J-joven Namjoon...
-Maltido beato imbécil!.- Gruñó, aventando su cuerpo a un lado, y se puso de pie, sudando frio, sobándose la espalda con dolor, y en cambio Jin se quedó mirándolo incrédulo, pues... Asmodeus... el demonio de la carne... había evitado que muriera.
-Y-yo... -Tartamudeó, viendo como Namjoon le dirijia una mueca furica, cuando algo a su espalda, algo que brillaba, como un espejismo le sonrió, con un rostro infantil que parecia conocer...
-¿Qué?.- Dijo el de tez morena molesto, pero Jin no pudo contestar, estaba temblando.
-Kyun...-susurró, viendo al espejismo sonreírle hermosamente, y entonces, todo se volvió negro ante sus ojos.
Naamjoon estaba mirándolo con desconcierto, cuando lo vió desplomarse en seco, sobre la tierra humeda y fría del bosque.- Wo! Wo!, oye, padrecito!- Dijo corriendo, y lo levantó, dándole palmadas en la cara pero Jin no reaccionaba.- Oye! Despierta imbécil! O te dejaré aquí!.- Insistió de mal humor y sin embargo no hubo señal de respuesta alguna.- Aggg... -Gruñó, dejando caer el cuerpo del castaño al suelo, y lo miró hastiado unos segundos.- Al demonio, muerete entonces, debilucho.- Dijo caminando hacia la iglesia, aun ligeramente embriagado, hasta que encontró el sendero que lo llevaría a casa.
-Ahhhgggggggg.- Gruñó.- esto no es cierto.- Dijo regresando corriendo sobre sus pasos, y ahí seguía aquel cuerpo desmayado, el cual cargó sobre su espalda, maldiciendo a todo el mundo.- Estupido acolito, la próxima vez me traeras a dos hembras!.- Gritó enojado, y continuó su camino, incorporándose al sendero que llevaba al convento.
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La reja cerrada del convento no fue obstáculo alguno para él, poseía una cerradura sumamente fácil de abrir, así que en cuanto entre abrió el portón entró con el cuerpo a hurtadillas, siguiendo a través del patio, y luego por los pasillos, recordando el camino que había recorrido con el padre Seejin esa mañana, y encontró la puerta que era de la habitación de seokjin, sintiendo un alivio generoso.
No se molestó en encender la luz siquiera, seria demasiado obvio y además la luz de la luna que entraba por la ventana era más que suficiente para que viera por donde iba. Así que sin mucha amabilidad, pasó, dejando caer el cuerpo de SeokJin en la cama, y se proponía salir de ahí, cuando se dio cuenta de que había caído boca abajo
-Ah... perfecto.- Sususrró irritado, moviendo su cuerpo para que quedara boca arriba y una vez así sonrió un segundo.- Por favor vomita y ahógate.- Dijo en voz baja, aunque por supuesto lo dijo como broma, pues ladeó su cabeza y después tomó el pequeño bote de basura al lado del escritorio y se lo puso junto a la cama.- Espero que mañana la cabeza te explote, estúpido.- Susurró burlón.
-Nam...joon.- Dijo de repente, en un tono casi inaudible, aunque eso sobresaltó a Namjoon, que pensaba que seguía completamente desmayado.
-Ah, estas vivo...-Dijo simulando decepción -Sabes que pagaras por esto, ¿verdad?
-N...o... por... favor.- Dijo con dificultad
-Oh si.- Dijo burlón, dándole algunas palmadas en el rostro.- Ahora duermete antes de que me arrepienta y te haga beber más.- Dijo levantándose, pero Jin lo tomó del brazo despacio, impidiendo que se fuera y Namjoon lo miró curioso.
-J-oven Namjoon...También... sé trepar arboles...-Dijo sonriendo, como si considerara eso una victoria y acto seguido volvió a caer en profundo sueño, dejando a Namjoon con una sonrisa ironica en el rostro.
-No te cansas de ser imbécil...-Gruñó, viendo su rostro, y por unos segundos lo observó dormir.
Le resultaba demasiado curioso, y pensaba en como se veia su rostro mientras lloraba, porque habia un detalle en Namjoon que nadie conocía: a veces se obsesionaba con las imágenes, y cuando eso psaba, la observaba, teniendo la necesidad de tenerla todo el tiempo, de plasmarla en todas partes y sobre todo de hacerla de su propiedad, Fuera una fotografía, una paisaje, la hoja de un árbol o Un rostro angustiado pero valiente... como ese...
-"mierda..."- Susurró, y acto seguido se dirigió a la puerta, de forma impaciente, rogando porque su mente no la hubiese guardado tan dentro como el temía, y maldijo su memoria fotográfica.- No... esto no és.- Se dijo a si mismo.- Este no es mi cuadro.- Dijo forzadamente, mientras abria la puerta, cuando se encontró con unos ojos hostiles en medio de la oscuridad del pasillo.
-Señor Namjoon...-Murmuró la voz.- ¿Se puede saber que está haciendo aquí?
-Absolutamente nada, hermano.- Dijo sinico.- de hecho ya me iba, con su permiso.- Dijo pasando de lado, aunque no se esperaba que el hermano Ken lo tomara del hombro, ejerciendo ligera presión.
-Me parece que "nada" no es el termino correcto.- Dijo percibiendo el olor a alcohol que salía de la habitación.- ¿Puede explicarme más a detalle?
-Me temo que no, hermano, tengo sueño y un pésimo humor en este momento
-Me apena mucho saberlo, señor Namjoon sin embargo debo exhortarlo a que me explique porqué el hermano SeokJin se encuentra borracho y usted con aliento alcohólico
-Bueno, es lo que pasa cuando te emborrachas, hermano, ¿necesita más explicación que esa?.- Dijo sarcástico, y se quitó su mano de encima para continuar su camino.
-No se vuelva a acercar a él de ese modo, no quisiera que nuestro hermano se contagie de....- Dijo el hermano Ken, y aquella frase hizo que Namjoon se quedara quieto.- Bueno, usted entiende...
-No... no entiendo hermano, ¿puede explicármelo en palabras mas claras?.- Dijo volviendo sobre sus pasos hasta que estuvo enfrente de él.
-Claro que si señor Namjoon, verá, usted es un jovencito descarriado y de necesidades vanales que no caben en el comportamiento de buena gente, como el hermano seokjin, es por eso que debo insistir en que se aleje de él, antes de que le contagie de su impureza.- Dijo con una sonrisa amable en el rostro, y eso lo hizo enfurecer
-¿Impuro? Ahh... veo que les gusta mucho esa palabra por aquí... -Dijo sonriendo, como si no le importara.- Lo tomaré en cuenta, créame que sí.- Continuó, siguiendo su camino.- Y no debe preocuparse demasiado por su hermano, la borrachera no le quitara lo inocente o lo puro... -Dijo volteando hacia él, sonriendo.- En cambio, lo que tu sueñas con hacerle... eso si se lo quitaría.- Se burló.- así que procura no aprovecharte de él esta noche, está demasiado borracho.
-¿que ha dicho?!.- Dijo aproximándose a él, amenazante
-Oh vamos, hermano, usted estaba esperando su regreso anciosamente, ¿no es así? porque de otro modo, ¿porque usted estaría rondando su habitación? Después de todo es tarde, no hice ruido y además ni siquiera encendí la luz...
-Asqueroso pervertido...-Gruñó.- tus pensamientos maliciosos siempre habrán de confundir una sentimiento bueno como la preocupación con actos perversos
-Usted no está preocupado, hermano...- Sonrió.- está celoso...
-¿Como te atreves siquiera?, Terco, insolente...-Gruñó.
-Ese soy yo.- Dijo haciendo una reverencia, y siguió su camino, dejándolo con las palabras en la boca.
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Estaba temblando, frotándose con las manos los brazos, y con unas enormes ojeras debajo de los ojos y un tono de piel más pálido que de costumbre saludaba a los feligreses, sintiendo que en cualquier momento se desmayaría.
Si, tenía resaca, por primera vez en su vida.
-Padre mío, por favor ayúdame.- Dijo hacia el cielo, sintiendo una nauseas asquerosas subirle por la garganta, y aun así se mantuvo de pie en la puerta de la enorme iglesia, cuando unos ojos familiares llamaron su atención de repente.
-Buenos días, hermano.- Dijo Namjoon haciéndole una cordial y educada reverencia.
-J-joven Namjoon.- Dijo aterrado nervioso, cuando percibió a otra persona a su lado, que agarrada de su brazo caminaba muy lentamente. -S-señor Min Joo- Dijo el sorprendido castaño, recibiendo la sonrisa bonachona del tierno anciano.
-Hermano, buenos días.- Sonrió entusiasmado
-Buenos días señor Min Joo, ¿cómo está?.- Dijo genuinamente feliz, pues recordaba que el señor Min Joo asistía casi todos los días a la iglesia cuando Seokjin era un niño, pero con los años ya no podía hacerlo.
-Estoy bien, Hermano, cada día más viejo, pero vivo.- Dijo de forma amable
-Me llena de dicha verlo por aquí, aunque no es bueno para usted caminar demasiado.
-Si, lo sé hermano, pero hemos venido porque es una ocación especial.-Dijo sonriente, aferrándose de forma amable al brazo de su sobrino
-¿Que ocasión especial?.- Preguntó seokjin
-Ah, es el aniversario luctuoso de mi hermana EunJi. Le he pedido al padre Seejin que oremos por ella en esta misa.
-Eun Ji...-Dijo tratando de recordar pero de ninguna parte le sonaba el nombre
- Si, era la madre de Namjoon, no la conoces porque eras tan solo un niño cuando ella se fue del pueblo
-Ya veo...
-Tio...-Dijo Namjoon con la mirada gacha
-No sabía que tenía una hermana, señor Min Joo, lamento mucho su perdida, y la del Joven Namjoon .- al escucharlo Namjoon tensó los músculos, sin que pudiese darse cuenta.
-Si, es toda una pena, a veces la extrañamos muchísimo, ¿verdad Joonie?
-Si... Tio.- Dijo a regañadientes, como si no quisiera continuar la conversación
-Te hubiese gustado mucho conocerla, seokjinshii, ella era una mujer muy amable y sobre todo hermosa, ah... no había niña mas hermosa en este pueblo puedo jurárselo, como su hermano mayor siempre tuve que correr a palos a todos esos muchachos que la pretendían, aunque era bastante divertido.- Admitió, recordando el pasado, y esa mirada de nostalgia alegró el corazón de Seokjin
-Son hermosos sus recuerdos, Señor Min Joo.- Sonrió -Hubiese sido todo un placer conocerla.- Dijo Jin sinceramente.
-Si... que se le va a hacer...-Dijo suspirando resignado.- Aunque bueno, me ha dejado un poco de ella en este jovencito.- Dijo refiriéndose a su sobrino y le palmeó el brazo.- ¿De donde crees que este sinvergüenza ha sacado lo apuesto?
-Tiene toda la razón, señor Min Joo - Jin se rio un momento, mirando a Namjoon, pero este no le regresó la mirada, parecía estar perdido en sus pensamientos.
-Tio... será mejor que entremos de una vez, Hace frio.- Insistió el de tez morena, y tras reverenciar a Seokjin con la cabeza caminaron dentro de la iglesia, con lentitud.
SeokJin estaba en las filas de adelante, mirando a Namjoon con curiosidad, nunca pensó que su madre hubiese pertenecido a ese pueblo, y mucho menos que hubiese fallecido.
Cuando la misa terminó, Namjoon se fue con su tio sobre pasos lentos, y Jin los vió caminar sobre el sendero con dirección al pueblo, conversando, y por primera vez, aunque fuera a lo lejos, lo vió sonreír sinceramente, con genuina alegría, y notó en sus mejillas, unos pequeños hoyuelos, que no había visto con tanta ternura antes.
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Por la tarde SeokJin estaba debajo del andamio, colocando las lonas para que el piso no se manchara, pues debía colocarlas antes de que Namjoon llegara.
-Hermano...-Escuchó hablar una voz apacible a sus espaldas, y él, preparándose para subir las pinturas, volteó, encontrando los ojos de Ken.
-H-hermano, buenos días...
-¿Podemos hablar un momento?.- Preguntó de forma amable y Jin sintiendo su corazón completamente ilusionado asintió, siguiéndolo a la sacristía, con una sonrisa enorme en el rostro, pues tenía mucho tiempo que no le dirigía la palabra.
Ken cerró la puerta tras de sí, mirándolo seriamente y la sonrisa de Jin se disipó
-¿P-pasa algo... hermano?
-¿En donde estuviste anoche?.- Dijo, haciendo que a Jin le recorriera un halo helado la espina dorsal
-Yo...-Titubeó, sintiendo el corazón pesado.
-Contesta...
-Hermano... yo...
-Contesta!.- Le gritó, y Jin sobresaltándose se puso nervioso, escuchando por primera vez a Ken gritar
-Yo... estuve en el pueblo, hermano...-balbuceó
-Mientes...- Gruñó
-Hermano...
-¿Porqué me mientes, hermano?!.-volvió a arrastrar entre dientes.- ¿te haz vuelto un indigno, acaso?!
-No miento hermano.- Dijo con el corazón angustiado
-Esa criatura impura... te ha llevado ayer a tu habitación...- Dijo acercándose a él de forma amenazante.
-Hermano... por favor, tranquilízate.- Le suplicó, sin poder recordar de lo que estaba hablando, pues lo último que recordaba era haber caído sobre Namjoon.
-Dime que estuvieron haciendo!, ¿porque de tu cuerpo se desprende ese asqueroso olor a alcohol?!- Exigió, mirándolo hostilmente
-Yo... solo quería conversar con él... y... y me ofreció una cerveza... y-yo solo la tomé por educación
-mientes...-sentenció, mirándolo con furia.- dime que fue lo que hicieron!- Exigió
-No hicimos nada hermano, solo bebí una cerveza.- Dijo angustiado, dándose cuenta de que ya había llegado hasta la pared y Ken seguía acercándose
-Él... ¿te tocó...?.- Gruñó
-¿Q-que...?.- Dijo desconcertado
-Pregunté si te tocó!.- Gritó.- ¡¿Dejaste que te tocara?!
-Y-yo... él me palmeó la espalda.- Dijo con inocencia, confundido, aterrado por la forma en que estaba hablándole, entre gritos y gruñidos, ese no era su hermano, su hermano lo amaba...
-No estoy hablado de eso! Sabes a lo que me refiero!.- Gritó, y Jin interpuso sus manos entre sus cuerpos, tratando de meter distancia pero Ken no lo dejó, le azotó las manos, tomándolo de las muñecas.
-¡N-no se a que te refieres, hermano!- Sollozó
-¡Me refiero a esos actos impuros que tienes en la cabeza, esos con los que intentaste seducirme la otra noche! Sucio sodomita!.- Gruñó
-H-hermano... yo...-Dijo con los ojos cristalizados, sin poder creer que la persona que mas amaba en el mundo le estuviese hablando de esa forma, había corrompido a Ken, todo era su culpa.- Por favor... yo... no hice nada...-Chilló, angustiado
-¿En que lo has convertido... demonio...?! te haz llevado a mi hermano... devuélvelo!.- Gritó.- Quita de mi de una vez esta maldición! Te lo ordeno!
-Hermano, suéltame, por favor suéltame! .- Dijo aterrado, mientras Ken lo sometía contra la pared, viéndolo directamente a los ojos.
-Quítame de encima esta maldición! Demonio!.-Arrastró entre dientes, poniéndose cerca de su rostro, casi tocando sus labios.
-¡No sé de qué hablas! ¡No sé de qué maldición hablas!.- Gritó, sollozando
-¿De qué maldición hablo?! ¡Sínica serpiente!.- Gruñó.- Hablo de este embrujo maldito! De tu asqueroso olor embriagante...-Dijo sumergiendo su nariz en el cuello de Jin estremeciéndolo por un momento, y lo hizo temblar aún más.- Hablo de la suavidad engañosa, de la apariencia de lujuria en la que te has convertido!- Dijo mordiendo su cuello, y cuando Jin sintió sus dientes mordiendolo lloró hacia el cielo, siendo sometido con fuerza, y sin poder hacer nada contra él, sintió como Ken lo levantaba, abriendo sus piernas.
-Para por favor... -suplicó en medio de su llanto.- Hermano.- Sollozó, tratando de impedirle el paso, cerrado las piernas con todas sus fuerzas, pero Ken encajó sus dedos en sus muslos, forzándolo a abrirlas.- ¡Detente... detente!
-Tu perversa figura... tu asquerosa apariencia que embriaga... todo esto es un maldito embrujo que haz echado sobre mí!.- Reclamó, acariciando sus piernas, mordiendo de nuevo su cuello, cada vez con más fuerza, frotándose en medio de sus piernas violentamente, y Jin llorando, solo trataba de escapar, pero no podía.- Yo... ¡he enfermado...!, mi alma está manchada por los deseos de poseerte.- Dijo ansioso subiendo a su boca, y lo besó profundamente, a la fuerza.- Quiero entrar dentro de tu cuerpo...-Gruñó.- Maldito ser perverso... llévate de mi cabeza este asqueroso deseo de penetrar tu cuerpo...
Jin estaba llorando, perdiendo la fuerza de su cuerpo, cuando alguien tocó violentamente la puerta, y Ken, que parecía haber despertado de su trance, lo soltó de repente, retrocediendo, respirando de forma violenta.
-Hermano...-Sollozó quedito
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