Capítulo XII
Deisy
Desperté con el luminoso sol que llenaba de calidez mi habitación, al poco rato de acostumbrarme a ese estado pude notar lo peculiar y maravilloso de ese día,
Estaba soleado. Era la primera vez que veía tanta luz y serenidad en ese pueblo. Al salir de la cama mi curiosidad le ganó a mi costumbre y fui directo a la ventana a contemplar la vista.
Varios suspiros me provocó ver semejante paisaje de verde vibrante mezclado con el azul del cielo antiguamente encapotado. Quién hubiera pensado que tanta neblina y oscuridad ocultaba aquel destino de postal, de esos de lo cuales sueñas una vida entera por visitar. Lo tenía en frente y lo amaba. Me motivaba y empujaba a buscar esa luz en todo su misterio.
Ya decidida hice la rutinaria práctica de aseo personal, me vestí y baje a enfrentar la realidad con la mejor actitud. Mis padres se encontraban desayunando entre risas y miradas burlonas, algo sumamente extraño teniendo en cuenta los sucesos del día anterior. Porque sí, me acordaba de absolutamente todo excepto como llegue a mi casa y eso no era una buena señal.
- Deisy amor pensé que despertarías más tarde por eso no te esperamos a desayunar.- intervino mi madre dándome una amplia sonrisa.
- Igual siéntate hay suficiente tostada para los tres.- aseguró mi padre sosteniendo varias de estas en sus manos como prueba.
No fui capaz de dar una respuesta, sonido u gesto a absolutamente nada, estaba en estado de incomprensión total. ¿Qué carajos pasaba aquí? ¿Y mi regaño? ¿Mi advertencia? ¿Mi interrogatorio? ¿Mi puto castigo donde había quedado?.
Sin dudas nada de esto entraba en los límites de lo normal en mi familia, estaba segura que no había llegado nada temprano anoche, o mejor dicho ni sabía cómo había llegado, mucho menos con quién y ellos actuaban de lo más sonriente como si nunca fuera iba a ninguna parte. Algo raro estaba pasando y no tenía idea cómo manejarlo, cualquier movimiento en falso podía destruir lo que me costaba sostener. Por eso solo decidí por primera vez callar y no hacer nada.
- ¿ Las quieres con mermelada o solo con jugo?.- interrogó mi padre sacándome de mis pensamientos.
- Sólo con jugo.
- Estás muy callada, ¿Te sucede algo?.
- No, solo creo que se está haciendo muy tarde y tengo que ir al trabajo.- mentí superficialmente porque ni sabía que hora era.
- Parece que la ciencia ficción hace estragos en la mente porque nuestra pequeña hija no recuerda que hoy es sábado, es decir no laborable para los trabajadores de empresa y comercios públicos.- recordó la experta legal. A veces es contraproducente que tú madre sea abogada.
- Ah si, es verdad.
Intenté mostrarme apenada por mi confusión pero solo me salió una mueca extraña. La aclaración de mi madre solo logro que mi preocupación creciera por lo menos vente veces en un momento, ni siquiera era capaz de recordar con claridad que día era, dándole vueltas tampoco recordaba en qué preciso instante terminó mi conversación con Jack y.... ¡¡¡TOM!!!
¡Así se llamaba el pelirrojo!
Él me había cubierto la boca con algo y eso era lo último que recordaba, de seguro era un somnífero. Ese irritante rojizo de seguro era quién me había traído hasta mi casa.
- Deisy come algo, no has probado bocado alguno, de seguro las palomitas ayer te hicieron mal.- dije mi padre.
- ¿las palomitas?-. Pregunte con el ceño fruncido.
- Si, ¿O acaso no comieron palomitas ayer en la noche de películas con Megan?, no hay películas sin palomitas es pecado separar ese dúo hija.- agregó mi padre con ligera diversión.
¿Qué Megan y yo que? Ahora sí se completo el circo.
- Si, si claro, por supuesto, es que no me hicieron mal... solo no tengo hambre.- aclaré dudosa.
Con una disculpa anticipada regresé a mi habitación sin haber comido ni una miserable miga de pan, mi estómago estremeció y mi entrañas se retorcían en mi interior. Pero no era por el hambre, sino de los nervios y frustración que me producía semejante información. Yo jamás había salido con Megan el día anterior, no éramos tan amigas como para eso, además ella me había dicho que saldría tarde por órdenes de Silvya. No era posible de ninguna manera. Entonces, ¿Cómo Megan me trajo a mi casa?.
Colapsé al cerrar la puerta tras de mi. Me encontraba en el piso mirando los papeles de la investigación sobre Jack y deduje que eso me estaba enloqueciendo. No había tenido paz desde que comencé a empeñarme en averiguar un suceso que ni siquiera era sobre mi. Llore silenciosamente sin razón alguna, o quizás por todo en general. Me estaba cansando, agotando de golpearme una y otra vez con muros, mentiras y preguntas. Pude rendirme en ese instante pero el día soleado me dio una motivación y era desenmascarar a una farsante.
Megan me debía una muy grande y buena explicación.
Así que sequé mis lágrimas y salí por la puerta trasera, después vería que mentiras sobre el trabajo le diría a mis padres, porque ahora el trabajo era mi única excusa válida. El camino a pies hasta el pueblo no era muy largo, y en un día con tan buen tiempo como ese era relajante y me ayudó a poner mis ideas en su sitio.
Confirmaba el escondite de Jack, su identidad, tenía el nombre de su cómplice /compañero, la promesa de ambos sobre decirme más sobre ellos, y ahora a Megan como sospechosa. Tenía un pequeño avance y varias cartas sobre la mesa, aún no entendía que relación tenía todo pero con algo se empieza. Algo me tenía que servir e iba a probar cada una de las opciones.
Al disminuir la cantidad de pinos a ambos costados del camino y ser reemplazados por locales, puestos y casas pintorescas pude asegurarme que estábamos en el pueblo. Camine un rato por las calles disfrutando de la alegría de los niños hasta que vi como si se detuviera el tiempo, o quizás este iba más lento cuando un automóvil negro sumamente elegante se estacionó en un local. Era temprano por la mañana, no había muchas personas andando y disfrutando como yo segundos atrás, solo ciertos niños a lo lejos en la cercanía de la plaza, por eso nadie más que yo noto ese ajustado esmoquin bajar del auto y entrar apresuradamente en un especie de Bar. Fueron apenas milésimas de segundos que lo vi y mi memoria dio un vuelco al recordar ese mismo rostro en la pizarra de Jack. Él tenía algo que ver, él lo conocía y me diría lo que necesito.
Saque de mi bolso de mano mi libreta y escribí lo importante, arranque el papel y al acercarme al auto sin que nadie notará lo coloque en el retrovisor. Sin más seguí mi camino hasta la cafetería. Entre aún más decidida que antes a esperar la persona que necesitaba apareciera. Mientras tanto, pedí un desayuno y dispuse a comer lentamente. Al terminar y que la mesera recogiera los platos vi aparecer por la puerta aquella silueta quien no tardó mucho en encontrar mi paradero, observarme detenidamente y sentarme en su lugar frente a mi.
-Sin juego, sin mentiras, es hora que me digas la verdad.
∆
Los amores, acá les dejo otro capítulo. Espero les agrade y no olviden darle a la estrellita y comentar. Me despido 💙
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top