—No sé en qué momento me metí en esto —susurró Lucy, mientras vigilaba el pasillo.

—Tú vigila y cállate —le dijo Dominic.

Amelie estaba sentada en el escritorio de Jade, intentando entrar a su laptop.

—¿Cuánto tarda esto? —preguntó, impaciente, Dominic.

—Hackear no es como en las películas, Domi —le aclaró Amelie, sin dejar de hacer lo que hacía—. No sólo debo apretar botones y ya.

—He vivido mi vida engañada... —susurró Penny.

—Tal vez debimos simplemente preguntarle —dijo Ackerley, quien llegó ahí cuando fue al baño y notó que Lucy revisaba el pasillo como si estuvieran haciendo algo malo.

—Jade no ha dicho nada importante de su vida desde que llegó —habló Dominic—. Me parece que ni siquiera Eliza sabe bien qué clase de chica es... quizás puede ser una loca, una psicópata o una espía internacional.

Ackerley y Lucy no habían escuchado las teorías de Dominic, por lo que debió repetirlas.

—Si mal no recuerdo, Ackerley tampoco dijo nada cuando llegó —recordó Lucy.

Ella no había estado cuando los mellizos habían llegado a la casa, ya que ella había sido una de las ultimas en integrarse, pero había oído la historia varias veces y la misma Eliza había contado que Ackerley ni siquiera había formulado una frase el primer día.

—Sí, pero ahí estaba Amelie para hacerlo por él —dijo Dominic.

Él si había estado presente en ese tiempo y, de hecho, había conocido a los mellizos desde antes y siempre Amelie había estado ahí para transmitir lo que Ackerley quería expresar.

—¿Yo dije suficientes cosas? —preguntó Penny.

—Sí, durante dos años has dicho demasiado —aseguró Ackerley.

—Cuando Eliza se entere de esto, nos matará.

—Dedícate a vigilar, Lucy —le volvió a decir Dominic.

Luego de varios minutos, Amelie logró iniciar el computador sin necesidad de ingresar la clave. Todos se acercaron a ver lo que hacía Amelie, incluso Lucy, por lo que cerraron la puerta del cuarto.

—Veamos primero sus archivos —Amelie entró a los archivos guardados.

Había fotos de su graduación, de sus amigas y del que suponían que era su novio, ya que, había fotos de ellos dos besándose.

—¿Qué pasa si encontramos un video casero...? —dijo Lucy.

—No todos quieren ser pornstars como tú —bromeó Ackerley.

—Que tenga una colección de películas para adultos no significa que quiera ser parte de ella.

—Vamos a ver sus redes sociales —dijo Amelie.

En unos minutos, Amelie había abierto el perfil de Instagram, Facebook, Twitter y Whatsapp de Jade.

—Parece muy normal —dijo Penny.

Aun así, podía ser una muy buena encubierto.

Amelie comenzó a buscar su perfil de Instagram en la cuenta de Jade.

—¿Qué haces? —preguntó Javier.

—Voy a seguirme.

—No seas babosa —le dijo Lucy—. Sabrá que pasó algo raro.

—No sé dará cuenta.

—Claro, no se dará cuenta de tus fotos de cosplays —dijo Ackerley con ironía.

—Tal vez no me reconozca, no la he mirado directamente a los ojos jamás.

De pronto, la puerta se abrió de golpe y Eliza entró furiosa, seguida por Jade.

—¡¿Qué diablos están haciendo?! —gritó con furia, Eliza.

Amelie cerró la laptop de golpe.

—N-nada.

Jade se les quedó mirando atónita.

—¿Estaban revisando mi laptop?

—Tú no dijiste que tenías novio —dijo Dominic, apuntándola e intentando desviar la atención.

—¿Y por qué lo diría?

—¡Es un dato importante! —dijo Lucy.

—¡Ustedes no preguntaron tampoco!

—Dije que había que preguntarle —susurró Penny.

—¡Basta todos! —todos se quedaron en silencio ante las palabras de Eliza—. Hay una fiesta ahí abajo, hackearon una computadora y además se atacan mutuamente por una estupidez.

Todos agacharon las cabezas al ser reprendidos por Eliza, menos Ackerley, quien estaba sonriendo.

—Deja de sonreír, Ack —le dijo Eliza.

Ackerley borró su sonrisa solo para no meterse en problemas, pero la situación le seguía pareciendo divertida.

—Yo no limpiaré nada, que quede claro —todos asintieron—. Todos le pedirán perdón a Jade y ella traerá a comer a su novio un día.

—¡¿Qué?! —los ojos de Jade casi se salen.

Todos festejaron menos Ackerley, a quien ya la situación se le había hecho aburrida.

—P-pero...

—Vamos Jade, tenemos derecho a conocer al novio de la nueva integrante de esta familia —le dijo Eliza revolviéndole el cabello.

—Bueno, así como que ya sea parte de la familia...

—¡Dominic!

—Ya, perdón.

A las seis de la mañana, por fin se habían ido todos los invitados de la fiesta. Dominic y Javier se dedicaron a ordenar la casa, Penny y Lucy recogieron la basura, Ackerley lavó la loza y Amelie le enseñó a Jade como proteger mejor su laptop.

—¿Qué estudias? —le preguntó Jade a Amelie, mientras esta instalaba un antivirus.

—Informática.

—Tiene sentido.

Amelie sabía mucho de computación y tecnología, por lo que Jade había imaginado que su carrera profesional tendría que ver con eso.

—¿Cómo es estudiar enfermería?

—Genial.

—¿No te da asco?

Jade no entendía porque las personas le hacían esas preguntas, era obvio que no le daba asco ser enfermera, por algo estaba estudiando para eso.

—No, para nada.

—¿Y si un paciente se orina? ¿o se hace del dos?

—Pues estoy preparada para ayudarlo.

—Asqueroso —susurró Amelie.

La única que había dormido esa noche había sido Eliza, todos los demás pasaron de largo, por lo que parecían zombies por la mañana.

Javier apenas había tenido la fuerza para preparar un desayuno como a él le gustaba, por lo que sólo había hecho tostadas; Amelie estaba tan cansada que ni siquiera estaba jugando en su celular; y Penny no había dicho una sola palabra. El único que parecía estar igual que siempre era Ackerley, igual de callado, serio e inmutable.

—¿Y cuándo pretendes traer a tu novio? —le preguntó Eliza a Jade.

—Ayer llegó de sus vacaciones familiares... quizás pueda venir mañana.

—Perfecto —dijo Eliza—. ¿Qué dicen?

Todos asintieron ante la pregunta de Eliza cómo si estuvieran programados.

—Estoy segura de que Javier amará hacer el almuerzo.

Javier volvió a asentir y al mismo tiempo, la cara de Penny se estrelló sobre la tostada que tenía enfrente.

—Iugh... —dijo sin levantar la cabeza.

Lucy apenas pudo reír y los demás ni siquiera prestaron atención.

—Evita dormir sobre tu desayuno —le dijo Eliza.

Penny levantó la cabeza con la tostada pegada en la cara, hasta que esta cayó de vuelta al plato y la cara de Penny quedó cubierta de mantequilla.

Después de desayunar, todos se quedaron dormidos, menos Eliza, quien se dedicó a hablar por celular con Larry.

Después de almorzar, Jade llamó a su novio para invitarlo a comer a la casa. Claramente, le advirtió que todos ahí eran un poco extraños y que uno tenía un nombre muy feo, según ella.

Cuando Jade terminó de hablar con su novio, rogó para que al día siguiente no tuviera problema con sus nuevos compañeros porque, en realidad, no sabía si eran del todo agradables... o fáciles de sobrellevar.

—Solo debo callar a Dominic o a Lucy si dicen algo inapropiado —se dijo a sí misma, tirándose en la cama.

En cuanto a Ackerley, solo debía dejarlo ser, ya que, su existencia no era tan notoria y Penny... bueno, tendría que cansarla antes de que su novio llegara para lograr que hiciera menos preguntas que pudieran incomodarlo.