Prologo.

Era una cálida mañana en Royal Woods. Las vacaciones por el fin de clases habían comenzado por lo que muchos, o al menos la gran mayoría, estaban dormidos en su cama, pero los que no... como ese niño de cabello blanco con diez hermanas, quien se encontraba empacando sus cosas mientras sus hermanas aún estaban dormidas, se estaba apresurando ya que en unos momentos más despertarían y empezarían hacer un montón de estupideces y evitarían que él pudiera empacar sus cosas por tener que ayudarlas.

Lo peor era que no podía negarse, bueno, si podía, pero eso implicaba una discusión acompañado de una pelea, y Lincoln no era precisamente más fuerte que diez chicas. Tampoco podía ir a acusarlas con papi, ya que este era un... como decirlo sin que suene ofensivo... un pinche maricón de mierda, y con mami, pasaba algo similar, ella pensaba que ellos podían resolverlo por su propia cuenta. O sea, una cobarde, aunque Lincoln le tenía más respeto a mami, ya que ella si era exigente y les marcaba límites a sus once hijos, algo que papi no hacía por ser un... como decirle sin que suene ofensivo... un puto maricón cobarde.

Lincoln termino de empacar sus cosas. Tenía todo listo para ir a ese reality show donde estaría con siete personas más por todo el verano. En cierto modo, Lincoln se sentía algo nervioso y emocionado. Nunca había convivido quienes no fuera sus hermanas o sus amigos, y esto le alegraba. Era bueno hacer algo distinto. Y si le darían unos buenos dólares sin tener que hacer un experimento muy riesgoso, o lamerle los huevos a un pedófilo en la calle, o a un sacerdote, o lamerle la vagina a su maestra, o cosas por el estilo, Lincoln estaba feliz de tener esos billetes.

Dejo una nota antes de salir de su habitación. Que decía que estaría lejos de la casa por todas las vacaciones del verano, no decía donde estaría o con quien estaría. Si lo hacía... las cinco hermanas que no lo querían harían esa estúpida actuación de que lo amaban y la gorda con chile para que recibieran aún más apoyo de sus padres, pero le podría romper el corazón ver a las hermanas que, si lo querían, tristes. Así que era mejor irse en silencio. Solo debía salir de la casa, tomar un taxi, tomar el autobús que lo llevaría a ese lugar, tomar otro taxi y al fin llegaría. ¿Qué tan difícil puede ser?

Todo salió bien. Lincoln estaba con rumbo a esa casa. No tuvo problemas, quizás un poquito. Su conductor de ese instante no paraba de hablar del presidente y sus problemas mentales sobre la guerra.

-Te lo digo chico. El gobierno es tan corrupto que no nos dio apoyo cuando regrese de la guerra de Vietnam. -Lincoln rodo los ojos. Esa estupidez sucedió hace 44 años. No podía dejar pasarlo. Aparte era un niño de once años al que no le importaba eso. -Te contare una de mis historias...

-Oh Dios... -Susurro mientras ese idiota continuaba hablando pura estupidez.

Por suerte para Lincoln, no tardó mucho en llegar a su destino. Era una casa muy grande. Lincoln se alegró que al fin hayan llegado también, que eso parecía uno de esos shows donde un montón de idiotas se metían en una casa y convivían por varios meses, pero no podían salir, tenían que estar dentro de la casa en todo momento. Aunque en su caso era distinto, le dijeron que podía irse cuando quisiera y regresar cuando quisiera. Aunque si hacia esto no le darían el dinero, pero que todo se acabaría al final del tiempo establecido. Lincoln saco un billete de su bolsillo y se lo entrego al hombre.

-Ten un buen día, hijo. -Lincoln sonrió forzadamente y salió del auto. -Y recuerda... -Lincoln suspiro a lo bajo con fastidio. -esos gobiernos son los que han traído desgracia al país.

Lincoln no contesto, simplemente bajo del auto rápidamente. Sinceramente de escuchar toda la mierda que salió por su boca, o lamerle el pene a un sacerdote mientras le leía la biblia y le decía sus pecados, hubiera preferido... escuchar toda la mierda que salió por su boca definitivamente, no quería que le dijeran sus pecados, o como debía actuar. Se dirigió a la entrada y fue abierta por una hermosa chica de cabello rubio, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, pero muy largo, le llegaba debajo de las rodillas, tenía una diadema roja con cuernos, sus mejillas tenían un corazón en ambos lados, y llevaba un vestido de color azul cielo. A Lincoln le pareció algo linda.

-Hola. -Saludo la chica mientras extendía su mano. -Mi nombre es Star Butterfly. -Lincoln se la extendió y la chica la sacudió con fuerza.

-Mucho gusto. Me llamo: Lincoln Loud.

- ¿Y ahora que hacemos o qué?

-No lo sé. ¿Porque no entras? -Lincoln se encogió de hombros y entro a la casa.

Aquella casa estaba muy bien arreglada y era muy grande. Los muebles parecían ser de muy buena marca. Lincoln nunca había visto una casa tan arreglada, bueno a excepción de los homosexuales que tenían una casa así para que no tuvieran problemas en adoptar un niño y abusar de él por las noches. Pero ese lugar no parecía ser así. Lincoln vio que en la sala había otra linda chica. Esta tenía el cabello azabache amarrado en dos coletas, unos jeans de color rosa, una camisa de color gris oscuro con una blusa de color blanco encima de esta. A Lincoln le llamo la atención porque la chica estaba debajo de la mesa y parecía temblar.

- ¿Qué le pasa? -Lincoln señalo a la chica con su pulgar. Star alzo sus manos.

-Se asusto cuando le enseñe mi sable laser. -Lincoln alzo ambas cejas.

- ¿Es francesa?

-Creo que si...

Sin darse cuenta un hombre de piel amarilla, cabello marrón y ojos de color completamente morado, llevaba un chaleco con rayas de dos tonos de gris; fuerte y bajo, seguido de una remera azul, zapatos color blanco con algo de gris y un pantalón color azul con variantes de azul fuerte, también un pequeño percing que tenía en su boca y uno en su oreja.

- ¡No mames! Si me di un buen putazote. -Dijo mientras estiraba su espalda y se sobaba el coxis. Star, Lincoln y la chica francesa, se quedaron observando por la extraña apariencia de aquel sujeto. - ¿Qué me ven o que pedo? -Pregunto con molestia. Star y Lincoln negaron con las manos. -Mas les vale culeros. -Ese hombre saco su celular y se lo enseño a Lincoln. -Si es aquí. -Lincoln vio la dirección y era la misma que la suya. -Asintió con la cabeza. -En se casó... me llamo Darkar, vengo de México y al parecer tendré que convivir con ustedes por un buen rato.

- ¿Mucho gusto?... -Lincoln estaba dudoso. Ese hombre cayó del cielo y estaba bien, eso lo asusto porque aquello no era normal.

-Me llamo: Star Butterfly. -Star salto y le agarro la mano.

- ¿Y esa vieja? -Señaló a la chica debajo de la mesa. - ¿Quién carajas madres es?

-No lo sé, pero no te preocupes es francesa.

-A bueno. Entonces...

- ¿Cómo llegaste? -Lincoln lo interrumpió. Darkar alzo sus manos.

-Use como catapulta el resorte del calzón. -Darkar se bajó los pantalones y le enseño el resorte.

-Vaya... -Lincoln estaba admirado. -deberías enseñarme como hacer eso. Cuando lo intento se rompe y a veces me pega dejándome algo de ardor. -Lincoln recordó las veces que lo intento. Pero siempre fracasaba porque el puto resorte de su calzón se reventaba.

- ¿Porque no?

La chica de las coletas salió debajo de la mesa y se limpió el polvo que ensucio su ropa cuando ese hombre rompió atravesó el techo. Sabía que no había nada que temer. Solo eran un montón de raritos, pero no dejaban de asustarla. No debía de pelear. Eso lo sabía. Si peleaba entonces la matarían.

-Me llamo: Marinette Dupain-Cheng. -Dijo la chica tímidamente mientras extendía la mano.

-Hasta que hablas. -Star dijo con fastidio. Esa chica le había molestado porque se asustaba de todo.

-Mucho gusto. -Lincoln y Darkar dijeron al mismo tiempo. Al pasar unos segundos Darkar entre cerro los ojos y gruño.

- ¿Y ahora que anos debemos hacer? -Pregunto molesto, y al mismo tiempo que alguien tocaba la puerta.

-Yo abro... -Star caminaba y danzaba hacia la puerta. Al abrir vio a un niño gordo con una chamarra roja y un pantalón café. Su cabello era castaño y parecía molesto. -Hola niño gordito. Me llamo: Star...

-Hey... -Dijo el niño con molestia interrumpiéndola. -no estoy gordo. Solo esto fuertecito. -Todos se miraron.

-Amigo estas gordo. No tienes de que...

-Que no estoy gordo, ¡PUTA MADRE! -El niño interrumpió a Lincoln. -De seguro ese puto judío les pago para que me dijeran gordo, ¿verdad? ¡¿VERDAD?!

-Pero... -Darkar entre cerro los ojos y suspiro. -olvídalo. -Todos entendieron. Ese niño aparentemente sufría una enfermedad en la que pensaba que él era un idiota bien mamado y con un gran físico. -Bueno ya. Me llamo Darkar, -Señalo a los demás. -ellos son: Lincoln, Star y Marinette.

-Me llamo Eric Cartman. -Dijo el niño sonriente. Sabía que esas personas no le dijeron gordo porque lo pensaran, era por el idiota de Kyle. Ese jodido judío pelirrojo, como lo odiaba. Cada uno lo saludo mientras hacía esto, un hombre dentro de un condón muy grande atravesaba la pared y se rompía el cuello.

-No mames ¿Y ahora que chingados? -Darkar se asustó cuando vio que ese hombre tenía su cuello roto. El hombre se levantó y vio el desastre que había hecho.

-Lo siento por lo de la pared. -El hombre agarro su cuello para ponerlo "normal". -Quería hacer una entrada de superhéroe, pero no lo logre. -Se levanto del piso y saludo a todos. -Mi nombre es Deadpool. -Comenzó a saludar a todos. Cada uno lo saludo con amabilidad.

- ¿Ya somos todos? -Pregunto Darkar.

-Al parecer debemos ser ocho. -Le contesto Star.

-Somos uno, dos, tres... -Darkar se rasco la cabeza. - ¿Qué sigue después del tres?

-No mames que no sabes. -Deadpool le dijo con confusión.

-Es que no termine la primaria. -Todos se quedaron lo miraron con sorpresa cuando dijo eso. - ¿Que? No quería perder tiempo en mamadas, así que mejor me dedique a ser entrenador Pokémon.

-Puff... Pokémon. Esa cosa ya no está de moda. Los juegos de ahora son los de la Ballena Azul. -Decía Lincoln mientras enseñaba su brazo que tenía cortado los brazos en forma de ballena.

-Esa cosa ya paso viejo. Lo de hoy es jugar a ser superhéroes. -Cartman recordó las veces que se había vestido de Hulk. Por su sensual figura, ese personaje le quedaba perfecto a su increíble físico.

-Si eso me queda muy claro... -Deadpool dijo, y aunque no se podía ver nada por su pinche mascara, lanzo una sonrisa torcida al igual que Marinette.

- ¿De qué hablamos?

- ¡AAAAAHHHHH! -Todos se asustaron cuando una chica de cabello rosa y piel del mismo color apareció de la nada. Llevaba una falda pequeña de color rosa con globos en el costado izquierdo y una blusa de color blanco con azul con un corazón en medio.

- ¿Y ahora tú, quien carajo eres? -Darkar pregunto molesto porque lo había asustado.

-Me llamo Pinkie Pie y...

-Pensé que estabas con esa vieja del nombre más grande del mundo. -Deadpool la interrumpió.

-En realidad me di cuenta que no funcionaba así que nos dimos un momento en lo que me encontraba a mí misma. -Dijo Pinkie.

- ¿Pues en donde te dejaste? -Darkar pregunto. -Deberías ir a la policía y reportarte.

-Quizás después. -Le respondió la del cabello rosa con una sonrisa.

Con esto último el timbre de la puerta sonó. Todos sabían que se trataba del ultimo chico. Star fue a abrirla, cuando vieron a un gato de color azul, muy adorable. Pero lo más adorable era que estaba vestido con unos jeans azules y una camisa de color blanco con café.

-Pero que bonito... -Star lo abrazo. - ¿Creen que me lo pueda quedar?

-No, yo soy una... -No termino de hablar aquel gato porque fue presionado con más fuerza.

-Creo que ya somos todos, ¿no? -Todos asintieron ante la pregunta de Darkar.

Ahora sabían que, para convivir durante todas las vacaciones, debían conocerse un poco. Todos anotaron un numero en un pedazo de papel para que no pensaran que sería muy machista que un hombre fuera primero, o que el idiota que estaba detrás de todo esto fuese un fan de Marvel si Deadpool iba primero, o si era homosexual por que Pinkie fuese primero. Cuando sacaron el numero quien empezó fue el gato de color azul.

-Me llamo: Gumball Watterson. Vengo de un lugar donde todos los objetos, animales y cosas por el estilo pueden hablar. -Gumball soltó un suspiro. -Pero mi mundo fue absorbido por un agujero negro al ser anormal. Un final muy típico. Todos se mueren y ya, fin.

El gato se sentó. Star se levantó y hablo:

-Me llamo: Star Butterfly. Soy una poderosa princesa de otra dimensión. -Todos esperaron a que siguiera hablando, pero no fue así. Se sentó de nuevo en el sofá. Lincoln se levantó.

-Me llamo: Lincoln Loud. Soy el hijo de en medio de una familia de once personas, -Todos se sorprendieron por eso, ¿once? Que mamadas. -los nombres de mis hermanas tienen cuatro letras al igual que su apellido, pero yo no. Mi nombre tiene siete letras.

-De seguro tus padres son fans de Superman. -Lincoln alzo una ceja cuando escucho esas palabras de Deadpool.

- ¿Por qué lo dices? -Lincoln pregunto con dudas.

-Si, bueno, casi todas las novias de Superman han tenido nombres con L y lo mismo en su apellido y aparte su villano también se llama así. -Lincoln se sorprendió. Nunca lo había pensado, pero Deadpool tenía razón. No pensó más en eso y se sentó en el sofá. La siguiente fue Pinkie Pie.

-Me llamo: Pinkie Pie. Vengo de una ciudad muy lejana, me gusta reír, hacer reír, las fiestas, los cupcakes y la magia. -Lincoln noto que Deadpool le estaba prestando mucha atención a esa chica. Se podían acostar con sus compañeras, no lo sabía. El judío que le ofreció salir en ese show no menciono eso. Ojalá que no fuera así, porque él tenía su mirada en Pinkie. La chica rosada se sentó el sofá y el que siguiente que se levanto fue Darkar.

-Me llamo: Darkar. Vengo de México, me gustan los tacos, matar, destruir, tu hermana y tu jefa. -Fue todo lo que dijo y se sentó. El siguiente era Eric. Se puso de pie para hablar.

-Me llamo: Eric Cartman. No soy gordo y vengo de un pueblo de Colorado de donde viene el presidente de los Estados Unidos, por eso me fui porque el hijo de puta regreso al cabrón pueblo y comenzó a jodernos a todos. -Cartman parecía muy molesto. Suspiro y continuo. -Nadie de aquí es judío, ¿verdad? -Todos se miraron por un momento y negaron con la cabeza. -Entonces nos llevaremos muy bien. -Cartman se sentó en el sofá. La siguiente fue Marinette, quien seguía asustada.

-Me llamo: Marinette Dupain-Cheng. Estoy aquí porque quiero ser más valiente y demostrar que soy una buena superhéroe. -Deadpool se sorprendió. ¿También era una superhéroe? Que genial. Fue todo se sentó y el último fue Deadpool.

-Mi nombre es: Deadpool, pero pueden llamarme Wade Wilson. Cómo el ratón nos compró y tuve que bajarle de huevos a las putas majaderías para conservar mi empleo, pero era muy difícil, saben lo difícil que es para mí no hablar como se me dé la puta chingada gana. Muy difícil. Esa no fue la razón por la que renuncia, fue porque el puto ratón ese quería que yo también le lamiera lo huevos a ese idiota de Stark, entonces renuncié y al salir casualmente me encontré a alguien que me ofreció una buena cantidad de dinero para salir en este estúpido programa, pero mi humor debía estar al full... y pues ya nada más. -Esto lo dijo mientras se sentaba.

Al pasar unos pocos segundos. Sus teléfonos sonaron. Era un mensaje al abrirlo se dieron cuenta que eran instrucciones, si se le podía decir así, solo decía: Hagan lo que les dé la gana, y la habitación en la que se dormirían. Todos agarraron sus cosas y fueron a sus habitaciones. Estaban cansados por el viaje.

De hecho, el único que estaba como si nada era Darkar y Pinkie. Pinkie porque solo tuvo que romper la cuarta pared y ya estaba ahí, y Darkar porque se lanzó hacia ahí con el resorte de su calzón. Darkar solo se sentía mal por dejar Mecoboy. Su amigo iba a estar a solo, lo extrañaría, extrañaría a esa mamada de semen radioactiva que podía hablar. Pero le daba un chingo de asco, tanto que decidió tomarse un respiro de tanto semen. Aparte de que ya no podía masturbarse sin pensar en que su semen se levantaría y se juntaría para formarle una pareja. Entonces ambas mamadas sementales podrían crear más, y entonces sería el fin del mundo.

Fue por eso, y aparte el dinero le iban a dar una buena cantidad de dólares. ¿Dólares en México? Uf con eso podría vivir el resto de su vida sin ningún pedo. Y no solo por eso, también porque acababa de conocer a grandes personajes como lo era esa vieja de Marinette y ese wey de Deadpool. Darkar los conocía, quien no conoce a dos superhéroes que están de moda en la comunidad virgen de los nerds.

Cada uno se instaló en su habitación y se fueron a dormir temprano. Mañana seria otro día, eso era obvio, terminaba un día y comenzaba otro. Cualquier pendejo con dos putas neuronas en su pinche cabeza podía saber eso.

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